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Procesionarias

Resumen breve

En este artículo se tratarán los puntos más importantes sobre la Thaumatopea pytocampa (procesionaria del pino). Se verá su ciclo biológico, como afecta su toxina a los animales y, por supuesto, como tratarlo cuando llegan a la consulta.
Se abordará desde el triage telefónico, el papel del ATV una vez llega a consulta, la hospitalización, posibles complicaciones, etc.
La finalidad de este artículo es saber como reaccionar frente a este tipo de urgencias, ya que, es una de las…

Introducción

En este artículo se tratarán los puntos más importantes sobre la Thaumatopea pytocampa (procesionaria del pino). Se verá su ciclo biológico, como afecta su toxina a los animales y, por supuesto, como tratarlo cuando llegan a la consulta.

Se abordará desde el triage telefónico, el papel del ATV una vez llega a consulta, la hospitalización, posibles complicaciones, etc.

La finalidad de este articulo es saber como reaccionar frente a este tipo de urgencias, ya que, es una de las urgencias más comunes dependiendo de la estación.

Fases de la procesionaria

Para poder orientar a los propietarios sobre la procesionaria, primero se debe entender cuál es su ciclo de vida, ya que dependiendo de la fase en la que se encuentren pueden suponer un problema o no.

La procesionaria es un lepidóptero nocturno. Su ciclo biológico comienza cuando, al final del verano, las mariposas salen del terreno, los machos fecundan a las hembras y éstas depositan los huevos en forma de capsulas en las agujas de los pinos. A las cuatro semanas, de los huevos eclosionan las orugas (que tienen cuatro fases evolutivas)

  • FASE 1: eclosión de los huevos.
  • FASE 2: desarrollo larvario.
  • FASE 3: construcción del nido (bolsón de seda), que es un capullo amarillo formado por los excrementos de las aproximadamente 200 a orugas que pueden estar en el interior. Durante esta fase no se suelen mover y se alimentan de las acículas cercanas (hoja de las coníferas, alargadas finas y puntiagudas, p.ej., el pino).
  • FASE 4: enterramiento y fase crisálida. Con la subida ligera de temperatura se genera el llamado “reflejo de enterramiento’’. En esta fase todas las orugas migran en procesión guiadas por una hembra que teje un hilo conductor. Una vez llegan al sitio ideal, se entierran para formar crisálidas, que saldrán al final del verano siguiente como mariposas.

Una vez se han enterrado entrarían en fase adulta, que es la fase más corta, ya que tan solo dura dos días como máximo, así que básicamente es un estadio para cumplir con la reproducción e iniciar el ciclo de la oruga procesionaria.

La procesionaria como urgencia

Triage telefónico

Desde el momento que el tutor llama por teléfono hasta que llega a la puerta de la consulta, se debe intentar tranquilizar y guiar al tutor todo lo posible.

En estos casos, puede presentarse un tutor nervioso, que no sepa como explicar muy bien la situación. Ante todo, se debe mantener la calma, y hacerl preguntas rápidas para que vengan cuanto antes al hospital.

Las preguntas que pueden ayudar para un buen triage serían:

  • ¿Cuándo tiempo ha pasado desde que ha ocurrido el incidente?
  • ¿Cómo está el animal? (si tiene el hocico inflamado, edema, problemas respiratorios, etc.)
  • ¿Cuánto tiempo tardan en llegar al hospital?

Con estas tres preguntas se puede tener una idea del estado en el que viene el animal y el tiempo que tenemos para preparar todo para poder atender esta urgencia. La rapidez es clave en estos casos, ya que, cuanto menos tiempo se tarde en atenderlo y estabilizarlo, hay más posibilidades de que los efectos sean menores.

Signos clínicos

Los signos clínicos pueden ser clasificados en locales y sistémicos.

En cuanto a perros, la localización oral es la mas frecuente (ya que pueden lamer la oruga), en este caso, puede producir un cuadro de estomatitis (inflamación de la mucosa oral), que, a su vez, su puede dividir en glositis (inflamación de la lengua) y queilitis (inflamación de los labios).

Cuando un animal entra en contacto con la oruga suele mostrarse nervioso, lamiéndose la zona de los labios (o la zona afectada) y tocándose la boca con las patas.

Si el animal ingiere la oruga, se puede observar edema laríngeo, trastornos gastrointestinales (como vómitos y diarreas). La lengua aumenta de volumen y puede llegar a volverse cianótica (debido a un incorrecto retorno venoso); y, si no se acude a un centro veterinario en un corto periodo de tiempo, se podrán observar zonas de necrosis en las zonas afectadas.

A veces también se pueden observar signos oculares si los elementos urticantes son transportados por el viento, ya que pueden entrar dentro del ojo, ocasionando blefaritis, provocando edemas corneales o queratitis ulcerativas.

En algunos casos, de manera más rara, se pueden observar signos sistémicos, como hipertermia, aumento de ganglios linfáticos submandibulares, hemolisis, etc.

Tratamiento

Lo primero que hay que hacer cuando un animal llega al centro por contacto con procesionaria es llevar a cabo un lavado abundante en la zona afectada, mediante pulverización o a presión con suero salino fisiológico templado.

El lavado tiene como objetivo eliminar los restos de pelos de la oruga, ya que pueden permanecer incrustados en la piel o las mucosas. Se debe tener precaución, ya que no se debe frotar la zona afectada (de esta manera evitamos la ruptura de los pelos y la liberación de la toxina). Durante todo el proceso se debe usar guantes, ya que estos pelos nos pueden generar urticaria también en nuestra piel.

Para hacer los lavados, es recomendable sedar al animal, ya que existe la posibilidad de que el paciente tenga dolor en ese momento. Se aconseja la administración intralingual de heparina para controlar la evolución de la glositis necrótica de la lengua.

Una vez realizados los lavados, se debe empezar cuanto antes la terapia antibiótica, para prevenir el riesgo de infecciones secundarias. Los antibióticos de elección podrían ser la Ampicilina, Cefalexina o Metronidazol. Además, para ayudar con la reacción alérgica o la hipersensibilidad que puede producirse, se debe aplicar de inmediato tratamiento con corticoides (p.ej., Dexametasona o Metilprednisolona), a poder ser por vía intravenosa, ya que tiene un efecto más rápido (Tabla 1).

FármacoVíaDosis
AmpicilinaIV10 - 40 mg/Kg (perro)
10 - 20 mg/Kg (gato)
CefalexinaIV10 - 30 mg/Kg
DexametasonaSC, IM0.01 - 0.1mg/Kg
DifenhidraminaIM, IV LENTO1 - 2 mg/Kg
HeparinaIntralingual200 - 500 UI/Kg
 
MetilprednisolonaIV1 mg/kg
MetoclopramidaIV0.1 - 0.5mg/ Kg
MetronidazolIV7.5 – 15 mg/Kg
OmeprazolIV0.5 - 1.5 mg/Kg (perro)
0.75 - 1mg/Kg (gato)
RanitidinaIV2 mg/Kg (perro)
2.5 - 3.5 mg/Kg (gato)

Tabla 1. Fármacos de elección.

Los corticoides deben asociarse o sustituirse los días posteriores, con antihistamínicos (Difenhidramina). También es recomendable pautar un protector gástrico (como Omeprazol o Ranitidina), para minimizar los efectos adversos de los corticoides.

En caso de haber ingesta de la oruga y que haya signos como vómitos y diarreas, se recomienda la administración de Metoclopramida (por sus efectos antieméticos y procinéticos).

Por lo general, se recomienda que el animal se quede hospitalizado con el tratamiento intravenoso y fluidoterapia, permitiendo de esta manera tener un control del proceso, y en caso de empeoramiento, actuar lo antes posible.

Posibles complicaciones

Hay que advertir siempre a los tutores sobre las posibles complicaciones que pueden aparecer desde el momento inicial.

A pesar del tratamiento y la fluidoterapia, en algunos casos, (ya sea porque se ha tardado mucho en acudir al centro veterinario o por cualquier otro motivo) puede que el tratamiento no sea suficiente y se empieze a ver signos de necrosis en la lengua, la cual puede ir avanzando con el paso del tiempo hasta llevar a la perdida total o parcial de la misma. Este proceso es irreversible, pero es compatible con que el animal tenga una vida normal.

Momento del alta

Dependiendo del estado de salud del animal, y la evolución que tenga, se podrá valorar el alta tras 24 - 48h. Se deberá pautar un tratamiento vía oral, tanto para el dolor, como para la inflamación, ya que, como se ha comentado antes, la procesionaria provoca inflamación de mucosas (estomatitis, glositis, etc.).

Se debe dar toda la información completa a los tutores para que comprendan la importancia de este tratamiento en casa, además de recalcar que, por esa inflamación (glositis) sería recomendarle que ingiriera dieta blanda, durante al menos una semana, y también, advertirles de la posibilidad de hemorragias leves a nivel de la punta de la lengua (dependiendo del caso).

Siempre es importante dar la mayor información posible a los tutores, para que de esta manera sepan identificar que es lo normal en estos casos, y que sería un signo de alarma.

Por supuesto, se deberán hacer revisiones presenciales (que variarán dependiendo del estado del animal, y de la valoración por parte del veterinario), y una vez se considere, se recomienda hacer un control telefónico a las varias semanas. Esta actuación, nos permite llevar un seguimiento del estado del paciente y tener al tutor de la mascota concienciado de la importancia y la gravedad de este problema.

Caso clínico

Anamnesis

Se presenta en el hospital en horario de urgencias un perro macho castrado de dos años y dos meses de edad, vacunado y desparasitado al día, sin enfermedades anteriores (indicado por los tutores).

Comentan que han llegado de viaje y lo ven muy apático, y reacio al ejercicio, incluso a los paseos desde la mañana.

Come por la mañana y por la tarde, pero por la noche no presenta apetito. Los propietarios deciden administrarle un preparado a base de sal, azúcar y agua y le dan aproximadamente 4ml vía oral.

Solo ha tenido un vómito puntual de aspecto blanquecino durante el día.

Exploración física

Alerta, mucosas ligeramente pálidas, ganglios APN, boca abierta con la lengua un poco expuesta. FC160 lpm, jadeo continuo, resistencia a la palpación abdominal (muy nervioso y gruñe a la manipulación), Tª 38.2 ºC. Durante la consulta, la lengua se vuelve más azulada y se decide llevara la zona de prequirófano para preoxigenar.

Se cateteriza un acceso venoso y se realiza una analítica sanguínea, en la cual se aprecian las siguientes alteraciones:

  • Hemograma: PLT 132, HTO 80.7 HGB 26.6
  • Bioquímica: ALT 176, ALKP 16, TBIL 1.4

Debido al mal manejo del paciente se requiere sedación para poder explorar la cavidad bucal. Una vez sedado, se puede observar la lengua inflamada con mal aspecto y de color violeta.

La inflamación abarca la zona de la laringe y la glotis, donde no es posible observar la entrada de la tráquea. Se decide administrar un anestésico e intubar para mejor acceso.

Se realiza limpieza con abundante agua y parte del epitelio de la lengua se desprende en el proceso.

Se habla con los tutores para comentarles todas las posibles opciones, y se plantea una posible cirugía en caso de empeoramiento.

El paciente se queda hospitalizado bajo pronóstico reservado y a la espera de evolución.

Durante las primeras horas siguientes al ingreso

El equipo de hospitalización revisa al paciente y establece un plan de trabajo que consta de una revisión y una analítica de control en el que se aprecia un hematocrito de 45.9%, leucocitosis, neutrofilia, linfocitosis, monocitosis, etc., PLT 260

En el examen físico de la mañana se observa la lengua de un color amoratado/grisáceo en la zona de la punta, pero a nivel caudal presenta buen aspecto, y no se advierte dificultad para ingerir el alimento.

Se mantiene hospitalizado para controlar la evolución hasta la siguiente revisión por parte del equipo de veterinarios, en el que se aprecia mejoría del aspecto de las áreas dañadas de la lengua sin señales de avance de la necrosis.

El estado anímico del paciente mejora y continúa comiendo dieta blanda sin problemas con lo que se decide el alta con tratamiento oral.

Evolución inmediata

Se cita a revisión en 4 días.

En la primera revisión los tutores comentan que ha empezado con un sialorrea puntual y comportamiento algo extraño. En la exploración no se advierte dolor abdominal ni estado mental alterado.

Presenta dos vómitos asociados a la administración del antibiótico y por precaución se decide realizar una T-fast donde se observa un punteado hipoecoico de la mucosa del tracto intestinal (compatible con úlceras intestinales), páncreas bien, sin líquido libre. Todo esto se resuelve con dieta estricta y la continuación de los protectores gástricos que ya llevaba desde el alta.

Evolución posterior

Los problemas gastrointestinales no remiten con lo que se decide realizar más pruebas complementarias como una ecografía reglada donde se aprecia mejoría del punteado gástrico anterior y una gastroscopia con revisión del esófago donde no se aprecian úlceras ni lesiones, tan solo gastritis debido a los vómitos, pero sin lesiones mayores.

Se añaden a los protectores gástricos, analgesia y probióticos y continuidad de la dieta blanda gastrointestinal para mejorar las heces blandas.

El seguimiento de este proceso añadido resulta favorable, con mejoría del aspecto de la lengua y remisión total de los vómitos. Se recomienda seguir con los protectores algo más de tiempo y se cita para la siguiente revisión de manera telefónica. En esta llamada se puede dar el alta al paciente, solo con la precaución de volver en unas semanas para ver evolución de la lengua y retirada de dieta específica gastrointestinal y cambio a la dieta habitual del paciente.

Conclusión

Los animales afectados por la procesionaria son una urgencia real y muy común en la clínica veterinaria. Se debe tener muy claro por parte del ATV, ya que, el modo de actuación y la manera de transmitir a los tutores de la gravedad de la situación.

Un control del estado general del animal y del estado proinflamatorio mejora los síntomas y los signos clínicos.

En la mayoría de los casos, tras 24-48 horas desde la entrada al centro veterinario, (si se ha atendido de manera urgente y se ha establecido un correcto plan terapéutico), el animal puede irse de alta, con unas pautas adecuadas de manejo, alimentación y tratamiento en los primeros días en casa hasta las revisiones en el centro veterinario.

Bibliografía

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