Clinanesvet

Avances en la evaluación del dolor en la clínica veterinaria de pequeños animales

Resumen breve

La evaluación del dolor es un elemento esencial para un buen manejo del dolor, pero la evaluación clínica es muy subjetiva y es necesario emplear los nuevos instrumentos de metrología clínica, las escalas de dolor agudo y los cuestionarios de dolor crónico, para mejorar la eficacia de la evaluación. 
 

Resumen

La evaluación del dolor es un elemento esencial para un buen manejo del dolor, pero la evaluación clínica es muy subjetiva y es necesario emplear los nuevos instrumentos de metrología clínica, las escalas de dolor agudo y los cuestionarios de dolor crónico, para mejorar la eficacia de la evaluación. Dado que estos instrumentos valoran el dolor de forma indirecta, a través del comportamiento normalmente, para que una escala o cuestionario sea útil clínicamente debe ser validada de forma que mida el dolor y que sea capaz de detectar cambios en su intensidad. Además, debe ser fiable, es decir, reproducible, independientemente del observador o momento en el que se evalúa. Para que además sean aplicables en un ámbito clínico, deben ser relativamente breves y fáciles de completar. Dentro de las escalas validadas de dolor agudo destacamos la compuesta de Glasgow en perros, y la compuesta de Glasgow felina, la multidimensional compuesta de UNESP-Botucatu, y la de expresión facial en gatos. Para el dolor crónico canino existen cuestionarios enfocados al tutor como el breve cuestionario de dolor canino (CBPI), el de osteoartritis en perros de Liverpool (LOAD) o el índice de dolor crónico de Helsinki (HCPI). La herramienta de clasificación de la artrosis canina (COAST) combina uno de los anteriores cuestionarios con la evaluación del veterinario/a. En gatos disponemos del cuestionario denominado índice de dolor musculoesquelético felino (FMPI). El reto actual es que los veterinarios implanten estas escalas en su rutina clínica dado que ello requiere una mínima formación y favorece no solo el bienestar animal sino la fidelización de los tutores.

Palabras clave: evaluación del dolor, actitudes, escalas, formación

Relevancia de la evaluación del dolor para su control

Aunque no existe una terapia idónea para el control del dolor, disponemos de una variedad de tipos de analgésicos que permiten, en la mayoría de los casos, eliminarlo o mitigarlo de forma que sea tolerable y permita una buena calidad de vida1. Idealmente el objetivo sería eliminar el dolor y ello puede conseguirse con relativa facilidad cuando este es leve, pero en la práctica y especialmente cuando el dolor es moderado o intenso, el objetivo clínico es que permita a los pacientes desarrollar una vida normal. De este modo es posible controlar la mayoría de los efectos secundarios asociados a dosis más elevadas de fármacos analgésicos. Un paso adicional ha sido combinar diferentes tipos de analgésicos para obtener efectos aditivos o sinérgicos sin que se potencien dichos efectos secundarios (analgesia polimodal).

Teóricamente muchos de los objetivos de analgesia planteados por el veterinario se alcanzan empleando analgésicos de uso común, pero ello no garantiza que los pacientes dejen de tener un dolor que condicione su calidad de vida. Se ha definido el término oligoanalgesia2 como aquella terapia analgésica que no elimina o mitiga el dolor de forma clínicamente eficaz y es probable que su incidencia sea mucho mayor de lo que pensamos.

La causa fundamental de una inadecuada terapia analgésica, a pesar de disponer de los recursos para ello, es que desconozcamos que un paciente siga teniendo un dolor relevante. A diferencia de otras condiciones clínicas donde puede objetivarse el problema, por ejemplo, niveles de glucosa altos en un paciente diabético por una inadecuada dosificación de insulina, más allá de la polidipsia/poliuria que pueda provocar, es dicha falta de objetivación a la hora de evaluar el dolor la que limita su control. Realmente el veterinario no evalúa de forma directa el dolor sino a través de las modificaciones que produce en el comportamiento de los animales, ya que no existe otro método más eficaz en la actualidad. Los denominados instrumentos de metrología clínica son aquellos que emplean vías indirectas para evaluar una situación clínica como es el dolor, el miedo, o la ansiedad.

La evaluación del comportamiento asociado al dolor, o la existencia de comportamientos asociados a este, sigue siendo el mejor método disponible para evaluarlo, pero presenta muchas limitaciones. El interés por poder evaluar el dolor ha llevado a que en los últimos años se hayan introducido diferentes instrumentos de metrología clínica empleando factores y escalas específicos para la especie y condición del paciente. Esto ha sustituido la evaluación clínica, basada en la experiencia del veterinario, pero sobre todo en comportamientos muy evidentes de dolor (aullidos, reacciones bruscas, incluso agresividad) y asociadas a lesiones que el veterinario ha podido identificar. Esta evaluación clínica es muy subjetiva e impide valorar muchas condiciones donde el dolor es leve o moderado.

Métodos de evaluación del dolor

La experiencia clínica y el antropomorfismo han sido el punto de partida para valorar el dolor en animales hasta hace poco, pero dado que el dolor es una percepción individual subjetiva con influencia a nivel cognitivo de experiencias dolorosas previas, una misma causa de dolor puede afectar de forma diferente a diferentes individuos. Quizás la primera conclusión que debemos plantearnos es que no debemos asumir que un mismo tratamiento analgésico producirá los mismos efectos en todos los animales. Por este motivo se han desarrollado cuestionarios y escalascomo un intento de disminuir la variabilidad en la interpretación del dolor en pacientes que no son capaces de verbalizarlo, ya sean animales o humanos.

En los años 80 empezaron a desarrollarse escalas unidimensionales que básicamente pretendía tener una aproximación del grado de dolor basada en la observación del comportamiento del paciente. De este modo se marca el nivel en una línea (escala analógica visual), se asigna un número (escala numérica), o un descriptor (escala descriptiva). Incluso se han ideado escalas interactivas donde también se evaluaba la respuesta del paciente frente a la interacción con el veterinario, por ejemplo, palpando la herida quirúrgica o punto doloroso. Aunque suponen un avance, no dejan de tener un elevado componente subjetivo por parte del observador. En humana estas escalas unidimensionales son más representativas en el caso de pacientes con una capacidad cognitiva adecuada y capacidad de comunicación, ya que es el propio paciente el que determina su nivel de dolor.

El siguiente paso fue el desarrollo de escalas multidimensionales que valoran aspectos sensoriales y no sensoriales del dolor, como intensidad, cualidad y aspectos emocionales3. A diferencia de las anteriores, se evalúan diferentes comportamientos que se asocian a la percepción del dolor. Es importante resaltar que ninguno de ellos es específico de dolor, pero adecuadamente seleccionados permiten componer una imagen indicadora o no de dolor y su intensidad. Factores o comportamientos que integran una escala de dolor incluyen la actitud general del paciente (apática, agresiva, normal, etc.) o la respuesta a la palpación de la herida, entre otros. Existen escalas multidimensionales de evaluación del dolor agudo para perros (Glasgow, Melbourne, Colorado) y gatos (Glasgow, UESSP-Botucatu) que se describen más adelante (Figura 1).

Figura 1. Cumplimentación manual de la escala de Glasgow.

Figura 1. Cumplimentación manual de la escala de Glasgow.

Un avance relevante en los métodos de evaluación del dolor se produjo en el año 2010 cuando un grupo de investigación en dolor descubrió que la expresión facial de dolor (gesto, mueca) en ratones variaba en función de la presencia de dolor y su intensidad4. Este método ya se empleaba en bebés en edad preverbal en hospitales, pero la sorpresa fue ver que era muy similar en roedores. Poco después diferentes investigadores pudieron verificar este comportamiento en muchas otras especies de interés veterinario (conejos, gatos, ovejas, vacas, cerdos, y équidos) y desarrollar escalas de evaluación del dolor agudo para dichas especies5-7. Curiosamente no se ha podido desarrollar una escala de expresión facial canina, probablemente debido a la elevada variabilidad en la conformación facial, y la musculatura asociada, que impide hasta ahora crear un patrón8.

Para el dolor crónico se han desarrollado escalas que evalúan diferentes factores o comportamientos, pero en este caso es relevante resaltar que estas suelen enfocarse a su uso por el tutor en forma de cuestionarios. A diferencia del dolor agudo, que suele observarse en un ámbito clínico por el veterinario o técnico veterinario, la aparición gradual del dolor crónico, como el que se produce en la enfermedad degenerativa articular u osteoartritis, implica cambios sutiles de comportamiento que muchas veces solo el propietario es capaz de detectar y que ocultan en un ambiente extraño como el de la clínica. Ello no implica que el tutor sea consciente del dolor real de su mascota, ya que normalmente asume que los cambios son normales, por ejemplo, los causados por el envejecimiento. Estas escalas o cuestionarios presentan un lenguaje sencillo que una persona sin conocimientos médicos pueda interpretar.

Validación de escalas o cuestionarios

El que un grupo de investigadores desarrolle una escala, la publique y se emplee en un ámbito clínico, no implica que mida de forma eficaz lo que pretende medir, el dolor en este caso. Dado el carácter subjetivo inherente de las escalas o cuestionarios y el hecho por el cual ninguno de los factores o comportamientos es exclusivo de dolor (solo lo sería si un perro o gato, o un bebé, pudiera verbalizar que sufre dolor), debe verificarse que el conjunto de comportamientos evaluados permite determinar, con una mínima precisión, la presencia de dolor. Los cuestionarios en ciencias de la salud pretenden medir una condición no observable directamente, sino inferida a través de atributos específicos. En muchos casos se asocia un valor numérico a una respuesta y se obtiene una puntuación máxima que puede incluir un punto de intervención o corte, que en el caso del dolor implica reconsiderar la pauta analgésica o instaurarla.

Las escalas, o instrumentos de metrología clínica, deben cumplir con una serie de requisitos que incluyen la confiabilidad, o capacidad para medir sin error, y la validez, o grado en que el instrumento, escala o cuestionario, mide la variable que se pretende medir. La confiabilidad mide el grado de coherencia que tiene un observador para obtener resultados coherentes dentro del mismo cuestionario, cuando lo repite, pero también cuando lo hace otro observador (interobservador).

En el caso del dolor, la validación es un proceso de evaluación de las escalas que permite determinar que son eficaces para medir el dolor y sus cambios. La validez considera tres elementos: la validez del constructo o concepto, en este caso el dolor, la validez de criterio, o utilidad práctica y aplicativa, normalmente evaluada respecto a un parámetro externo de referencia (p. ej., escala visual analógica), y la validez de contenido, que se ciña a un dominio o área específica (p. ej., dolor agudo posoperatorio, dolor por osteoartrosis). La validez total considera el conjunto de validaciones, pero no todas las escalas han sido evaluadas para determinarla. Un último aspecto relevante es que un cuestionario sea sencillo y aceptado por los usuarios (veterinarios, técnicos y tutores).

Una escala eficaz debe cumplir conjuntamente el criterio de confiabilidad y validez. Dado que la mayoría de las escalas y cuestionarios han sido desarrolladas en inglés, debe tenerse en cuenta que su confiabilidad y validez puede verse alterada cuando se emplea mediante una traducción no validada, muchas de las cuales pueden encontrarse en la web. Es decir, toda escala desarrollada en otro idioma requiere una validación lingüística. Por ello, solo deberían emplearse en la clínica aquellas escalas que han sido validadas ya que son, por ahora, las que son más precisas para evaluar el dolor en animales.

Sin duda el siguiente paso será el empleo de técnicas de inteligencia artificial en la evaluación del dolor. Estos sistemas permitirán analizar imágenes y movimientos asociados al dolor de una forma objetiva, independiente del nivel de conocimiento y experiencia del observador. Actualmente se están desarrollando, y algunos están disponibles, sistemas basados en la expresión facial en gatos que son prometedores9.

Escalas validadas de evaluación del dolor agudo y crónico

Todas las escalas de evaluación del dolor agudo han sido desarrolladas para su uso por parte del veterinario o técnico veterinario, pero no por parte de los tutores, a diferencia de las escalas de dolor crónico, diseñadas para su uso preferente por estos últimos. A continuación, se describen las escalas más difundidas y que a su vez dispongan de un criterio de validez. Ello no implica que otras escalas puedan ser adecuadas, sino que no han sido validadas aún y es previsible que lo sean en un futuro o aparezcan otras más válidas y confiables. Las Tablas 1 y 2 resumen las características principales de las escalas validadas de dolor agudo y cuestionarios de dolor crónico disponibles para perros y gatos y que podrían considerarse las más adecuadas actualmente para su aplicación clínica.

Escala (total puntos)Elementos o ítems (puntuación máxima)/rangoUmbral intervenciónReferenciaEspañol
Perro
Glasgow canina abreviada
Glasgow Composite Pain Scale-Canine – Short Form
(6 ítems, 20-24 puntos)
Vocalización (3)
Actitud frente a la herida (4)
Movimiento con correa (4)
Palpación de la herida (5)
Actitud general (4)
Confort (4)
≥ 6/24
≥ 5/20 (excl. movilidad)
Reid 200715bbraunteayuda.com
Gato
Glasgow Felina
Glasgow Composite Pain
Scale-Feline

(7 ítems, 20 puntos)
Vocalización (1)
Actitud (4)
Actitud frente a la herida (1)
Expresión facial (2+2)
Interacción (2)
Palpación de la herida (4)
Impresión general (4)
≥ 5/20Reid 201716bbraunteayuda.com
Enlace a la Escala, requiere registro
UNESP-Botucatu abreviada
UNESP-Botucatu-
multidimensional
composite pain scale-Short Form

(4 ítems, 12 puntos)
Postura (3)
Comportamientos específicos (3)
Confort (3)
Palpación de la herida (3)
≥ 4/12Belli 202117Animalpain.com.br
Enlace a la Escala
Expresión facial
FGS - Facial Grimace Scale
(5 ítems, 10 puntos)
Posición de las orejas (2)
Cierre orbitario (2)
Tensión del hocico (2)
Cambio en los bigotes (2)
Posición de la cabeza (2)
≥ 4/10Evangelista 20195Enlace a App
App (Steagall Lab.)

Tabla 1. Selección de escalas validadas de evaluación del dolor agudo en perros y gatos. Todos los ítems evaluados son comportamentales incluidas las expresiones faciales.

Escala (total puntos)Elementos o ítems (puntuación máxima)/rangoReferenciaEspañol
Perro
Breve Cuestionario de Dolor Canino*
CBPI - Canine Brief Pain Inventory
(11 ítems x10, 110 puntos)
Dolor en la última semana (3x ítems)
Dolor actual
Actividad general
Disfrute de la vida
Capacidad para: levantarse, caminar, correr, subir escaleras (4x ítems)
Calidad de vida en la última semana
 
Brown 2009
Brown 200732,33
Enlace al Cuestionario

Olcoz 202334
Osteoartritis en perros de Liverpool*
LOAD - Liverpool Osteoarthritis in Dogs
(13 ítems, 51 puntos)
Movilidad general (4)
Cojera (4)
Actividad (4)
Impacto del clima frío (4)
Rigidez de la extremidad tras estar tumbado (3)
Actividad durante el ejercicio (4)
Interés por el ejercicio (4)
Capacidad para hacer ejercicio (4)
Impacto del ejercicio en la cojera (4)
Cuanto descansa durante el ejercicio (4)
Impacto del clima frío en el ejercicio (4)
Rigidez de la extremidad tras el ejercicio (4)
Impacto de la cojera para hacer ejercicio (4)
Walton 201335Enlace al cuestionario
Olcoz 202436
Índice de dolor crónico de Helsinki**
HCPI - Helsinki Chronic Pain Index

(11 ítems, escala Likert de 5 niveles)
Estado de ánimo
Frecuencia de vocalización por dolor
Como camina, trota, galopa (corre), salta o se tumba
Como se levanta desde una posición tumbada
Como se mueve tras un largo descanso y un ejercicio intenso
Hielm-Björkman  200920No
Herramienta de clasificación de la artrosis canina
COAST - Canine Osteoarthritis Staging Tool
Es un instrumento de metrología clínica que incluye el examen clínico y radiológico veterinario, y además una escala de dolor/artrosis (CBPI, LOAD, HCPI)Cachon 201837
 
Enlace al cuestionario
Gato
Índice de dolor musculoesquelético felino*
FMPI - Feline Musculoskeletal Pain Index
(9 ítems x4 = 36 puntos)
Cómo salta (2 ítems)
Como baja de un salto
Cómo Juega con juguetes o con otras mascotas (2 ítems)
Cómo se levanta desde una posición de reposo
Cómo se recuesta o sienta
¿Se estira?
¿Se lame para limpiarse?
Enomoto 2021
Benito 201323,38
 
Enlace al cuestionario

painfreecats.org/the-fmpi/

Tabla 2. Selección de escalas de evaluación del dolor crónico en perros y gatos. Es esencial que se disponga de una traducción validada al español.

Escalas de dolor agudo en perros

Una de las primeras escalas multidimensionales de evaluación del dolor agudo en perros es la de la Universidad de Melbourne10 e incluye comportamientos que se incluyen en otras escalas más recientes. Esta escala no ha sido validada y una razón para ello puede ser la inclusión de las variables de cambios en la frecuencia cardíaca y respiratoria, que además de requerir conocer los valores normales que permitan determinar el cambio, pueden verse afectados por otras causas que no sean dolor, como el estrés, miedo a la manipulación, etc. Por ello las escalas validadas no emplean estos factores y se basan en el comportamiento exclusivamente. La escala de dolor canino de la Universidad de Coloradoa no ha sido validada aún a pesar de ser la escala más empleada en EE.UU11.

La escala de dolor canina de Glasgow12, 13 ha sido validada y en España es probablemente la más difundida14. La versión original ha sido reducida y se recomienda emplear la escala abreviada (short form)15. Esta incluye 6 ítems con una puntuación máxima de 4 puntos cada una (vocalización, actitud frente a la herida, movimiento con correa, palpación de la herida, actitud general y confort). La puntuación máxima es de 24 puntos y se define el punto de intervención en 6 puntos, o 5 puntos si el animal no puede moverse (sobre 20 puntos). El punto intervención implica que o bien el efecto analgésico ya no es adecuado, o el pautado no es suficiente y debe ser revisado. Existe una versión traducida al español online, accesible para veterinarios y tutores (www.bbraunteayuda.com, requiere registro).

Escalas de dolor agudo en gatos

En gatos, las escalas validadas son las de la Universidad de Glasgow16, la Universidad de Sao Paulo, Brasil (UNESP-Botucatú)17, 18, y la Universidad de Colorado19. En los dos primeros casos las escalas desarrolladas inicialmente fueron afinadas para crear las formas abreviadas (short form) dado que proporcionaban resultados equivalentes, pero eran más sencillas y rápidas de completar.

La escala de dolor felina de Glasgow incluye 7 ítems con puntuaciones o pesos diferentes (vocalización, actitud, actitud frente a la herida, expresión facial, interacción, palpación de la herida, impresión general). La puntuación máxima es de 24 puntos y se define el punto de intervención en 5 puntos. Un aspecto relevante es que incluye la valoración de la expresión facial. Existe una versión traducida al español online, accesible para veterinarios y tutores (www.bbraunteayuda.com, requiere registro).

La escala de dolor felina de UNESP-Botucatúincluye 4 ítems con una puntuación de 3 puntos cada uno (máximo 12 puntos): postura, comportamientos específicos, confort, palpación de la herida. El punto de intervención es de 4 puntos. Existe una versión traducida al español.

La escala de dolor felina de la Universidad de Colorado ha sido validada recientemente19, tomando como referencia la escala de Glasgowb. La misma tiene un formato diferente que establece 5 niveles (0-4) con características comportamentales predefinidas para cada una de ellas y recuerda a una escala descriptiva. A partir del nivel 2 se debe reevaluar el plan analgésico. Solo está disponible en inglés.

Escalas de dolor crónico en perros

Existen tres herramientas de metrología clínica o cuestionarios desarrollados para perros: el breve cuestionario de dolor canino (Canine Brief Pain Inventory, CBPI)c, la osteoartritis en perros de Liverpool (Liverpool Osteoarthritis in Dogs, LOAD)d, y el índice de dolor crónico de Helsinki (Helsinki chronic pain index, HCPI)20, sin validación lingüística al español), además de la herramienta de categorización de la osteoartritis canina (Canine OsteoArthritis Staging Tool, COAST)e, que implica el uso de uno de los tres primeros por parte del tutor, más la evaluación del veterinario.

El CBPI está validado al español y consta de 11 preguntas relacionadas con el dolor en la última semana y el actual, la capacidad para levantarse, caminar, correr, subir escaleras, la actividad general, el disfrute de la vida, y la calidad de vida en la última semana. Cada pregunta se puntúa de 0 a 10 según el grado de interferencia en la actividad (no interfiere-interfiere completamente). Es relativamente sencillo y breve, y ha sido adaptado de la versión original para humana (BPI)21.

El cuestionario LOAD es similar pero más largo y asociado a la enfermedad degenerativa articular. Consta de 23 preguntas que se engloban en dos bloques, estilo de vida (7 preguntas) y movilidad (13 preguntas) general y durante el ejercicio: movilidad general: cojera, actividad, impacto del clima frío, rigidez de la extremidad tras estar tumbado; y durante el ejercicio: actividad, interés, capacidad, impacto en la cojera, cuanto descansa, impacto del clima frío, rigidez de la extremidad, impacto de la cojera. La puntuación va de 0 a 4 mediante una escala Likert (por ejemplo, mínimo u ausente a máximo).

El cuestionario HCPI solo ha sido validado en el idioma original, finés, y ello limita su empleo, aunque existe una versión en inglés, pero aún no en españolf. Consta de 11 preguntas, relacionadas con el estado de ánimo, el juego, la vocalización, como camina, trota, galopa, salta, se tumba, como se levanta o mueve tras un descanso o actividad intensa. Cada pregunta dispone de una escala Likert de 5 niveles, por ejemplo, de mínima a máxima dificultad para realizar una actividad.

La herramienta COAST pretende aunar la información proporcionada por el tutor mediante uno de los anteriores cuestionarios con la que evalúa el propio veterinario (postura y movimiento, y de la articulación). Establece 5 niveles o gradaciones que van desde el 0 (clínicamente normal), al 4 (osteoartritis severa).

Existen otros instrumentos que tratan de valorar de forma genérica la calidad de vida relacionada con la salud de los perros. Un ejemplo de ello son los Instrumentos de calidad de vida relacionada con la salud-abreviados22. Estos instrumentos no son específicos de dolorg.

Escalas de dolor crónico en gatosh

En gatos la herramienta de metrología clínica más difundida es el Índice de dolor musculoesquelético felino (Feline Musculoskeletal Pain Index-FMPI)23, 24 enfocado a la valoración del dolor producido por enfermedad degenerativa articular por los tutores. El cuestionarioien contiene 9 ítems relacionados con la movilidad y la capacidad para realizar actividades cotidianas (saltar, jugar, asearse, utilizar la caja de arena) y la interacción con otros animales (juego) y la interacción con otras mascotas y personas. Existe una versión traducida al español que puede solicitarse al Dr. D.X. Lascelles.

Otro cuestionario es el denominado medidas de resultados específicas para el cliente (Client Specific Outcome Measures - CSOM).25 Ha sido desarrollado para su evaluación por parte del tutor, centrado en el impacto del dolor en la capacidad del gato para realizar actividades que le son específicas y el tutor conoce. No hay elementos fijos y el tutor, guiado por el veterinario, o técnico veterinario, selecciona las actividades específicas relevantes para su gato, incluyendo el tiempo y el lugar, estableciéndose también como es la capacidad de realizar dicha actividad (imposible, con dificultad, etc.) para poder evaluar la evolución del paciente y respuesta al tratamientoj.

Como en el caso de los perros, existen otros instrumentos que tratan de valorar de forma genérica la calidad de vida relacionada con la salud de los gatos, pero no el dolor específicamente. Un ejemplo de ello son los instrumentos de calidad de vida relacionada con la salud-abreviados26.

Actitudes de los veterinarios frente al dolor

Aunque como hemos visto se han desarrollado herramientas de evaluación clínica más eficaces para la valoración del dolor (escalas y cuestionarios validados), su implantación es aún subóptima27. Una encuesta reciente realizada en España14 indica la elevada preocupación por el dolor, pero también por su reconocimiento y evaluación. Esta se realiza cuando que se explora al paciente de forma rutinaria y mayoritaria (85 %), o al menor indicio de dolor.

Puede considerarse que la evaluación rutinaria del dolor está ampliamente difundida, tanto en perros como en gatos, pero no necesariamente empleando las mejores herramientas disponibles de metrología clínica. Y es que, aunque un 82 % de los encuestados conocía las escalas de evaluación del dolor, solo un 28 % las empleaba. La causa principal del bajo nivel de uso es la falta de formación, aunque también se aduce falta de tiempo y de personal.

Entre los que las emplean, consideran que el principal factor limitante es la falta de familiaridad en su uso, que sugiere que su empleo no es regular. No debe olvidarse que algunas escalas requieren escasos minutos para completarse como la de Glasgow de dolor agudo en su versión abreviada. El empleo, mayoritario, de la evaluación clínica convencional del dolor, tiene una baja sensibilidad, para detectar el dolor, y especificidad, para no confundirlo con otras situaciones. Ello sugiere que los pacientes están infradiagnosticados y ello implica una inadecuada analgesia2, y que podría ser más acentuado en el caso de los gatos.

En España las escalas más empleadas en perros son la de la Universidad de Glasgow y la de expresión facial en gatos (74 %) además de la escala felina de Glasgow. Esta preferencia es un dato positivo porque ambas escalas han sido validadas y en el caso de la escala de Glasgow en perros existe una versión telemática en español (bbraunteayuda.com). Además, disponen de un umbral de intervención analgésica28-30.

Uno de los aspectos más relevantes de la encuesta es la voluntad de la mayoría de veterinarios de implantar las escalas de evaluación del dolor en su rutina clínica, y ello requiere de una formación adecuada11,13. En el caso del dolor agudo, el siguiente paso podría ser su uso por tutores, como ocurre con la evaluación del dolor crónico, que podría verse ayudado por la creación de aplicaciones telemáticas (https://es.felinegrimacescale.com, además de www.bbraunteayuda.com). Ello además mejoraría el cumplimiento del tratamiento y la fidelización de los tutores31. La aplicación para móvil Vetpain (Bioethicus) incluye escalas para evaluar el dolor en diferentes especies (perros, gatos, cerdos, rumiantes, équidos, conejos y roedores) tanto para dolor agudo como crónico, y está prevista la traducción al español. Los instrumentos incluidos permiten completar las escalas y cuestionarios y en algunos casos practicar con las mismas. Con estos y otros recursos disponibles en un futuro próximo es previsible que se facilite su uso en la rutina clínica de estos nuevos instrumentos de valoración clínica del dolor y este debería ser el objetivo del clínico, ya que además de mejorar el trato al paciente, se mejorará la relación con el cliente.

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