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Síndrome uveodermatológico: reporte de un caso en un canino Mestizo

Resumen breve

El objetivo de este trabajo es presentar un caso de síndrome uveodermatológico en un canino Mestizo. La importancia de este artículo radica en la baja prevalencia reportada de esta patología en caninos Mestizo ya que tiende a ser una entidad típicamente asociada a razas nórdicas y sus cruzas.  
 

Resumen

El síndrome uveodermatológico es una entidad patológica autoinmune donde el blanco de acción inmunológico está dirigido hacia los melanocitos o ciertas proteínas asociadas a ellos. Se observa principalmente en razas nórdicas como Akita, Malamute y Siberian husky y en mucha menor medida en otras razas. La signología clínica incluye lesiones dermatológicas que pueden estar precedidas por signos oculares y en mucha menor medida signología auditiva y/o neurológica. El diagnóstico es clínico e histopatológico y el tratamiento consiste en la administración de drogas inmunosupresoras/inmunomoduladoras. El objetivo de este trabajo es presentar un caso de síndrome uveodermatológico en un canino Mestizo.

Palabras clave: síndrome uveodermatológico, Vogt-Koyanagi-Harada.

Summary

Uveodermatological syndrome is an autoimmune pathological entity where the immunological target of action is directed towards melanocytes or certain proteins associated with them. It is mainly observed in Nordic breeds such as Akita, Malamute and Siberian husky and to a much lesser extent in other breeds. The clinical signs include dermatological lesions that may be preceded by ocular signs and to a much lesser extent auditory and/or neurological signs. The diagnosis is clinical and histopathological and the treatment consists of the administration of immunosuppressive/immunomodulatory drugs. The objective of this work is to present a case of uveodermatological syndrome in a mixed-breed dog.

Keywords: uveodermatological syndrome, Vogt-Koyanagi-Harada.

Introducción

En medicina humana, el síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada (VKH) comprende un conjunto de manifestaciones clínicas con signología ocular y dermatológica que puede además acompañarse de signos neurológicos y trastornos de la audición. Se define al síndrome uveodermatológico como una entidad patológica que afecta a los caninos y que se asemeja clínica e histopatológicamente al síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada. El objetivo de este trabajo es presentar un caso de síndrome uveodermatológico en un canino Mestizo. La importancia de este artículo radica en la baja prevalencia reportada de esta patología en caninos Mestizo ya que tiende a ser una entidad típicamente asociada a razas nórdicas y sus cruzas.

Caso clínico

Se presenta a consulta al servicio de Dermatología del Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, un canino, de raza Mestiza, hembra, castrada, de 8 años. La paciente presentaba un cuadro de ceguera de presentación aguda acompañado de lesiones dermatológicas las cuales se desarrollaron a las 3 semanas de iniciado el cuadro oftalmológico.

A nivel ocular, la paciente presentaba hiperemia de los vasos epiesclerales y edema corneal (Figura 1), prueba de amenaza negativa, e incapacidad de esquivar objetos en la prueba de deambulación en consultorio. Se realizó una interconsulta con el servicio de oftalmología quienes confirmaron el diagnóstico de uveítis anterior bilateral.

Figura 1. Edema corneal e inyección de vasos epiesclerales.

Figura 1. Edema corneal e inyección de vasos epiesclerales.

A nivel dérmico, se observaron lesiones hipopigmentadas, erosivoulcerativas en región perilabial, plano nasal, parte del puente nasal (Figura 2) y periocular.

Figura 2. Despigmentación plano nasal y labios. Lesiones erosivoulcerativas y costrosas en plano nasal.

Figura 2. Despigmentación plano nasal y labios. Lesiones erosivoulcerativas y costrosas en plano nasal.

A nivel de las almohadillas podales se identificó una hiperqueratosis leve (Figura 3).

Figura 3. Hiperqueratosis en almohadilla podal.

Figura 3. Hiperqueratosis en almohadilla podal.

Se realizó citología por impronta de la lesión ulcerada ubicada en la región de la trufa en la cual, mediante una tinción metanol Giemsa, se observó la presencia de glóbulos rojos, neutrófilos en baja proporción y cocos libres. Se realizó un análisis de sangre completo y PCR de Ehrlichia canis, Hepatozoon canis, Babesia spp. y Mycoplasma spp. Dichos estudios no evidenciaron alteraciones y los PCR fueron todos negativos. Además se realizó ecografía abdominal y Rx de tórax ambos sin particularidades. Se indicó Doxicilina 10 mg/kg/24 h VO por 7 días y posteriormente se procedió a realizar una sedación y toma de muestra, con un punch número 6, de lesiones cutáneas del área del plano y del puente nasal. Las muestras fueron remitidas para su análisis histopatológico al Servicio de Patología Diagnóstica de la Facultad de Ciencias Veterinarias (UBA) en formol al 10 %. Las mismas fueron procesadas según las técnicas de rutina hasta su inclusión en parafina. De los tacos de parafina se obtuvieron cortes de 5 µ de espesor, que fueron coloreados con la técnica de hematoxilina-eosina (H&E). El resultado histopatológico informó dermatitis de interfase liquenoide formada por una población celular compuesta por linfocitos, plasmocitos, neutrófilos y macrófagos, presencia de melanomacrófagos en dermis, degeneración hidrópica de células basales de la epidermis junto a leve hiperqueratosis y presencia de costras (Figuras 4 y 5).

Figura 4. (A) Imagen histopatológica de la piel en la que se observa una dermatitis de interfase liquenoide en banda (flecha negra) (x100, H&E). (B) Imagen histopatológica de la unión dermoepidérmica. En la dermis se observa una moderada reacción inflamatoria compuesta principalmente por linfocitos, plasmocitos y macrófagos vacuolizados. También se observa melanina en el interior del citoplasma de algunos macrófagos (flechas negras). En las células del estrato basal de la epidermis se ven células con degeneración hidrópica (flechas rojas) (x400, H&E).A

Figura 4. (A) Imagen histopatológica de la piel en la que se observa una dermatitis de interfase liquenoide en banda (flecha negra) (x100, H&E). (B) Imagen histopatológica de la unión dermoepidérmica. En la dermis se observa una moderada reacción inflamatoria compuesta principalmente por linfocitos, plasmocitos y macrófagos vacuolizados. También se observa melanina en el interior del citoplasma de algunos macrófagos (flechas negras). En las células del estrato basal de la epidermis se ven células con degeneración hidrópica (flechas rojas) (x400, H&E).

B

Los hallazgos histopatológicos descriptos interpretados a la luz de la signología clínica cutánea y oftalmológica fueron sugestivos y compatibles con un diagnóstico de síndrome uveodermatológico.

Se inició una terapia con prednisolona 1 mg/kg/12 h durante 21 días junto con gotas oftalmológicas. La evolución de las lesiones dermatológicas fue favorable por lo que se decidió reducir gradualmente la dosis de prednisolona. El esquema de reducción consistió en 0.75 mg/kg/12 h por 15 días, 0.5 mg/kg/12 h por 15 días, 0.5 mg/kg/24 h por 15 días y suspender. A nivel ocular se inició con gotas oftálmicas de dexametasona 0.1 % cada 8 horas y a razón de la falta de respuesta favorable se decidió realizar una inyección subconjuntival de 0.2 ml de acetónido de triamcinolona. Con la reducción de dosis no se observaron recidivas a nivel cutáneo y la piel de la zona de la trufa comenzó a pigmentarse nuevamente. Las lesiones oculares de uveítis mejoraron más lentamente en forma comparativa a las lesiones cutáneas. Finalmente el daño ocular fue irreversible resultando en la pérdida completa de la visión.

Discusión

El síndrome uveodermatológico es una entidad canina que se asemeja a la enfermedad Vogt-Koyanagi-Harada en humanos. Si bien en medicina veterinaria la presentación ocular y cutánea de dicho cuadro nosológico están presentes, la signología neurológica no suele estar presente a diferencia de lo que sucede en medicina humana1.

Los melanocitos son células que poseen la capacidad de sintetizar melanina y se encuentran distribuidas en la piel, folículos pilosos, mucosa oral, ojos, cóclea, y en menor medida en las meninges. A nivel de la piel podemos encontrarlos tanto en la epidermis como en la dermis y a nivel ocular se hallan en forma abundante en la úvea la cual se compone del iris, cuerpo ciliar y coroides1. En el síndrome uveodermatológico, la respuesta autoinmune se halla dirigida hacia los melanocitos o ciertas proteínas asociadas a los melanocitos como la tirosinasa (enzima encargada de la producción de melanina).

En los caninos, esta patología se observa principalmente en las razas Akita, Samoyedo y Siberian Husky aunque la bibliografía también reporta otras razas pero con una incidencia mucho más baja. La edad de presentación varía desde 7 meses hasta 13 años con una media de 3 años. Se ha reportado una mayor incidencia en machos en forma comparativa1. En este trabajo presentamos un caso de síndrome uveodermatológico en un canino Mestizo, hembra de 8 años. Es interesante destacar que los caninos Mestizo no se incluyen dentro de las razas predispuestas a desarrollar esta entidad patológica y que no se hallan reportes habituales en la bibliografía en relación a este punto.

En medicina humana este síndrome comienza con signos neurológicos derivados de una meningoencefalitis y, después, aparecen los signos oculares. En los caninos, los signos oculares se presentan de forma aguda y pueden preceder o no a los signos cutáneos, que son secundarios a una reacción inmunomediada de tipo humoral dirigida de forma específica frente a los melanocitos de la úvea (anterior y posterior) y de la piel2. El tiempo entre el desarrollo de la signología ocular y cutánea o viceversa puede variar siendo entre 12 y 20 semanas1. En nuestra paciente, los primeros signos fueron los oftalmológicos y recién a las tres semanas comenzó a desarrollar la signología cutánea. Cabe destacar que nuestro paciente no manifestó alteraciones en la audición (aunque esta aseveración es subjetiva ya que no se realizaron pruebas específicas como son los potenciales evocados para confirmar) ni manifestó ningún signo neurológico asociado.

Los signos oculares incluyen ceguera, y pérdida de visión secundaria a uveítis mientras que los signos cutáneos incluyen lesiones de leucodermia, leucotriquia, eritema, alopecia, erosiones, úlceras y costras. Se ha reportado en menor medida hiperqueratosis de almohadillas y onicomadesis. Las regiones afectadas incluyen el puente nasal, labios, periocular, cavidad oral, almohadillas podales y genitales1. La paciente desarrolló una uveítis bilateral con pérdida de la visión junto a lesiones hipopigmentadas, erosivoulcerativas en región perilabial, plano nasal, parte del puente nasal y periocular. A nivel de las almohadillas podales se identificó una hiperqueratosis leve. Todos los signos fueron coincidentes con los descriptos por la bibliografía.

El síndrome uveodermatológico fue descripto por primera vez en medicina veterinaria en un canino Akita japonés con uveítis granulomatosa bilateral y despigmentación cutánea concurrente de la nariz y los párpados. Desde ese momento, la bibliografía ha reportado alrededor de 60 casos en esta raza lo que presupone una asociación entre esta raza y esta enfermedad3.

En líneas generales, las lesiones de la piel son secundarias a una respuesta anómala dirigida por células T y macrófagos (inmunidad Th1) y las oculares a células de tipo B y macrófagos (inmunidad Th2)2.

Estudios recientes han descrito que la inmunización de linfocitos con péptidos derivados de la proteína tirosinasa 1 humana inducían en 2 perros de la raza Akita inu signos oculares y extraoculares similares al síndrome VKH a las 3-4 semanas de la primera inmunización, por lo que esta enzima se relaciona con el desarrollo de la enfermedad en la raza Akita inu y en humanos. También se ha establecido una posible causa genética en los Akita inu, ya que se ha observado que perros de esta raza en América presentaban una falta de diversidad genética para ciertos alelos del gen DLA de clase II2-4. Esto nos orienta a pensar en la fuerte herencia genética que esta entidad posee en esta raza y nos obliga a considerar la posibilidad de que nuestra paciente pudiera haber heredado alguno de estos genes de sus antecesores.

En cuanto al tratamiento, se sugiere iniciar con dosis inmunosupresoras de glucocorticoides por vía oral, pudiendo el tratamiento durar hasta 6 meses en orden de reducir la posibilidad de recidiva1. Otras opciones incluyen ciclosporina, azatioprina, metotrexato, clorambucilo, micofenolato y ciclofosfamida1. En nuestro caso en particular, se decidió utilizar glucocorticoide a una dosis de 1 mg/kg/12 h e ir reduciendo el esquema cada 15 días ya que la paciente evolucionó favorablemente en lo relativo a las lesiones cutáneas. Lamentablemente las lesiones oculares fueron irreversibles y la paciente no recuperó la visión.

Conclusiones

Si bien la prevalencia del síndrome uveodermatológico está representada por las razas nórdicas debemos considerar a caninos de otras razas e incluso, como muestra este reporte, a caninos Mestizo con la posibilidad de desarrollar esta condición. Un detallado examen clínico, oftalmológico y dermatológico asociado a la evaluación histopatológica de lesiones cutáneas, serán clave para arribar al diagnóstico definitivo y así poder iniciar la terapia precozmente a fin de reducir las consecuencias irreversibles de la inflamación del tracto uveal que puede conducir a la ceguera permanente del paciente.

Bibliografía

1. Tham HL, Linder KE, Olivry T: Autoimmune diseases affecting skin melanocytes in dogs, cats and horses: vitiligo and the uveodermatological syndrome: a comprehensive review. BMC Vet Res. 2019 Jul 19;15(1):251. doi: 10.1186/s12917-019-2003-9. PMID: 31324191; PMCID: PMC6639964.

2. Cabo-Álvarez C, Sanz-Herrera F: Caso clínico de Oftalmología. Clínica Veterinaria de Pequeños Animales - Volumen 39 / Nº 1 / Marzo 2019

3. Angles JM, Famula TR, Pedersen NC: Uveodermatologic (VKH-like) syndrome in American Akita dogs is associated with an increased frequency of DQA1*00201. Tissue Antigens. 2005 Dec;66(6):656-65. doi: 10.1111/j.1399-0039.2005.00508.x. PMID: 16305682.

4. Yamaki K, Takiyama N, Itho N, Mizuki N, Seiya M, Sinsuke W, Hayakawa K, Kotani T: Experimentally induced Vogt-Koyanagi-Harada disease in two Akita dogs. Exp Eye Res. 2005 Feb;80(2):273-80. doi: 10.1016/j.exer.2004.09.010. PMID: 15670805.

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