Clinlabvet

Caballos Pura Raza Gallega: parásitos tradicionales e innovación para su control

Resumen breve

El caballo Pura Raza Gallega (PRG), es una raza autóctona que habita en semilibertad en los montes de Galicia, participando en su mantenimiento, ya que ayuda en la prevención de incendios y sirve como alimento para lobos y que posee una gran importancia sociocultural ya que permite la celebración de la tradicional “Rapas das Bestas” además de otras ferias ganaderas.

Resumen

El caballo Pura Raza Gallega (PRG), es una raza autóctona que habita en semilibertad en los montes de Galicia, participando en su mantenimiento, ya que ayuda en la prevención de incendios y sirve como alimento para lobos y que posee una gran importancia sociocultural ya que permite la celebración de la tradicional “Rapas das Bestas” además de otras ferias ganaderas.

Por estos motivos, su conservación, es fundamental en la economía de municipios y aldeas en las que habitan estos animales. Sin embargo, el hecho de que los montes en los que habitan estos caballos cuenten con un clima templado y exceptuando el verano, bastante húmedo, favorece el desarrollo exógeno de muchos endoparásitos digestivos y, a su vez, la falta de aplicación de protocolos de desparasitación animal adecuados a los parásitos presentes, debido al difícil manejo, permite el mantenimiento de poblaciones parásitas en los animales facilitando, por un lado, la contaminación del medio ambiente por parte de animales con infecciones patentes, y por otro, la contaminación del medio.

Por este motivo, el presente trabajo, se realizó recogiendo y analizando muestras fecales de PRG con el objetivo de valorar la parasitación animal y contaminación del medio ambiente en las estaciones con mayor humedad relativa proponiendo, además, posibles alternativas o métodos, para mejorar el control antiparasitario, entendiendo la dificultad de manejo existente en esta raza.

Introducción

Descripción, hábitat e importancia del caballo de Pura Raza Gallega

El Cabalo de Pura Raza Galega o Pura Raza Gallega (PRG) es una raza autóctona de la Comunidad Autónoma de Galicia, de la que existen referencias desde el siglo XV y considerada en peligro de extinción1. Con una altura a la cruz de 130 cm, son animales de perfil recto o subcóncavo, con vientre redondeado y nacimiento de la cola medio. De color castaño (Figura 1).

Figura 1. Caballos Pura Raza Gallega en pastoreo.
Figura 1. Caballos Pura Raza Gallega en pastoreo.

En la actualidad, existen censados un total de 1605 animales según la asociación de criadores do cabalo de Pura Raza Galega, aunque el ministerio de agricultura, pesca y alimentación, eleva dicho número a 1749 en Galicia. Las poblaciones de mayor tamaño se encuentran en el norte de la provincia de Lugo, en el centro y sur de Pontevedra y también en zonas de La Coruña2. Aunque existen 4 animales censados en Madrid y 2 en Castilla León1.

Son caballos que permanecen en praderas comunales, por lo tanto, en sistema extensivo, de donde obtienen la mayor parte del alimento, aunque, se han generado áreas de alimentación para suplementar los recursos alimenticios que obtienen directamente del medio ambiente, debido a la mayor sequedad de los meses estivales y la menor disponibilidad de pasto y matorral verde, a pesar de su elevada adaptación al medio y capacidad de alimentación con arbustos1,2.

La rusticidad de esta raza hace posible que los potros que nacen durante la primavera obtengan toda la alimentación que necesitan de sus madres y del medio ambiente hasta que se destetan todos a la vez, en la celebración de la “Rapa das Bestas”, fiesta en la que se reúne a los caballos para identificarlos, desparasitarlos y cortarles las crines. La mayoría permanecen sin desbravar en los montes, aunque parte se destinan a actividades de ocio o la producción cárnica.

De hecho, la celebración de esta fiesta, o ferias de ganado PRG, es muy importante para la economía de estas regiones, además de que, la presencia de estos caballos en los montes gallegos, favorece la biodiversidad y previene los incendios al alimentarse de tojos y los lobos obtendrán en los potros más jóvenes su alimento1.

Endoparásitos del PRG: detección coprológica

El hábitat y alimentación de los PRG, favorece la infección por endoparásitos digestivos, denominación bajo la que se englobarían a distintos parásitos que tienen como características comunes, encontrarse en alguna fase de su ciclo biológico en aparato digestivo, y, por lo tanto, cuando completan la fase endógena, poderse diagnosticar utilizando distintos métodos coprológicos.

De hecho, de acuerdo con la clasificación de Köppen, Galicia, posee un clima templado con verano seco y templado (Csb)3. Este clima con primaveras y otoños húmedos e inviernos no muy fríos, favorecen el desarrollo y supervivencia de las fases exógenas de los endoparásitos digestivos más frecuentes en équidos4.

Como las técnicas coprológicas son sencillas, baratas y rápidas, suelen utilizarse como método diagnóstico de estos parásitos. Sin embargo, la decisión de la técnica coprológica a realizar, dependerá, por una parte, del peso específico de la forma parásita en heces y por otra, de cómo y dónde la hembra del parásito realiza la puesta de la siguiente generación.

En muchos casos, los endoparásitos digestivos equinos se detectan utilizando la técnica coprológica rutinaria; McMaster modificado; método coprológico, indirecto, cuantitativo, que permite la detección de estrongilados o estrongílidos, ascáridos, anoplocefálidos, o habronemátidos, entre otros. Sin embargo, para la detección de Fasciola hepatica o Eimeria leuckarti, es la sedimentación en copa el que debe elegirse. Para Oxyuris equi, la prueba del celo o si se quisiese detectar D. arnfieldi se debería utilizar la migración larvaria5,6.

A pesar de que existan distintos métodos coprológicos para la detección y cuantificación de endoparásitos digestivos equinos, el diagnóstico comienza siempre con la realización del análisis macroscópico de las heces. Este análisis permite, además de valorar las características organolépticas de las heces, detectar adultos de Parascaris, O. equi o estrongilados no migratorios, también denominados ciatostominos.

Detección coprológica y prevalencia endoparásitos digestivos en caballos y PRG

No todos los endoparásitos digestivos que pueden detectarse con métodos coprológicos presentan la misma prevalencia en poblaciones equinas.

Los más prevalentes son los denominados estrongilados, no solo en estudios realizados en caballos como Pura Sangre Inglés o Pura Raza Española7, sino en caballos de razas como la Przewalski8,9 donde el 100 % de los caballos fueron positivos10, el caballo primitivo de Polonia o caballo Konik polaco 95,2 %11, o el PRG donde se detectaron en el 100 % de los animales del estudio con infecciones patentes por estrongílidos12.

El género Parascaris se detecta fundamentalmente en potros, aunque también debe considerarse la densidad animal en cada población equina11. En Przewalski, se han detectado prevalencias del 27,4 % sin diferencias entre edad10, mientras que, en el caballo polaco en el 26,6 % sí se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre potros y adultos10.

Otros parásitos menos detectados coprológicamente, pero habituales en équidos son los anoplocefálidos: A. perfoliata y A. magna13. En PRG, se han obtenido resultados positivos, aunque la prevalencia fue baja, solo con un 1,3 % de los animales positivos7. Otros estudios recientes en el Przewalski no se detectaron su presencia en ninguno de los animales9; Mientras que, en el caballo polaco, se han detectado prevalencias del 42,7 %14. Sin haberse llegado a la identificación de agente etiológico en ninguno de estos estudios solo la detección e identificación de género.

Otro nematodo cuya prevalencia suele ser baja, pero también se detecta con el uso de la técnica coprológica rutinaria, es O. equi. Ha sido detectado en Przewalski en el 2,5 % de los casos analizados9. En el caballo Konik polaco la prevalencia fue del 38,7 % y en el PRG, los resultados obtenidos varían entre el 1,3 %, y 2 %, siendo así, similares a los encontrados en la raza Przewalski12,15.

Aunque no es tan frecuente detectar su presencia con métodos coprológicos, el coccidio digestivo Eimeria leuckarti, única especie reconocida en caballos16, puede infectar tanto a caballos silvestres como domésticos, habiéndose detectado en caballos Przewalski en Mongolia17. Mientras que el trematodo F. hepatica, no suele detectarse con métodos coprológicos ya que los caballos, si bien suelen infectarse, no suelen completar el ciclo biológico, o el parásito sufre migraciones aberrantes, detectándose en pulmones o en testículos6.

Las diferencias encontradas en cuanto a la prevalencia entre los distintos parásitos se deben a distintos factores epidemiológicos relacionados con los hospedadores, el medio ambiente y a los propios parásitos. Como pueden ser, la edad de los animales, factores bióticos y abióticos del medio ambiente o factores de los propios parásitos como su prolificidad o la capacidad que tienen los estrongilados de tener un metabolismo basal en el hospedador cuando las condiciones medioambientales son adversas, alargando así su fase endógena a la espera de que las condiciones externas mejoren4.

Sin embargo, la presencia y detección de endoparásitos digestivos en équidos, es un hecho. Debido a las consecuencias negativas que pueden ejercer sobre los animales, es necesario el desarrollo y aplicación de métodos encaminados a su control. No solo para mantener la contaminación medioambiental baja, sino para evitar los efectos adversos que derivan de elevada intensidad de parasitación por estos endoparásitos digestivos4,18,19.

Control de endoparásitos digestivos en PRG

El control de endoparásitos digestivos está basado fundamentalmente en la desparasitación de los animales. Con este control antihelmíntico se persiguen dos objetivos: evitar la presencia de enfermedades parasitarias y mantener niveles de contaminación medioambiental bajos.

Antiguamente, para este control antiparasitario, se pensaba que, establecer pautas de desparasitación a intervalos definidos, era la mejor opción terapéutica para conseguir los objetivos señalados anteriormente. Sin embargo, debido a la detección de resistencia antihelmíntica a alguno o varios de los principios activos disponibles para el control de estos endoparásitos digestivos, este tipo de estrategias, basadas en dos, tres o cuatro veces al año, no se recomiendan para el control de estos parásitos20. Por lo que, se necesitan otros métodos que permitan controlar la infección animal, ya que evitarla, es imposible.

Los métodos coprológicos, son la base del control selectivo21 recomendado para el control de estrongilados. Además, estos análisis coprológicos se recomiendan en la aplicación del control estratégico4. Sin embargo, en caballos mantenidos en libertad, como el PRG, la toma de muestras y posterior toma de decisiones es más complicada, ya que normalmente, solo se pasan por una manga de manejo 2 o 3 veces al año, momento que se aprovecha para la identificación de potros y desparasitación.

En los caballos como el PRG, el control selectivo, no es una opción viable, debido a las dificultades de manejo. Sin embargo, la realización de estudios epidemiológicos, sí permite conocer la presencia de endoparásitos digestivos y estimar al menos, su prevalencia por lo que estudiar los endoparásitos digestivos presentes en heces recogidas del medio ambiente, es una opción para poder establecer niveles de contaminación de medioambientales y de los caballos, aunque sea de forma parcial, comose ha realizado en el presente estudio.

Tras conocer qué endoparásitos afectan a estos caballos, se podrían realizar tratamientos antiparasitarios cuando los animales entren en las mangas de manejo, o incluso realizar más estudios basados en métodos de control biológico como la administración del único hongo comercializado Duddingtonia flagrans capaz de atrapar a las larvas de estrongilados e impedir la infección animal22, el uso de escarabajos peloteros o lombrices de tierra. Sabiendo que, aunque ninguno de estos métodos es tan eficaz como la aplicación de productos antiparasitarios, sí pueden ayudar en el control de la infección de caballos en libertad y cuyo manejo no es sencillo23.

Material y métodos

Descripción del estudio

Para realizar este estudio, se rastreó la presencia de caballos PRG en 6 muestreos realizados de forma mensual entre noviembre de 2021 y abril de 2022. En total se recogieron 54 muestras fecales de caballos PRG de la provincia de La Coruña, en los municipios de Cedeira, Muros y Puentes de García Rodríguez.

Se establecieron 3 zonas de muestreo, una en cada municipio y para localizar los animales se utilizaron técnicas de rastreo de seguimiento de huellas y observación e identificación de excrementos. Mediante el análisis visual de los animales, se observó su condición corporal y se trató de establecer la edad entre potros y adultos mediante la alzada a la cruz, considerando potros los de alzada menor a 120 cm y adultos los de alzada mayor.

La toma de muestras fecales se realizó inmediatamente tras la defecación, recogiendo dichas muestras del suelo, por la imposibilidad de contar con una manga de manejo y se anotaron los datos correspondientes a cada animal del estudio: edad, sexo y condición corporal.

Del total de muestras, 54, en la Tabla 1 se adjunta por zona, el número y edad de los animales que formaron parte de la investigación.

Tabla 1. Número de muestras recogidas por zona de muestreo y edad animal.
Zona muestreo Potro Adulto Total
1 1 30 31
2 3 15 18
3 0 5 5
Total 4 50 54

La cantidad de muestras recogidas por estación y zona de estudio durante los muestreos realizados fue distinta como se detalla en la Tabla 2.

Tabla 2. Número de muestras recogidas por estación y edad animal
Estación Zona 1 Zona 2 Zona 3 Total
Potro Adulto Potro Adulto Potro Adulto
Otoño 0 13 3 15 0 0 31
Invierno 0 14 0 0 0 0 14
Primavera 1 3 0 0 0 5 9
Total 1 30 3 15 0 5 54

Como técnicas coprológicas se llevaron a cabo el análisis macroscópico, McMaster modificado, flotación simple, copa de sedimentación y migración larvaria5 además de coprocultivos para la identificación de la especie parásita de estrongilados migratorios y grupo parasitario en el caso de los ciatostominos o estrongilados no migratorios.

En la Tabla 3 se detalla la realización de métodos coprológicos individuales, exceptuando la sedimentación en copa que se realizó agrupando heces de los animales adultos. Mientras que en los potros se hizo de forma individual.

Tabla 3 Técnicas coprológicas realizadas en cada muestra y por edad animal
Técnica coprológica Potro Adulto Total
Análisis macroscópico 4 50 54
McMaster modificado 4 50 54
Flotación simple 4 50 54
Sedimentación en copa 4 25 29

Resultados

La condición corporal de los animales que formaron parte del estudio se consideró normal en todos los casos.

En cuanto a los resultados de los métodos coprológicos realizados, con el análisis macroscópico no se detectaron parásitos en ninguna de las muestras, aunque sí, falta de consistencia fecal en dos muestras recogidas de dos animales adultos en los que la carga parasitaria de estrongilados fue de 666 y 324 huevos por gramo de heces o hpg respectivamente.

Con la técnica de McMaster modificado se detectaron estrongilados en el 98,1 % de las muestras; Parascaris 16,7 % y O. equi 9,3 %.

El 1,9 % tuvo infección patente por todos los endoparásitos digestivos detectados. El 9,2 % presentó parasitación mixta por estrongilados y Parascaris, obteniéndose la misma prevalencia del 9,2 % para la infección patente por estrongilados y O. equi.

Sin embargo, la carga parasitaria detectada de cada parásito fue distinta, Siendo las más elevadas la de los estrongilados con un máximo de 1701 hpg como aparece en la Tabla 4.

Tabla 4. Carga parasitaria detectada global para cada endoparásito detectado en el estudio
Parámetros analizados Carga parasitaria (hpg)
estrongilados Parascaris O. equi
Media 393.2 1.5 1,2
Desviación 303 7.2 3,9
Máximo 17101 36 18
Mínimo 0 0 0

Si se comparan los resultados del McMaster modificado y la flotación simple, solo se encuentra una diferencia en la detección de O. equi, detectando en el resto de los casos las dos técnicas los mismos endoparásitos digestivos. En el caso de O. equi se detectaron solo el 5,6 % de muestras positivas por McMaster modificado y el 9,3 % con el uso de la flotación simple.

La técnica de sedimentación en copa se realizó de forma individual en cada una de las muestras de potros n=4 y en la mitad de los animales adultos que formaron parte del estudio. Todos los resultados obtenidos fueron negativos, detectándose los mismos endoparásitos digestivos que utilizando la flotación simple.

En el análisis de los parásitos detectados por zona muestreada los resultados obtenidos fueron los siguientes. En la zona 1 el 16,1 % de las muestras fueron positivas a Parascaris, mientras que el 6,5 % a O. equi. En la zona 2 el 94 % de las muestras fueron positivas a estrongilados, el 16,6 % a Parascaris y otro 16,6 % a O. equi; mientras que en la zona 3 solo se detectaron estrongilados en el 100 % de las muestras (Tabla 5).

Tabla 4. Carga parasitaria detectada global para cada endoparásito detectado en el estudio
Endoparásitos detectados Zona 1 Zona 2 Zona 3
estrongilados 31 17 5
Parascaris 5 3 0
O. equi 2 3* 0

En la identificación de larvas de estrongilados realizada previo coprocultivo y posterior migración larvaria se detectaron en todas las estaciones ciatostominos o estrongilados migratorios, mientras que, solo se detectaron las especies S. vulgaris y S. equinus en la zona 1.

Los resultados obtenidos por McMaster modificado también fueron analizados por estación de muestreo. Detectándose la presencia de O. equi solo en otoño, en animales adultos (Tabla 6).

Tabla 4. Carga parasitaria detectada global para cada endoparásito detectado en el estudio
Endoparásitos detectados Otoño Invierno Primavera
Potros Adultos Potros Adultos Potros Adultos
estrongilados 2 28 0 14 1 8
Parascaris 1 3 0 1 0 0
O. equi 0 5 0 0 0 0

Discusión

Endoparásitos digestivos detectados y prevalencia comparada

La detección de endoparásitos digestivos en caballos domésticos o silvestres es muy frecuente7,8,12,13,24,25. Sin embargo, no todos, se detectan con la misma frecuencia. Factores relacionados con la técnica diagnóstica realizada, así como distintos factores epidemiológicos, están implicados en los resultados que se obtengan.

Los más prevalentes de todos estos endoparásitos digestivos son los estrongilados o estrongílidos, habiéndose detectado hasta el 100 % de animales infectados, como en estudios realizados en Australia en caballos salvajes24 o en Hungría enPrzewalski9.

En este estudio, el 98,1 % de las muestras resultaron positivas a estrongilados. Siendo este resultado superior a otras prevalencias detectadas del 38,7 %18 y similar a estudios anteriores en esta raza PRG donde se obtuvieron el 67,8 % de positivos entre menores de 3 años y el 84,9 % entre los mayores de esa edad15.

En cuanto a Parascaris el 16,7% de las muestras fueron positivas, habiéndose detectado resultados ligeramente superiores (25-30,8 %) en otros estudios9,24 y resultados similares a los obtenidos en esta investigación en caballo Przewalski donde dependiendo de los grupos animales, la detección de Parascaris osciló entre el 11,1-50 %14 o el realizado en Palestina en caballos autóctonos que fue del 15,6 %26.

Sin embargo, en cuanto a la prevalencia de Parascaris, se destaca que el 92,6 % de las muestras del estudio se recogieron de animales adultos, y que se detectaron los positivos entre estos adultos. En todos los casos se trataba de infección mixta con estrongilados. Considerando su detección en adultos, se pensó que la prevalencia hubiese podido ser más elevada en el caso de haber recogido muestras más de potros, que suelen tener las mayores intensidades de parasitación25 y son los que mayor carga parasitaria eliminan al medio7,15.

Además de estrongilados y Parascaris se detectó O. equi en el 9,3 % de las muestras. Este resultado es superior al encontrado en un estudio realizado en Serbia, en el que la prevalencia fue del 3,7 %18. Este endoparásito digestivo no ha sido detectado en algunos estudios hechos en Przewalski14. Este nematodo solo se detectó en los muestreos realizados en otoño y en todos los casos en infección patente mixta con estrongilados.

En el análisis de los resultados obtenidos, debe destacarse que, se utilizaron distintos métodos coprológicos y que, no todos tienen la misma sensibilidad en la detección de endoparásitos digestivos. De los parásitos detectados, todos se podrían haber detectado durante el análisis macroscópico de las heces, y, sin embargo, ni adultos de ciatostominos, Parascaris o de O. equi, fueron encontrados a lo largo del estudio.

El análisis macroscópico de las heces permite además el estudio de las características organolépticas y en dos de las muestras analizadas se detectó falta de consistencia compatible con estar producida por la presencia de estrongilados ya que las cargas detectadas fueron de 666 y 324 hpg respectivamente.

El análisis microscópico de las heces en el que se llevaron a cabo la técnica coprológica rutinaria, McMaster modificado y la flotación simple, mostró resultados similares exceptuando en el caso de la detección de O. equi, en el que se obtuvieron dos resultados positivos más con la flotación simple que con el McMaster modificado. Hecho que puede explicarse sabiendo que ninguna de las dos técnicas coprológicas es la de elección para la detección de este parásito y que, en la flotación, se analiza el contenido de 9 ml de solución densa con filtrado fecal, mientras que en el McMaster modificado se analiza solo un mililitro4.

No se detectó la presencia de anoplocefálidos, al igual que en algunos estudios realizados en PRG15. Sin embargo, sí se ha verificado su presencia en esta raza, aunque su detección fue escasa, del 1 %12. Uno de los motivos puede ser que su detección coprológica implica una intensidad de parasitación de unos 100 cestodos, mientras que en España se conoce que la mayoría de las infecciones por anoplocefálidos presentan intensidades de parasitación bajas, menor a 30 cestodos por animal13. Otro motivo sería la baja sensibilidad del McMaster modificado y las modificaciones que se han hecho para intentar aumentar dicho parámetro13.

Además, si se tiene en cuenta la dinámica estacional descrita de A. perfoliata, las infecciones patentes se detectan durante finales de invierno y principios de primavera, y en el presente estudio, la mayoría de las muestras se recogieron durante los meses del otoño, facilitando la aparición de resultados coprológicos negativos por posible presencia de cestodos maduros, pero no grávidos, que son los que eliminarían al medio huevos13.

La sedimentación en copa realizada no mostró infecciones patentes por ninguno de los endoparásitos que se buscaban: E. leuckarti y F. hepatica. Sin embargo, otros estudios realizados en PRG tampoco detectaron ninguno de los dos parásitos12,15.

Aunque sí se han detectado caballos Przewalski con E. leuckarti8.

El hecho de no haber detectado F. hepatica, a pesar de que está demostrada su susceptibilidad en équidos, puede deberse al hecho de que son resistentes a infecciones experimentales27 y de que, en España, se ha detectado en PRG en el 57 % de animales analizados, en este caso con técnica de ELISA28.

En cuanto a las cargas parasitarias detectadas utilizando el McMaster modificado, la media para estrongilados fue de 393,2 ± 303 hpg. Si se tienen en cuenta los resultados individuales, en el 75,9 % de los resultados obtenidos, la carga detectada superó los 200 hpg, llegando a valores superiores a 1000 hpg en dos casos. En el 38,9 %, las cargas superaban al menos en el doble, el valor estimado en el que se requiere ejercer un tratamiento antiparasitario en los animales, bien porque pueden estar sufriendo una parasitosis o bien porque están contaminando mucho el medio ambiente21.

De hecho, en el análisis macroscópico fecal dos animales adultos muestreados en enero presentaron falta de consistencia y cargas superiores a los 200 hpg, en concreto 666 y 324 hpg respectivamente. Aunque no tiene por qué existir una relación directa entre la carga más alta y la mayor presencia de diarrea, si es verdad, que, en este caso, el animal que presentó más huevos por gramo de heces presentó más signos clínicos.

Si bien, son signos clínicos inespecíficos que no solo pueden producir los estrongilados, si está demostrado que su presencia, sobre todo la de los ciatostominos, que son los más frecuentes, produce problemas de absorción y, por lo tanto, falta de consistencia fecal29.

El hecho de que sea en el mes de enero, indica que los animales llevan meses pastando en terrenos contaminados, y que están padeciendo posiblemente una estrongilidosis crónica.

En aquellos animales en los que se detectaron cargas parasitarias por encima de los 200 hpg de estrongilados y no signos clínicos, fue el 75,9 % del total, lo que indica por un lado alta contaminación del medio ambiente y por otro, presencia de inmunidad adquirida parcial por contacto controlado y prolongado con los parásitos21.

Además, se conoce que existe una distribución no uniforme de parásitos, pocos animales tienen muchos parásitos, y a la vez, pocos animales contaminan mucho. Sin embargo, cuando muchos animales tienen cargas parasitarias elevadas, muestra que en el medio ambiente hay demasiados parásitos, que está muy contaminado21.

Las cargas parasitarias de Parascaris, fueron sin embargo bajas, siendo la superior de 36 hpg. Estos resultados pueden deberse a que los animales positivos eran adultos y que presentan además de inmunidad adquirida parcial, inmunidad independiente de contacto, a pesar de que en algunos estudios realizados en la raza Przewalski no encontrasen diferencias significativas entre los distintos grupos de edad analizados9. Sin embargo, los autores piensan que el hecho de que ningún potro fuera positivo en este estudio puede estar relacionado con que solo el 7,4 % de las muestras fueron conseguidas en animales clasificados como potros. Por lo que, se considera por la edad de los animales, así como por las cargas parasitarias detectadas de Parascaris, que este nematodo, no sería responsable de ningún signo clínico en los animales estudiados11.

La detección de O. equi, en las cargas parásitas detectadas, solo indica que tienen infecciones con hembras, pueden tener parasitosis, pero no se pudo observar la base de la cola para ver si presentaban o no alguna alteración4.

Importancia del medio ambiente

Todos los endoparásitos digestivos detectados pueden completar su ciclo biológico durante todo el año en una región climática como la estudiada con clima templado y veranos secos3. A pesar de la presencia de veranos más secos, los periodos de prepatencia de los parásitos detectados, hacen que, durante los meses con peores condiciones medioambientales para su desarrollo o supervivencia, puedan permanecer en el interior de los caballos4.

Los huevos de los estrongilados necesitan temperaturas superiores a 10 ºC y humedad relativa por encima del 60 % para comenzar con su desarrollo larvario hasta forma infectante. Estas condiciones, se dan en muchos casos durante el otoño, invierno y primavera, e incluso, en algunos momentos del verano. Sabiendo que la temperatura, hasta unos 30 grados acorta el tiempo necesario para el desarrollo de huevo a larva 3, se puede comprender, que incluso en época estival, en zonas del monte con humedad relativa suficiente, se produzca el desarrollo de las fases preparásitas en un tiempo estimado en estudios realizados in vitro entre 3 a 5 días6.

Cuando las temperaturas son menores, hasta la mínima temperatura que permite el desarrollo, éste es más lento, sin embargo, la supervivencia de la forma infectante es mayor, lo que favorece la infección de los animales y la presencia de resultados coprológicos positivos una vez completada la prepatencia.

Parascaris es capaz de completar su ciclo biológico en un rango térmico muy amplio, ya que la forma en heces, que son huevos, son muy resistentes porque tienen 3 cubiertas. La presencia de materia orgánica y la falta de luz directa, favorece su supervivencia ya que no se desecan, lo que permite que permanezcan viables en el medio ambiente6.

Aunque la presencia de caballos parasitados con O. equi está relacionada con sistemas de explotación más intensivos, lo cierto es que, cualquier équido puede estar parasitado con este nematodo, ya que cuando la hembra deposita los huevos en la región perianal, el propio calor animal favorece el desarrollo del huevo con larva 1 hasta forma infectante, huevo con larva 3. Y mientras que no esté expuesto a la acción directa del sol, aunque caiga al suelo por rascado del animal o por defecación, la propia materia orgánica presente en las heces y la humedad relativa favorece su supervivencia y desarrollo de las fases exógenas30.

Si se agrupan los resultados obtenidos por estación del año y teniendo en cuenta todas las muestras recogidas durante el estudio, el mayor porcentaje de muestras positivas para todos los parásitos se detectó en los meses de la estación de otoño, con un 55,6 % de las muestras positivas a estrongilados, un 7,4 % positivas a Parascaris y un 9,3 % positivas a O. equi. Estos resultados corresponden con los hallazgos detectados en estudios coprológicos y post mortem realizados anteriormente, en los que las mayores intensidades de parasitación se detectaron durante el otoño13.

Otro hecho que puede corroborar estos resultados es que de las infecciones mixtas detectadas de estrongilados con algún endoparásito digestivo más, de las 10 que se detectaron en el estudio, 9 fueron en el otoño, siendo el 44,4 % de estrongilados con Parascaris y el 55,6 % de estrongilados con O. equi.

Sin embargo, el tamaño muestral, así como el número de muestras recogidas en las distintas estaciones, también han podido influir en los resultados obtenidos.

No se detectaron resultados positivos a anoplocefálidos, si bien, las condiciones medioambientales permiten la presencia y reproducción de ácaros oribátidos y el periodo del año en el que se recogieron las muestras era compatible con su detección, por la dinámica estacional descrita en España con eliminación de huevos desde el otoño, aunque se produzca principalmente a finales de invierno, principios de primavera13.

Posibles medidas de control de endoparásitos digestivos en PRG

Los métodos de control de endoparásitos digestivos deben tener en cuenta los factores de la triada epidemiológica, de forma que, integren factores del medio, los animales y los parásitos para tratar de disminuir la población de los últimos. Sin embargo, se trate de controles estratégicos, epidemiológicos, selectivos4,20,21 o selectivos dirigidos, en definitiva, se basan en aplicar tratamientos antiparasitarios efectivos en los momentos adecuados y solo cuando cada animal lo requiera para evitar el aumento de la resistencia antihelmíntica4.

En caballos domésticos, el manejo no es un problema para poder realizar análisis coprológicos y después realizar la toma de decisiones, en vista de los resultados laboratoriales. Sin embargo, en animales como el PRG, cuyo manejo está limitado a determinados momentos del año, y no siempre a todos los animales, es necesaria la búsqueda de alternativas para disminuir las poblaciones parásitas que se están detectando en las distintas investigaciones llevadas a cabo7,12,15.

El momento en el que se suele desparasitar e identificar a los potros, es durante la fiesta de la “Rapa das Bestas”, que se realiza en los meses de verano. Si bien este momento puede ser el adecuado para el control antihelmíntico de Parascaris, ya que en muchos casos por la edad de los potros, es el momento en el que más contaminan el medio ambiente25, la prevención de anoplocefálidos en esa época del año no tiene demasiado sentido porque el periodo de riesgo de infección se extiende hasta el invierno13 y en el caso de los estrongilados, es durante el mes de noviembre en el momento del año en el que se han detectado más formas infectantes en el pasto y mayor infección de los caballos7.

Una medida que se podría valorar es trasladar la fiesta a los meses del otoño, que son en los que los animales van a presentar las mayores intensidades de parasitación13 o realizar una segunda fiesta en dicha época. En vista de los resultados obtenidos, en los que solo se han detectado nematodos, podría ser suficiente con la administración de un nematocida, si bien, debido a las condiciones del medio ambiente, y que en otras investigaciones sí se han detectado cestodos, sería recomendable aplicar un nematocida y un cestodicida 13,15.

Para controlar los estrongilados, está demostrado que el mejor método es el control selectivo, basado en hacer análisis coprológicos individuales a los animales y desparasitar a aquellos que tengan más de 200 hpg o que tengan signos clínicos21. A pesar de las dificultades, se pueden recoger muestras del medio ambiente o en el momento que pasan por la manga de manejo para intentar ajustar las desparasitaciones ya que, se ha demostrado el papel de los caballos silvestres como reservorio de S. vulgaris24 y las consecuencias clínicas que, a largo plazo, puede producir este estrongilado31.

A pesar de que los métodos de control biológico necesitan ser investigados más y alcanzar mayores niveles de eficacia, el beneficio, es que, de implantarse adecuadamente, no suponen riesgo para los animales y siempre ayudan en el control de poblaciones parásitas, aunque no sean eficaces totalmente.

Un ejemplo sería la utilización del hongo Duddingtonia flagrans capaz de capturar larvas de nematodos y así evitar o disminuir la infección de los caballos con la forma infectante o larva 322.

Actualmente se está estudiando el efecto de aceites vegetales administrados en el alimento como la linaza de soja y la semilla de lino, por lo que, podría ser una opción terapéutica para estos animales32.

También podrían utilizarse métodos de control biológico indirecto con escarabajos peloteros a pesar de que los resultados de las investigaciones realizadas hasta la fecha han obtenido resultados en ocasiones contradictorios, considerando que es muy complicado predecir el beneficio o no en relación con el desarrollo de las larvas de nematodos. Sin embargo, es cierto que la introducción de especies en un medio ambiente debe considerarse detenidamente23.

Por último, el hecho de que en ocasiones se les suplemente alimento a los caballos, hace que, en determinadas zonas, los animales pasen bastante tiempo, aumentando la contaminación fecal del ambiente, si se retirasen las heces de esa zona o bien se volteasen para favorecer su desecación, se disminuiría el desarrollo de las fases exógenas de los parásitos.

Limitaciones del estudio

Este artículo se ha realizado adaptando el Trabajo de Fin de Grado en Veterinaria de Álvaro Almagro Rey en el que, a pesar de haber detectado prevalencias elevadas de estrongilados, y detectado Parascaris y O. equi, se considera importante destacar algunas limitaciones que han surgido a lo largo del desarrollo del estudio y que pueden haber influido en los resultados obtenidos.

El rastreo de los animales se vio dificultado por las condiciones climáticas de los días señalados para los muestreos, por este motivo, la diferencia que existe entre el total de muestras recogidas entre unas estaciones y otras y entre zonas. Además, la obtención de muestras no fue similar en cada una de las zonas, por lo que, las diferencias entre zonas, no se han podido valorar ya que se consideran los datos por un lado insuficientes y por otro con excesivas diferencias entre el número de muestras obtenido.

El hecho de realizar la toma de datos sobre la edad de los animales con la inspección visual realizada a distancia para no ahuyentarlos, puede ser responsable de algún error en el cálculo de la alzada y, por lo tanto, del rango de edad en el que fueron agrupados.

Sin embargo, estos datos, sirven como inicio de posteriores investigaciones que pueden realizarse, en las que, las limitaciones derivadas de este estudio pueden servir de mejora a la hora de realizar el diseño experimental.

Con este trabajo se ha corroborado la incidencia elevada de endoparásitos digestivos en PRG utilizando métodos coprológicos, destacando la utilidad de utilizar varias técnicas diagnósticas para poder comparar resultados, como se ha realizado en este caso con el McMaster modificado y la flotación simple, que ha permitido detectar un 3,7 % más de resultados positivos. Siendo los estrongilados, los endoparásitos digestivos más frecuentes en PRG, y las cargas detectadas, implican el desarrollo y aplicación de métodos de control antiparasitario y/o medioambiental.

Bibliografía

  1. Geneal R, Galega PR. Programa De Conservación Del Cabalo De Pura Raza Galega.
  2. No Title [Internet]. Available from: https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/zootecnia/razas-ganaderas/razas/catalogo-razas/equino-caballar/caballo-pura-raza-gallega/default.aspx
  3. Atlas climático ibérico: temperatura del aire y precipitación (1971-2000). Atlas climático ibérico: temperatura del aire y precipitación (1971-2000). 2011.
  4. European Scientific Counsel Companion Animal Parasites (ESCCAP). A guide to the treatment and control of equine gastrointestinal parasite infections [Internet]. 2018. 1–30 p. Available from: https://www.esccap.org/uploads/docs/kpwesye2_0796_ESCCAP_Guideline_GL8_v7_1p.pdf
  5. MAFF, Ministry of Agriculture F and F. Manual of Veterinary Parasitological Laboratory Techniques. 3 rd. United Kingdon, editor. London: H.M.S.O; 1986.
  6. Meana A RVF. 87 Q and A sobre parasitología equina. 1st ed. Zaragoza: Servet; 2010.
  7. Francisco I, Arias M, Cortiñas FJ, Francisco R, Mochales E, Dacal V, et al. Intrinsic Factors Influencing the Infection by Helminth Parasites in Horses under an Oceanic Climate Area (NW Spain). J Parasitol Res. 2009;2009:1–5.
  8. Jota Baptista C, Sós E, Madeira de Carvalho L. Gastrointestinal Parasitism in Przewalski Horses (Equus ferus przewalskii). Acta Parasitol [Internet]. 2021;66(4):1095–101. Available from: https://doi.org/10.1007/s11686-021-00391-7
  9. Jota Baptista C, Sós E, Szabados T, Kerekes V, Madeira de Carvalho L. Intestinal parasites in Przewalski’s horses (Equus ferus przewalskii): a field survey at the Hortobágy National Park, Hungary. J Helminthol. 2021;95:e39.
  10. Studzińska MB, Tomczuk K, Demkowska-Kutrzepa M, Szczepaniak K. The Strongylidae belonging to Strongylus genus in horses from southeastern Poland. Parasitol Res. 2012;111(4):1417–21.
  11. Slivinska K, Kharchenko V, Wróblewski Z, Gawor J, Kuzmina T. Parasitological survey of Polish primitive horses (Equus caballus gmelini Ant.): Influence of age, sex and management strategies on the parasite community. Helminthol. 2016;53(3):233–42.
  12. Francisco I. Epidemiología y control de los principales parasitismos del caballo en Galícia. 2010;262. Available from: file:///C:/Users/USER/Downloads/9788498874433_content.pdf
  13. Fernández N. Anoplocefalosis equina : epidemiología de la infección en España y estudios de las lesiones producidas. 2016;160.
  14. Slivinska K, Klich D, Yasynetska N, Zygowska M. The effects of seasonality and group size on fecal egg counts in wild Przewalski’s horses (Equus ferus przewalskii, Poljakov, 1881) in the Chernobyl Exclusion Zone, Ukraine during 2014 - 2018. Helminthol. 2020;57(4):314–21.
  15. Francisco I, Arias M, Cortiñas FJ, Francisco R, Mochales E, Sánchez JA, et al. Silvopastoralism and autochthonous equine livestock: Analysis of the infection by endoparasites. Vet Parasitol. 2009;164(2–4):357–62.
  16. Dubey JP, Bauer C. A review of Eimeria infections in horses and other equids. Vet Parasitol [Internet]. 2018;256(April):58–70. Available from: https://doi.org/10.1016/j.vetpar.2018.04.010
  17. Walzer C. Przewalski’s horses, wolves and khulans in Mongolia. 2006;(January):1–7.
  18. Ilić T, Bogunović D, Nenadović K, Gajić B, Dimitrijević S, Popović G, et al. Gastrointestinal Helminths in Horses in Serbia and Various Factors Affecting the Prevalence. Acta Parasitol [Internet]. 2022;(0123456789). Available from: https://doi.org/10.1007/s11686-022-00636-z
  19. Debeffe L, McLoughlin PD, Medill SA, Stewart K, Andres D, Shury T, et al. Negative covariance between parasite load and body condition in a population of feral horses. Parasitology. 2016;143(8):983–97.
  20. Roelfstra L, Quartier M, Pfister K. Preliminary data from six years of selective anthelmintic treatment on five horse farms in france and switzerland. Animals. 2020;10(12):1–5.
  21. Nielsen MK, Pfister K, Von Samson-Himmelstjerna G. Selective therapy in equine parasite control-Application and limitations. Vet Parasitol [Internet]. 2014;202(3–4):95–103. Available from: http://dx.doi.org/10.1016/j.vetpar.2014.03.020
  22. Paz-Silva A, Francisco I, Valero-Coss RO, Cortiñas FJ, Sánchez JA, Francisco R, et al. Ability of the fungus Duddingtonia flagrans to adapt to the cyathostomin egg-output by spreading chlamydospores. Vet Parasitol. 2011;179(1–3):277–82.
  23. Szewc M, De Waal T, Zintl A. Biological methods for the control of gastrointestinal nematodes. Vet J [Internet]. 2021;268(August 2020):105602. Available from: https://doi.org/10.1016/j.tvjl.2020.105602
  24. Harvey AM, Meggiolaro MN, Hall E, Watts ET, Ramp D, Šlapeta J. Wild horse populations in south-east Australia have a high prevalence of Strongylus vulgaris and may act as a reservoir of infection for domestic horses. Int J Parasitol Parasites Wildl [Internet]. 2019;8(September 2018):156–63. Available from: https://doi.org/10.1016/j.ijppaw.2019.01.008
  25. Fabiani J V., Lyons ET, Nielsen MK. Dynamics of Parascaris and Strongylus spp. parasites in untreated juvenile horses. Vet Parasitol [Internet]. 2016;230:62–6. Available from: http://dx.doi.org/10.1016/j.vetpar.2016.11.002
  26. Othman R, Alzuheir I. Prevalence of Parascaris equorum in native horses in west bank Palestine. Iraqi J Vet Sci. 2019;33(2):433–6.
  27. Quigley A, Sekiya M, Garcia-Campos A, Paz-Silva A, Howell A, Williams DJL, et al. Horses are susceptible to natural, but resistant to experimental, infection with the liver fluke, Fasciola hepatica. Vet Parasitol [Internet]. 2020;281(March):109094. Available from: https://doi.org/10.1016/j.vetpar.2020.109094
  28. Arias MS, Piñeiro P, Hillyer G V., Francisco I, Cazapal-Monteiro CF, Suárez JL, et al. Enzyme-linked immunosorbent assays for the detection of equine antibodies specific to a recombinant Fasciola hepatica surface antigen in an endemic area. Parasitol Res. 2012;110(2):1001–7.
  29. Khan MA, Roohi N, Rana MA. Strongylosis in equines: A review. J Anim Plant Sci. 2015;25(1):1–9.
  30. Reinemeyer CR, Nielsen MK. Review of the biology and control of Oxyuris equi. Equine Vet Educ. 2014;26(11):584–91.
  31. Tydén E, Enemark HL, Franko MA, Höglund J, Osterman-Lind E. Prevalence of Strongylus vulgaris in horses after ten years of prescription usage of anthelmintics in Sweden. Vet Parasitol X [Internet]. 2019;2(May):100013. Available from: https://doi.org/10.1016/j.vpoa.2019.100013
  32. Górniak W, Moniuszko H, Wojnarowski K, Górniak A, Cholewińska P, Waliczek A, et al. Effect of vegetable oils feed additives on endoparasites associated with dewormed racing horses. Agric. 2021;11(6).

Regístrate en CLINVET y podras acceder a todo nuestro contenido totalmente gratis

Sin cuotas, sin sorpresas, sin spam.
En 1 minuto estarás leyendo este artículo.

Especie

Perros414
Gatos311
Reptiles24
Conejos35
Aves23
Otros animales33

Revista

Clinanesvet

Clincardiovet

Clincirvet

Clinetovet

Clinnutrivet

Clinfelivet

Clininfectovet

Clindervet

Clinoncovet

Clinlabvet

Clinurgevet

Clinatv

Accede a CLINVET y podrás visualizar todo nuestro contenido

Recuerda que para poder leer nuestras revistas debes ser un usuario registrado y eso implica la aceptación del aviso legal y los términos y condiciones de uso. Si ya estás registrado inicia sesión.
@
*****
Acceder

Recordar contraseña


No tengo usuario, Registrarse gratis

Regístrate en CLINVET y podrás acceder a todo nuestro contenido

Las revistas Clinvet són exclusivas para veterinarios. Al registrarte, declaras ser veterinario y aceptar los Terminos y Condiciones.
@
*****
Nombre
País
Teléfono
Enviar

¿Has olvidado tu contraseña?

Indícanos tu correo electrónico y recibirás un correo con las instrucciones para restaurarla. Si no lo recibes, revisa tu carpeta de spam.
@
Enviar
Consultas