Análisis sanguíneo y el rendimiento deportivo en el caballo
Resumen breve
Las analíticas sanguíneas en caballos son una herramienta diagnóstica habitual en la práctica diaria. Su uso de forma rutinaria puede tener un gran interés para el control o la monitorización de la forma física y del ejercicio o el entrenamiento. La clínica equina se encuentra en gran parte enfocada al deporte ya que un gran número de caballos son atletas, por lo que este tipo de pruebas relacionadas con el estado de forma y el rendimiento deportivo tienen un gran interés.Índice de contenidos
Resumen
Las analíticas sanguíneas en caballos son una herramienta diagnóstica habitual en la práctica diaria. Su uso de forma rutinaria puede tener un gran interés para el control o la monitorización de la forma física y del ejercicio o el entrenamiento. La clínica equina se encuentra en gran parte enfocada al deporte ya que un gran número de caballos son atletas, por lo que este tipo de pruebas relacionadas con el estado de forma y el rendimiento deportivo tienen un gran interés.
Las analíticas sanguíneas son pruebas relativamente sencillas y fáciles de llevar a cabo que se hacen habitualmente en las cuadras o centros hípicos. A pesar de que existen ciertas diferencias en resultados de los estudios llevados a cabo acerca del uso de analíticas sanguíneas para el caballo de deporte, se ha comprobado que su uso, especialmente de forma seriada, puede ser muy interesante de cara a que la vida deportiva del caballo, así como su salud, sea la mejor posible.
Introducción
Las analíticas sanguíneas han sido tradicionalmente utilizadas para conocer el estado de salud del caballo con fines diagnósticos, pero en la actualidad, se están comenzando a utilizar de forma rutinaria para el seguimiento y monitorización del estado general y de forma de caballos atletas1(Figura 1). Se sabe que el entrenamiento tiene un inmenso efecto en la homeostasis fisiológica2, por lo que hoy en día la monitorización de las analíticas sanguíneas en deportistas humanos se usa de manera habitual para evaluar la capacidad deportiva y estado físico con relación al entrenamiento1. Es cierto que, pensando en atletas equinos existen ciertas limitaciones de cara a llevar a cabo este tipo de monitorizaciones con respecto a la medicina humana3 pero, a pesar de ello, se trata de una herramienta con gran interés y futuro en la rama de la clínica equina deportiva.
En el entrenamiento de un caballo el objetivo es conseguir el mayor rendimiento deportivo posible con la menor incidencia de patologías o lesiones, tratando también de evitar las consecuencias negativas para su salud derivadas de la disciplina o deporte que practican1. La adaptación al deporte se trata, en pocas palabras, de que el cuerpo del equino sea lo más eficiente posible para llevar a cabo el ejercicio que se le está exigiendo. Tanto en atletas humanos como en caballos se producen adaptaciones al ejercicio para aumentar el transporte de oxígeno, mejorar el sustrato muscular y llevar a cabo el deshecho de metabolitos4 que se pueden estudiar en la analítica sanguínea. Existen enormes variaciones en cuanto al entrenamiento de los caballos en función de las disciplinas que practican, siendo, por ejemplo, totalmente distinto el entrenamiento de corta distancia y alta intensidad de las carreras y el de larga distancia, pero menor intensidad, del raid. Estas diferencias, como se verá más adelante, producen distintas alteraciones en sus analíticas sanguíneas5.
Se debe tener en cuenta que el interés del rendimiento deportivo, así como de la salud del caballo, además tiene una importancia económica. Todo esto hace que sea de mayor relevancia la detección temprana de cambios y el control adecuado del estado de salud y de forma de los caballos.
Toma de muestras
De cara a realizar análisis sanguíneos es importante ser consciente de que la precisión de las mediciones varía en función de las máquinas utilizadas y, por tanto, en muchas ocasiones, de los laboratorios. Por ello, si se busca llevar a cabo un estudio seriado o comparativo, se recomienda que el procesamiento de la muestra se realice en el mismo laboratorio.
Aunque se han reportado daños en los eritrocitos por el mero proceso de toma de las muestras, existe una amplia experiencia obteniendo muestras correctas con agujas, no más pequeñas de 21G, junto con tubos de recolección comerciales6. La obtención de sangre para su posterior procesamiento se debe hacer de forma rápida y con el caballo lo más calmado posible para evitar las potenciales interferencias producidas por el estrés7. Las muestras seriadas deben ser tomadas siempre en las mismas condiciones (horarios, trabajo previo, alimentación, etc.)7. Es importante también el mantenimiento de la muestra hasta que se procesa, que la temperatura a la que se exponga no sea extrema y, a poder ser, que no le incida luz solar directa. Además, la muestra de sangre debe ser procesada como mucho 6 horas después de la recolección ya que si no es así puede haber alteraciones en el resultado como, por ejemplo, un pequeño aumento del hematocrito y de la hemoglobina por un aumento de tamaño de los eritrocitos6.
Pruebas en reposo vs pruebas ejercicio
La toma de muestras para llevar a cabo una analítica sanguínea se puede hacer en reposo, después o durante el ejercicio. Las pruebas en reposo y en ejercicio dan datos adecuados para conocer el estado de forma del caballo, además de su estado de salud6. Las pruebas de ejercicio intenso inducen mayores cambios en ciertos aspectos8, aunque depende del interés del estudio va a ser preferible una prueba en ejercicio o una prueba en reposo. Las muestras después de ejercicio intenso se deben tomar antes de que haya pasado un minuto del final del ejercicio, con una frecuencia cardiaca igual o superior a 100 lpm7. A pesar de que hay muchos estudios con valores de referencia, lo más adecuado para llevar a cabo el seguimiento deportivo de un caballo es hacer estudios seriados, ya sea de las pruebas en reposo o de las pruebas en ejercicio, para poder evaluar los cambios de forma individualizada6.
Cambios en la analítica provocados por el ejercicio y el entrenamiento
Los cambios en la capacidad aeróbica de los caballos se reflejan en un aumento del consumo máximo de oxígeno, del volumen de sangre, del volumen de eritrocitos, de la capilarización y de la densidad mitocondrial y actividad oxidativa de enzimas9.
El entrenamiento y el ejercicio inducen cambios en el hemograma. Los eritrocitos y la hemoglobina que contienen tienen un papel fundamental transportando oxígeno de los pulmones a los músculos y tejidos utilizados para hacer ejercicio10. Además, la hemoglobina se ha correlacionado con el consumo máximo de oxígeno11,12.
En un caballo de raid entrenado correctamente se halla un aumento de hasta un 20 % en el volumen de plasma y de concentración de hemoglobina hasta en un 34 %, mientras que el entrenamiento de velocidad o sprints produce un aumento de los eritrocitos, del hematocrito y de la hemoglobina9. En un estudio en caballos de carreras en el que se evaluó la adaptación al comenzar el entrenamiento, se observó un aumento del hematocrito, especialmente en las etapas iniciales del entrenamiento2. El aumento de los eritrocitos ha sido variable en distintos estudios, apareciendo en gran cantidad de ellos, pero, sin embargo, en otros no, seguramente relacionado con la actitud del caballo o la alimentación5. Los eritrocitos y el hematocrito aumentan con el entrenamiento y con la edad, aunque cabe señalar que existen variaciones entre razas y disciplinas6.
Además de los cambios en los eritrocitos, la hemoglobina y el hematocrito, se han visto alteraciones en el MCHC (concentración de hemoglobina corpuscular media), el MCV (volumen corpuscular medio) y la MCH (hemoglobina corpuscular media). Los cambios hallados de estos parámetros en los distintos estudios son variables. En un estudio reciente se observó, en caballos de carreras, aumentos en el MCHC y la MCH a los 30 y 90 días de comenzar el entrenamiento y a 90 días también del MCV8. Estos resultados difieren de otro estudio, también llevado a cabo en caballos de carreras, en el que se advirtió una disminución de los tres parámetros, relacionándolo con una posible etapa inicial de una deficiencia de hierro, previa al desarrollo de una anemia4. Cabe destacar que los protocolos de entrenamiento utilizados en los estudios mencionados, aunque son similares, tienen ciertas diferencias que pueden ser claves e influir en los resultados obtenidos.
Durante el entrenamiento o sesión de trabajo equina se produce un fenómeno fisiológico, una contracción esplénica que produce la salida de eritrocitos del bazo a la corriente sanguínea. En este proceso los eritrocitos de un caballo pasan de 35-45 % a 65 % en ejercicio máximo13,14,15. El aumento de los eritrocitos produce una mejora de la capacidad de transporte de oxígeno y es uno de los puntos clave que contribuyen a la impresionante capacidad del caballo de aumentar el consumo de oxígeno en ejercicio9. Después del ejercicio, el hematocrito tarda unos 10 minutos en volver a su estado basal. La capacidad esplénica se puede testar haciendo una toma de sangre en reposo y justo después de un ejercicio máximo. El resultado de esta prueba va a depender del tamaño del bazo, que aumenta con la edad y depende de la raza9.
También se presentan cambios a corto plazo en los leucocitos tras un ejercicio intenso, produciéndose leucopenia9. La literatura sugiere una alteración puntual del recuento de leucocitos producido al realizar cualquier tipo de ejercicio, tomando la muestra justo después del mismo4, aunque se ha observado en caballos de carreras que dicha respuesta al ejercicio intenso es transitoria y variable16.
El entrenamiento (ejercicio continuado durante un tiempo concreto a lo largo de varios días o semanas) afecta al sistema inmune de los caballos (Tabla 1), modificando el recuento de los leucocitos, según estudios realizados en caballos de carreras jóvenes2. Dichas alteraciones producidas por el ejercicio son, en ocasiones, comparadas a reacciones similares a inflamación, considerándose que durante el ejercicio se producen cambios fisiológicos que afectan al sistema inmune8,17. El entrenamiento de forma regular de velocidad o sprints está asociado con una leucocitosis por un aumento de los linfocitos9, como se observó también en un reciente estudio en caballos de carreras al inicio de su entrenamiento4,16. El aumento en los neutrófilos de igual forma se ha visto en caballos de carreras tres meses después de comenzar su entrenamiento, así como un aumento en los monocitos y eosinófilos8. El aumento en los eosinófilos del mismo modo fue visto en otro estudio, añadiendo además en este estudio el hallazgo de un aumento de los basófilos4. Se ha observado, de la misma manera, un aumento de los leucocitos en caballos de raid y de escuelas hípicas5. En el entrenamiento de raid se produce un aumento de los neutrófilos, disminución de los linfocitos y un marcado descenso de los eosinófilos (que también son cambios típicos producidos por estrés)9.
Tabla 1. Comparativa de los resultados obtenidos en los estudios revisados (columna de la izquierda) y los cambios en leucocitos, linfocitos, neutrófilos, eosinófilos, monocitos y basófilos registrados en los mismo por el ejercicio. |
Estudios | Leucocitos | Linfocitos | Neutrófilos | Eosinófilos | Monocitos | Basófilos |
Clayton, 1991 | Aumento | Aumento | ||||
Miglio y col, 2021 | Aumento | Aumento | Aumento | Aumento | ||
Witkowska-Piłaszewicz y col, 2020 | Aumento | |||||
Capelli y col, 2020 | Aumento | Aumento | Aumento | Aumento | Aumento | |
Masko y col, 2020 | Aumento | Disminución | Aumento | Disminución |
El sobreentrenamiento
El sobreentrenamiento se produce por un ejercicio excesivo o bien por un inadecuado reposo o una inadecuada nutrición. Los síntomas que se pueden ver en el caballo van de sutiles a muy evidentes y, en todo momento, lo que se debe buscar es prevenirlo o, en su defecto diagnosticarlo de forma precoz.
Uno de los signos más característicos del sobreeentrenamiento grave es el daño muscular, que suele observarse con dolor muscular, rigidez y sudoración. Para medir el daño muscular se utilizan las enzimas aspartato aminotransferasa (AST), creatinquinasa (CK) y lactato deshidrogenasa (LDH)6. Estas tres enzimas suben de forma muy brusca tras el daño muscular y descienden a distinta velocidad (Tabla 2). Por ello, al obtener los datos y, sobre todo al hacer un seguimiento de las enzimas se puede evaluar el momento en el que se encuentra el caballo con respecto al momento en el que se produjo el daño. Es importante apuntar que, aunque no en la misma medida, la CK y la AST pueden aumentar por otras causas6.
Tabla 2. Enzimas musculares y daño muscular: pico máximo (h) y velocidad de descenso de enzimas aspartato aminotransferasa (AST), creatinquinasa (CK) y lactato deshidrogenasa (LDH). |
Enzima | Pico máximo (h) | Velocidad descenso |
CK | 4-6 | Rápida |
LDH | 12 | Media |
AST | 24 | Lenta |
Sin llegar al daño muscular, se han observado aumentos en la AST en caballos sobreentrenados23. También se han visto aumentos en la LDH en las primeras fases del entrenamiento en caballos de carreras sanos4, sin tener otros signos de sobreentrenamiento. De la misma manera se han visto aumentos en la CK y la AST en caballos sanos de raid tras una sesión de entrenamiento5. Se trata por tanto de enzimas que se modifican tras el ejercicio y que se pueden ver afectadas de forma variable en función del ejercicio y el entrenamiento.
En cuanto a la analítica, además de alteraciones en las enzimas musculares, se observarán otros signos. Se describió en trotones suecos una relación entre el descenso del rendimiento y el aumento de los eritrocitos18, asociándose este aumento a unas menores ganancias19. Sin embargo, esta asociación no se ha vuelto a encontrar, apareciendo, de hecho, el efecto contrario (descenso de los eritrocitos) en caballos sobreeentrenados en un estudio llevado a cabo en Australia20, mientras que en otro estudio realizado en Nueva Zelanda los descensos se produjeron en el hematocrito, pero no en los eritrocitos21.
Por otro lado, algunos veterinarios utilizan la ratio neutrófilos – linfocitos22, que está directamente relacionada con el estrés, aunque ésta no es siempre indicativa. La eosinopenia es otro de los factores que ha sido utilizado23, proponiéndose como más sensible que la ratio anterior. De la misma manera, el descenso del pH durante el ejercicio es otro punto clave de fatiga y se debe recordar que en los caballos la hemoglobina actúa como tampón permitiendo que toleren unas altas concentraciones de lactato9, haciendo que sea un parámetro interesante de evaluar.
En definitiva, todo ello implica que se necesitan más estudios con una mayor población de caballos para poder discernir realmente qué alteraciones de la analítica están correlacionadas con el sobreentrenamiento.
Conclusión
Llevar a cabo estos análisis laboratorios de forma rutinaria en los caballos atletas, permite en muchos casos la prevención de lesiones y otras patologías, así como un ajuste más acertado del entrenamiento, reposo o incluso la dieta1. Este interés hace que el estudio de perfiles seriados, así como el desarrollo de biomarcadores sea muy interesante de cara a continuar mejorando el estado físico y el rendimiento de los caballos de deporte. Se ha sugerido que la monitorización de los parámetros sanguíneos y de coagulación durante los programas de entrenamiento, al menos en caballos de carreras, puede ser útil para evaluar el estado de forma y ajustar los planes de entrenamiento4. A pesar de que existe un buen número de estudios llevados a cabo durante el inicio del entrenamiento, quizá queda pendiente ampliar el rango de caballos y disciplinas estudiadas ya que, al ser totalmente distintos los protocolos de trabajo en las distintas disciplinas, el evaluar las diferencias en la monitorización de las analíticas sanguíneas sería altamente interesante. La limitación de la mayoría de estudios revisados es el número de caballos, siendo este relativamente pequeño y, por ello, parece complicada la estandarización de las tendencias o los resultados derivados del entrenamiento o del ejercicio. Lo que sí que parece evidente es que puede ser muy interesante la monitorización de los datos de un animal, comparando los resultados con los suyos propios en lugar de con los obtenidos en estudios6.
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