Clinatv

Asistencia y cuidados del atv en la cirugia de cataratas

Resumen breve

Este artículo está enfocado a una patología bastante común entre las mascotas. Se trata de las cataratas, una dolencia que no siendo mortal no por ello hay que obviar. La pérdida de visión limita mucho el día a día del paciente, disminuyendo su actividad y acentuando sus miedos e inseguridades debido a esa ceguera progresiva e inminente, hasta el punto de llegar a cambiar por completo el carácter del animal.

Introducción

Este artículo está enfocado a una patología bastante común entre las mascotas. Se trata de las cataratas, una dolencia que no siendo mortal no por ello hay que obviar.


La pérdida de visión limita mucho el día a día del paciente, disminuyendo su actividad y acentuando sus miedos e inseguridades debido a esa ceguera progresiva e inminente, hasta el punto de llegar a cambiar por completo el carácter del animal.

Hoy en día, gracias a los avances en el campo de la oftalmología veterinaria, está en nuestra mano solucionar ese problema proporcionando a la mascota la calidad de vida que se merece.

A continuación se desarrollarán las técnicas necesarias para un buen diagnóstico, el método utilizado para la correcta realización de la cirugía de cataratas, cuidados y mantenimiento del microinstrumental necesario para esa cirugía, y protocolos a seguir para mantener en un estado óptimo al paciente de cara a obtener el éxito deseado en dicha cirugía. Todo ello desde el punto de vista del ATV.

Las cataratas

Las cataratas es una de las causas más frecuentes de pérdida de visión. Es muy frecuente en perros y mucho menos frecuente en gatos. Ocurre cuando el cristalino, esa lente biconvexa y trasparente localizada entre el iris y el humor vitreo, cuya función principal es enfocar los objetos situados a distintas distancias, pierde trasparencia volviéndose opaca. Esta pérdida de trasparencia da generalmente un aspecto blanquecino a la lente, aunque en ocasiones puede ser azulado, marrón e incluso rojizo. Su presentación puede ser uni o bilateralmente y adoptar formas variadas (puntos, rayas, fisuras etc.)

Cualquier alteración en la composición del cristalino, en su metabolismo (energético y/o proteico), o en su balance osmótico, puede favorecer el desarrollo de una catarata. Estos cambios metabólicos provocan la acidificación del medio y un descenso en el aporte de oxígeno. En un primer momento, se produce una aportación de agua y después una deshidratación. Esta opacidad que se desencadena en el cristalino puede ser total o parcial. Al igual que en la especie humana, la edad puede ser una de las causas más frecuentes en la aparición de la catarata, pero no la única, por lo que no es extraño encontrar mascotas no solo senior si no también adultos y juveniles con esta patología.

Causas

Son muchas las causas que provocan las cataratas:

  • Traumáticas: descargas eléctricas, contusiones/golpes, arañazos, cuerpos extraños que penetran en la córnea.
  • Causas nutricionales.
  • Metabólicas: diabetes, hipocalcemias, etc.
  • Toxicas: radiaciones.
  • Medicación: como corticoides administrados durante largos periodos de tiempo.
  • Congénitas: el animal presenta la opacidad del cristalino desde su nacimiento.
  • Hereditarias: el animal desarrolla la catarata durante su fase juvenil, durante sus primeros años de vida.Otros problemas oculares: uveítis, glaucoma, degeneración progresiva de los fotoreceptores retinianos (conos y bastones).

Pruebas

Una vez formada la catarata no existe un tratamiento médico para ralentizar su progresión y la pérdida de trasparencia es irreversible por lo que el único tratamiento para recuperar la visión es la cirugía.
El procedimiento quirúrgico es vaciar el contenido del cristalino e introducir una lente artificial en el saco capsular.

En la mayoría de los casos se recomienda cirugía, siempre tras haber realizado las pruebas precisas para valorar tanto el estado general del paciente como el de su visión. Para que el animal pueda ser operado de cataratas debe gozar de un buen estado de salud general y estar exento de otros problemas oculares como glaucoma, tumores, degeneración retiniana, etc. Por ello el tipo de pruebas previas a la cirugía que se harán al paciente se pueden englobar en 2 bloques, un bloque general que evalúa el estado óptimo de salud de la mascota y un bloque más específico oftalmológicamente hablando que examina la salud ocular del animal.

  1. Chequeo previo general:
    Como cualquier otra especialidad hay que valorar siempre el riesgo anestésico y realizar una buena evaluación preanestésica convencional. Hay animales con riesgo elevado en los que hay que plantear la necesidad o no de la cirugía, como es el caso de los geriátricos, enfermedades sistémicas previas (paciente diabético).
    Se realizarán pues las pruebas necesarias para descartar posibles alteraciones o patologías que pueda tener la mascota, es decir, las pruebas típicas que se realizan ante cualquier tipo de cirugía: hemograma, análisis bioquímico, electrocardiograma y radiografía de tórax. Cuando se está seguro que el paciente está libre de patologías cardíacas o pulmonares, infecciones, anemias, la función hepática y renal son correctas y apta para afrontar una cirugía, se pasará al chequeo que evalúa la visión.

  2. Chequeo cataratas:
    En este bloque el oftalmólogo veterinario realizará al paciente una serie de pruebas imprescindibles para el buen diagnóstico, no solamente de la presencia de cataratas sino de la utilidad o no de realizar la cirugía, ya que aunque se llegue a la certeza de la existencia de las cataratas, hay que comprobar que dicha cirugía tiene sentido realizarla.

    TONOMETRIA: para valorar la presión ocular, asegurándose que la presión se mantiene en unos parámetros normales, estos oscilan entre 15-25 mmHg, tanto en perros como en gatos. El aumento de esta, puede causar graves daños en el nervio óptico.

    ELECTRORETINOGRAFIA (ERG): es una prueba en la que se mide la actividad eléctrica de la retina. A través de la estimulación variable con un flash de luz, se ve si los conos y los bastones (células fotorreceptoras de la retina), trasforman la luz en una señal eléctrica y el electroretinógrafo plasmará esta información en una gráfica.

    Es decir, se evalúa la funcionalidad o no de la retina. Esto es primordial antes de una cirugía de cataratas, ya que sería absurdo operar una catarata y que la retina no funcionara.
    Esta prueba se realiza por medio de unos electrodos puestos en distintas partes de la cabeza del animal:

    • El electrodo masa se coloca en la cresta occipital externa.
    • El electrodo activo (positivo) en la córnea (Figura 1).
    • El electrodo de referencia (negativo) en el canto lateral del ojo, cerca de la oreja (Figura 2).

Figura 1. Electrodo activo.
Figura 1. Electrodo activo.
Figura 2. . Electrodo de referencia.
Figura 2. . Electrodo de referencia.

Estos electrodos están conectados a un electroretinógrafo que a su vez, en forma de gráfica, trasmite la lectura a un ordenador (Figura 3).
Para realizar esta prueba se necesita una completa colaboración por parte del paciente, ya que debe permanecer inmóvil y relajado.
Normalmente será suficiente con una sedación más o menos profunda, por eso es tan importante realizar la prueba en una sala lo más insonorizada posible y alejada de ruidos ambientales, ya que se corre el riesgo que cualquier ruido o alteración rompa el estado de seminconsciencia, sobresaltando al paciente y dificultando la prueba.
Sus párpados deben estar permanentemente abiertos (en ocasiones para conseguirlo es necesario ayudarse de blefaróstatos), sus pupilas totalmente dilatadas, que se consiguen por la acción del colirio tropicamida, y centradas que se conseguirá con un plano anestésico idóneo para que no se produzca rotación ventral del globo ocular.
El estudio se realiza testando la sensibilidad de la retina con luz ambiental (fase fotópica) y en plena oscuridad (fase escotópica) para ver cómo se comportan los conos y bastones en ambas circunstancias ya que ambas células fotoreceptoras tienen distinta sensibilidad a la luz.

Figura 3. Gráfica de la electroretinógrafo
Figura 3. Gráfica de la electroretinógrafo

Otra de las peculiaridades que requiere esta prueba es el entorno. La sala donde se realice la ERG, debe ser una habitación libre de interferencias eléctricas. El equipo con el que trabaja el veterinario es altamente sensible, de hecho, su función es detectar los minúsculos voltajes que se producen en la retina. No es disparatado pensar que cualquier otro aparato eléctrico como por ejemplo teléfonos móviles pueden provocar artefactos (Figura 4-5). Incluso habrá que desenchufar de la corriente eléctrica cualquier otro equipo que se encuentre en la sala y que no se precise para esta prueba con el fin de evitar interferencias eléctricas.
En esta sala además hay que conseguir unas condiciones de total oscuridad ya que cualquier rayo de luz por pequeño que sea puede estimular la retina en el momento más inoportuno, como seria en el caso de la fase escotópica.
El electroretinógrafo se traduce en unas ondas que da información sobre la función de esas células fotoreceptoras de la retina. Esas ondas se miden para saber cómo responden estas células ante distintas intensidades de luz del estímulo.
Otra observación a destacar, para realizar esta prueba, es que siempre debe utilizarse el mismo protocolo de actuación y respetar el tiempo necesario para que la prueba sea lo más fidedigna posible.


Figura 4. Gráfica con interferencias.
Figura 4. Gráfica con interferencias.
Figura 5. Gráfica libre de interferencias eléctricas.
Figura 5. Gráfica libre de interferencias eléctricas.

ECOGRAFIA OCULAR: se realiza cuando hay alguna opacidad como es el caso que ocupa, las cataratas impiden ver el fondo del ojo, de manera que se recurre a los ultrasonidos que el ecógrafo proporciona para poder ver a través del cristalino opaco y observar cómo están las estructuras posteriores del globo ocular. El empleo de la ecografía ocular permite diferenciar el grado de madurez de la catarata, la posición del cristalino y descubrir posibles afecciones del segmento posterior relacionadas con la presencia de cataratas que desaconseje la cirugía (desprendimiento de retina, por ejemplo).

TEST DE SCHIRMER: es una prueba sencilla e indolora para evaluar la cantidad de lágrima que produce el ojo y determinar si es suficiente para mantenerlo húmedo. Se realiza mediante unas tiras de papel de filtro graduadas, las cuales se doblan y se introducen en el saco conjuntival del paciente. Pasado un minuto se quita la tira y de mide la porción humedecida. La escasez de lágrima puede comprometer el éxito de la cirugía por lo que es esencial tenerlo en cuenta.
Es frecuente que tras una cirugía de cataratas la producción de lágrimas disminuya, pero se restaurará pasados unos días.

GONIOSCOPIA: es un estudio de gran utilidad para descartar patologías oculares como el glaucoma o la hipertensión ocular. Consiste en la exploración del ángulo de drenaje del humor acuoso. Este se localiza en la unión entre el iris y la córnea. Mediante esta prueba el oftalmólogo veterinario determinará si este ángulo se encuentra abierto, estrecho o cerrado, incluso obstruido por anomalías congénitas, tumores o cuerpos extraños. Puede realizarse de manera bastante sencilla con ayuda de un anestésico local (colirio anestésico) y el gonioscopio.
Una vez se tenga la anamnesis completa y la certeza de que la retina es funcional, el paciente se convierte en candidato para una futura cirugía de cataratas, y tras pasar la información al propietario y concertar una cita se procederá a la cirugía.

Anestesia

Por regla general, la cirugía de cataratas presenta un riesgo mínimo o moderado, sin embargo, es necesario utilizar anestesia profunda lo cual puede crear cambios en las condiciones del globo ocular.
Se deben tener presente tres factores que no se pueden dejar al azar en las cirugías oftalmológicas en general que son:

  • Mantenimiento de la presión ocular.
  • Reflejo ocucardíaco.
  • Posición del ojo.

Por lo que es indispensable tener en cuenta los fármacos utilizados para la anestesia buscando que estos tres factores permanezcan de manera óptima durante la intervención.

Mantenimiento de la presión intraocular

Un aumento en la presión ocular puede alterar el éxito de la cirugía. La mayoría de las sustancias anestésicas que se utilizan, suelen disminuir la presión ocular debido a sus efectos sobre el sistema nerviosos central y sobre los sistemas cardíacos y respiratorio, por contra, otras sustancias que producen un aumento de la presión arterial pueden inducir de manera indirecta la presión intraocular, como es el caso de la atropina si se necesitara utilizarla, por lo que se debe controlar siempre que tipo de fármaco se está usando.

Control del reflejo ocucardíaco

Es un reflejo que produce la disminución del pulso cardíaco en el paciente. Este se desencadena al realizar distintas manipulaciones en el ojo como inyecciones de anestésicos locales, tracción quirúrgica en los músculos intraoculares, presión directa sobre el globo ocular, etc. La activación de este reflejo desemboca en la aparición de arritmias y bradicardia. Si esto ocurriera, se recomienda administrar atropina (0.04mgr/ kgr/IV)

Mantenimiento de la posición central del ojo

Muchos de los anestésicos usados de forma común (en un plano de anestesia quirúrgico adecuado), producen una rotación ventromedial del ojo y una protusión de la membrana nictitante que dificulta el acceso de la córnea y la cámara anterior.

Para evitar este efecto y mantener el ojo centrado, el método más recomendable es utilizar relajantes neuromusculares no despolarizantes (los relajantes musculares despolarizantes como la succinilcolina, no son aconsejables ya que producen un aumento en la presión ocular).

El más utilizado es el Cisatracurio (0.05 mg/kg). Éste se administrará intravenoso y solo cuando el cirujano y el campo quirúrgico ya estén preparados. Una vez administrado, el ojo se posicionará centralmente. Ya que esta relajación muscular es rápida, los primeros músculos en paralizarse son los extrínsecos oculares y los faciales, seguidos de extremidades, cuello y tronco y finalmente se paralizan músculos intercostales y el diafragma, lo que conduce a una apnea por lo que es sumamente necesario contar con una máquina de ventilación.

La vida media del Cisatracurio es de 20-30 minutos, por lo que permite administraciones repetidas si el efecto desaparece antes de lo deseado. Y en caso necesario de revertir la acción del Cisatracurio, se utilizaría su antagonista, la Neostigmina (0.04 mg/kg/IV). Esta suele producir salivación y bradicardia por lo que suele administrarse con Atropina (0.02 mg/kg/IV). Otra opción, antes de acudir a la neostigmina, es administrar al paciente la mitad de la dosis de Atipamezol (0.1 mg/kg/IV) y si no diera resultado se recurriría a la Neostigmina.

Ya que se han tratado estos tres factores tan importantes en la intervención de cataratas se hablará de la anestesia del paciente de forma más global.

En la premediación lo más común es usar la Dexmedetomidina como calmante (0.0025-0.0075 mg/kg/IV/IM) y como analgésicos Metadona (0.4mg/kg/IM).

Para la inducción el Propofol (1-6mg/kg/IV) es la mejor opción ya que se obtendrá una inducción muy suave.

Una vez inducido se debe realizar la intubación lo más rápido posible y se debe evitar que durante ésta, el paciente se despierte ya que el reflejo laríngeo producirá náuseas y tos que harán aumentar la presión ocular. Para evitar este problema se puede aplicar lidocaína local en la laringe.

El mantenimiento en el quirófano se conseguirá con halotano o isoflurano, ya que los dos gases son buena opción ya que tienden a disminuir la presión arterial y por lo tanto la presión intraocular.

La fluidoterapia durante la cirugía se realizará con una infusión de fentanilo y se tendrá pues que aplicar al paciente la dosis de carga correspondiente del mismo (0.01mgr/kg/IV).

Se complementará la administración de fármacos, aunque estos ya son fuera del ámbito de la anestesia, con una cobertura antibiótica intravenosa (cefalosporina) y un antiinflamatorio.

Preparación del paciente para la cirugía

Una vez llegado el momento de la cirugía se acturá tal y como está estipulado por protocolo ante cualquier cirugía: toma de temperatura, auscultación, pesado y demás toma de constantes que se anotarán en la hoja de anestesia y se procederá a la premedicación, colocación de la vía, inducción e intubación.
Es aconsejable que el ATV coloque la vía a ser posible en cualquiera de las dos extremidades posteriores, ya que le resultará más cómodo suministrar la medicación intravenosa que precise durante la cirugía. No hay que olvidar que el campo de trabajo del cirujano está en la cabeza del animal y está muy próxima a las patas delanteras que es donde se habitúan a colocar las vías. Debido a esa cercanía, podría dificultar el trabajo a la hora de acceder al catéter además de entorpecer y molestar al cirujano al acercarse demasiado a su zona de trabajo.
Otra recomendación a destacar es el tipo de tubo endotraqueal que se utilizará. Debido a la posición en la que hay que colocar al paciente se podría producir una obstrucción en las vías aéreas con un tubo endotraqueal común, por lo que es aconsejable utilizar una sonda endotraqueal menos rígida, con un reforzamiento cilíndrico interior y con una guía para compensar la falta de rigidez y facilitar la labor a la hora del sondaje. Una vez sondado el paciente se extraerá la guía y se tendrá así un tubo entotraqueal más flexible y reforzado internamente para evitar el colapso de la vía aérea (Figura 6).

Figura 6. Tubos endotraqueales y blefaróstatos.
Figura 6. Tubos endotraqueales y blefaróstatos.

Los fines de la anestesia oftalmológica son:

  • Reducir el tono de los músculos extraoculares.
  • Prevenir el movimiento ocular durante la cirugía.
  • Posicionar el globo ocular centrado, esto es especialmente importante durante las cirugías intraoculares, aunque no necesario en las extraoculares.
  • No originar aumentos de presión intraocular.
  • Permitir una recuperación tranquila y apacible.
  • Dilatación de la pupila (tropicamida).

El siguiente paso sería preparar el ojo para la cirugía. Hay cirugías oculares en las que el rasurado de la zona periocular es aconsejable como es el caso de las cirugías palpebrales, en el caso de técnicas quirúrgicas sobre la conjuntiva, cornea o membrana nictitante. En general en cirugías intraoculares no se suele rasurar.

La limpieza y desinfección del ojo y de los anejos oculares previa a la intervención, es fundamental para prevenir infecciones postoperatorias. El saco conjuntival, los párpados y la zona periocular se deben irrigar y limpiar con una solución química, la povidona yodada diluida con suero salino fisiológico (por ejemplo, en una dilución 1:50), es una solución segura y efectiva que mantiene una actividad bactericida y no origina toxicidad. La clorhexidina, alcoholes y otros agentes detergentes no suelen utilizarse ya que son tóxicos y muy irritantes para la córnea y la conjuntiva.

Tras la limpieza se puede tapar el ojo con una gasa empapada en suero diluido con yodo hasta el momento de comenzar la cirugía. Es importante mantener en todo momento el ojo húmedo mediante suero o lágrimas artificiales.

Siempre que se va a realizar una técnica intraocular de microcirugía como la facoesmulsificación (cirugía de cataratas), hay que colocar al animal en la mesa de quirófano en decúbito dorsal para que el ojo quede en posición horizontal. Es esencial que el ojo permanezca centrado, evitando la típica rotación ventral debida a la anestesia. Esto se puede conseguir mediante la administración de bloqueantes neuromusculares como el cisatracurio que requieren en todo momento, una vez administrado, de ventilación mecánica.

El uso de blefarostatos es muy frecuente, ya que son instrumentos que permiten mantener los párpados abiertos sin originar presión sobre el globo ocular (Figura 7).

Durante toda la cirugía, el ATV mantendrá el ojo debidamente hidratado, a ser posible con una dilución de suero fisiológico y adrenalina (1:100) se diluirá 1ml de atropina en 99 ml de suero fisiológico.

El cirujano realiza la cirugía introduciendo la punta del facoemulsificador por una pequeña incisión de apenas 3 mm (paracentesis de servicio) y por la acción de los ultrasonidos va “rompiendo” la catarata. Gracias a la acción de irrigación/aspiración se va eliminado el contenido opaco del cristalino hasta dejar completamente trasparente las cápsulas anterior y posterior, una vez terminado este paso se coloca una lente intraocular artificial entre las cápsula anterior y posterior mediante una lanzadera. Se finaliza hidratando la herida y suturando si fuese necesario.

Figura 7. Párpados abiertos por el uso de blefaróstatos.
Figura 7. Párpados abiertos por el uso de blefaróstatos.

Extraccion quirurgica de las cataratas

Las técnicas para la extracción quirúrgica de las cataratas son tres:

    • Extracción extracapsular: mediante una capsulorrexis, a través de una amplia incisión en la córnea se extrae entero el núcleo del cristalino, el córtex es aspirado posteriormente. Solo se elimina una parte central de la cápsula anterior del cristalino, respetando la zona ecuatorial y dejando la cápsula posterior intacta. Antes de cerrar la córnea se puede implantar una lente intraocular (LIO).
    • Extracción extracapsular mediante facoemulsificación: se realizan mediante facoemulsificación. El núcleo del cristalino es fragmentado mediante ultrasonidos y aspirado al mismo tiempo. La técnica consiste en eliminar la catarata abriendo una pequeña incisión de unos 3 mm (dependiendo del tamaño del faco) en el lateral de la córnea, se introduce la punta del facoemulsificador por la incisión (paracentesis de servicio) y por acción de los ultrasonidos se “rompe” la catarata (Figura 8).
Figura 8. Extracción extracapsular mediante facoemulsificación.
Figura 8. Extracción extracapsular mediante facoemulsificación.
Figura 9. Facoemulsificador.
Figura 9. Facoemulsificador.

Gracias a la acción irrigación/aspiración se va eliminado el contenido opaco del cristalino hasta dejar completamente trasparentes las cápsulas anterior y posterior. Junto a esta paracentesis de servicio, se realiza una paracentesis de ayuda por la que se introducen los instrumentos necesarios que facilitan el trabajo del facoemulsificador (Figura 9).

Para mantener el tono del ojo se utiliza viscoelástico e irrigaciones constantes de suero. Se suele utilizar una tinción azul para teñir la cápsula anterior del cristalino y hacerla más visible. Se inyecta suero dentro del cristalino para separar bien la cápsula del núcleo y facilitar su eliminación.

Una vez obtenida la trasparencia deseada se coloca una lente intraocular artificial entre las cápsulas anterior y posterior del cristalino. Se finaliza hidratando la herida y suturando la zona si fuera necesario.

Con la facoemulsificación se minimiza el riesgo de inflamación del iris, el colapso de la cámara anterior, el edema corneal, el tamaño de la incisión y el tiempo quirúrgico.

Se realiza siempre con un microscopio quirúrgico y con técnicas e instrumentos específicos de microcirugía.

Microscopio quirúrgico: provee adecuada iluminación y magnificación para una microcirugía ocular. Normalmente consta de un objetivo principal (utilizado por el cirujano) y uno complementario para el ayudante durante la cirugía. Es conveniente que posea iluminación coaxial (que permita observar el reflejo del fondo ocular), zoom y foco que suele estar manejado por pedales y sistema XY que permite mover el microscopio en cualquier dirección.

Instrumental de microcirugía: mientras que para las técnicas extraoculares se puede utilizar con material quirúrgico convencional (como las que se realizan en párpados, membrana nictitante, aparato lagrimal, etc.), las técnicas de microcirugía como son las cataratas requieren un instrumental especializado con una serie de características:

    • Es muy delicado y de alto coste.
    • Su limpieza debe realizarse por parte del atv con sumo cuidado para evitar daños en el material.
    • Muy importante utilizar cada pieza para cada procedimiento.
  • Extracción intracapsular: consiste en la extracción de todo el cristalino, con sus cápsulas anterior y posterior, esta técnica solo se emplea cuando hay luxación de cristalino, al perder la unión este con las fibras zonulares que lo sujetan en su sitio habitual queda el cristalino sin sujeción, pudiéndose mover hacia delante a la cámara anterior o hacia atrás a la cámara vítrea o moverse verticalmente. Al quedar la lente sin los puntos de anclaje que le dan las fibras se hace imposible “atrapar” el cristalino y mantenerlo con la inmovilidad necesaria que requiere la técnica de facoemulsificación, por lo que se opta por extraer todo el cristalino con el riesgo que ello conlleva ya que pueden surgir complicaciones como arrastrar junto a la capsula posterior, parte del humor vitreo incluso provocar un desprendimiento de retina.

Recomendaciones poscirugía

Una vez terminada la cirugía, la función del ATV es primordial ya que debe asegurarse de proporcionar un despertar lo más tranquilo y apacible posible y sin movimientos bruscos de cabeza. Son varias las complicaciones que pueden surgir postcirugía como desprendimientos de retina o alteraciones en la presión ocular. Además, debe tener controlado el dolor. Una buena analgesia neutralizara las molestias y el dolor que el animal pueda tener y se evitará que intente llegar a la zona de sus ojos lesionándose. Se puede optar por poner un collar isabelino, aunque algunos animales se ponen nerviosos y se hacen más daño al intentar sacárselo, así pues, se deberá tener en cuenta el tipo de paciente antes de ponerlo.

En cuanto a su lugar de recuperación posquirúrgico, lo ideal sería hospitalizar al animal en una jaula sin barrotes porque podrían lesionarse los ojos al intentar meter el morro entre ellos.
Otra función esencial del ATV al terminar la cirugía, es la limpieza y cuidado del material, hay que actuar lo antes posible para retirar restos de tejido, piel o sangre que puedan secarse en el instrumental y puedan dañarlo. El instrumental de microcirugía es muy delicado por lo que hay que tratarlo con mimo y guardarlo ordenadamente y protegido en cajas especiales (Figura 10).

Figura 10. Instrumental de microcirugía.
Figura 10. Instrumental de microcirugía.

Las complicaciones que puede haber en el posoperatorio son muchas: edema corneal, uveítis, desplazamiento de la lente, hemorragias, desprendimientos de retina, alteraciones en la presión ocular, etc. Muchas veces están relacionadas con el temperamento o la actividad excesiva del animal por lo que es importante concienciar al propietario de realizar unos cuidados adecuados y una dedicación rigurosa hacia su mascota. La mayoría de las complicaciones son tratadas con éxito, sobre todo cuando las revisiones posquirúrgicas se efectúan en los tiempos estipulados por el veterinario.

En las próximas semanas el paciente necesita reposo. Evitar movimientos bruscos, paseos que deben hacerse con arnés para evitar carreras y juegos y mantener el collar isabelino va a evitar que se dañe con las patas. Ser rigurosos con el tratamiento prescrito, observar posibles reacciones de sensibilidad o posibles infecciones y consultar con el veterinario en el caso de aparición de legañas y/o ojos irritados o hinchados, serán las recomendaciones que se trasladarán a los propietarios y que contribuirán enormemente a la total recuperación de la visión de su mascota.

Las cirugías oculares y concretamente la de este artículo, tienen muchos puntos en común con cualquier otro tipo de cirugía, pero también muchas peculiaridades exclusivas de ellas. Conocer esas particularidades es la labor del ATV, como solventar a nivel anestésico los problemas que puedan surgir, tratar al paciente para que antes, durante y después de la cirugía este lo más calmado y tranquilo posible y conocer el material necesario para realizar la intervención y mantenerlo cuidado y limpio. De esta manera contribuiremos a que la ejecución de esta cirugía sea un éxito y el paciente se recupere lo más rápido posible y en unas circunstancias óptimas.

Bibliografía

  1. Manual para auxiliares técnicos veterinarios. Margaret Moore/ Gill Simpson. Ediciones S. 2003
  2. Atlas de oftalmología clínica del perro y del gato. Javier Esteban Martín. Servet diseño y comunicación S.L 2007
  3. Manual del ATV. J.Engel Manchado/ L.Garcia Guasch. Multimédica ediciones veterinarias. 2019
  4. Proceeding del Curso Esteve de anestesia en perros y gatos. Veterinaria Esteve 2005
  5. Cataratas en perros y gatos: que son y como se diagnostican. SURVET 2022
  6. Diagnóstico oftalmológico avanzado. Ocaña oftalmología veterinaria. 2022
  7. Oftalmología: ERG. Hospital veterinario Puchol 2021.

Regístrate en CLINVET y podras acceder a todo nuestro contenido totalmente gratis

Sin cuotas, sin sorpresas, sin spam.
En 1 minuto estarás leyendo este artículo.

Especie

Perros365
Gatos273
Reptiles23
Conejos33
Aves22
Otros animales29

Revista

Clinanesvet

Clincardiovet

Clincirvet

Clinetovet

Clinnutrivet

Clinfelivet

Clininfectovet

Clindervet

Clinoncovet

Clinlabvet

Clinurgevet

Clinatv

Accede a CLINVET y podrás visualizar todo nuestro contenido

Recuerda que para poder leer nuestras revistas debes ser un usuario registrado y eso implica la aceptación del aviso legal y los términos y condiciones de uso. Si ya estás registrado inicia sesión.
@
*****
Acceder

Recordar contraseña


No tengo usuario, Registrarse gratis

Regístrate en CLINVET y podrás acceder a todo nuestro contenido

Las revistas Clinvet són exclusivas para veterinarios. Al registrarte, declaras ser veterinario y aceptar los Terminos y Condiciones.
@
*****
Nombre
País
Teléfono
Enviar

¿Has olvidado tu contraseña?

Indícanos tu correo electrónico y recibirás un correo con las instrucciones para restaurarla. Si no lo recibes, revisa tu carpeta de spam.
@
Enviar
Consultas