Manejo anestésico para la resolución quirúrgica de obstrucciones ureterales en gatos
Resumen breve
Las obstrucciones ureterales son una patología con mayor incidencia de presentación en gatos con respecto a otras especies. Requieren una resolución urgente y a menudo mediante intervención quirúrgica. Los gatos afectados muestran azotemia por fallo renal oligúrico, problemas gastrointestinales, deshidratación, anemia, acidemia y desequilibrios electrolíticos; todo ello, unido al escaso tiempo de estabilización previo a la cirugía del que se suele disponer, los convierte en pacientes con…Índice de contenidos
Resumen
Las obstrucciones ureterales son una patología con mayor incidencia de presentación en gatos con respecto a otras especies. Requieren una resolución urgente y a menudo mediante intervención quirúrgica. Los gatos afectados muestran azotemia por fallo renal oligúrico, problemas gastrointestinales, deshidratación, anemia, acidemia y desequilibrios electrolíticos; todo ello, unido al escaso tiempo de estabilización previo a la cirugía del que se suele disponer, los convierte en pacientes con elevado riesgo anestésico. Aun así, es necesaria una estabilización mínima que incluya rehidratación y control de acidemia y alteraciones electrolíticas potencialmente mortales como la hiperkalemia. Los estudios sobre el manejo anestésico de estos pacientes son aún escasos, pero en general, como en cualquier paciente renal, la clave es el mantenimiento de la perfusión de los riñones durante la anestesia para evitar un mayor daño renal. Se debe emplear una anestesia balanceada para minimizar los efectos secundarios de los diferentes sedantes y anestésicos, y evitar el uso de fármacos con efecto acumulativo y/o alto impacto hemodinámico y sobre la función renal. El uso de técnicas de anestesia locorregional es altamente recomendable ya que proporciona analgesia extra, reduce requerimientos de anestésicos y mejora la recuperación de los pacientes.
Introducción
La obstrucción ureteral en pequeños animales se define como la interrupción parcial o total del flujo de la orina entre la pelvis renal y la vejiga1. Por su origen, pueden clasificarse en intraluminales (ureterolitiasis, coágulos, tapones inflamatorios), intramurales (estenosis, neoplasias) o extramurales (compresión por masas adyacentes o ligaduras iatrogénicas)1. Pueden afectar a uno o ambos uréteres y son más frecuentes en gatos, asociadas sobre todo a urolitiasis de oxalato1,2. Su resolución es quirúrgica en la mayoría de los casos2.
El objetivo de este trabajo es describir la fisiopatología de la obstrucción ureteral y el manejo anestésico para la resolución quirúrgica de la misma en gatos.
Fisiopatología de la obstrucción ureteral
El curso clínico del fallo renal agudo pasa por cinco fases:
1. Fase de lesión: caracterizada por las primeras etapas de la lesión renal4. Suele ser cubclínica.
2. Fase de iniciación: en la que comienza a producirse el daño celular. La intervención en esta fase puede prevenir la progresión a una lesión más grave e irreversible.
3. Fase de extensión: en la que la lesión celular progresa hasta la muerte celular, lo que conlleva a alteraciones bioquímicas y las manifestaciones clínicas de la enfermedad3 (Tabla 1).
Tabla 1. Signos clínicos característicos en gatos con obstrucción ureteral.
| Anorexia | Acidosis metabólica |
| Deshidratación | Hiperkalemia |
| Vómitos y náuseas | Hipocalcemia |
| Diarreas | Hiperfosfatemia |
| Oliguria | Hiponatremia/hipernatremia |
| Disuria | Hipertensión |
| Azotemia | Hipotensión |
| Anemia | Alteraciones de la hemostasia |
4. Fase de mantenimiento: en la que coexisten muerte celular y procesos de regeneración tisular; la magnitud del daño en esta etapa depende del equilibrio entre ambos fenómenos. Durante esta fase, la eliminación de la causa obstructiva no revierte el daño ya instaurado, pero puede favorecer que el balance se incline hacia la reparación y recuperación funcional.
5. Fase de recuperación: implica la restitución progresiva de la función renal en los casos en los que la lesión no ha sido reversible5.
La obstrucción ureteral aumenta la presión hidrostática en el uréter afectado y en la pelvis renal4. Esta presión retrógrada se transmite al interior de los túbulos renales, ocasionando dilatación pieloureteral y reducción de la filtración glomerular4,5.
Inicialmente, la respuesta a este aumento de presión aumenta transitoriamente el flujo sanguíneo renal (FSR) y la tasa de filtración glomerular (TFG) por la liberación de vasodilatadores como prostaglandinas y óxido nítrico. Sin embargo, en pocas horas predomina la liberación de sustancias vasoconstrictoras (angiotensina II, endotelina-1) y profibróticas (TGF-b), lo que lleva a una caída progresiva del FSR y la TFG3,4.
Cuando el riñón contralateral mantiene una función adecuada, el paciente puede no desarrollar azotemia significativa, y el único signo clínico puede ser el dolor asociado al riñón afectado. En cambio, si existe afectación bilateral o compromiso previo del riñón no obstruido, se desarrolla rápidamente un cuadro de insuficiencia renal aguda6,7.
Si se mantiene la obstrucción, se desarrollan alteraciones morfológicas irreversibles: fibrosis intersticial, atrofia cortical y medular, y pérdida de nefronas funcionales. A su vez, el riñón contralateral entra en un estado de hipertrofia compensatoria. En algunos casos, este fenómeno puede coexistir con la atrofia progresiva del riñón obstruido, dando lugar al conocido síndrome “riñón grande-riñón pequeño”8,9.
Consecuencias clínicas
Azotemia
Debida al acúmulo de productos nitrogenados (urea y creatinina) en sangre. Los signos clínicos más frecuentes incluyen apatía, vómitos, diarrea y anorexia, aunque no son específicos4,8.
La uremia también puede producir ulceraciones orales, halitosis y alteraciones en la coagulación. Debido a su alta incidencia y repercusión en el bienestar del paciente, se recomienda la instauración de tratamiento antiemético incluso en ausencia de vómitos8,9.
Acidosis metabólica
Es consecuencia de la disminución de la reabsorción tubular de bicarbonato y de la excreción de iones de hidrógeno por los túbulos renales, lo que compromete la capacidad de mantener el equilibrio ácido-base8. La aparición de acidosis láctica consecuencia de la hipoperfusión tisular agrava esta situación2.
La acidemia promueve la salida extracelular de potasio y reduce la sensibilidad de los receptores adrenérgicos en el miocardio, lo que limita la capacidad de respuesta a catecolaminas endógenas.También puede inducir depresión miocárdica y vasodilatación periférica, aumentando el riesgo de hipotensión refractaria10.
Hiperkalemia
Se define como un nivel de potasio plasmático superior a 5.5 mEq/l y se considera potencialmente mortal en concentraciones superiores a 7.5 mEq/l11. Es resultado de la reducción de la excreción renal de potasio y se ve potenciada por la acidemia2,8.
El aumento de potasio plasmático reduce los potenciales de membrana en reposo de las células cardíacas, disminuyendo la velocidad de conducción y de los potenciales de acción,10,11. Las consecuencias clínicas incluyen debilidad muscular, arritmias graves y paro cardiaco. En el electrocardiograma pueden observarse ondas T picudas, ensanchamiento del QRS, desaparición de ondas P, bloqueo de tercer grado, disociación auriculoventricular, fibrilación ventricular y asistolia12. La coexistencia de acidosis metabólica e hipocalcemia incrementa aún más la inestabilidad eléctrica y el riesgo de arritmias7.
Hipocalcemia e hiperfosfatemia
Son consecuencias de la alteración del metabolismo del calcio-fósforo y de la disminución de la síntesis renal de calcitriol8. La hiperfosfatemia se debe además a la reducción de la excreción renal, lo que a su vez contribuye a la hipocalcemia por precipitación de sales de calcio y fósforo en los tejidos3,6.
Aunque la disminución del calcio ionizado es relativamente frecuente, los signos clínicos (tetania, convulsiones, arritmias etc.) son poco habituales5,13. No obstante, la hipocalcemia puede potenciar la toxicidad de la hiperpotasemia sobre el miocardio8, aumentando el riesgo anestésico.
Hipo o hipernatremia
Los pacientes oscilan entre hiponatremia dilucional en casos de oliguria y retención de agua, e hipernatremia en animales sometidos a pérdidas excesivas de agua por vómitos, diarrea y poliuria16,18.
Ambas alteraciones tienen repercusión directa sobre el sistema nervioso central: la hiponatremia puede provocar depresión, letargia y convulsiones, mientras que la hipernatremia causa deshidratación cerebral, debilidad y alteraciones de la conciencia14,16. La corrección de estos dos desequilibrios debe ser lenta, sin que se supere una velocidad de aumento/disminución del sodio plasmático de 0.5 mmol/l/h15,16.
Alteraciones de la presión arterial
Los pacientes pueden presentar tanto hipo como hipertensión. La hipotensión suele deberse a deshidratación, hipovolemia o septicemia asociada12. La hipertensión, en cambio, es más frecuente y se relaciona con la sobrecarga de volumen y activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona, con retención de sodio y agua2,8.
La hipertensión sistémica grave (presión arterial sistólica > 180 mmHg) y mantenida en el tiempo, aumenta el riesgo de hemorragias retinianas, encefalopatía hipertensiva y lesión miocárdica17. Su tratamiento se basa en el uso de bloqueantes de canales de calcio como el amlodipino, e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs) como el benaceprilo8,17.
Anemia
Es un hallazgo común en la enfermedad renal crónica y puede presentarse en obstrucciones ureterales de curso prolongado. La principal causa es la disminución de la producción de eritropoyetina por el riñón, aunque también contribuyen las pérdidas digestivas por gastritis urémica y la reducción de la vida media de los eritrocitos por la uremia3,8,9.
Alteraciones de la hemostasia por la uremia
La uremia altera la función plaquetaria al reducir la adhesión y agregación, e interfiere con factores de la coagulación. El resultado es una tendencia al sangrado que puede manifestarse con epistaxis, hematuria o hemorragias digestivas, y que representa un riesgo adicional en el contexto quirúrgico2,8,9.
Estas alteraciones no siempre se detectan con pruebas rutinarias (tiempos de coagulación), por lo que es fundamental anticipar un posible sangrado intraoperatorio3,8.
Manejo anestésico para la resolución de obstrucciones ureterales
Los gatos con obstrucción ureteral son pacientes de alto riesgo anestésico. De acuerdo con las clasificaciones de riesgo anestésico ASA, suelen ubicarse en las categorías III o IV18,9. La bibliografía sobre el manejo anestésico específico de estos pacientes es escasa, pero son aplicables muchos de los criterios para el manejo de pacientes con enfermedad renal u obstrucción uretral.
El manejo anestésico resulta complejo porque2,18:
- Suelen requerir intervención quirúrgica urgente, por ejemplo, mediante la colocación de stents o bypass ureterales subcutáneos (SUB) (Figura 1-2) (ambas imágenes han sido cedidas por el Servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital Veterinario Puchol), pero también requieren una estabilización mínima previa a la anestesia.


- A menudo presentan deshidratación, pero también oliguria, la cual limita la cantidad de fluidos intravenosos a administrar.
Una evaluación preanestésica exhaustiva es esencial para identificar comorbilidades, valorar el grado de compromiso renal y anticiparse a las complicaciones intra y postoperatorias18.Es fundamental identificar signos de uremia avanzada, hipotermia, bradicardia y alteración del estado mental, los cuales pueden condicionar la elección de fármacos y técnicas anestésicas18. También deben identificarse comorbilidades, siendo la cardiomiopatía hipertrófica (CMH) una de las más habituales18.
Las pruebas complementarias deben incluir hemograma completo, bioquímica sérica, análisis de orina y medición de presión arterial sistémica. Si existen desequilibrios electrolíticos como hiperkalemia o hipocalcemia, un electrocardiograma (ECG) es útil para detectar arritmias asociadas a los mismos8,19. En obstrucciones unilaterales, se debe valorar la viabilidad del riñón contralateral, y en gatos con SUB previamente implantados, debe evaluarse la funcionalidad del dispositivo y descartar signos de infección urinaria20.
Estabilización previa
El objetivo principal de esta fase es corregir las alteraciones metabólicas, hidroelectrolíticas y hemodinámicas que incrementan el riesgo anestésico, además de garantizar una perfusión tisular y renal adecuada2,18,19, para así reducir la mortalidad anestésica y mejorar el pronóstico funcional del riñón tras la desobstrucción quirúrgica18.
La fluidoterapia intravenosa debe ajustarse de forma individualizad y la velocidad de administración debe ser suficiente para restaurar la volemia sin provocar sobrecarga circulatoria, especialmente en gatos con enfermedad renal crónica, pacientes anúricos o CMH concomitante2,5,8. La cantidad total de fluidos a administrar será la suma de la corrección de deshidratación, pérdidas sensibles (con especial énfasis en reponer la producción de orina) y pérdidas insensibles del paciente (Tabla 2).
Tabla 2. Plan de fluidoterapia en gatos con obstrucción ureteral.
| Reposición | Forma de estimarla |
|---|---|
| Deshidratación |
|
| Pérdidas sensibles |
|
| Pérdidas insensibles |
|
Se deben corregir los desequilibrios electrolíticos, especialmente la hiperkalemia, pues un nivel de potasio plasmático >6.0 mEq/l, aumenta el riesgo de arritmias letales durante la anestesia12,19,20. Las diferentes opciones terapéuticas se recogen en la Tabla 3. La resolución efectiva de la hiperkalemia se debe confirmar mediante mediciones seriadas del potasio plasmático y monitorización del ECG15.
Tabla 3. Opciones terapéuticas para corregir la hiperkalemia.
| Tratamiento | Dosis | Efecto | Comentarios |
|---|---|---|---|
| Cristaloides isotónicos alcalinizantes (Ringer lactato, isofundin) | Bolos de 5-10 ml/kg en 5-10 minutos, observar efeto y repetir si se considera | Reducción del potasio plasmático por dilución | No en pacientes con obstrucción ureteral o uretral por riesgo de sobrecarga |
| Insulina de acción ultrarrápida + dextrosa 40-50 % | 0.2-0.5 UI/kg IV + 0.5-1 g/kg (diluido en proporción 1:4) | Estimula la entrada del potasio al medio intracelular | Monitorizar glucemia |
| Dextrosa 40-50 % | 0.5-1 g/kg (diluido en proporción 1:4) | Estimula la liberación de insulina endógena | No administrar glucosa >10 % por accesos venosos periféricos |
| Terbutalina | 0.05 mg/kg IV | Estimula la entrada del potasio al medio intracelular | Posibles vasodilatación y broncodilatación por acción sobre receptores β-adrenérgicos |
| Salbutamol | 0.5 mg/kg IV | Estimula la entrada del potasio al medio intracelular | Posibles vasodilatación y broncodilatación por acción sobre receptores β-adrenérgicos |
| Bicarbonato sódico | Déficit de bases (BE)*0,3*peso (kg): empezar con 1/3 de la dosis y observar efecto | Corrige la acidosis metabólica y, por tanto, el exceso de aniones de hidrógeno, los cuáles pasan al medio intracelular produciendo la salida del potasio | Sólo en acidosis metabólica severa (pH < 7.1, BE < 12 mmol/l, bicarbonato < 12 mmol/l) No administrar junto con fluidos que contengan calcio |
| Gluconato cálcico 10 % | 0.5-1.5 ml/kg IV en 5-10 minutos | Estabiliza los potenciales de membrana de los miocitos cardíacos, permitiendo la vuelta a una velocidad de conducción normal | No corrige la hiperkalemia, es un tratamiento de soporte |
| Cloruro cálcico 10 % | 0.1-0.2 ml/kg IV en 5-10 min | Estabiliza los potenciales de membrana de los miocitos cardíacos, permitiendo la vuelta a una velocidad de conducción normal | No corrige la hiperkalemia, es un tratamiento de soporte |
Otro aspecto a considerar es el manejo del dolor y el estrés, que pueden exacerbar alteraciones cardiovasculares y metabólicas. El uso precoz de opioides en el periodo de estabilización permite mejorar el confort del paciente sin comprometer la función renal15.
Premedicación
El objetivo de la premedicación es reducir el estrés y la ansiedad, para evitar liberación excesiva de catecolaminas, que puede empeorar la perfusión renal, proporcionar analgesia anticipada, facilitar el manejo y disminuir los requerimientos de anestésicos2,8.
- Los opioides reducen la necesidad de anestésicos inhalatorios durante el mantenimiento y proporcionan control de la nocicepción, con mínimos efectos cardiovasculares2,8,12. Algunos de sus metabolitos son excretados por vía renal, y en estos pacientes, pueden llegar a acumularse, por lo que se debe ajustar la dosis, y utilizar aquellos con metabolismo más hepático y eliminación de metabolitos inactivos2,8.
- La metadona proporciona analgesia potente y, además, presenta un metabolismo principalmente hepático y muy poca eliminación renal, con escaso riesgo de acumulación2,21.
- La buprenorfina, aunque menos potente que la metadona, proporciona buena estabilidad cardiovascular y tiene una vida media prolongada (hasta 8-12 horas en gatos). Es una buena opción durante la hospitalización. Su metabolismo es hepático y gastrointestinal, y la eliminación es biliar y hepática12,21.
- El fentanilo posee una metabolización hepática y una eliminación renal mínima, con metabolitos inactivos12,21. El remifentanilo se metaboliza por esterasas plasmáticas, con una eliminación independiente de hígado y riñón, por lo que es especialmente útil en pacientes con enfermedad renal avanzada21.
- Las benzodiacepinas (midazolam o diazepam) son útiles especialmente en gatos geriátricos, debilitados, hipotensos o anémicos, debido a su escasa repercusión cardiovascular y su capacidad para reducir la dosis de agentes inductores22,23. Pueden producir excitación paradójica si se administran solos2,12.El midazolam es preferible al diazepam por carecer de metabolitos activos y tener una menor duración12.
- Los agonistas adrenérgicos α2 (dexmedetomidina, medetomidina) proporcionan sedación profunda, analgesia y relajación muscular. Su uso en estos pacientes es controvertido, ya que por un lado producen un descenso significativo del gasto cardíaco y de la perfusión renal, aumentan la diuresis y tienen riesgo de producir sedación prolongada en pacientes con enfermedad renal avanzada2,12. Sin embargo, también reduce necesidad de anestésicos, presenta mínima afectación renal en pacientes estables y algunas evidencias sugieren que a dosis bajas y en IIC podrían preservar el FSR debido a su efecto sobre receptores α2 en el túbulo renal y a una mejor perfusión general secundaria al ahorro anestésico24,25. Se recomienda usarlos a dosis bajas e intentar evitarlos en pacientes debilitados.
- La ketamina tiene la ventaja de proporcionar analgesia y aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial por estimulación simpática, pero se metaboliza en hígado produciendo norketamina, la cual es eliminada, sin otro metabolismo previo, por vía renal en gatos25,26. Se recomienda evitar su uso durante la anestesia, si bien puede valorarse como parte de la analgesia postoperatoria una vez resuelta la obstrucción.
- La acepromacina produce sedación moderada y prolongada que no puede revertirse. Produce vasodilatación periférica por bloqueo α₁, lo que ocasiona hipotensión dosis-dependiente. Puede también potenciar la acción de anticoagulantes y disminuir la agregación plaquetaria12,18. Por todo ello, se desaconseja su uso en gatos con obstrucción ureteral, ya que, además, las dosis efectivas en esta especie son muy superiores a las del perro, lo que aumenta sus efectos perjudiciales27.
Inducción
El objetivo es producir una inducción suave, rápida y con el menor compromiso hemodinámico posible. La inducción anestésica debe ir siempre precedida de al menos 5 minutos de preoxigenación y una monitorización cardiovascular mínima (ECG y presión arterial)28.
- El propofolpresenta una rápida distribución y metabolismo hepático, con una eliminación relativamente independiente de la función renal2,12. Puede producir hipotensión marcada, aunque transitoria, por vasodilatación y depresión miocárdica, especialmente en pacientes deshidratados o hipotensos8,12.
- La alfaxalona tieneun perfil similar al propofol, pero permite taquicardia compensatoria de la hipotensión por no inhibir el reflejo barorreceptor, lo que ayuda a mantener el gasto cardíaco15,29.
- El etomidatotiene metabolismo hepático y por esterasas plasmáticas, y una eliminación independiente de la vía renal2,15. Por la mínima depresión cardiovascular que produce, es ideal en pacientes muy comprometidos o con hipotensión. Como desventaja causa mioclonías (debe administrarse con benzodiacepinas), náuseas y supresión adrenal transitoria22.
- Las co-inducciones son aconsejables ya que permiten reducir dosis de inductores y por tanto sus efectos secundarios8. La co-inducción con benzodiacepinas proporciona relajación muscular y reduce las dosis de hipnótico23, siendo obligatoria si se opta por la inducción con etomidato22. La co-inducción con fentanilo también reduce las dosis de inductor y ayuda a inhibir la tos y las respuestas cardiovasculares derivadas de la intubación de la tráquea30.
Mantenimiento anestésico
Durante el mantenimiento anestésico, el principal objetivo es preservar la perfusión renal. Esto implica mantener tanto el gasto cardíaco como una presión arterial adecuada que garantice un FSR suficiente y, en consecuencia, una TFG estable2,8.
El mantenimiento con anestésicos inhalatorios como isoflurano o sevoflurano es el más habitual. Estos agentes se eliminan principalmente por vía pulmonar, con un metabolismo hepático y renal mínimo12,15. Producen vasodilatación y descenso de la presión arterial, lo cual disminuye el RBF y, en consecuencia, la GFR15,31; esto no suele ser problemático en pacientes sanos, pero puede agravar el estadio clínico en un paciente renal. El sevoflurano es controvertido en pacientes renales por la producción del llamado “compuesto A” y de fluoruro inorgánico, asociados a nefrotoxicidad en roedores32, si bien en perros y gatos no se han descrito consecuencias clínicas relevantes15.
Dado que los efectos cardiovasculares de los anestésicos inhalatorios son dosis-dependiente12,31, se debe reducir lo máximo posible la concentración alveolar mínima (CAM) necesaria para mantener la anestesia mediante IIC de fármacos y/o técnicas locorregionales.
La dexmedetomidina produce un descenso variable de la CAM según la dosis33, y su uso en IIC proporciona analgesia y una mayor estabilidad cardiovascular que su uso en bolos, permitiendo también un buen mantenimiento de la perfusión tisular34. El uso de IIC de fentanilo y remifentanilo proporciona analgesia adicional, aunque no parece tener un efecto significativo sobre la CAM de anestésicos inhalatorios35,36, salvo si se administran en conjunto con fármacos como trazodona o dexmedetomidina37. Las IIC de ketamina reducen de forma significativa la CAM del isoflurano en gatos, aunque se requieren dosis elevadas38.
La anestesia total intravenosa (TIVA) puede considerarse como alternativa en estos pacientes, ya que permite mantener una mayor presión arterial que los anestésicos inhalatorios39,40. La TIVA con propofol se desaconseja en gatos para anestesias de más de 60 minutos de duración por su metabolismo más ineficiente y por el potencial desarrollo de anemias con cuerpos de Heinz41,42. La TIVA con alfaxalona es una mejor alternativa en gatos, aunque se asocia a recuperaciones más prolongadas43, y no se recomienda en anestesias de muy larga duración por no existir presentaciones libres de escipientes8.
La tabla 4 recoge un resumen de las ventajas y desventajas de los diferentes fármacos mencionados.
Tabla 4. Recomendaciones de uso de diferentes fármacos sedantes y anestésicos para gatos con obstrucción ureteral.
| Fármaco | Ventajas | Desventajas | ¿Recomendado? |
|---|---|---|---|
| Agonistas α2 |
|
| * |
| Acepromacina |
|
| - |
| Benzodiacepinas |
|
| + |
| Ketamina |
|
| * |
| Opioides |
|
| + |
| Propofol |
|
| + No emplear en TIVA más de 30-60 minutos |
| Alfaxalona |
|
| + No emplear en TIVA en anestesias muy prolongadas |
| Etomidato |
|
| + Reservar para pacientes con enfermedad cardíaca avanzada |
| Isoflurano |
|
| * |
| Sevoflurano |
|
| * |
+ Utilizar – Evitar *Utilizar a dosis bajas
Analgesia locorregional
Las técnicas de anestesia locorregional son fundamentales para minimizar el dolor perioperatorio y reducir las dosis de anestésicos:
- La infiltración incisional con anestésico local (lidocaína o bupivacaina) en los bordes de la incisión quirúrgica reduce la nocicepción periférica y mejora el confort postoperatorio inmediato. Es una técnica muy sencilla y puede realizarse tanto antes como después de la cirugía.
- La epidural lumbosacra debe evitarse en pacientes hipovolémicos porque aumenta el riesgo de hipotensión y redistribución del FSR. No obstante, en gatos normovolémicos es segura y proporciona analgesia excelente en cirugías de abdomen caudal. La administración de morfina ofrece analgesia prolongada (>12 h) sin bloqueo motor12, aunque puede provocar retención urinaria por aumento del tono del esfínter uretral12,43, razón por lo que, salvo que el paciente vaya a estar sondado en el postoperatorio, se recomienda realizar la epidural únicamente con anestésicos locales, preferiblemente bupivacaina o ropivacaína por su mayor duración12,15.
- El bloqueo del cuadrado lumbar (BQL) ha demostrado ser eficaz para proporcionar analgesia en cirugía abdominal en gatos44,45.Consiste en la administración de anestésico local en la fascia entre los músculos cuadrado lumbar y psoas, por la que discurren las raíces ventrales de los nervios espinales46. Aunque no existen evidencias de la eficacia del BQL en cirugía ureteral, en experiencia de los autores, esta técnica proporciona una buena analgesia tanto intra como postoperatoria en la colocación de SUBs en gatos.
- Otras técnicas incluyen el bloqueo del plano del transverso abdominal (TAP)47, y el bloqueo paravertebral torácico caudal, del cual existe un caso clínico documentado en la colocación de SUB en un gato48.
Monitorización anestésica
Como mínimo debe incluir: ECG, saturación de oxígeno de la hemoglobina (SpO2), presión arterial, temperatura, capnografía y plano anestésico49.
Dada la importancia de mantener una presión arterial media (PAM) >70-80 mmHg que garantice una buena perfusión renal, el uso de presión arterial invasiva es muy recomendable en estos pacientes. Los autores recomiendan el uso de la arteria coccígea o las arterias metatarsianas en gatos. Como alternativa, puede optarse por monitores oscilométricos de alta precisión o de Doppler; si se opta por este segundo, el objetivo será mantener una presión arterial sistólica (PAS) > 90 mmHg8,49.
Se debe monitorizar de forma continua el ECG para la detección de arritmias, en especial en pacientes con riesgo de desarrollar hiperkalemia8,15.
La monitorización de SpO2 debe ser interpretada con precaución en pacientes anémicos, en los cuales los valores de saturación pueden ser normales pero la cantidad de hemoglobina insuficiente para los tejidos8.
La colocación de un catéter uretral para la monitorización de la diuresis puede ser recomendable en estos pacientes, si bien hay que considerar los riesgos asociados como el desarrollo de infecciones del tracto urinario8,15.
Fluidoterapia durante la anestesia
En gatos bajo anestesia general se recomienda una velocidad de administración de 3 ml/kg/h para compensar las pérdidas por diuresis, respiración de tejidos y ayuno50. Se deben además reponer las pérdidas debidas a vómitos y diarreas si existen, y a la poliuria. Se recomienda el uso de cristaloides isotónicos alcalinizantes como el Ringer lactato para compensar la acidosis metabólica ya existente y la respiratoria producida por la anestesia.
Los pacientes anémicos pueden llegar a ver reducida la capacidad de transporte de oxígeno, lo que reducirá la reserva fisiológica durante la anestesia y favorece la hipoxia tisular. Se recomienda valorar la necesidad de transfusión de hemoderivados antes de la anestesia considerando el valor del hematocrito y las comorbilidades existentes8,51.
Complicaciones habituales
La resolución de obstrucciones ureterales en gatos es un procedimiento complejo y asociado a un elevado riesgo anestésico18. Las complicaciones más habitualmente incluyen:
- Hipotensión:debida a lahipovolemia subyacente, y la falta de sensibilidad del miocardio a las catecolaminas por la acidemia y la hipotermia18,52. El tratamiento inicial incluye la reducción de la CAM de anestésicos y la administración de bolos de cristaloide o el uso de hemoderivados8,15. En caso de hipotensión acompañada de bradicardia, se deben administrar anticolinérgicos. Si persiste la hipotensión, está indicada la administración de inotropos positivos (efedrina, dopamina o dobutamina), reservando los vasopresores para casos de vasodilatación muy severa o hipotensión refractaria por su potencial reducción del FSR2,15.
- Bradicardia: puede estar relacionada con hiperkalemia no corregida, aumento del tono vagal (especialmente durante la manipulación quirúrgica del retroperitoneo), hipotermia o uso de fármacos como opioides o dexmedetomidina. El tratamiento se basa en intentar corregir la causa subyacente y la utilización de anticolinérgicos como la atropina8,15.
- Hipotermia:muy habitual en gatos por su elevada superficie corporal respecto a su tamaño53. En cirugía ureteral es especialmente frecuente por tratarse de procedimientos prolongados con exposición abdominal extensa18,52. Se recomienda aplicar calentamiento activo desde el inicio de la anestesia53, y cubrir las extremidades con material aislante55.
- Hipercapnia e hipoventilación: producen acidosis respiratoria que empeorará la acidosis metabólica, es recomendable el empleo de ventilación mecánica, siempre valorando la repercusión hemodinámica que esta pueda tener en el paciente56.
- Sangrado intraoperatorio:puede haber mayor riesgo en estos pacientes por las posibles alteraciones de la coagulación3,8.
La tabla 5 recoge un resumen de recomendaciones durante la anestesia en estos pacientes.
Tabla 5. Resumen de las principales recomendaciones anestésicas en gatos con obstrucción ureteral.
| Fase | Recomendaciones |
| Estabilización preanestésica |
|
| Premedicación |
|
| Inducción anestésica |
|
| Mantenimiento anestésico |
|
| Recuperación anestésica |
|
Recuperación y cuidados hospitalarios
La fase de recuperación es crítica ya que en ella se producen la mayoría de muertes por la anestesia52,53. Tras la extubación deben monitorizarse estrechamente: frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria, temperatura, y nivel de conciencia49.
El control del dolor es clave para minimizar el estrés, favorecer la función renal y la vuelta a la ingesta voluntaria y acortar el tiempo de hospitalización. La buprenorfina proporciona una buena analgesia postoperatoria en gatos y tiene como ventaja una larga duración con mínimos efectos secundarios12,22. El tramadol es otra alternativa en gatos ya que estos presentan una biotransformación a su metabolito activo más eficaz que los perros57. En caso de dolor más severo, puede optarse por metadona. El uso de IIC de ketamina a 0.15-0.3 mg/kg/h proporciona una buena analgesia adicional con mínimos efectos secundarios y ayuda a prevenir la cronicidad del dolor12,15. Se desaconseja el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), al menos en el postoperatorio temprano2,8,15.
El desarrollo de náuseas, vómitos y anorexia es común por la existencia de azotemia, dolor y estrés por la propia hospitalización. El maropitant resulta de gran utilidad para tratar estos síntomas en gatos con patología renal 58,59. En pacientes que ya presentaran hiporexia o anorexia previa, está indicada la colocación de sondas nasoesofágicas o tubos de esofagostomía para garantizar la nutrición temprana2,15.
Tras la corrección de una obstrucción ureteral es fundamental evaluar la diuresis efectiva mediante el cálculo de la producción de orina, la medición de la densidad urinaria y la evaluación seriada de creatinina, urea y electrolitos en sangre. La oliguria o anuria pueden deberse a hipotensión mantenida, isquemia renal, progresión de la enfermedad o fallo mecánico del dispositivo colocado (stent o SUB). En estos casos, se requiere actuación inmediata para descartar obstrucción, reposicionar el sistema o instaurar terapia médica intensiva.
Tras la resolución quirúrgica, algunos pacientes pasan de oliguria o anuria a poliuria marcada, fenómeno conocido como diuresis postobstructiva60,61, debida a la incapacidad temporal de los túbulos para concentrar orina y a la excreción de solutos acumulados durante la obstrucción. Aunque es un signo de recuperación renal, conlleva un elevado riesgo de deshidratación, hipovolemia, hipopotasemia e hipomagnesemia2,61, por lo que requiere una monitorización intensiva del volumen urinario, peso corporal y parámetros de perfusión, ajustando la fluidoterapia de manera dinámica.
Conclusiones
El manejo anestésico en gatos con obstrucción ureteral es complejo por tratarse de pacientes con un grado variable de enfermedad renal. La mayoría requieren una estabilización mínima antes de la anestesia para minimizar la morbilidad y mortalidad. La anestesia balanceada es clave para minimizar el efecto de muchos sedantes y anestésicos sobre la función renal, con especial énfasis en las técnicas de anestesia locorregional, que proporcionan analgesia intra y postoperatoria, mejorando así la recuperación.
Bibliografía
- D. L. Clarke. “Feline ureteral obstructions. Part 1: medical management”. Journal of Small Animal Practice. 2018; 1-10.
- Lamont L, Grimm K, Robertson S, Love L, Schroeder C. Veterinary anaesthesia and analgesia. The sixth edition of Lumb & Jones. 2024. Ed. Willey Blackwell.
- JD Fosters. “Acute kidney injury”. Etienne Côté, Stephen J. Ettinger and Edward C. Feldman, eds. Veterinary Internal Medicine. 9th ed. Phyladelphia, Elsevier; 2024. p. 5875-5917.
- David P. Basile, Melissa D. Anderson and Timothy A. Sutton. “Pathophysiology of Acute Kidney Injury”. NIH-PA. 2012 April; 2(2): 1303-1353.
- Allyson C. Berent, and Larry G. Adams. “Ureteral disorders”. Etienne Côté, Stephen J. Ettinger and Edward C. Feldman, eds. Veterinary Internal Medicine. 9th ed. Phyladelphia, Elsevier; 2024. p. 6048-6067.
- Silverstein DC, Hopper K. Ureteral obstruction. En: Silverstein DC, Hopper K, eds. Small Animal Critical Care Medicine. 2nd, ed. St Louis: Elsevier; 2015.
- “Fisiopatologia da urolitíase em gatos e abordagens cirúrgicas na resolução da obstrução ureteral”. Universidade de Évora. Mestrado Integrado en Medicina Veterinária 2025.
- Bautista Díaz-Delgado O, Alderson B. Anaesthesia of the patient with chronic kidney disease. Companion Animal. 2020. ; 25(11) 268-276
- Joe Bartges. “Pathophysiology of urinary obstruction”. Joe Bartges and David J. Polzin, eds. Nephrology and Urology of Small Animals. UK: Wiley-Blackwell; 2011. p. 707-710.
- Chambers D, Huang C, Matthews G. Basic physiology for anaesthetists. 2nd edition. Ed. Cambridge
- Alfonzo AVM, Isles C, Geddes C, Deighan C. Potassium dissorders-clinical spectrum and emergencies management. Ressuscitation. 2006. 70: 10-25.
- Campese VM, Adenuga G. Electrophysiological and clinical consecuences of hyperkalemia. Kidney Int Suppl (2011). 20166 (1):16-19.
- Larry D. Coowgill and Cathy Langston. “Acute kidney insufficiency”. Joe Bartges and David J. Polzin, eds. Nephrology and Urology of Small Animals. UK: Wiley-Blackwell; 2011. p. 472-524.
- Pardo M, Spencer E, Odunayo A, Ramirez ML, Rudloff E, Shafford H, Weil A, Wolff E. 2024 AAHA Fluid Therapy Guideliness for Dogs and Cats. J Am Anim Hosp Assoc. 2024 Jul 1;60(4):131-163
- Dugdale AHA, Beaumont G, Bradbrook C, Gurney M. Veterinary anaesthesia: principles to practice. 2nd edition. 2020. Ed. Willey Blackwell
- Fantoni D, Shih AC. Perioperative Fluid Therapy. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2017 Mar;47(2):423-434.
- Acierno MJ, Brown S, Coleman AE, Jepson RE, Papich M, Stepien RL, Syme HM. ACVIM consensus statement: Guidelines for the identification, evaluation, and management of systemic hypertension in dogs and cats. J Vet Intern Med. 2018 Nov;32(6):1803-1822.
- Carellan Mateo, A. G., Brodbelt, D., Kulendra, N., & Alibhai, H. (2015). Retrospective study of the perioperative management and complications of ureteral obstruction in 37 cats.Veterinary Anaesthesia and Analgesia,42(6), 570-579.
- Duke-Novakovsky T, De Vries M, Seymour C. BSAVA Manual of canine and feline anesthesia and analgesia, 3th edition.2016.
- Deprey, J., Baldinger, A., Livet, V., Blondel, M., Taroni, M., Lefebvre, C., ... & Cachon, T. (2021). Risk factors and clinical relevance of positive urine cultures in cats with subcutaneous ureteral bypass.BMC Veterinary Research,17(1), 199.
- Bradbrook CA, Clark L. State of the art analgesia- recent developments in pharmacological approaches to acute pain management in dogs and cats. Part 1. Vet J. 2018; 238:76-82.
- Gieger SM, Keating SC, Strahl-Heldreth DE, Martins F, Pavlovsky G, Oba PM, Swanson KS. The effect of midazolam co-induction on cardiorespiratory variables, myoclonus and etomidate dose requirements in healthy cats. Vet Anaesth Analg. 2025 Mar-Apr;52(2):192-199.
- Robinson R, Borer-Weir K. The effets of diazepam and midazolam on the dose of propofol required to induce anaesthesia in cats. et Anaesth Analg. 2015 Sep;42(5):493-501.
- Lankadeva, Y. R., Ma, S., Iguchi, N., Evans, R. G., Hood, S. G., Farmer, D. G., ... & May, C. N. (2019). Dexmedetomidine reduces norepinephrine requirements and preserves renal oxygenation and function in ovine septic acute kidney injury.Kidney international,96(5), 1150-1161.
- Clifforde, E. L. (2018). Chronic renal disease in dogs and cats: anaesthesia considerations.Veterinary Nursing Journal,33(5), 131-137.
- Zonca A, Ravasio G, Gallo M, Montesissa C, Carli S, Villa R, Cagnardi P. Pharmacokinetics of ketamine and propofol combination administered as ketofol via continuous infusion in cats. J Vet Pharmacol Ther. 2012 Dec;35(6):580-7
- Costa GP, Monteiro ER, Marques ÉJ, Beck RC, Carneiro RK, da Costa FV, Valle SF. Sedative effects of acepromazine in combination with nalbuphine or butorphanol, intramuscularly or intravenously, in healthy cats: a randomized, blinded clinical trial. J Feline Med Surg. 2021 Jun;23(6):540-548.
- Grubb T, Sager J, Gaynor JS, Montgomery E, Parker JA, Shafford H, Tearney C. 2020 AAHAAnesthesiaand MonitoringGuidelinesforDogsandCats. J Am Anim Hosp Assoc. 2020 Mar/Apr;56(2):59-82.
- Warne LN, Beths T, Whittem T, Carter JE, Bauquier SH. A review of the pharmacology and clinical application ofalfaxaloneincats. Vet J. 2015 Feb;203(2):141-8.
- Martín Bellido V, Martínez I Ferré B, McDonald H, Vettorato E. Effect of intravenous fentanyl on cough reflex and quality of endotracheal intubation in cats. Vet Anaesth Analg. 2023 May;50(3):230-237
- Abed JM, Pike FS, Clare MC, Brainard BM. Thecardiovasculareffectsof sevoflurane andisofluraneafter premedication of healthy dogs undergoing elective surgery. J Am Anim Hosp Assoc. 2014 Jan-Feb;50(1):27-35.
- Hong I, Bigam KD, McConnell BM, Özelsel TJP, Sondekoppam RV. Sevoflurane and its metabolic byproduct compound A induce nephrotoxicity: a systematic review and meta-analysis of animal studies. Med Gas Res. 2025 Jun 1;15(2):254-265.
- Escobar A, Pypendop BH, Siao KT, Stanley SD, Ilkiw JE. Effect of dexmedetomidine on the minimum alveolar concentration of isoflurane in cats. J Vet Pharmacol Ther. 2012 Apr;35(2):163-8
- Nagashima JK, Gonçalves LA, Pereira MA, Talib MS, de Olveira CM, Ambrósio AM, Fantoni DT. Microcirculation assessment of dexmedetomidine constant rate infusion during anesthesia of dogs with sepsis from pyometra: a randomized clinical study. Vet Anaesth Analg. 2022 Nov;49(6):536-545
- Brosnan RJ, Pypendop BH, Siao KT, Stanley SD (2009) Effects of remifentanil on measures of anesthetic immobility and analgesia in cats. Am J Vet Res 70, 1065e1071.
- Brosnan RJ, Pypendop BH, Stanley SD (2020) Phenylpiperidine opioid effects on isoflurane minimum alveolar concentration in cats. J Vet Pharmacol Ther 1. e5.
- Brosnan RJ, Pypendop BH, Cenani A. Effects of trazodone and dexmedetomidine on fentanyl-mediated reduction of isoflurane minimum alveolar concentration in cats. Vet Anaesth Analg. 2024 Jan;51(1):80-89
- Pascoe PJ, Ilkiw JE, Craig C, Kollias-Baker C. The effects of ketamine on the minimun alveolar concentration of isoflurane in cats. Vet Anaesth Analg. 2007 Jan;34(1):31-9.
- Bustamante R, Aguado D, Cediel R, Gómez de Segura IA, Canfrán S. Clinical comparison of the effects of isoflurane or propofol anaesthesia on mean arterial blood pressure and ventilation in dogs undergoing orthopaedic surgery recei - ving epidural anaesthesia. Vet J. 2018. 233:49-54.
- Dehuisser V, Bosmans T, Devreese M, Gehring R, Croubles S, Duchateu L, Polis I. Alfaxalone total intravenous anaesthesia in dogs: pharmaco - kinetics, cardiovascular data and recovery charac - teristics. Vet Anaesth Analg. 2019. 46(5):605-612. roceedings IVECCS. 2019: 25-28.
- Andress JL, Day TK and Day DG. The effects of consecutive day propofol anesthesia on feline red blood cells. Vet Surgery 1995; 24: 277–282. 30.
- Pascoe PJ, Ilkiw JE and Frischmeyer KJ. The effect of the duration of propofol administration on recovery from anesthesia in cats. Vet Anaesth Analg 2006; 33: 2–7.
- Peterson, N. W., Buote, N. J., & Bergman, P. (2014). Effect of epidural analgesia with opioids on the prevalence of urinary retention in dogs undergoing surgery for cranial cruciate ligament rupture.Journal of the American Veterinary Medical Association,244(8), 940-943.
- Takusagawa, F., Takusagawa, Y., & Kimura, T. (2025). Effect of a novel sternal recumbency approach for quadratus lumborum block on isoflurane requirements in cats undergoing ovariohysterectomy.Frontiers in Veterinary Science,12, 1648665.
- Dos-Santos JD, Ginja M, Martins J, Cabral P, Alves-Pimenta S, Ribeiro L, Otero PE, Colaço B. Comparison between Bilateral Ultrasound-Guided Quadratus Lumborum Block and Sacrococcygeal Epidural in Cats Undergoing Ovariectomy. Vet Sci. 2024 Jan 8;11(1):25.
- Belda E, Viscasillas J, Laredo FG. Bloqueos locorregionales ecoguiados más utilizados en la especie canina. Parte II: miembro posterior y tabdomen. Clínica Veterinaria de pequeños animales AVEPA. 2021;41(4):207-219.
- Garbin M, Ruel HL, Watanabe R, Malo A, Monteiro BP, Steagall PV. Analgesic efficacy of an ultrasound-guided transversus abdominis plane block with bupivacaine in cats: a randomised, prospective, masked, placebo-controlled clinical trial. J Feline Med Surg. 2023 Feb;25(2)
- Sánchez Vicente C, Méndez López del Hierro M, Bouzón Mouzo S, Sánchez López A. Bloqueo paravertebral torácico caudal como manejo analgésico para la colocación de un bypass ureteral en un gato: a propósito de un caso clínico. Póster en XVII Congreso SEAAV (Granada, 1-3 Junio 2023).
- Bailey K et al. The American College of Veterinary Anesthesia and Analgesia Small Animal Anesthesia and Sedation Monitoring Guidelines 2025. Vet Anaesth Analg. 2025. 52, 377-385
- Pardo M.; Spencer E.; Odunayo A.; Ramirez M.L.; Rudolf E.; Shafford H.; Weil A.; Wolff E.; 2024 AAHA Fluid Therapy Guidelines for Dogs and Cats 2024. J Am Anim Hosp Assoc. 2024 Jul 1;60(4):131-163
- Giger U. Anemia. In: Silverstein DC and Hopper K (eds). Small animal critical care medicine. 2nd edn. Missouri: Elsevier Saunders; 2015:661–666.
- Luca GC, Monteiro BP, Dunn M, Steagall PVM. A retrospective study of anesthesia for subcutaneous ureteral bypass placement in cats: 27 cases. J. Vet. Med. Sci. 2017. 79(6): 992–998, 2017
- Redondo-García JI et al. Mortalidad anestésica en gatos en España. Resultados del proyecto COMPLRED. Clin Vet Peq Anim, 2024; 44 (1): 25-37
- Clark-Price SC, Dossin O, Jones KR, Otto AN, Weng HY. Comparison of three different methods to prevent heat loss in healthy dogs undergoing 90 minutes of general anesthesia. Vet Anaesth Analg. 2013 May;40(3):280-4
- Kreisler RE, Boules J, Khanezarrin M, Costa RS. Insulating the extremities of cats with highly insulating materials during anesthesia reduces core temperature decline with additional benefit from active warming. J Am Vet Med Assoc. 2025 May 2;263(9):1106-1113.
- Fantoni DT, Ida KK, Lopes TF, Otsuki DA, Auler JO Jr, Ambrósio AM. A comparison of the cardiopulmonary effects of pressure controlled ventilation and volume controlled ventilation in healthy anesthetized dogs. J Vet Emerg Crit Care (San Antonio). 2016 Jul;26(4):524-530
- Domínguez-Oliva A, Casas-Alvarado A, Miranda-Cortés AE, Hernández-Avalos I. Clinical pharmacology of tramadol and tapentadol, and their therapeutic efficacy in different models of acute and chronic pain in dogs and cats. J Adv Vet Anim Res. 2021 Sep 19;8(3):404-422
- Park, L. S., & Hoelzler, M. G.Article Retrospective evaluation of maropitant and perioperative factors affecting postoperative appetite in cats. CVJ . 2021(Vol. 62).
- Quimby, J. M., Brock, W. T., Moses, K., Bolotin, D., & Patricelli, K. (2015). Chronic use of maropitant for the management of vomiting and inappetence in cats with chronic kidney disease: a blinded, placebo-controlled clinical trial. Journal of Feline Medicine and Surgery. 2015. 17(8), 692–697.
- Balsa IM, Culp WTN, Palm CA, Hopper K, Hardy BT, Ben-Aderet DG, Mayhew PD, Drobatz KJ. Factors associated with postobstructive diuresis following decompressive surgery with placement of ureteral stents or subcutaneous ureteral bypass systems for treatment of ureteral obstruction in cats: 37 cases (2010–2014). J Am Vet Med Assoc. 2019 Apr 15;254(8):944-952.
- Fröhlich L, Hartmann K, Sautter-Louis C, Dorsch R. Postobstructive diuresis in cats with naturally occurring lower urinary tract obstruction: incidence, severity and association with laboratory parameters on admission. J Feline Med Surg. 2016 Oct;18(10):809-17