Condrosarcoma felino: diagnóstico y relevancia de la histopatología en un caso clínico
Resumen breve
El condrosarcoma es la tercera neoplasia mesenquimal primaria más común en gatos, después del osteosarcoma y el fibrosarcoma. Este caso resalta la importancia del estadiaje completo mediante diagnóstico por imagen y la evaluación histopatológica para diferenciar entre condrosarcoma y osteosarcoma, elementos clave en la planificación del tratamiento y pronóstico de estos tumores en gatos.Índice de contenidos

Resumen
El condrosarcoma es la tercera neoplasia mesenquimal primaria más común en gatos, después del osteosarcoma y el fibrosarcoma. Es un tumor maligno mesenquimal que produce matriz condroide y se presenta con mayor frecuencia en la cavidad nasal, extremidades y esqueleto axial, afectando principalmente huesos planos. Su diagnóstico es complejo, ya que su presentación es variable y puede confundirse con un osteosarcoma. La citología y el diagnóstico por imagen pueden orientar el diagnóstico, pero la confirmación requiere un estudio histopatológico. El caso clínico presentado describe a un gato macho de 10 años con una masa en el ala del ilion derecho. Inicialmente, la citología sugirió una inflamación, pero estudios posteriores revelaron una lesión ósea agresiva. Se realizó una hemipelvectomía craneal derecha y el análisis histopatológico confirmó un condrosarcoma periostal convencional, diferenciándolo de un osteosarcoma condroblástico. A pesar de la cirugía, dos meses después, el gato presentó una reaparición local del tumor, lo que llevó a una eutanasia humanitaria debido al deterioro de su calidad de vida. Este caso resalta la importancia del estadiaje completo mediante diagnóstico por imagen y la evaluación histopatológica para diferenciar entre condrosarcoma y osteosarcoma, elementos clave en la planificación del tratamiento y pronóstico de estos tumores en gatos.
Introducción
Los tumores óseos primarios se consideran pocos frecuentes en los gatos, con una incidencia de 4.9 casos cada 100000, siendo la gran mayoría de ellos malignos1. Entre ellos, el condrosarcoma es el tercer tumor mesenquimal primario más común en gatos, después del osteosarcoma y el fibrosarcoma2. Los condrosarcomas son neoplasias mesenquimales malignas en las que las células tumorales producen cantidades variables de matriz condroide, pero no osteoide, un hallazgo histológico común en osteosarcomas. Los condrosarcomas se encuentran con mayor frecuencia en la cavidad nasal, en las extremidades y ocasionalmente en el esqueleto axial, afectando más frecuentemente a huesos planos (escápula, costillas, pelvis) que a huesos largos. Ocasionalmente, los condrosarcomas surgen en tejidos blandos en ubicaciones no esqueléticas y se denominan condrosarcomas extraesqueléticos3. Los condrosarcomas se observan sobre todo en gatos Común europeo de pelo corto con una edad media de 9.6 años (rango de 2 a 18 años) y los machos presentan 1.9 veces más probabilidad de desarrollar un condrosarcoma que las hembras4. La presentación clínica es variable según la localización del tumor: los condrosarcomas que afectan la cavidad nasal están asociados con estornudos, epistaxis y, a veces, deformación del plano nasal, mientras que los que afectan las costillas suelen presentarse como una gran masa indolora cerca de la unión costocondral. Los tumores de la pelvis producen masas grandes y duras que pueden palparse externamente por vía rectal, y pueden estar asociados con estreñimiento, tenesmo y cojera en las extremidades posteriores5. A continuación, se describe un caso clínico de condrosarcoma en el ala del ilion derecho en un gato.
Caso clínico
En septiembre de 2023, acude a consulta al Servicio de Oncología del Hospital IVC Evidensia Aúna Especialidades Veterinarias (Valencia), un gato Común europeo, macho castrado de 10 años que presenta una masa en el ala del ilion derecho de dos meses de evolución progresiva. En su veterinario habitual han realizado una punción con aguja fina (PAAF) con resultado compatible con una inflamación. En la exploración física se observa una masa subcutánea inmóvil de 5 cm de diámetro y de consistencia firme en el ala ilíaca derecha. Se realiza un estudio radiográfico completo en el cual se confirma la presencia de una lesión osteoproliferativa en el ala del ilion derecho (Figura 1).
![Figura 1. Radiografía ventrodorsal de pelvis. Se observa una lesión predominantemente osteoproliferativa localizada en el ala del ilion derecha [imagen cedida por el Servicio de Oncología del Hospital Veterinario IVC Evidensia Aúna Especialidades Veterinarias (Valencia)].](https://revistas-veterinaria.multimedica.es/fotografies/petites/288261figura-1.jpg)
Figura 1. Radiografía ventrodorsal de pelvis. Se observa una lesión predominantemente osteoproliferativa localizada en el ala del ilion derecha [imagen cedida por el Servicio de Oncología del Hospital Veterinario IVC Evidensia Aúna Especialidades Veterinarias (Valencia)].
Para completar el estadiaje, se realiza también una tomografía computarizada pre y poscontraste de tórax y abdomen en la que se observa una lesión ósea con características agresivas, presentando zonas de lisis y disrupción completa de la cortical lateral, así como con una exuberante neoformación ósea amorfa en el ala del ilion derecho. La lesión ósea presenta márgenes mal definidos (Figura 2A-B). Alrededor de la lesión ósea, se observa una masa (4.8 x 5 x 4 cm) que afecta a la musculatura glútea en el aspecto lateral de la lesión y a la musculatura paravertebral derecha, entre el ala del ilion y el cuerpo vertebral de L7. La masa presenta una morfología multilobulada con márgenes irregulares y bien definidos, de atenuación tejido blando, con múltiples mineralizaciones en su interior, presentando un realce poscontraste periférico con una fina cápsula, pero sin realce evidente de la región central (Figura 2C-D).
![Figura 2. (A- B) Imágenes de tomografía axial computarizada en ventana de hueso antes de la administración de contraste y (C-D) ventana de tejidos blandos tras la administración de contraste. Reconstrucciones multiplanares (A, C) dorsales y (B, D) transversales. Se observa una lesión ósea agresiva, levemente lítica y predominantemente proliferativa, localizada excéntricamente en la parte lateral y craneal del ala del ilion derecha. Rodeando a la lesión ósea hay una masa de tejido blando, hipoatenuante, de gran tamaño y forma bilobulada que invade principalmente a la musculatura glútea y presenta leve realce poscontraste en la periferia [imagen cedida por el Servicio de Oncología del Hospital Veterinario IVC Evidensia Aúna Especialidades Veterinarias (Valencia)].](https://revistas-veterinaria.multimedica.es/fotografies/petites/75559figuras-2a.jpg)
Figura 2. (A- B) Imágenes de tomografía axial computarizada en ventana de hueso antes de la administración de contraste y (C-D) ventana de tejidos blandos tras la administración de contraste. Reconstrucciones multiplanares (A, C) dorsales y (B, D) transversales. Se observa una lesión ósea agresiva, levemente lítica y predominantemente proliferativa, localizada excéntricamente en la parte lateral y craneal del ala del ilion derecha. Rodeando a la lesión ósea hay una masa de tejido blando, hipoatenuante, de gran tamaño y forma bilobulada que invade principalmente a la musculatura glútea y presenta leve realce poscontraste en la periferia [imagen cedida por el Servicio de Oncología del Hospital Veterinario IVC Evidensia Aúna Especialidades Veterinarias (Valencia)].



La masa parece recibir vascularización de las venas iliacas circunfleja profunda y superficial derechas. La masa protruye hacia el aspecto dorsolateral de la cavidad abdominal, sin invasión evidente. El resto de la cavidad abdominal y cavidad torácica no presentan alteraciones reseñables sugestivas de metástasis.
Por último, se repite una PAAF de la lesión ósea en la que se observan células ovaladas/poligonales con citoplasma azulado, márgenes mal definidos y núcleo ovalado en posición paracentral con cromatina granular y de 1 a 3 nucleolos muy prominentes. Las células se presentan individualizadas o dispuestas con patrón estoriforme, entremezcladas con una abundante matriz extracelular eosinofílica. Se observa marcada anisocariosis y anisocitosis. Teniendo en cuenta los resultados del diagnóstico por imagen y de la citología, se considera como diagnóstico más probable un tumor óseo primario, incluyendo como diferenciales un osteosarcoma y un condrosarcoma. Tras informar a los tutores de los resultados, se opta por una cirugía con amplios márgenes de resección. Previo a la cirugía, se realiza una analítica sanguínea completa (hemograma y bioquímico) sin hallazgos reseñables.
La cirugía realizada consiste en una hemipelvectomía craneal derecha con osteotomía de la apófisis transversa derecha de L7, colocación de una placa PLS de 2 mm y de un drenaje de aspiración activa Jackson Pratt. Tras la cirugía, se remite la masa y la apófisis transversa de L7 para su valoración histopatológica. Al examen macroscópico se observa una masa de 4.8 cm de diámetro con presencia de una cavidad céntrica de 1.3 cm de diámetro con material necrótico en el ala del ilion derecho junto con un fragmento de apófisis transversa de L7 de 2 x 1 x 0.6 cm (Figura 3).

Figura 3. Masa de ilion derecho remitida para el estudio histopatológico. Al corte se observa la presencia de una cavidad central con material friable de color blanco (necrosis, doble asteriscos).
Se procede al tallado de las muestras seleccionando 15 zonas de muestreo de la masa principal e incluyendo toda la apófisis transversa de L7. Al examen histopatológico se observa la presencia de una neoplasia altamente celular, no encapsulada y bien delimitada (Figura 4A). La neoplasia está formada por células mesenquimales con morfología variable de redonda a elongada dispuestas en algunas zonas en haces y en otras de forma más sólida. Las células presentan márgenes bien definidos, un núcleo basófilo céntrico, con un citoplasma de moderado a abundante de eosinofílico a anfofílico, con 1-3 nucleolos y cromatina finamente dispersa. Multifocalmente, en algunas áreas de la neoplasia se observan células redondeadas con citoplasma vacuolado (morfología de condrocitos) (Figura 4B). Se observa moderada anisocitosis y leve anisocariosis (Figura 4C). El índice mitótico es variable según la zona del tumor evaluada, siendo el más alto de 38 mitosis en 10 campos a 400x (2.37 mm2). Las células neoplásicas se encuentran entremezcladas con una matriz condroide que, de forma multifocal, forma islotes de cartílago hialino (Figura 4D). Aproximadamente el 30-40 % de la masa está ocupada por tejido necrótico formado por restos celulares y nucleares (ver Figura 4B).

Figura 4. Imágenes histológicas del condrosarcoma. (A) Se observa una masa multinodular bien delimitada y no encapsulada. 5x, Hematoxilina-Eosina (H-E). (B) Proliferación de células mesenquimales redondeadas dispuestas de forma solida (condrocitos, flecha roja) y multifocales áreas de necrosis (flecha negra). 20x, H-E. (C) Moderada anisocitosis y leve anisocariosis de los condrocitos neoplásicos. 40x, H-E. (D) Los condrocitos neoplásicos se entremezclan con una matriz condroide que forma islotes de cartílago hialino (flecha negra). 40x, H-E.



Multifocalmente, las células neoplásicas invaden el musculo esquelético que rodea la masa e infiltran la médula ósea de un fragmento óseo presente en la muestra (ala del ilion). Las células neoplásicas no invaden el margen de corte, pero están próximas (< 1 cm) y no invaden la apófisis transversa de L7. Teniendo en cuenta los hallazgos histológicos observados, la neoplasia se clasifica como condrosarcoma periostal convencional. Sin embargo, teniendo en cuenta la historia clínica el principal diagnóstico diferencial que se ha considerado ha sido un osteosarcoma condroblástico. Tras examinar numerosos cortes histológicos no se ha observado matriz osteoide, que es un hallazgo característico de esta neoplasia. También se ha considerado la posibilidad de un tumor multilobular de hueso, pero la neoplasia no se organiza formando múltiples lóbulos con mineralización central. Debido al alto número de mitosis observadas, se indica que se trata de un tumor agresivo y que la presencia de células neoplásicas próximas al margen de corte puede indicar un mayor riesgo de recidiva local. Frente a la imposibilidad de reintervenir al gato, se decide seguir con un tratamiento conservativo. Dos meses después de la cirugía, el gato vuelve a revisión con el servicio de cirugía y se observa una recidiva local. Tras el empeoramiento de la calidad de vida del animal, se decide optar por una eutanasia humanitaria.
Discusión
Para alcanzar el diagnóstico definitivo de condrosarcoma es necesario un enfoque multimodal, como demuestra el presente caso clínico. El diagnóstico de condrosarcoma es difícil mediante el solo uso del diagnóstico por imagen, ya que estos tumores se caracterizan por una presentación osteoproliferativa/osteolítica muy variable que dificulta su diferenciación de un osteosarcoma6. La citología puede orientar hacia un diagnóstico presuntivo de condrosarcoma cuando se observe una matriz densa, eosinofílica y abundante. Sin embargo, las células tumorales pueden ser similares a las del osteosarcoma, variando de redondas a ovaladas o fusiformes. Por ello, el diagnóstico por imagen y la citología son herramientas útiles para orientar el diagnóstico, pero la confirmación a menudo requiere el examen histopatológico7. Macroscópicamente, los condrosarcomas suelen formar masas multinodulares con una superficie irregular con bordes relativamente bien definidos. Al corte, el tejido tumoral suele parecerse al cartílago hialino, de consistencia variable de blanda a moderadamente firme, y de color variable de translúcidos a blanco grisáceo. Algunos nódulos tumorales grandes contienen áreas centrales de aspecto mixoide gelatinoso; otros presentan áreas de color amarillento compatible con necrosis.
Histológicamente, hay diferentes subcategorías de condrosarcoma generalmente basadas en su ubicación o características fenotípicas. Según la localización se puede distinguir entre un condrosarcoma central que se origina en la médula del hueso afectado y un condrosarcoma periostal que se origina en la región del periostio o en la superficie externa del hueso. Desde un punto de vista fenotípico, en el condrosarcoma convencional las células neoplásicas tienden a ser redondas/poligonales y se encuentran dentro de lagunas de matriz condroide, que puede ser eosinofílica o basofílica. En las células tumorales se puede observar anisocariosis y anisocitosis variable, de mínima a severa. Los condrosarcomas bien diferenciados suelen presentar pocas figuras mitóticas, y se ha sugerido que la presencia de algunas figuras mitóticas (1-5) es un fuerte indicativo de malignidad en este tumor. Otras variantes descritas incluyen el condrosarcoma mesenquimal y el condrosarcoma no diferenciado, ambos con un patrón bimórfico que combina un componente mesenquimal indiferenciado y elementos condroides de diferenciación variable5. Es importante destacar que diferenciar histológicamente un condrosarcoma de un osteosarcoma con diferenciación condroblástica puede ser difícil. Un diagnóstico preciso requiere un muestreo amplio y representativo de diferentes zonas de la masa, con una búsqueda minuciosa para asegurarse de que las células tumorales no estén produciendo matriz osteoide. Por ello, en el presente caso clínico se han muestreado 15 zonas representativas de la masa con el objetivo de descartar la presencia de matriz osteoide. Otros diagnósticos diferenciales que considerar incluyen el condroma, un tumor benigno caracterizado por matriz condroide que separa ampliamente lagunas individuales de condrocitos maduros; y el tumor óseo multilobular que está compuesto por nódulos de cartílago y hueso separados por tejido fibroso neoplásico5. Actualmente, no se ha validado un sistema de gradación para condrosarcomas en gatos. Sin embargo, un esquema de gradación adaptado de la medicina humana ha sido aplicado en perros. Los condrosarcomas de grado 1 (bien diferenciado y no invasivo) presentan baja celularidad y ausencia de mitosis, con mejor pronóstico. Los condrosarcomas de grado 2 (intermedio) presentan invasión de los tejidos adyacentes, celularidad moderada y un recuento mitótico menor de dos por 10 campos a 400x (2.37 mm2). Estos tienen el menor tiempo de supervivencia promedio, inferior a 12 meses8. Al observarse 38 mitosis en el condrosarcoma del presente caso clínico, el tumor se ha considerado altamente agresivo con alto riesgo de recidiva local. En general, el condrosarcoma felino parece crecer lentamente e invadir localmente, pero rara vez metastatiza. Aunque la metástasis es poco común, los pulmones son el principal sitio de diseminación. Por ello, se recomienda siempre realizar radiografías/estudio tomográfico del tórax para evaluar la presencia de hallazgos compatibles con metástasis antes de proceder con el tratamiento8. El estándar de referencia para el manejo local del condrosarcoma es la amputación de la extremidad afectada o la resección quirúrgica con márgenes amplios, como se describe en el presente caso clínico9.
Conclusión
El condrosarcoma es la tercera neoplasia ósea más común en gatos, caracterizada por un crecimiento local agresivo y un bajo índice metastático. El caso presentado ofrece un ejemplo de la importancia de realizar un estadiaje completo del tumor a través del diagnóstico por imagen y de remitir la masa extirpada en la cirugía para el examen histopatológico, indispensable para el diagnóstico definitivo, diferenciando entre un condrosarcoma y un osteosarcoma.
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