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Manejo básico en la hospitalización de caballos

Resumen breve

El objetivo del artículo es dar una visión general de cómo manejar a los pacientes equinos que hay ingresados en un hospital y sus principales cuidados. Asimismo, se explican los aspectos que deben tener en cuenta veterinarios y ATVs para intentar reducir las complicaciones derivadas de la hospitalización.El manejo y cuidado de los pacientes será tarea de veterinarios, ATVs y mozos de cuadra, por lo que es importante que todos trabajen en la misma dirección y que haya buena comunicación para…

Resumen

El objetivo del artículo es dar una visión general de cómo manejar a los pacientes equinos que hay ingresados en un hospital y sus principales cuidados. Asimismo, se explican los aspectos que deben tener en cuenta veterinarios y ATVs para intentar reducir las complicaciones derivadas de la hospitalización.

El manejo y cuidado de los pacientes será tarea de veterinarios, ATVs y mozos de cuadra, por lo que es importante que todos trabajen en la misma dirección y que haya buena comunicación para que el manejo sea individualizado según las necesidades y el carácter de cada paciente.

Hay que tener en cuenta que el manejo también será diferente según el motivo de ingreso. Será necesario saber cómo actuar en cada caso: saber cómo inmovilizar un paciente oftalmológico mientras se evalúan los ojos, como manejar a una yegua mientras se trata a su potro, que cuidados necesita un paciente con cojera si necesita reposo y no puede salir de la cuadra, etc.

Cabe destacar que este artículo se centra en los caballos pero que es aplicable a cualquier équido que esté hospitalizado (poni, burro, asno, mula).

Introducción

A diferencia de los pequeños animales (perros, gatos y exóticos), un caballo no puede ir al hospital cada vez que tiene un problema veterinario, ya que su transporte es mucho más complejo. Por ello, los veterinarios equinos de campo realizan una función básica: visitar a los caballos enfermos en campo y, de esta manera resolver muchos problemas médicos in situ.

Si el problema no puede solucionarse en el campo, porque necesita cirugía, pruebas adicionales y/o un tratamiento más intensivo, este caballo será referido al hospital. En la recepción se realizará un examen físico completo y dependiendo del caso, todas las pruebas que se crean oportunas. A partir de este momento, se instaurará un tratamiento médico y/o quirúrgico y se realizarán seguimientos diarios del paciente.

Algunas situaciones que requieren hospitalización de caballos son por ejemplo, el tratamiento de heridas o traumatismos, tratamiento de cólico, intervención quirúrgica, realización de pruebas diagnósticas (ecografía, radiografía, endoscopia, gastroscopia, gammagrafía, resonancia magnética, TAC, etc.), valoración de la evolución de alguna enfermedad, administración de tratamientos que no se pueden realizar en campo (fluidoterapia, tratamientos intravenosos, oxigenoterapia, etc.), problemas en el parto, enfermedades neurológicas graves (crisis convulsivas, etc.), problemas oftalmológicos que requieren un tratamiento intensivo, etc.

Como habrá diferentes necesidades según el problema de cada caballo, las instalaciones deben ser adecuadas para cada caso. El hospital deberá disponer de cuadras para hospitalización convencional, cuadras para animales con cuidados intensivos, cuadras adaptadas a caballos que no puedan mantenerse en pie, equipadas con una faja de suspensión, cuadras para yeguas y sus potros, salas acolchadas para la inducción y recuperación anestésica y cuadras de aislamiento para aquellos caballos infecciosos con riesgo de contagio a otros pacientes.

Cuidados básicos

Hay que tener en cuenta varios aspectos cuando un caballo está hospitalizado. A parte de los cuidados médicos, son importantes los cuidados básicos de cualquier caballo: el cuidado y limpieza de la cuadra, el aseo del caballo y su alimentación.

Cuidados y limpieza de la cuadra:

Los pacientes hospitalizados están en un ambiente distinto al que están acostumbrados y con gente que no conocen.
Es importante intentar que estén lo más cómodo posible dentro de la cuadra, ya que normalmente pasarán la mayor parte del día allí y así intentar evitar el estrés que puede influir negativamente en la recuperación del caballo. Para ello, la cuadra deberá tener una cama adecuada como por ejemplo, de viruta, que deberá cambiarse una vez al día. De igual manera diariamente se limpiará el bebedero y comedero y se recogerán las heces varias veces al día.

Una vez el caballo tenga el alta hospitalaria, la cuadra con todos sus accesorios deberá ser desinfectada correctamente antes de que entre otro paciente. Esta desinfección será mucho más cuidadosa en las cuadras de aislamiento que sabemos que el caballo ha sufrido una enfermedad contagiosa.

Las cuadras deben estar bien ventiladas para reducir el polvo y las esporas que podrían llegar a provocar enfermedades respiratorias y alérgicas en los pacientes hospitalizados.

Aseo del caballo:

El aseo periódico es fundamental para la salud y el bienestar del caballo.
Una vez al día se cepillará al caballo entero para quitarle restos de polvo y se limpiará la crin y la cola con un peine para dejarlas desenredadas y limpias.
En verano o en temporadas cálidas, se puede incluso bañar a los pacientes para que estén más frescos.

Figura 1. Herramientas para el aseo del caballo.
Figura 1. Herramientas para el aseo del caballo.

Los cascos son una de las partes más importantes a cuidar ya que soportan todo el peso del animal y un problema aquí puede traducirse en un problema de cojera.
Cada vez que el caballo salga de la cuadra para pasear o para ser explorado se deberán limpiar los cascos por fuera y por dentro (si el caballo por decisión médica no puede salir de la cuadra, a diario se harán varias limpiezas dentro de la cuadra).
La limpieza de los cascos consiste en eliminar el exceso de barro, estiércol y otros residuos con un limpiacascos para evitar que el casco se humedezca demasiado ya que la humedad favorece el crecimiento de bacterias y puede llegar a desencadenar una infección (Figura 1).

La alimentación:

Como en cualquier especie, debemos tener en cuenta que dieta es la más adecuada ya que será esencial para tener un caballo sano.

Los caballos son animales herbívoros con un sistema digestivo delicado y con un estómago pequeño y por ello, necesitan comer poca cantidad, pero muchas veces al día. Hay caballos que viven en cuadra que, por problemas logísticos, no se les puede ofrecer continuamente comida, así que se les dispensa 3 veces al día.

Los caballos tienen como principal fuente de alimento forraje (heno y alfalfa) y/o pasto (hierba fresca), los dos son alimentos ricos en fibra. Además, podemos suplementar la dieta con piensos especializados. También es muy importante que tengan agua limpia disponible las 24 horas del día. En general, un caballo adulto con una actividad física intermedia debería comer de 1,5 a 2 % de alimento respecto a su peso corporal. De todas maneras, los requerimientos energéticos deben calcularse en función del peso, edad, estado corporal y ejercicio. Los requerimientos de mantenimiento para un caballo sano adulto son de 35-40 Kcal/kg/día. Este nivel de nutrición ha demostrado mantener el peso corporal de caballos sanos que permanecen en una cuadra. Los potros, por ejemplo, tienen requerimientos energéticos mucho más altos. No hay un buen calculo sobre el aumento de los requerimientos en caballos después de una cirugía, un trauma, una hemorragia, etc., por lo que se intenta satisfacer las necesidades energéticas de mantenimiento.

El problema más frecuente relacionado con la alimentación es el cólico. Cólico, se refiere al dolor abdominal del caballo, por lo tanto, más que una enfermedad es un síntoma. Puede tener varias causas y según esta dependerá el tratamiento y pronóstico, que puede llegar a ser mortal. Es una de las principales causas de muerte en equinos. Un mal manejo dietético puede conllevar a patologías graves que pueden en peligro la vida del animal.

Cuidados especificos para pacientes hospitalizados

Dieta

Como se ha explicado en el apartado anterior, es muy importante dar una buena alimentación, pero hay situaciones en las que deberemos limitar la dieta.

Los pacientes que van a ser intervenidos quirúrgicamente tendrán una restricción en la dieta antes de la cirugía ya que es necesario que estén en ayuno. Lo recomendado es un ayuno de 12 horas, sin restricciones en el consumo de agua. Éste ayuno es importante ya que si un paciente ha comido antes de una cirugía puede tener reflujo gástrico y parte del contenido del estómago puede pasar al sistema respiratorio, ya que los reflejos que normalmente evitan que esto pase no están activos por la relajación muscular provocada por la sedación/anestesia. Esto implica que haya una broncoaspiración del contenido gástrico que puede provocar una afectación en el pulmón y hasta un colapso respiratorio. Esta restricción en la dieta, como se ha comentado en el apartado anterior, puede desencadenar un cólico por lo que será indispensable seguir de cerca la evolución del caballo.

Una vez finalizada la cirugía se recomienda no reintroducir la dieta hasta un mínimo de 24 hora poscirugía. Es importante detectar que los movimientos intestinales, que pueden estar reducidos o eliminados por los fármacos anestésicos, están presentes antes de la reintroducción a la dieta. De todas maneras, se deberá valorar cada caso y cada tipo de cirugía. Se ha visto que es recomendable reintroducir la dieta tan pronto como sea posible, ya que los nutrientes son esenciales para una buena cicatrización y un buen funcionamiento del sistema gastrointestinal.

Se deberá reintroducir la dieta paulatinamente: poca cantidad muchas veces al día e ir espaciando las tomas y aumentado la cantidad en cada una de ellas, hasta llegar a su nivel habitual. Si durante la reintroducción a la dieta se detecta algún síntoma de cólico (sonidos digestivos reducidos, hiporexia, no defecar, frecuencia cardíaca y respiratoria aumentadas, incomodidad: el caballo rasca, se mira el abdomen, se revuelca, etc.), se retirará el alimento rápidamente y se evaluará al caballo para tratarlo lo antes posible. Es importante hacer hincapié en los sonidos digestivos, ya que reflejan la actividad intestinal y son de gran utilidad en la valoración clínica del paciente. Se deberá auscultar la cavidad abdominal colocando el fonendoscopio en las dos fosas paralumbares derecha e izquierda, en la parte superior y la inferior, auscultando así en cuatro cuadrantes. Los sonidos digestivos tienen una regularidad de 2 a 4 sonidos por minuto. Una auscultación anormal será si esta regularidad es menor o no hay sonidos digestivos.

Laminitis/Infosura - Vendas de descanso

El término laminitis o infosura, se refiere a la interrupción del flujo sanguíneo de las láminas sensitivas del casco que causa inflamación y dolor intenso. Estas estructuras laminares fijan la tercera falange a la pared del casco y afectan normalmente a más de una extremidad, generalmente las anteriores. En casos graves, el hueso puede llegar a separarse de la pared del casco, rotar, desplazarse hacia abajo y finalmente atravesar la suela del casco (Figura 2).

El caballo afectado llevará todo su peso a los talones para disminuir el dolor adoptando la postura característica de pacientes con laminitis (Figura 3). Es típico también que tengan pulso digital y el casco caliente.

Figura 2. Laminitis. a. Estructura de un pie normal. b. Cambios del pie a consecuencia de la laminitis.
Figura 2. Laminitis. a. Estructura de un pie normal. b. Cambios del pie a consecuencia de la laminitis.
Figura 3. Posicion laminitis.
Figura 3. Posicion laminitis.

Esta patología puede ser provocada por varias causas:

  • Trastornos digestivos o cambios bruscos de la dieta.
  • Liberación de toxinas en el sistema circulatorio.
  • Enfermedad que cause fiebre alta o trastornos metabólicos.
  • Enfermedades intestinales graves como cólico o diarrea.
  • Traumatismos continuados en los cascos por malos pasos, piedras, etc.
  • Carga excesiva de peso en una extremidad por una lesión en la contralateral.
  • Shock endotóxico causando interrupción circulatoria.
  • Corticosteroides administrados como tratamiento o esteroides endógenos como por ejemplo en la enfermedad de Cushing equina.

En el hospital se encontarán pacientes con enfermedades o situaciones que potencialmente pueden contribuir a una laminitis. Por esta razón, es importante estar atentos a cualquier síntoma que pueda hacer sospechar de esta enfermedad y evaluar en las exploraciones físicas diarias las extremidades: palparlas, valorar el pulso digital, detectar incomodidad en el caballo, etc. Si se detecta alguno de estos síntomas es importante actuar rápidamente y añadir los tratamientos necesarios para intentar minimizar la laminitis. Cabe destacar que si un paciente no responde al tratamiento puede llegar a ser causa de eutanasia ya que es una enfermedad tan dolorosa que la calidad de vida del animal queda completamente deteriorada.

Esta patología se tratará según cada caso, pero en general se administra antiinflamatorio sistémico, se estabula al caballo sobre terreno blando e incluso se usan plantillas o botas, se aplica frío en la zona del casco, se intenta que la cama sea lo más cómoda posible para procurar que el caballo se tumbe y descanse las extremidades, se ponen vendas de descanso en las extremidades para protegerlas, evitar la inflamación y mejorar la circulación sanguínea, etc.

Paseo

Es muy importante que los pacientes, a excepción de los que tengan restricciones porque necesiten reposo, salgan a pasear varias veces al día. Se sabe que los paseos favorecen el tránsito intestinal y estimulan la circulación sanguínea de todo el cuerpo, especialmente la de las extremidades.

Estos paseos siempre tienen que ser tranquilos y controlados. El caballo puede aprovechar para comer hierba fresca, siempre que no haya restricciones veterinarias.

Manejo de los caballos hospitalizados

Examen físico

Durante la hospitalización, siempre se realizarán exámenes físicos seriados, más frecuentes o menos según cada caso. En estos exámenes se evaluará:

  • Temperatura corporal.
  • Frecuencia cardíaca.
  • Frecuencia respiratoria.
  • Pulso.
  • Color de las mucosas.
  • Tiempo de rellenado capilar.
  • Hematocrito y proteínas en sangre.
  • Pulso digital.
  • Sonidos digestivos.
  • Ánimo.
  • Dolor.
  • Orina.
  • Heces.
  • Apetito.

Todos estos parámetros dan información y junto a otras pruebas, ayudan a los veterinarios a valorar la evolución del paciente.

Como acercarse al caballo

Para poder examinar al caballo hay que tener en cuenta cómo acercarse a él, ya que son animales que se asustan con facilidad. Siempre se debe manejar a un caballo con tranquilidad, seguridad y evitando riesgos:

  • Acercarse al caballo de forma tranquila, hablándole para que sepa dónde estamos. Acercarse suavemente por la parte delantera, asegurando que nos está viendo ya que los caballos tienen una visión monocular y dos puntos ciegos (Figura 4). Asimismo, tocarlo desde la cabeza hasta la zona que se va a examinar.
  • Prestar especial atención a los signos de nerviosismo que muestre el caballo. Observar su posición corporal, sus ollares, sus ojos y sus orejas nos dará información de su estado anímico (Figura 5). La zona de los ollares y el morro debería estar relajado, en situaciones de estrés el animal puede apretar el mentón y se verán los ollares dilatados. Igual pasa con los ojos, los cuales estarán muy abiertos incluso se podrá ver la esclerótica y la zona superior del ojo se elevará (ceja). En situaciones relajadas las orejas toman la dirección de los sonidos que oye el caballo, pero si se ven planas contra el cuello nos dicen que el caballo está muy incómodo y en actitud violenta.
  • Permanecer atento a las circunstancias ambientales ya que los caballos suelen asustarse con facilidad por ruidos y movimientos bruscos.
Figura 4. Puntos ciegos.
Figura 4. Puntos ciegos.
Figura 5. Posición de las orejas. 1- Alerta, curiosidad. 2- Tranquilidad, relajación. 3- Miedo, irritación.
Figura 5. Posición de las orejas. 1- Alerta, curiosidad. 2- Tranquilidad, relajación. 3- Miedo, irritación.

Herramientas de control

Cabezada: el sitio de sujeción principal de un caballo es la cabeza y por ello, es importante usar la cabezada y una cuerda larga para poder controlar al caballo (Figura 6). De esta manera, será más seguro pasear al caballo, llevarlo hasta la sala de exploración, examinarlo, etc. También, se pùede sujetar al caballo anudando la cuerda a una anilla, siempre con la seguridad de que si el caballo se asusta y da un tirón fuerte, esta anilla se rompa para que el caballo no siga tirando hasta que se haga daño.

Potrero: es una estructura de hierro que sirve para contener al caballo mientras se evalua, realizan pruebas, etc. De esta manera, protegemos al caballo y a las personas que trabajan a su alrededor (Figura 7).

Figura 6. Cabezada.
Figura 6. Cabezada.
Figura 7. Potrero.
Figura 7. Potrero.

El potrero consiste en una estructura de hierro rectangular con 2 barras laterales regulables en altura según el tamaño del caballo, y 2 puertas, delantera y trasera, para hacer entrar al caballo y poderlo cerrar dentro. Asimismo, la cabezada del caballo será atada a los laterales para restringir el movimiento de la cabeza.

Con esta estructura el caballo no puede avanzar ni retroceder y restringimos sus movimientos para que el personal que trabaje alrededor esté más seguro ya que el caballo no podrá levantarse de manos, y si da patadas estará protegido por la estructura de hierro, se tendrá la cabeza controlada y se evitarán las mordidas y golpes. También se protege al caballo de movimientos bruscos que pueda hacer por miedo o dolor y hacerse daño.

Aunque el caballo esté en el potrero nunca se podrá relajar ya que caballos muy nerviosos o que han tenido poco contacto con personas o cualquier otro caballo, pueden asustarse por algún ruido y puede intentar escapar del potrero. Así que, siempre deberemos tratar al caballo con suavidad, trabajar en un ambiente relajado sin ruidos ni movimientos bruscos e intentado avisar al caballo de todo lo que se va a hacer, como por ejemplo tocar primero zonas del cuerpo que le gustan (el cuello, la frente) y acariciar el cuerpo hasta llegar a la zona que queremos evaluar (por ejemplo, las extremidades).

Puro o torcedor: consiste en un palo de madera con una cuerda en uno de los extremos (Figura 8). Esta cuerda se retuerce en el labio superior del caballo, ejerciendo una presión en los nervios sensoriales de los belfos y este dolor produce distracción de la atención del caballo haciendo menos doloroso el trabajo que se esté realizando en otro lado de su cuerpo.

Chifney: se usa en la conducción de caballos sementales o difíciles de llevar de la mano. Es una embocadura de acero que se introduce en la mandíbula del caballo y al hacer presión intensa sobre la lengua se consigue un mayor control sobre el caballo (Figura 9).

Figura 8. Puro.
Figura 8. Puro.
Figura 9. Chifney.
Figura 9. Chifney.

Pliegue cutáneo y sujeción la oreja: Con la mano se coge un pliegue de la piel del cuello o bien se sujeta la oreja del caballo para intentar que no se mueva si se está realizando alguna prueba o cura delicada.

Sedación: el método más efectivo e indoloro. Se usa para sujeciones largas y/o para realizar procedimientos delicados que necesitamos que el caballo esté casi inmóvil.


Conclusiones

Como se ha visto, es muy importante saber cómo manejar al paciente equino para que la evaluación por parte del veterinario sea los más eficiente y segura que se pueda. Los caballos son animales de gran volumen y peso que pueden dañar fácilmente. Así que son de gran ayuda todas las herramientas que hay disponibles para controlar a los pacientes.

Hay que tener en cuenta también cuáles son los cuidados que necesita cualquier caballo que está estabulado en una cuadra y que complicaciones pueden tener para intentar evitarlas y/o reducirlas.

Bibliografía

Libros:

Robinson, N.E.; Sprayberry, Kim A.; Current therapy in equine medicine 6; 2009, Elsevier (Missouri USA)
Reed, S. M..; Bayly, W. M.; Sellon, D. C.; Equine internal medicine; 2004; Elsevier (Missouri USA)
Colahan, P. T.; Mayhew, I. G.; Merritt, A. M.; Moore J. N.; Equine medicine and surgery; 1999; Mosby ( Missouri USA)
Coumbe, K. M.; The equine veterinary nursing manual; 2001; Oxford

Artículos:

Elliott, J.; Bailey, SR.; (2006) Gastrointestinal derived factors are potential triggers for the development of acute equine laminitis; 2006

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