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Hernia discal en perros

Resumen breve

Las hernias discales son una de las patologías neurológicas más frecuentes en perros, siendo la principal causa de lesión medular. Pueden aparecer en cualquier punto de la columna vertebral, pero los más habituales se ubican en la zona cervical (cuello), lumbar y torácica. Hay varios tipos dependiendo de su localización y órgano afectado, por lo que el tratamiento será distinto en función de estos dos factores, la gravedad y la rapidez con la que haya sido diagnosticada.

 

Introducción

Tanto los animales como las personas pueden sufrir de algunas enfermedades similares, como las hernias discales o abdominales.

Se define como hernia a una protuberancia de tejido u órgano que no se encuentra en su posición normal y por lo tanto se expresa como un bulto/protuberancia visible en el área afectada.

Hay varios tipos de hernia dependiendo de su localización y órgano afectado, por lo que el tratamiento será distinto en función de estos dos factores, la gravedad y la rapidez con la que haya sido diagnosticada.

Hernia discal y causas

Las hernias discales son una de las patologías neurológicas más frecuentes en perros, siendo la principal causa de lesión medular.

Son el resultado de la compresión de la médula espinal, lo que provoca trastornos en el aparato locomotor. La presión en la médula puede alterar la circulación sanguínea y cuanto más tiempo pasa, mayores probabilidades hay de que los daños causados sean permanentes. Por ello, siempre hay que tratar las hernias discales con urgencia.

Hernia hace referencia a una protuberancia debida a salida o movimiento de una estructura de su posición anatómica normal. Por lo tanto, una hernia discal (también llamada prolapso o protrusión discal) se refiere a los discos intervertebrales de la columna vertebral, o el material discal se introduce en el canal espinal, causando compresión en la médula espinal y daño neurológico asociado.

Las hernias discales pueden aparecer en cualquier punto de la columna vertebral, pero los más habituales se ubican en la zona cervical (cuello), lumbar y torácica. También se pueden originar más de una hernia a la vez en distintos puntos de la columna, lo cual es común sobre todo en perros geriátricos.

Entre las causas más frecuentes de la aparición de una hernia discal encontramos:

  • Degeneración discal.
  • Traumatismos o luxaciones.
  • Movimientos bruscos o repetitivos de la columna vertebral.
  • Sobrepeso.
  • Estilo de vida sedentario.
  • Infecciones.
  • Alteraciones tumorales.

Sin embargo, la causa principal es la degeneración discal. Esta degeneración puede afectar a cualquiera de las dos partes del disco, tanto al núcleo pulposo como al anillo fibroso. Las dos degeneraciones más habituales son:

  • Hernias de Hansen tipo I (extrusión nuclear), degeneración cartilaginosa:el tejido del núcleo pasa a ser más cartilaginoso y sólido de lo habitual, pudiendo llegar a calcificarse. Esto se conoce también como la deshidratación del núcleo pulposo. El resultado es ladegeneración del anillo fibroso, que va a producir una migración del núcleo pulposo y el impacto del núcleo calcificado en la médula espinal, lo cual genera una herida en la médula y un proceso inflamatorio que hace que la señal nerviosa no pueda transmitirse correctamente. Se presentan de forma aguda y pueden estar causadas por movimientos bruscos o como una evolución progresiva de diversos pequeños traumatismos. Dependiendo del grado de lesión e inflamación, los signos que presenten serán más o menos graves, aunque suele causar dolor agudo. Afecta principalmente a las razas condrodistróficas (Téckel, Cócker, Carlino, Bichón maltés), razas pequeñas cuyos huesos de las extremidades son más cortos, habiendo gran contraste con la columna alargada que presentan, lo cual predispone a problemas en la columna vertebral. Suele suceder a pacientes de mediana edad entre los 2 y 7 años. Normalmente, las zonas más afectadas son T11-L3.
  • Hernias de Hansen tipo II (protusión anular), degeneración fibrosa: el tejido del núcleo pasa a ser más fibroso. El anillo fibroso se desplaza lentamente hasta el canal medular y el resultado es una protrusión que genera una compresión en el canal espinal y por consiguiente en la médula. Suelen presentarse de manera lenta y progresiva. Por ello, la manifestación de la sintomatología y de la hernia en sí es más tardía. Sin embargo, se puede agudizar la degeneración crónica y convertirse en una hernia de tipo I. Afecta a razas grandes no condrodistróficas (Bóxer, Dóberman, Pastor alemán) y aparecen a una edad más avanzada, entre los 5 y 12 años. La zonas más afectadas suelen ser entre la L7-S1.
  • Hernias de Hansen tipo III: conocidas como agudas no compresivas o “de alta velocidad y bajo volumen. Son menos comunes que las anteriores y pueden afectar a cualquier tipo de raza y presentarse a cualquier edad, ya que aparecen por traumatismos como accidentes de tráfico, caídas bruscas, golpes fuertes, o ejercicio intenso. El material del disco intervertebral sale de forma brusca del canal medular, por lo que se presentan de manera súbita y aguda. Los síntomas son similares a los del resto de tipos de hernias discales.

Sintomatología, estadios de la enfermedad y su correlación

Los signos clínicos no difieren según el tipo de hernia (I, II o III), pero sí en base a la localización de la hernia, (torácica, lumbar o cervical), lagravedad y el estadio en el que se encuentra.

Según la localización de la hernia

  • Los pacientes con afección de la zona torácica o lumbar principalmente presentan alteraciones o inmovilidad de las extremidades posteriores. Otros posibles signos clínicos serían: dolor, ataxia, alteración del tono muscular y disminución de la fuerza, pérdida de sensibilidad en la zona afectada y extremidades, problemas para realizar sus necesidades y posturas anómalas como arquear la espalda o cabeza baja.
  • Cuando afecta a la zona cervical el síntoma principal es el dolor, ya que la hernia cervical suele causar más dolor que la torácica o la lumbar. Además, puede presentar cuello rígido, cojera de una pata delantera, falta de movilidad y posturas anómalas para evitar el dolor.

Según el estadio en el que se encuentra la hernia

Dependiendo del nivel de deterioro en el que se encuentra el disco intervertebral afectado, se distinguen varios grados o estadios, presentando diferente sintomatología en función de estos:

  • Estadio I: todavía no hay daños neurológicos causados, presentan dolor, vocalizaciones, alteraciones en la conducta (resistencia al paseo, pasar períodos largos tumbado). Todavía presentan movilidad en las extremidades.
  • Estadio II: presentan los primeros síntomas de lesión neurológica. Además del dolor presentan habilidades motoras reducidas, pérdida de equilibrio y alteración en la marcha (ataxia).
  • Estadio III: debido a la mayor compresión que presenta la médula, los daños neurológicos
  • aumentan, a partir de este momento el perro presenta una parálisis leve (paresia). Los pacientes que la sufren arrastran las extremidades traseras, pero todavía conservan la sensibilidad al dolor.
  • Estadio IV: en este momento pueden presentar parálisis total y problemas de retención urinaria, todavía conservan la sensibilidad al dolor.
  • Estadio V: además de los síntomas anteriores (parálisis total y problemas para retener la orina) ya no presenta dolor ni sensibilidad en las extremidades afectadas.

Tratamientos

Una vez se identifique el nivel de gravedad y el estadio en el que se encuentra la hernia, se planteará un tratamiento específico para cada paciente. Este puede variar desde un tratamiento conservador a un tratamiento quirúrgico.

  • Tratamiento conservador:cuando la hernia es relativamente leve (puede variar entre el estadio I y III) el tratamiento consiste en administrar durante varias semanas medicamentos antiinflamatorios, para reducir el nivel de inflamación y conseguir descomprimir la médula espinal, analgésicos para el dolor y en algunos casos también relajantes musculares para aliviar el agarrotamiento de los músculos y corregir la posición de las estructuras de la columna vertebral. En este punto también es importante el reposo del animal y la restricción de ejercicio hasta pasadas 6 semanas, ya que con los fármacos pueden presentar una mejora repentina y permitir de nuevo el movimiento de las extremidades, lo cual podría empeorar la hernia discal. La última parte fundamental de este tratamiento es la fisioterapia para facilitar al animal la recuperación de la movilidad. Los masajes y caminar sobre una cinta subacuática ayudan a relajar los músculos y a fortalecerlos. Este tratamiento alivia los síntomas, pero no cura la hernia. El tratamiento definitivo de las hernias discales es la resolución quirúrgica.
  • Tratamiento quirúrgico: si después de 2 meses con el tratamiento conservador no mejora o directamente nos encontramos con hernias graves desde el estadio III al V, lo recomendable es realizar una intervención quirúrgica en las primeras 24 horas, ya que cuanto más tiempo pase la médula comprimida, más probabilidades hay de que se generen daños irreversibles. El cirujano accederá a la médula, a nivel del disco herniado y extraerá todo el material discal que se encuentra en el canal vertebral comprimiendo la médula para su posterior descompresión. La técnica quirúrgica más empleada en el caso de hernias discales agudas es la hemilaminectomía dorsolateral. En el caso de que el material discal estuviera a ambos lados se realizaría una hemilaminectomía bilateral. Hay que tener en cuenta que una hemilaminectomía unilateral se puede realizar en un máximo de 3 vértebras adyacentes sin causar inestabilidad. En cambio, en una hemilaminectomía bilateral únicamente se puede realizar en un máximo de 2 vértebras adyacentes. Si se observa daño en la médula espinal durante la cirugía, generarán daños irreversibles. Esto ocurre cuando la afección es crónica y ha estado evolucionando durante mucho tiempo. El instrumental quirúrgico necesario es:
    • Bisturí eléctrico bipolar.
    • Material general para abordaje de la piel (por ejemplo, tijeras de Metzenbaum).
    • Separadores musculares.
    • Fresa quirúrgica para la perforación del hueso.
    • Aspirador para control de sangrados.
    • Bisturí para resección de material discal.
    • Sutura para cierre por planos.

Al igual que en el tratamiento conservador, la fisioterapia también es una parte muy importante para la recuperación completa del paciente.

Posoperatorio y rehabilitación

El período posoperatorio es largo y no se pueden valorar los resultados correctamente hasta un mes después de la cirugía. El pronóstico es depende principalmente del grado de hernia que se ha diagnosticado.

La recuperación dependerá principalmente de cuatro factores:

  • Realizar la intervención quirúrgica antes de que exista un daño permanente.
  • Realización correcta de la intervención quirúrgica: que proporcione suficiente espacio al disco.
  • Correcta rehabilitación.
  • Estado físico del animal.

Factores clave del posoperatorio:

  • Permanecer en reposo entre 6-8 semanas, aumentar de manera progresiva los paseos.
  • Medicación para controlar el dolor (analgesia), la inflamación y evitar infecciones.
  • Aplicar frío en la zona de la incisión.
  • Limpiar la incisión al menos dos veces al día con clorhexidina o povidona yodada diluidas con suero.
  • Según el grado de parálisis, puede necesitar cuidados especiales: prevención de úlceras por decúbito, vigilar la atrofia muscular y las infecciones urinarias.
  • Si no controla esfínteres, usar empapadores o pañales, para mantenerle limpio y seco.
  • Aunque no pueda caminar es importante incitarles a salir a la calle, a olfatear y no pierda el hábito de micción.
  • En cuanto sea posible, intentar debe empezar a moverse. Si es necesario ayudarlo con sujeciones como arneses. En casos extremos, una silla de ruedas es una buena solución.
  • Desde el primer día hay que empezar con la rehabilitación.

Rehabilitación

Es una parte fundamental en la recuperación de una hernia discal tanto si ha sido operada como si no. La rehabilitación ayuda a recuperar sensibilidad, equilibrio y fuerza en las patas.

Como realizar la rehabilitación en casa:

  • Masajes en la almohadilla para estimular la sensibilidad.
  • Masajear la extremidad paralizada.
  • Movilizar las articulaciones de toda la pata, poco a poco y con suavidad.
  • Mantenerle en estación al menos unos minutos y si es necesario con ayuda de sujeciones. Todo ello de manera progresiva y según lo vaya tolerando.
  • Si aguanta en estación, realizar balanceos suaves de derecha a izquierda, para que el peso vaya a las extremidades de ambos lados.
  • Además, también se pueden utilizar cintas para correr, calor mediante lámparas infrarrojas, soporte lumbar, electroestimulación y natación, entre otras.

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