Cómo crear un ambiente amigable para una clínica felina
Resumen breve
La visita al centro veterinario es una experiencia muy estresante para la mayoría de los gatos y para sus propietarios. Además, muchos de los gatos ya empiezan a manifestar signos de estrés mucho antes de llegar al centro. El hecho de que el gato padezca estrés durante la visita al centro veterinario no solo afecta al bienestar del gato, sino que puede tener muchas otras consecuencias negativas. Por un lado, las visitas suelen ser más largas y complicadas para el personal. Por otro lado, es…Índice de contenidos
Resumen
La visita al centro veterinario es una experiencia muy estresante para la mayoría de los gatos y para sus propietarios. Además, muchos de los gatos ya empiezan a manifestar signos de estrés mucho antes de llegar al centro. El hecho de que el gato padezca estrés durante la visita al centro veterinario no solo afecta al bienestar del gato, sino que puede tener muchas otras consecuencias negativas. Por un lado, las visitas suelen ser más largas y complicadas para el personal. Por otro lado, es mucho más difícil realizar una correcta exploración y evitar que algunos parámetros fisiológicos se vean alterados. Además, las recuperaciones suelen ser más lentas y hay una mayor probabilidad de complicaciones. Finalmente, todo ello se traduce con un menor número de visitas de gatos al centro veterinario. En este artículo se resumen los aspectos fundamentales para prevenir, reducir y aliviar el estrés en gatos durante el traslado hacia el centro veterinario y la estancia en el mismo.
Introducción
La visita al centro veterinario suele ser para la mayoría de los gatos una situación muy estresante. De hecho, en un estudio del 2011, el 57 % de los propietarios consideraban estresante para su gato ir al veterinario y, el 38% de ellos, decían que también lo era para ellos 1. En un estudio más reciente, el 51,5 % de los propietarios describen signos de estrés en sus gatos antes de salir de casa y, alrededor del 74% los describen como asustados, irritados o agresivos 2. Por lo tanto, ir al centro veterinario es una situación estresante para la mayoría de los pacientes y, estos, empiezan a manifestar signos de estrés mucho antes de llegar al centro veterinario.
El hecho de que un gato padezca estrés durante la visita al centro veterinario puede tener muchas consecuencias. En primer lugar, visitar un gato con miedo, ansiedad y/o estrés, requiere de mucho más esfuerzo, tiempo y en ocasiones personal 3. Esto conlleva a menudo una afectación del resto de las citas concertadas. Además, un gato asustado es más propenso a reaccionar con agresividad hacia el personal del centro 4.
En segundo lugar, a menudo, no es posible realizar la exploración completa del gato o, los parámetros fisiológicos obtenidos durante la misma o posteriormente si se extrae una muestra de sangre, pueden estar alterados. A modo de ejemplo, la liberación de catecolaminas y, de glucocorticoides debido a la respuesta de estrés puede incrementar la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, la presión sanguínea, la concentración de glucosa, así como alterar el leucograma 5,6,7.
En tercer lugar y no menos importante, la recuperación de un gato estresado es más lenta. En ocasiones surgen complicaciones como consecuencia del estrés. La anorexia por estrés es un ejemplo. Además del efecto del estrés debe recordarse que los gatos son una especie muy neofóbica desde el punto de vista alimentario, es decir, rechazan aquellos alimentos a los que no están habituados. Esta neofobia, se acentúa cuando el individuo está estresado y en un ambiente desconocido como puede ser el centro veterinario 4.
Otras veces, el tratamiento o la prevención incorrecta del dolor es la causa de ese estrés y, consecuentemente, de la recuperación más lenta del gato. En un estudio en el que comparaban el uso de analgesia durante la gonadectomía en veterinarios de Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia se observó que durante el postoperatorio y sobre todo una vez el gato era dado de alta, el uso de analgesia era bajo.
Concretamente, solo un 3,8% de los veterinarios prescribían un fármaco analgésico después de una castración cuando el paciente era dado de alta y, un 16,1% tras la esterilización 8. La dificultad para reconocer el dolor, la falta conocimiento para utilizar el analgésico apropiado, el miedo a los efectos secundarios y, creer que en ocasiones el uso de analgesia es contraproducente para la recuperación del paciente son los principales argumentos que dieron los veterinarios para no usar la analgesia de forma apropiada 9.
Por último, otra de las consecuencias es la reducción del número de visitas de gatos. De hecho, el número de visitas de gatos es mucho menor que las de perros y el estrés que padecen muchos gatos podría ser una de las causas que explique esta diferencia 10,11. Por ejemplo, en este estudio, el 40 % de los gatos no habían ido al centro veterinario durante el último año frente al 15% de los perros 12.
Son muchas las fuentes potenciales de estrés para los gatos cuando acuden al centro veterinario 10. Algunas de ellas, ya aparecen en casa cuando los gatos intuyen que irán al centro veterinario. El trasportín, el traslado hasta el centro, la exposición a estímulos olfativos, auditivos y visuales desconocidos, las manipulaciones que en ocasiones pueden ser dolorosas son algunos de los ejemplos 2.
A continuación, se describen las medidas y estrategias que pueden implementarse en el centro veterinario para que se adapte mejor a las necesidades del gato. Algunas de las recomendaciones pueden darse al propietario antes de que llegue al centro para reducir el estrés previo a la llegada al mismo y, otras medidas pueden aplicarse en el centro 13.
Preparación de la visita al centro veterinario
Hay una serie de recomendaciones que deberían darse al cliente cuando llama para pedir cita, independientemente del motivo de la cita. Si el número de llamadas es muy elevado y, no es posible dedicarle un tiempo adicional a cada llamada, esta información podría enviarse por email o por WhatsApp. Estas recomendaciones se resumen en la tabla 1.
Tabla 1. Recomendaciones para los propietarios de gatos para preparar la visita al centro veterinario. |
No forzar al gato a entrar al trasportín. Incentivado con juego o comida. |
Tapar el trasportín |
Sujetar correctamente el trasportín en el coche. |
Evitar el balanceo del trasportín |
Una vez en el centro, nunca dejar el trasportín en el suelo (mirar zonas habilitadas). |
Además, en aquellos casos en los que el historial no describa el perfil de gato o en los casos de clientes nuevos, debería preguntarse al cliente si su gato lo pasa mal durante el traslado y como han ido las veces anteriores. Estas preguntas ayudarán a identificar aquellos gatos que se beneficiarían de tomar algún producto ansiolítico previo a la visita (Tabla 2) 4. El veterinario debe decidir cuál es el mejor producto según el estado de salud del animal, su nivel de estrés y, el motivo de la consulta.
Tabla 2. Ejemplos de productos con propiedades ansiolíticas que pueden utilizarse antes de la visita al centro veterinario. |
Producto | Dosis |
Alprazolam | 0,02-0,1 mg/kg/PO 60-90 min antes |
Gabapentina | 25-100 mg/gato PO 2 h antes |
Trazodona | 25-50 mg/gato PO 2 h antes |
L-Teanina | 2,5-5,0 mg/kg PO 12 h antes y nuevamente 2 h antes del evento |
Análogo fracción F3 feromona facial | Rociar el transportin 15-20 min antes de poner al gato |
Si se dispone de tiempo, sería aconsejable habituar al gato al trasportín y al coche. Habituar a los gatos al transportín permite reducir los signos de estrés durante el traslado y realizar la visita en menor tiempo 14.
Cómo adaptar el centro veterinario y qué estrategias de manejo pueden implementarse
En ocasiones se disponen de entradas independientes para gatos y para perros además de recepciones separadas lo que ayuda mucho a reducir el contacto con estímulos olfativos, auditivos y visuales que pueden resultar desagradables 15. Independientemente de tener recepciones o no separadas es importante destinar una zona del mostrador de recepción para colocar los trasportines de los gatos y, evitar así que los clientes los dejen en el suelo. Después, debe indicarse al cliente dónde esperar con su gato.
Es muy importante como se ha comentado reducir el contacto con otras especies. Para ello, en función del espacio, puede haber un área de espera exclusiva para los gatos y otra, para los perros. Si no es posible tener una zona exclusiva, puede ponerse algún tipo de barrera visual que separe los gatos de los perros 16. En ambos casos, deben proporcionarse áreas elevadas donde dejar el trasportín y cubre trasportines por si el propietario no trajo el trasportín tapado desde casa 15.
Muchos centros disponen de 1 o 2 consultas exclusivas para los gatos. Es importante destacar que es imprescindible aún en momentos de saturación, mantener el uso exclusivo de estas consultas y no entrar a perros en ellas. Debe evitarse que las consultas de gatos estén en un lugar ruidoso y que las paredes sean de cristal. En este caso, puede colocarse un estor o un vinilo para reducir el contacto visual y que el gato esté más tranquilo 15. La música específica para gatos es otra herramienta que ayuda a reducir el estrés en los gatos durante la consulta 17.
Antes de que el gato entre en la consulta deberían tenerse en cuenta varios aspectos:
- Debe limpiarse correctamente la mesa de exploración con un detergente enzimático (ver imagen) y cambiar en caso de que se esté utilizando la toalla o el empapador.
- Es preferible colocar una goma o toalla de modo que la mesa de exploración sea más cálida para el gato y no resbale cuando salga del trasportín 15.
- Puede rociarse la superficie de la mesa con feromonas o bien colocar un difusor de feromonas en la consulta 18,19.
- Debe prepararse por anticipado todo el material que se requerirá para la visita (p.ej. fonendoscopio, otoscopio, vacuna, etc.) 4.
- Debe revisarse el historial del paciente para ver qué estrategias se siguieron en las visitas previas, así como los premios utilizados. Es clave anotar los detalles del comportamiento del gato durante la visita, así como las estrategias y premios utilizados (Tabla 3).
Tabla 3. Ejemplo de anotación en el historial de un gato. |
Moorea permite su exploración y vacunación con toallas y premios de malta, dejando la toma de la temperatura para el final. |
Utilizar gabapentina 100 mg 2 h antes de la visita |
Una vez el gato está en la consulta debería dejarse el trasportín encima de la mesa de exploración y abrir la puerta para dar al gato la oportunidad de salir solo 15. En caso de que el gato no salga por sí solo, se le puede motivar utilizando premios comestibles y/o juego. Es conveniente tener varios tipos de premios de diferente textura y sabor de elevado valor y anotar en el historial las preferencias de cada gato 20.
Si el gato es reticente a salir aún con los premios, puede sacarse la tapa del trasportín y realizar la exploración del gato manteniéndolo en la base del mismo 16. Es clave que todas las manipulaciones se asocien con premios. Para ello, una vez el gato está distraído con el premio comestible puede iniciarse la manipulación.
El manejo debe ser suave, manteniendo en la medida de los posible el contacto con el paciente y realizando una manipulación de menos a más intensidad. Por ejemplo, en caso de tener que vacunar al gato, primero se acariciaría la zona donde se inyectaría la vacuna, después se cogería suavemente un trozo de piel, después de simularía la inyección colocando el dedo en la hendidura de la piel y, finalmente se vacunaría al gato 20.
En los casos en los que el gato muestre signos moderados o severos de estrés debe considerarse qué estrategia es mejor seguir. Se pueden utilizar toallas para envolver/cubrir al gato o la sedación cuando las estrategias previas no sean suficientes para reducir el estrés del gato y realizar el procedimiento 13. Debería darse la posibilidad al cliente de posponer la visita y establecer un nuevo plan para que el gato llegue al centro más tranquilo y relajado 20.
En los casos en los que el gato manifiesta estrés moderado o elevado debería considerarse siempre la premedicación en casa para futuras visitas (Tabla 2). En un estudio realizado en 2017, se observó que una única dosis de 100 mg de gabapentina por gato se correlacionaba significativamente con menores signos de estrés durante el traslado y la visita al centro veterinario en comparación con el placebo.
Los efectos secundarios que se observaron más frecuentemente (sedación, seguido de ataxia, hipersalivación y vómitos) desaparecieron a las 8 h de la administración 21. También se observaron menos signos de estrés durante el trasporte y una mayor facilidad de manejo durante la visita con la administración previa de una dosis de 50 mg por gato de trazodona 22. Un estudio preliminar sugiere que la administración en la mucosa oral de dexmedetomidina podría ser eficaz para reducir los signos de estrés durante el trasporte de los gatos.
En este caso, la administración de 0,02 mg de dexmedetomidina por gato se correlacionó con menores niveles de cortisol y menos “lamidos de los labios”, una conducta que puede reflejar estrés, durante el traslado 23.
En los casos en los que el gato debe permanecer en el centro veterinario para la realización de pruebas diagnósticas, la administración de un tratamiento, tras una cirugía o bien, quedarse hospitalizado por más tiempo, es conveniente adoptar una seria de medidas que ayuden al gato a hacer frente al estrés asociado a dicha situación. Es preferible disponer de áreas de hospitalización separadas 16. Esto permite reducir los estímulos olfativos de los perros, el ruido derivado de los ladridos y/o gemidos, así como el contacto visual con perros.
Sin embargo, a menudo esto no es posible y los perros y los gatos comparten una misma zona. En este sentido, cuando se trata de módulos de acero inoxidable debería evitarse colocar en el mismo módulo perros y gatos ya cada vez que un perro se mueve, puede ser una fuente de estrés adicional sobre todo para los gatos.
La jaula de los gatos debe reunir una serie de requisitos:
- Estar en una zona tranquila y elevada. Es preferible utilizar las jaulas superiores para los gatos y no hospitalizar a los gatos en las jaulas de la parte inferior.
- Ser suficientemente grande para que se pueda colocar la bandeja de arena en uno de sus extremos y en el otro, el comedero/bebedero y, algo donde el gato pueda esconderse (Figura 1). La bandeja de arena debe ser muy baja y grande para facilitar su acceso a los gatos que llevan un catéter y/o tienen molestias 16.
- Taparse siempre al menos la mitad frontal de la jaula (Figura 2). En esta zona es donde debería colocarse algo, como, por ejemplo, una caja de cartón vacía, para que el gato pudiera esconderse 16,24. No colocar en esta zona la bandeja de arena ya que a menudo los gatos descansarán en su interior en lugar de utilizarla para orinar y defecar.
- Puede rociarse la jaula o bien colocar un difusor del análogo de la fracción F3 de la feromona facial felina en el área donde están hospitalizados los gatos 25.
- Puede colocarse un objeto que sea familiar para el gato para que esté más tranquilo 16.
- Colocarse una superficie en el suelo de la jaula que sea confortable. Hoy en día existen en el mercado, alfombras absorbentes que mantienen al gato seco en caso de que no utilice correctamente la bandeja, aumentan el confort durante el descanso y evitan que el gato resbale (Figura 3)15.
Además de adaptar las jaulas a las necesidades de los gatos sería conveniente reducir y agrupar las manipulaciones y los chequeos. Asimismo, debería incluirse dentro del protocolo de monitorización del paciente hospitalizado la utilización de escalas validadas para identificar el dolor.
Cuando el gato es dado de alta debe tenerse en cuenta si convive o no con otros gatos. En caso afirmativo, es necesario reintroducir al gato convaleciente de una forma progresiva para evitar un conflicto entre los gatos.
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