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Osteoma palatino en un cachorro. A propósito de un caso clínico

Resumen breve

Un cachorro de mes y medio fue referido para valorar las opciones de tratamiento de una masa ósea de gran tamaño originada en el paladar duro. Tras la realización de un TC craneal y torácico para valorar la extensión de la masa y para la planificación quirúrgica, el cachorro se intervino a los 4 meses de edad. La masa se extirpó en bloque, cerrándose el defecto resultante con una combinación de colgajos labiales. 6 semanas tras la cirugía, no se detectaron complicaciones asociadas a la…

Descripción del caso

Un cachorro de Staffordshire cruzado de mes y medio, macho entero, fue referido para valorar las opciones terapéuticas de una masa de gran tamaño en cavidad oral. La masa, localizada en el paladar duro, aparentemente apareció después de que el cachorro fuera mordido por un perro adulto. La biopsia incisional anteriormente realizada fue sugerente de una neoplasia ósea primaria. A pesar del tratamiento previo con antibióticos y antiinflamatorios, la masa no pareció remitir.

En la observación externa se apreció una deformación facial del lado izquierdo, posiblemente por el efecto masa, con cierre parcial de los párpados superior e inferior izquierdos, pero sin llegar a provocar exoftalmia. En la exploración de la cavidad oral se pudo observar una masa de gran tamaño, originada en el paladar duro, ligeramente lateralizada a la izquierda, pero extendiéndose hacia la línea media del mucoperiostio del paladar duro. La masa se extendía rostralmente desde los premolares superiores (207), y caudalmente hasta el nivel de la muela carnicera (210). Se puedo observar una masa de menor tamaño, localizada inmediatamente rostral a la anterior, lateralizada a la izquierda, y extendiéndose desde las porciones caudales del canino (204), hasta los primeros premolares (207) (Figura 1). A la palpación, ambas masas tenían una consistencia dura y se encontraban firmemente adheridas al hueso subyacente.

Figura 1. Imagen intraoperatoria antes de comenzar la intervención quirúrgica donde se puede apreciar el posicionamiento para la cirugía. La flecha amarilla indica la localización y extensión de la masa oral de mayor tamaño, mientras que la flecha roja indica la localización y extensión de la segunda masa oral.

Figura 1. Imagen intraoperatoria antes de comenzar la intervención quirúrgica donde se puede apreciar el posicionamiento para la cirugía. La flecha amarilla indica la localización y extensión de la masa oral de mayor tamaño, mientras que la flecha roja indica la localización y extensión de la segunda masa oral.

Debido a la edad del paciente, no se recomendó un tratamiento quirúrgico inmediato. Al contrario, se recomendó monitorizar el posible crecimiento de la masa y reevaluar al paciente cuando hubiera alcanzado los 3.5- 4 meses de edad. Se recomendó una dieta blanda y que se evitara morder objetos que traumatizaran la cavidad oral y produjesen sangrado de la masa.

2.5 meses tras la consulta inicial, se organizó una revisión. La masa presentaba el mismo tamaño y consistencia, aunque la deformación facial no era tan significativa, probablemente por el crecimiento de los huesos faciales. Se realizaron analíticas preanestésicas sin detectarse alteraciones.

Bajo sedación se realizó un TC craneal para valorar la extensión de las masas y un TC torácico para verificar la ausencia de metástasis pulmonares. Se pudo observar una masa mineralizada de gran tamaño, emergiendo del paladar duro, extendiéndose rostralmente hasta la raíz del canino superior izquierdo (204), y caudalmente hasta la muela carnicera (210). La masa se lateralizaba a la izquierda, aunque se extendía medialmente hasta casi alcanzar la línea media del paladar duro (Figura 2 (A -C)).

Figura 2. (A) TC de cráneo (ventana hueso, plano sagital). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, y extendiéndose rostralmente desde el nivel de la raíz del canino y caudalmente hasta el nivel de la muela carnicera. (B) TC de cráneo (ventana hueso, plano transversal). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, lateralizada a la izquierda, pero extendiéndose hacia medial casi hasta el nivel de la línea media del paladar duro. (C)  TC de cráneo (ventana hueso, plano dorsal). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, lateralizada a la izquierda, pero extendiéndose rostralmente hacia la raíz del canino, y caudalmente hasta el nivel de la muela carnicera. Aunque la masa se encontraba principalmente en el lado izquierdo, se extendía hacia medial llegando casi al nivel de la línea media del paladar duro, la cual queda a la altura de la flecha roja.A

Figura 2. (A) TC de cráneo (ventana hueso, plano sagital). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, y extendiéndose rostralmente desde el nivel de la raíz del canino y caudalmente hasta el nivel de la muela carnicera. (B) TC de cráneo (ventana hueso, plano transversal). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, lateralizada a la izquierda, pero extendiéndose hacia medial casi hasta el nivel de la línea media del paladar duro. (C)  TC de cráneo (ventana hueso, plano dorsal). La flecha amarilla indica la presencia de una masa de gran tamaño, mineralizada, emergiendo del paladar duro, lateralizada a la izquierda, pero extendiéndose rostralmente hacia la raíz del canino, y caudalmente hasta el nivel de la muela carnicera. Aunque la masa se encontraba principalmente en el lado izquierdo, se extendía hacia medial llegando casi al nivel de la línea media del paladar duro, la cual queda a la altura de la flecha roja.

B
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Se detectó una linfadenomegalia mandibular izquierda moderada, y ausencia de lesiones metastáticas macroscópicas en el cuello o en el tórax. La citología del linfonodo mandibular izquierdo fue compatible con un linfonodo reactivo.

El paciente se anestesió de forma rutinaria, premedicándose con una combinación de alfa- 2 y opioides, induciéndose con propofol, y manteniéndose la anestesia con isofluorano y oxígeno al 100 %. Bajo anestesia general se colocó una sonda esofágica para alimentación enteral en el postoperatorio, cuya posición se verificó con radiografías torácicas (Figura 3).

Figura 3. Radiografía lateral de tórax para verificar la correcta posición de la sonda esofágica de alimentación en el 8o espacio intercostal (flecha amarilla).

Figura 3. Radiografía lateral de tórax para verificar la correcta posición de la sonda esofágica de alimentación en el 8o espacio intercostal (flecha amarilla).

Una vez en el quirófano, se colocó en decúbito dorsal con la cabeza y cuello extendidos (Figura 1), y se realizó una preparación rutinaria del campo quirúrgico. En primer lugar, se realizó una linfadenectomía mandibular izquierda, palpando el linfonodo a través de la piel e incidiendo ésta directamente sobre el linfonodo. El cierre se realizó de forma rutinaria usando poliglecaprona del 3/0 para los planos profundos y polipropileno del 3/0 para la piel.

Posteriormente, se colocó esparadrapo estéril alrededor del tubo endotraqueal para evitar que éste se moviera durante la manipulación, y un rollo de venda elástica que actuó como abrebocas (Figura 4).

Figura 4. Paciente posicionado para la resección de la masa. Se puede observar la colocación del esparadrapo alrededor del tubo endotraqueal para evitar su desconexión durante la manipulación de la boca, y un rollo de venda elástica como abrebocas.

Figura 4. Paciente posicionado para la resección de la masa. Se puede observar la colocación del esparadrapo alrededor del tubo endotraqueal para evitar su desconexión durante la manipulación de la boca, y un rollo de venda elástica como abrebocas.

Tomando 1.5 cm de márgenes laterales desde la masa en el mucoperiostio del paladar duro, y 2 cm en la mucosa labial, se procedió a incidir los tejidos blandos hasta visualizar el hueso subyacente (Figura 5 (A -C)).

Figura 5. (A) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. La flecha amarilla indica la posición del hueso maxilar subyacente tras retraer la mucosa labial. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía. (B) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. El mosquito curvo se está empleando para realizar disección roma y ayudar a la separación de la mucosa labial del hueso. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía. (C) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. El elevador de periostio se ha empleado para separar el mucoperiostio del paladar duro del hueso subyacente. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía.A

Figura 5. (A) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. La flecha amarilla indica la posición del hueso maxilar subyacente tras retraer la mucosa labial. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía. (B) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. El mosquito curvo se está empleando para realizar disección roma y ayudar a la separación de la mucosa labial del hueso. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía. (C) Imagen intraoperatoria. Resección de los tejidos blandos alrededor de la masa tomando 1.5 cm de márgenes laterales en el mucoperiostio del paladar duro y 2 cm en la mucosa labial. El elevador de periostio se ha empleado para separar el mucoperiostio del paladar duro del hueso subyacente. Se empleó una aguja de 1 mls como punta de succión para la aspiración durante la cirugía.

B
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Posteriormente, con una sierra oscilante, se procedió a realizar la osteotomía en el hueso maxilar y palatino, comenzando inicialmente con las porciones rostrales y dorsales del hueso maxilar, luego el hueso palatino y, en última instancia, con las porciones caudales del hueso maxilar (Figura 6 (A, B)).

Figura 6. (A) modelo de cráneo de perro simulando el posicionamiento de la cabeza durante la cirugía. Las líneas amarillas discontinuas indican las zonas de corte en el hueso palatino y maxilar durante la resección de la masa. La flecha roja indica la localización de la arteria palatina mayor. (B) Modelo de cráneo de perro simulando el posicionamiento de la cabeza durante la cirugía. Las líneas amarillas discontinuas indican las zonas de corte en el hueso maxilar durante la resección de la masa. La flecha roja indica el agujero infraorbitario por donde emergen ramas principales de la arteria maxilar.A

Figura 6. (A) modelo de cráneo de perro simulando el posicionamiento de la cabeza durante la cirugía. Las líneas amarillas discontinuas indican las zonas de corte en el hueso palatino y maxilar durante la resección de la masa. La flecha roja indica la localización de la arteria palatina mayor. (B) Modelo de cráneo de perro simulando el posicionamiento de la cabeza durante la cirugía. Las líneas amarillas discontinuas indican las zonas de corte en el hueso maxilar durante la resección de la masa. La flecha roja indica el agujero infraorbitario por donde emergen ramas principales de la arteria maxilar.

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Aunque las osteotomías se iniciaron con sierra oscilante, se completaron con martillo y osteotomo para tener mayor control y evitar dañar la arteria infraorbitaria y otras ramas de la maxilar, como arteria palatina mayor (Figura 6 (A, B)). Completada la osteotomía, se lateralizó el fragmento sin liberarlo completamente de los tejidos blandos, para poder visualizar las arterias, ligarlas doblemente y seccionarlas (Figura 7).

Figura 7. Imagen intraoperatoria mostrando el defecto tras la extirpación en bloque de la masa oral. La flecha amarilla indica la posición de la ligadura realizada tras identificar la rama infraorbitaria de la arteria maxilar.

Figura 7. Imagen intraoperatoria mostrando el defecto tras la extirpación en bloque de la masa oral. La flecha amarilla indica la posición de la ligadura realizada tras identificar la rama infraorbitaria de la arteria maxilar.

Verificada la ausencia de sangrado, se lavó la zona con suero estéril, se cambió de instrumental y guantes y se procedió al cierre del defecto. Para ello, se empleó un colgajo combinado de mucosa labial (Vídeo 1)1.

Vídeo 1. Finalizada la creación de los colgajos labiales empleados para el cierre, el colgajo basado en la arteria angular oral se empleó para cerrar las porciones caudales y medias del defecto, y el colgajo labial para el cierre de las porciones medias y rostrales del mismo.

Para las porciones caudales y medias del defecto, se empleó un colgajo labial basado en la arteria angular oral ipsilateral2, que se fijó por medial al mucoperiostio del paladar duro (Figura 8), y a la mucosa gingival y labial por lateral (Figura 9), usando polidioxanona del 2/0.

Figura 8. Imagen intraoperatoria. Una vez creado el colgajo labial basado en la arteria angular oral, se fijó por medial al mucoperiostio del paladar duro con puntos simples.

Figura 8. Imagen intraoperatoria. Una vez creado el colgajo labial basado en la arteria angular oral, se fijó por medial al mucoperiostio del paladar duro con puntos simples.

Figura 9. Imagen intraoperatoria. Una vez creado el colgajo labial basado en la arteria angular oral, se fijó por lateral a la mucosa gingival y a la mucosa labial con puntos simples.  

Figura 9. Imagen intraoperatoria. Una vez creado el colgajo labial basado en la arteria angular oral, se fijó por lateral a la mucosa gingival y a la mucosa labial con puntos simples.  

Para las porciones medias y rostrales del defecto, se empleó un colgajo de transposición de mucosa labial obtenido del labio superior izquierdo (Figura 10 (A, B)), que se fijó a mucosa gingival y mucoperiostio del paladar duro con el mismo material de sutura, cerrándose el defecto con ausencia de tensión (Figura 11 (A, B)).

Figura 10. (A) Elevación del colgajo labial obtenido del labio superior izquierdo. (B) Avance hacia el defecto del colgajo labial obtenido del labio superior izquierdo.A

Figura 10. (A) Elevación del colgajo labial obtenido del labio superior izquierdo. (B) Avance hacia el defecto del colgajo labial obtenido del labio superior izquierdo.

B
Figura 11. (A) Imagen intraoperatoria tras el cierre del defecto. (B) Imagen 24 horas poscirugía para valorar el aspecto del cierre del defecto.A

Figura 11. (A) Imagen intraoperatoria tras el cierre del defecto. (B) Imagen 24 horas poscirugía para valorar el aspecto del cierre del defecto.

B

Las muestras se fijaron en formaldehido y se enviaron para su estudio histopatológico (Figura 12).

Figura 12. Imagen posquirúrgica de las muestras antes de ser fijadas para su estudio histológico, incluyendo la masa de mayor tamaño, la masa de menor tamaño y el linfonodo mandibular izquierdo.

Figura 12. Imagen posquirúrgica de las muestras antes de ser fijadas para su estudio histológico, incluyendo la masa de mayor tamaño, la masa de menor tamaño y el linfonodo mandibular izquierdo.

El paciente se hospitalizó 24 horas, recibiendo analgesia multimodal, antibióticos de amplio espectro y fluidoterapia de mantenimiento, recibiendo el alta hospitalaria al día siguiente con instrucciones de continuar los AINEs y antibióticos durante 2 semanas, y de ser alimentado exclusivamente a través de sonda.

3 semanas poscirugía, se valoró la cavidad oral bajo sedación, no observándose signos de dehiscencia (Figura 13).

Figura 13. Examen de la cavidad oral bajo sedación 3 semanas postcirugía. No se observaron signos de dehiscencia o la formación de fístulas oronasales. Se puede observar la epitelización de las zonas donantes de mucosa labial desde donde se obtuvieron los colgajos empleados en la reconstrucción del defecto (flechas amarillas).

Figura 13. Examen de la cavidad oral bajo sedación 3 semanas postcirugía. No se observaron signos de dehiscencia o la formación de fístulas oronasales. Se puede observar la epitelización de las zonas donantes de mucosa labial desde donde se obtuvieron los colgajos empleados en la reconstrucción del defecto (flechas amarillas).

Se dieron instrucciones de mantener la sonda esofágica durante un par de semanas adicionales, pero de comenzar a alimentar al paciente por vía oral, empleando dieta blanda. 6 semanas poscirugía, el paciente fue revisado por el veterinario remisor. La exploración de la cavidad oral no mostró anomalías (Figura 14 (A -C)).

Figura 14.  (A, B) Examen de la cavidad oral 6 semanas postcirugía. No se observan signos de dehiscencia ni la formación de fístulas oronasales tardías. (C) Revisión posoperatoria 6 semanas poscirugía. Los resultados cosméticos son satisfactorios.A

Figura 14.  (A, B) Examen de la cavidad oral 6 semanas postcirugía. No se observan signos de dehiscencia ni la formación de fístulas oronasales tardías. (C) Revisión posoperatoria 6 semanas poscirugía. Los resultados cosméticos son satisfactorios.

B
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Se dieron instrucciones de retirar la sonda de alimentación y realizar un cambio gradual a la dieta convencional. 6 y 12 meses poscirugía, se realizó un seguimiento telefónico con el cliente. No se describieron signos de estornudos o cuadros de rinitis que hicieran sospechar de la aparición de fístulas oronasales tardías ni se observaron indicios de recidiva de la masa. El paciente había regresado a su vida normal sin complicaciones.

Los resultados de histología fueron compatibles con un osteoma palatino sin afección del linfonodo mandibular izquierdo y con márgenes quirúrgicos limpios. Los resultados de la segunda masa palatina fueron compatibles con una lesión inflamatoria granulomatosa crónica.

Discusión

Los osteomas son tumores benignos poco frecuentes pero que suelen aparecer en los huesos del cráneo y región maxilofacial, como en este caso3.Aunque algunos pueden detectarse de forma incidental, los de mayor tamaño, como el nuestro, pueden casuar sintomatología debido al efecto ´masa´3.Aunque se desconocen las causas para el desarrollo de estas masas, se piensa que factores traumáticos y/ o infecciosos contribuyen a su desarrollo4, lo que potencialmente explicaría su aparición en este cachorro tras haber sufrido el ataque de otro perro.

Aunque se trata de masas benignas de crecimiento lento, el tratamiento de elección para los pacientes con sintomatología es la resección quirúrgica3-5.Cuando esta no es factible, se puede realizar una citorreducción, con el inconveniente de que suelen recidivar a largo plazo5.En nuestro caso, a pesar del tamaño de la masa, se pudo realizar la resección completa con márgenes limpios, evitándose el relapso del tumor y garantizándose la curación de la patología.

Aunque los osteomas orales se han descrito en veterinaria, en muchos casos suelen localizarse en la región mandibular y los perros diagnosticados son adultos o geriátricos5, a diferencia de en nuestro caso que se trataba de un paciente muy joven. El retraso en la realización de la cirugía se debió a que, a edades tempranas, los huesos de la cara aún no habían finalizado el crecimiento, y a esa edad los tejidos blandos son friables y delicados, aumentando el riesgo de complicaciones6.

A pesar de que el defecto resultante llegó a la línea media del paladar duro, lo que hace más complejo el cierre, la combinación de dos técnicas de reconstrucción nos permitió una reconstrucción fiable y sin complicaciones en el posoperatorio1,2.

Conclusión

Los osteomas son tumores óseos benignos, poco frecuentes, pero que en ocasiones pueden diagnosticarse en pequeños animales. Aunque algunos pueden ser hallazgos incidentales, otros pueden causar un efecto masa requiriendo de una extirpación quirúrgica completa y resolución del problema, como sucedió en este caso. El empleo de colgajos labiales combinados, preservando la vascularización local, nos permitió un cierre del defecto con garantías sin que se produjesen dehiscencias y la consecuente aparición de fístulas oronasales.

Bibliografía

  1. Guzu M, Rossetti D, Hennet PR. Locoregional flap reconstruction following oromaxillofacial oncologic surgery in dogs and cats: A review and decisional algorithm. Front Vet Sci., 2021; doi 10.3389/fvets.2021.685036.
  2. Bryant KJ, Moore K, Mc Anulty JF. Angularis oris axial pattern buccal flap for reconstruction of recurrent fistulae of the palate. Vet Surg., 2003; 32: 113- 119.
  3. Wei S and Stevens TM. Benign tumors and tumor- like conditions of bone. En: Pathobiology of human disease: A dynamic encyclopedia of disease mechanisms. 2014. Doi: 10.1016/B978-0-12-386456-7.03110-5.
  4. Larrea- Oyarbide N, Valmaseda- Castellón E, Berini- Aytés L, et al. Osteomas of the craniofacial region. Review of 106 cases. J Oral Pathol Med., 2008; 37: 38- 42.
  5. Volker MK, Luskin IR. Oral osteoma in 6 dogs. J Vet Dent., 2014; 31: 88- 91.
  6. Reiter AM, Holt DE. Palate. En: Johnston S. and Tobias K. Veterinary Surgery Small Animal. 2a ed., 2016. Elsevier, St Louis, Missouri, USA, pp. 5178- 5202.

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