Evaluación comparativa de tutores y veterinarios del efecto de la suplementación con una formulación de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswellia Serrata (Flexadin^® Advanced) en la movilidad/calidad de vida en perros tras cirugía articula

La osteoartritis es la patología ortopédica más frecuente en perros, causando dolor crónico y disminución de la calidad de vida. El objetivo de este estudio clínico multicéntrico es evaluar la eficacia y seguridad del uso de un suplemento alimenticio a base de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswellia serrata, en perros con osteoartritis secundaria a cirugía articular. Veinte perros fueron incluidos, excluyéndose dos durante el seguimiento. Los pacientes recibieron un comprimido diario del suplemento durante tres meses, evaluándose mensualmente mediante una escala visual analógica (VAS) para el dolor percibido por tutores y veterinarios, y una escala simple descriptiva (SDS) que midió condición general, apetito, movilidad y grado de cojera.

Los resultados mostraron mejoras significativas en movilidad, grado de cojera y puntuación total SDS desde el segundo mes de administración del suplemento, junto con una reducción progresiva en las puntuaciones de dolor según la escala VAS. La concordancia entre tutores y veterinarios aumentó a lo largo del estudio, indicando un acuerdo moderado-alto. No se registraron efectos adversos relevantes en los pacientes durante el estudio. Se concluye que la suplementación a base de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswellia serrata, es una opción válida como parte del tratamiento multimodal en perros con osteoartritis secundaria a cirugía, mejorando la sintomatología clínica y facilitando el seguimiento mediante escalas de dolor percibidas por los tutores.

La enfermedad osteoartrítica es la patología ortopédica que afecta a mayor número de perros en todo el mundo, incluyendo pacientes de diferentes edades¹.

Se trata de una patología multifactorial en la que destacan factores de riesgo como la edad, particularidades raciales, condiciones ambientales o nutricionales².

La enfermedad osteoartrítica rara vez se da de manera primaria en perros. La mayoría de las veces se produce de manera secundaria a otros procesos como daño articulares por fracturas o lesiones ligamentosas, artritis infecciosas o inmunomediadas, anormalidades congénitas o del desarrollo (p. ej., displasia de cadera, osteocondritis disecante, etc.) y, en menor medida, causas metabólicas, endocrinas, neoplásicas o iatrogénicas³.

Dentro de los traumatismos directos se incluyen las intervenciones quirúrgicas requeridas para el tratamiento de diferentes patologías articulares. Durante estas intervenciones se causa un daño directo sobre la articulación, lo que da lugar a cambios osteoartríticos tempranos. En estos pacientes el principal objetivo es la reducción del dolor y la protección de las diferentes estructuras articulares para ralentizar los cambios degenerativos. 

La osteoartritis afecta a todos los componentes de la articulación, incluyendo el cartílago articular, el hueso subcondral, la membrana sinovial, el líquido sinovial y el tejido periarticular. Una vez comienza el proceso de degeneración articular, se desata una cascada de procesos mecánicos y bioquímicos en la articulación que resultan en la destrucción del cartílago articular, esclerosis del hueso subcondral, inflamación de la membrana sinovial, entesofitosis y el desarrollo de osteofitos periarticulares³.

Este proceso termina provocando en el animal una serie de problemas visibles tales como pérdida de movilidad, intolerancia al ejercicio, rigidez de las extremidades, deformación articular y dolor crónico. Todos estos cambios producen otras alteraciones secundarias como cambios de comportamiento, pérdida de masa muscular, sobrepeso y, en los casos más graves, úlceras por decúbito o infecciones de orina debido a la incapacidad para levantarse. Cualquiera de estos problemas influye negativamente en la calidad de vida de los pacientes, llegando a ser algunos de ellos motivo de eutanasia⁴.

La terapia multimodal hoy en día es la base del tratamiento de la osteoartritis. El gold-standard de esta terapia siempre deber ser el control del dolor y de los cambios inflamatorios, no dejando de lado el manejo nutricional y de la condición física general del animal.

Debido a la necesidad de entender el dolor, varias investigaciones han producido un constante avance en el conocimiento y la modulación de las diferentes vías nociceptivas^5,6. Estas investigaciones han permitido a la industria farmacéutica, a su vez, no sólo la incorporación de medicamentos para el manejo del dolor, sino también el desarrollo de nuevas formulaciones de suplementos orales o alimentos complementarios^7,8.

Los efectos beneficiosos de dichos alimentos complementarios han sido motivo de diferentes investigaciones, comprobándose el beneficio del uso de productos con base de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswelliaserrata respecto a otros alimentos complementarios^8,9.

El estudio aquí presente tiene como objetivo la implementación de protocolos que incluyen el uso del alimento complementario Flexadin ® Advanced (Vetoquinol) en patología articular posquirúrgica, habiendo sido avalados sus efectos tras años en el mercado y con estudios que demuestran su validez en el manejo multimodal de la degeneración articular¹⁰.

En el periodo comprendido entre septiembre de 2023 y junio de 2024 se llevó a cabo un estudio abierto, prospectivo, no randomizado, no ciego entre cuatro hospitales veterinarios en los cuales se contó con la participación de los responsables del servicio de Traumatología y Ortopedia: AniCura Hospital Albeitar (Logroño), AniCura Hospital Indautxu (Vizcaya), AniCura Hospital San Fermín (Pamplona), AniCura Hospital Uribe Kosta (Sopelana).

 El estudio comprendió la administración de 1 comprimido masticable de Flexadin^® Advanced al día, independientemente del peso. Dicho estudio se continuó ininterrumpidamente durante un periodo de 3 meses con revisiones presenciales en la clínica mensualmente, durante las cuales se valoraba al paciente y se le proporcionaba al tutor el tratamiento para el mes siguiente.   

Los criterios de inclusión definidos para el estudio fueron pacientes caninos sometidos a intervención quirúrgica que afecte a las articulaciones de cadera, codo o rodilla en periodo de entre 1 y 4 años previos a la inclusión en el estudio. Para su inclusión, se realizaron tanto exámenes físicos en consulta como exámenes radiológicos que permitieran descartar la presencia de otras patologías ortopédicas, evaluando a su vez los cambios degenerativos de las articulaciones intervenidas. La evaluación por parte del tutor del grado de molestia mediante Escala Visual Analógica (EVA), en inglés comúnmente conocida como Visual analogue score (VAS), debía ser superior a 2 e inferior a 6 para poder ser incluidos en dicho estudio; de la misma manera era exigencia la ausencia de tratamiento analgésico en las 4 semanas previas al inicio del tratamiento independientemente del motivo por el cual se administrase.

Para completar la inclusión del paciente al estudio debía constar la firma del tutor en el “Formulario del Consentimiento Informado”.

Los criterios de exclusión que se establecieron en el estudio fueron la concomitancia de otras enfermedades neurológicas, presencia de comorbilidades como disfunciones cardiovasculares y respiratorias importantes y otras afecciones crónicas importantes; administración de fármacos asociados a patologías relacionados que pudieran influir en la evolución de la sintomatología durante el estudio, la suspensión de la continuidad del estudio de manera voluntaria por los tutores en cualquier momento y la aparición de efectos no deseados asociados a la administración de Flexadin^® Advanced.

La evaluación del estado del paciente se realizó por parte del tutor y del veterinario empleando dos tipos de escalas. 

El empleo de una escala visual analógica (EVA) para la identificación del grado de malestar debido al dolor fue empleado tanto por tutores como veterinarios; dicha escala consistía en 10 iconos faciales representativos de diferentes grados de dolor con el punto de menor intensidad colocado a la izquierda y el de mayor intensidad a la derecha. De la misma manera, una escala de colores similar a la de los semáforos fue empleada para la facilitación de la puntuación.

La evaluación del tutor se completó mediante una Escala Simple Descriptiva (ESD), traducción del inglés de Simple Descriptive Scale (SDS) para la valoración de cuatro aspectos generales que debían puntuarse del 0 al 3: condición general, apetito, movilidad y grado de cojera. 

La participación del clínico veterinario consistió en la cumplimentación únicamente de la escala visual analógica. Un apartado para notas fue añadido en ambas valoraciones para facilitar la recogida de datos.

Se incluyeron 20 pacientes en el estudio, pero dos de ellos fueron excluidos. Uno de ellos por posible intolerancia alimentaria, dicho paciente presentaba historial previo de hipersensibilidad alimentaria. El otro paciente fue excluido debido a la falta de seguimiento de este durante el periodo de estudio. En cuanto a la raza, predominó el mestizo (22.2 %), seguido de Golden Retriever y Labrador (11.1 % cada uno). Las patologías se distribuyeron principalmente en el codo (50.0 %) y la rodilla (44.4 %), con un solo caso en la cadera (5.6 %). La técnica quirúrgica más empleada fue la TPLO (27.8 %).

Para las variables ordinales de la condición del paciente, los resultados en cada tiempo de seguimiento fueron los siguientes: la condición generalen el tiempo inicial (T0) tuvo una mediana de 0.0 (RIC: 0.0–0.0), mientras que en el último tiempo (T3) permaneció en 0.0 (RIC: 0.0–0.0). En el apetito (AP) la mediana inicial en T0 fue de 0.0 (RIC: 0.0–0.0) y en T3 se mantuvo igual, con un RIC de 0.0–0.0. La movilidad en el tiempo inicial (T0) tuvo una mediana de 1.0 (RIC: 0.75–1.25), mientras que en el último tiempo (T3) fue de 0.0 (RIC: 0.0–1.0). La cojera tuvo una mediana inicial de 1.0 (RIC: 0.0–1.0) en T0, y en T3 fue de 0.0 (RIC: 0.0–1.0). La puntuación total de condición (Total SDS), que agrupa los ítems de Condición General, Apetito, Movilidad y Cojera, mostró una mediana inicial de 2.0 (RIC: 1.0–3.0) y final de 0.5 (RIC: 0.0–2.0). Las escalas visuales analógicas (VAS) de percepción general del bienestar reflejaron las siguientes medianas en T0 y T3, respectivamente: la valoración del tutor fue de 4.0 (RIC: 3.0–5.0) al inicio y de 3.0 (RIC: 2.0–3.5) al final; mientras que la valoración del veterinario fue de 3.0 (RIC: 3.0–5.0) al inicio y de 3.0 (RIC: 1.5–3.5) en T3 (Figura 1).

Para las variables con cambios significativos, se aplicó la prueba de Wilcoxon entre el valor inicial (T0) y cada momento posterior (T1, T2, T3), con corrección de Bonferroni. Los resultados indicaron mejoras significativas en Movilidad (T0 vs. T2, p = 0.033; T0 vs. T3, p = 0.008), Cojera (T0 vs. T2, p = 0.034; T0 vs. T3, p = 0.011), y Total SDS (T0 vs. T1, p = 0.020; T0 vs. T2, p = 0.005; T0 vs. T3, p = 0.002) (Figura 3).

En las escalas visuales analógicas, las valoraciones del tutor mostraron mejoras significativas desde T1 (T0 vs. T1, p = 0.011; T0 vs. T2, p < 0.001; T0 vs. T3, p < 0.001), y las del veterinario también reflejaron mejoras significativas desde T2 (T0 vs. T2, p = 0.007; T0 vs. T3, p = 0.001).

La concordancia entre el tutor y el veterinario en la evaluación del bienestar del paciente se evaluó en cada momento de seguimiento mediante el índice Kappa de Cohen. En T0, el Kappa fue de 0.241 (p = 0.036), indicando un nivel bajo de concordancia significativo. En T1, el índice Kappa fue de 0.175 (p = 0.185), reflejando un bajo acuerdo sin significancia estadística. A partir de T2, se observó un incremento en la concordancia, con un Kappa de 0.440 (p < 0.001), indicando un acuerdo moderado. En T3, la concordancia alcanzó un nivel moderado-alto, con un Kappa de 0.617 (p < 0.001).

En este estudio el empleo de la escala visual analógica o visual analogue score (EVA/VAS) y la escala simple descriptiva (ESD/SDS) facilitó a los tutores la identificación del grado de dolor y la cumplimentación de los formularios propuestos; esto generó una buena comunicación con el veterinario clínico, generando un sentimiento de implicación en el manejo de la enfermedad por parte del tutor. 

Los resultados obtenidos en el estudio demostraron una disminución de las molestias percibidas por parte de los tutores en todos los casos durante la administración de suplementos con una formulación de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswelliaserrata.

Dicha mejoría fue más significativa a partir de los 2 meses de tratamiento, tanto por parte de los tutores como por parte de los veterinarios, según los resultados obtenidos en la escala VAS. La mejoría en esta escala fue percibida de manera más tardía en el caso de la valoración veterinaria. 

Se identificó una diferencia en la percepción del grado de malestar, viéndose reflejada en la puntuación inicial. El grado de malestar percibido por los tutores era mayor que el percibido por parte de los veterinarios. Esta variabilidad puede ser debida a que los veterinarios disponen de una experiencia clínica valorando el grado de dolor en los pacientes y comparando los grados de dolor entre ellos. En cambio, los tutores no disponen normalmente de esa experiencia clínica ni de la percepción del grado de malestar de otros perros con los que compararla. A pesar de esta diferencia, en la escala VAS se apreció una mejoría en el nivel de molestias percibidas por tutor y veterinarios durante el estudio, tras la administración de dichos suplementos.

En la escala SDS se produjo una reducción notable en la suma total de las puntuaciones de los pacientes. Las categorías en las que se produjo una disminución más notable de la puntuación y, por, tanto una mejoría de estas durante el estudio, fueron las de movilidad y cojera. Ambas categorías coincidían en ser las que obtuvieron mayor puntuación al inicio del estudio. Una de las explicaciones para dichos resultados puede deberse a que no se han admitido pacientes en los que exista concomitancia de otras enfermedades, y sólo se admitieron pacientes con un grado de molestias leve a moderado en la escala VAS. Por lo tanto, no existe un deterioro ni del estado físico general, ni del apetito en estos pacientes.   

Las escalas visuales han sido validadas para la evaluación de diferentes patologías en medicina veterinaria. La familiarización y el uso por parte de los tutores de este tipo de escalas, permite la detección temprana de la enfermedad y/o de las agudizaciones en un menor plazo de tiempo¹¹.

La administración de suplementos con una formulación de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswelliaserrata contribuye a reducir las molestias presentadas en pacientes con un grado leve o moderado de dolor por artrosis derivada de cirugía articular, pudiendo ser empleado como suplemento nutricional para el manejo multimodal crónico de la osteoartritis en estos casos.

Las escalas VAS empleadas permiten una buena identificación del dolor por parte del tutor, con una buena concordancia con la valoración clínica veterinaria. 

Facilitar y educar en el manejo de escalas VAS a los tutores de perros que han sufrido cirugía articular, permite la detección temprana de la enfermedad articular. El uso por tanto de herramientas diagnósticas preventivas mejora la calidad de vida de los pacientes y la comunicación con los tutores durante el manejo de la enfermedad degenerativa articular.

El uso de escalas visuales analógicas VAS, permitió a los tutores valorar por sí mismos la evolución de su mascota tras la administración diaria de suplementos con una formulación de colágeno tipo II no desnaturalizado y Boswelliaserrata durante los meses de duración del estudio, confiando así en los efectos del suplemento nutricional y continuando con su administración diaria de manera crónica.

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