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Alimentación en base a carne cruda: cuales son los riesgos

Resumen breve

La alimentación en base a carne cruda, tanto con productos disponibles comercialmente como con alimentos caseros, es una de las opciones que han aumentado en popularidad en los últimos años. Su uso cae dentro de la tendencia de la “alimentación natural", y en general estas dietas se promueven como similares a la dieta ancestral de perros y gatos y, por lo tanto, como un tipo de alimentación más correcto y adecuado. Aunque es posible formular alimentos en base a carne cruda nutricionalmente…

Introducción

La alimentación en base a carne cruda, tanto con productos disponibles comercialmente como con alimentos caseros, es una de las opciones que han aumentado en popularidad en los últimos años. Su uso cae dentro de la tendencia de la “alimentación natural", y en general estas dietas se promueven como similares a la dieta ancestral de perros y gatos y, por lo tanto, como un tipo de alimentación más correcto y adecuado. Aunque es posible formular alimentos en base a carne cruda nutricionalmente completos, no existe de momento evidencia que apoye su superioridad a otros tipos de alimentación1 en referencia a la longevidad y calidad de vida de las mascotas. Existe mucha información, especialmente online, que puede estar sesgada y basada en anécdotas. Por esto es importante que el equipo veterinario esté informado de sus potenciales riesgos y beneficios, y así aportar información fiable y recomendaciones en casos donde los propietarios de mascotas estén considerando su uso.

Tipos de alimentos en base a carne cruda

Figura 1. Los órganos son típicos ingredientes en alimentación cruda casera (foto cortesía de la Dra. Jennifer Larsen).
Figura 1. Los órganos son típicos ingredientes en alimentación cruda casera (foto cortesía de la Dra. Jennifer Larsen).

Este grupo de alimentos es, como el de los alimentos cocinados, heterogéneo. En general, las dietas en base a carne cruda suelen ser más altas en grasa y reducidas en almidón y fibra que la media, pero no siempre, y la principal característica que las une es que no se someten a tratamiento térmico. Comercialmente, estos alimentos suelen venderse congelados, pero también existen alimentos crudos liofilizados o premezclas (que pueden incluir fuentes de almidón, verduras, vitaminas y minerales) a mezclar en el domicilio con la carne cruda comprada por separado.

Las dietas caseras crudas también pueden ser variables, incluso dentro del mismo hogar, ya que es posible que se varíe la fuente y proporción de carne, órganos (Figura 1), huesos y, en algunos casos, verduras.

Beneficios propuestos

Los argumentos a favor de este tipo de alimentación se suelen centrar en su consideración como una opción más natural, o “evolutivamente correcta” de alimentar a nuestras mascotas. También se proponen como más nutritivas, ya que el procesado térmico puede destruir ciertos nutrientes. Otros beneficios propuestos incluyen pelo más brillante, dientes más limpios, mantenimiento de peso y heces más pequeñas, entre otros.

¿Más natural?

La alimentación natural (o la que han evolucionado comiendo) de perros y gatos no es homogénea y, en el caso de los perros, no siempre basada en alimentación cruda. Los perros han evolucionado durante miles de años con los humanos, y, en comparación con el lobo, su genoma muestra que tienen el equipo enzimático necesario para digerir y metabolizar almidón de manera eficaz2. Esto varía por raza y distribución geográfica, y los autores atribuyen esta diferencia al hecho de que los perros son oportunistas y se han adaptado a comer los restos de la comida de los humanos que, en muchas culturas, se basa en cereales, ricos en almidón. Estudios analizando la dieta típica de perros domésticos de vida libre en África (perros con propietarios pero que viven mayoritariamente fuera de casa) confirman que su dieta no solo incluye carne y órganos de varios animales (incluyendo perro) sino también frutas, verduras y cereales u otras fuentes de almidón3,4. Uno de estos estudios4 identifico heces humanas como parte de la dieta de los perros, como fuente importante de proteína, minerales y vitaminas. Otro de estos estudios3 vio que un alto porcentaje de los perros tenían una condición corporal reducida, negativamente asociada a supervivencia. Los estudios sobre esperanza de vida en perros de vida libre muestran que esta es bastante más corta (entre 1 y 3.5 años) que en perros domésticos de vida en casa3. Algunos estudios reportan menor supervivencia en hembras, lo que puede deberse al coste de la reproducción y/o incapacidad de competir con los machos por recursos, entre otros.

Según estos datos, los alimentos crudos caninos en el mercado no se parecen, ni en ingredientes ni en composición, a lo que un perro asilvestrado (o sus ancestros) come. También se puede ver que una alimentación “natural”, en estos casos, no se asocia a un mejor estado de salud o longevidad. Aunque las causas de esta vida corta son variables, e incluyen depredadores, la asociación de una condición corporal baja y una menor supervivencia sugiere que la malnutrición es un factor que contribuye a morbilidad y mortalidad.

En gatos, la dieta que han evolucionado comiendo se basa en pequeñas presas (pájaros, pequeños mamíferos, insectos, etc.) y varía por zona geográfica5,6. La composición de la presa es variable, pero en general es alta en proteína, moderada en grasa y baja en carbohidratos. También es baja en fibra, pero no necesariamente baja en componentes indigestibles, como pelo, plumas y tendones. El papel de estos componentes sobre la salud intestinal (llamados “fibra animal”) en cánidos y félidos salvajes es todavía bastante desconocido7.

Por lo tanto, las dietas crudas felinas en el mercado, aunque se parecen a las presas en el sentido de ser reducidas en carbohidratos digestibles (almidón), también se diferencian en muchos aspectos a la dieta evolutiva del gato, como ingredientes, presencia/ausencia de órganos, porcentaje de material indigestible y, en muchos casos, contenido en grasa y energía. De forma similar, los gatos asilvestrados o salvajes tienen esperanzas de vida más cortas que los gatos domésticos en el hogar8. Es también importante notar que los gatos son capaces de digerir y metabolizar el almidón, mientras se incluya en cantidades moderadas y esté adecuadamente procesado9.

De momento no existen estudios prospectivos, a largo plazo, evaluando estado de salud y supervivencia en perros o gatos alimentados con alimento crudo vs alimento cocinado (sin otras diferencias), pero los datos existentes no apoyan la superioridad del alimento crudo en estos aspectos.

¿Más nutritiva?

Hay nutrientes que son termolábiles, y el proceso de cocción puede reducir su concentración en el producto final10. El tipo de nutriente y la magnitud de este cambio dependen de múltiples factores, como el tipo y forma de los ingredientes, interacciones entre ellos y características del procesado, como temperatura, tiempo de cocción, presión y humedad (por ejemplo, el proceso de enlatado tiene diferentes efectos al proceso de extrusión). El cocinado no es la única manera por la cual se pierden nutrientes, por ejemplo, se pueden perder por oxidación durante el almacenado si el producto no lleva los antioxidantes necesarios. Todo tipo de procesado (incluyendo la congelación o la liofilización, ambas usadas en dietas crudas) tiene un riesgo asociado que debe evaluarse en cada caso y, si es necesario, compensarse. Para esto es importante que el fabricante tenga personal experto que permita evaluar estas pérdidas y, en aquellas que no se puedan evitar, añadir estos nutrientes en cantidades más elevadas para compensar su pérdida durante el proceso, o añadirlos post cocción.

Por otro lado, la cocción puede aumentar la biodisponibilidad de otros nutrientes, notablemente el almidón, pero también otros, incluyendo ciertas vitaminas y fitonutrientes11.

Un artículo12 analizó la composición nutricional (no completa) de carnes crudas, usadas típicamente para alimentar félidos en zoológicos (vacuno, búfalo, alce y caballo), y la compararon con las necesidades nutricionales del gato13. Tanto la composición nutricional como el contenido calórico y la digestibilidad fueron altamente variables y ninguno de los productos cubría, por si solo, las necesidades nutricionales del gato. Otro estudio similar14, pero usando dietas crudas basadas en especies que podrían ser típica presa del gato (codorniz, conejo, rata, ratón, pato y pollito) también identificó deficiencias nutricionales.

En gatos, hay falta de datos sobre el uso de dietas crudas y el efecto sobre el estatus de taurina. Se conoce que las necesidades de taurina son más elevadas en gatos consumiendo alimento húmedo en comparación con alimento seco13, que se atribuye a cambios en el microbioma, ya que ciertas bacterias deconjugan las sales biliares, conjugadas con taurina, lo que reduce el reciclaje de este aminoácido por la vía enterohepática (Figura 2).

Figura 2. Las sales biliares, formadas por la conjugación de taurina con los ácidos biliares, se secretan en el intestino para participar en la digestión de la grasa dietética. Estas pueden reabsorberse en el íleon y son recaptadas por el hígado, donde se pueden reutilizar. Si las sales biliares se deconjugan, la taurina se oxida en el lumen intestinal, perdiéndose después por excreción fecal.
Figura 2. Las sales biliares, formadas por la conjugación de taurina con los ácidos biliares, se secretan en el intestino para participar en la digestión de la grasa dietética. Estas pueden reabsorberse en el íleon y son recaptadas por el hígado, donde se pueden reutilizar. Si las sales biliares se deconjugan, la taurina se oxida en el lumen intestinal, perdiéndose después por excreción fecal.

Un estudio15, que tenía como objetivo comparar el uso de alimento crudo vs alimento seco en salud intestinal en gatos, tuvo que ser interrumpido ya que el 70 % de los gatos consumiendo la dieta cruda (basada en conejo crudo entero, incluyendo todos sus órganos internos, conservada en congelación) desarrollaron deficiencia de taurina, con niveles reducidos en sangre y cambios en su estructura cardíaca. Los investigadores descubrieron el problema tras la muerte súbita de uno de los gatos, por fallo cardíaco secundario a cardiomiopatía dilatada. Recientemente16, un estudio comparó el perfil de aminoácidos en conejos, con o sin tracto gastrointestinal y frescos o congelados, para ver si la presencia del intestino o la congelación afectaba a la concentración de taurina. Las concentraciones de taurina, independientemente del tratamiento (pre o post congelación) y la presencia del intestino, fueron menores que las recomendaciones mínimas para gatos, pese a que los otros aminoácidos estaban presentes en cantidades adecuadas. Este estudio, en una presa típica de gatos ferales, es importante y destaca la importancia de evaluar los alimentos para gatos en base a presa (comerciales o caseros) y no asumir que las necesidades de taurina u otros nutrientes se van a cubrir para gatos en los hogares. La evaluación debe ser tanto en el alimento como en los animales, ya que el procesado de la dieta puede afectar a la biodisponibilidad de nutrientes.

Estos estudios demuestran que los alimentos en base a carne cruda, de la misma manera que los alimentos cocinados, deben formularse cuidadosamente para asegurar que las necesidades nutritivas se cumplen y que no es suficiente que un alimento sea natural y poco procesado para ser nutritivo. Independientemente del procesado que se realice, el fabricante debe tener conocimiento de que pérdidas pueden suceder y como compensarlas y evitarlas, además de establecer un buen control de calidad durante el transporte, procesado y almacenaje.

Heces más pequeñas (digestibilidad)

Varios estudios17,18,19 comparando productos comerciales cocinados (secos o en lata) con alimentación cruda han visto una mayor digestibilidad aparente fecal en gatos alimentados con la comida cruda. Esta resulta en una menor producción de heces. Sin embargo, no siempre se cumple. En uno de los estudios18, el alimento más digestible fue la dieta cruda en base a pollo picado y el menos digestible fue la dieta en base a pollito crudo entero (de 1-3 días de edad), con los alimentos comerciales cocinados mostrando una digestibilidad intermedia. En un estudio citado anteriormente14, donde diferentes presas (a diferentes edades) fueron ofrecidas a gatos, la digestibilidad de la energía fue altamente variable, y, en algunos casos, menor que dietas comerciales cocinadas estándar. La mayor digestibilidad de ciertos alimentos en base a carne cruda se puede explicar por una menor concentración de fibra y otros componentes indigestibles.

La limitación principal de estos estudios es que se comparan dietas que no solo difieren en su estado de cocción, sino en muchos otros aspectos. De hecho, uno de los estudios incluye una comparación de digestibilidad entre una dieta cruda y la misma dieta, pero estilo casero (cocinada), y no se detectaron diferencias entre ambos17. Por lo tanto, estos estudios son comparaciones entre productos y es difícil extrapolar o generalizar.

En general, las dietas crudas pueden ser más digestibles que las dietas comerciales cocinadas. Sin embargo, se desconoce el significado práctico de este hallazgo: ¿es una dieta altamente digestible mejor (más saludable, segura y nutritiva) que una dieta con una digestibilidad menor, pero que también aporta todos los nutrientes necesarios en cantidades adecuadas? No existen evidencias que confirmen esto y, probablemente, haya variabilidad individual al respecto. Hay perros y gatos que se benefician de una mayor cantidad de fibra para su salud intestinal20, además de sus efectos en la saciedad y la densidad calórica del alimento.

Los estudios que comparan alimentos crudos y cocinados también muestran diferencias en el microbioma fecal y su producción de metabolitos fecales21,22,23. Los estudios confirman que la dieta tiene un efecto importante sobre el microbioma y todos encuentran una alta variabilidad individual. Mientras un estudio encontró mayor diversidad (en general, considerado un atributo positivo) en perros alimentados con una dieta cruda21, otro encontró el resultado contrario23. Estos resultados conflictivos y aparentemente contradictorios son esperables, ya que las dietas son diferentes en múltiples aspectos, no solo dentro de cada estudio, sino entre ellos, y el microbioma se ve afectado por todos ellos. La única conclusión que se puede extraer de estos datos es que la dieta, como ya se sabe, es uno de los factores que afecta a la composición microbiológica intestinal, probablemente de forma diferente en cada individuo, sin poder concluir si una práctica alimentaria es más beneficiosa que otra.

Otros

No existen estudios evaluando el efecto del uso de dietas crudas en el mantenimiento de un peso saludable. Los propietarios que usan este tipo de alimentación24 describen una capa más brillante y lustrosa en perros y gatos alimentados con alimentos crudos, pero tampoco existen estudios científicos publicados al respecto. Si existe tal efecto, puede deberse a su contenido en grasa, frecuentemente elevado.

Los usuarios de este tipo de dietas describen dientes más limpios24. Existe un estudio25 que muestra que el uso de huesos crudos bovinos como premio reduce la acumulación de sarro en perros, sin embargo, este estudio no evalúa la placa, que es lo que causa la enfermedad periodontal, con lo que su efecto puede ser simplemente cosmético y la enfermedad periodontal puede estar presente. La incidencia de enfermedad periodontal entre gatos domésticos (alimentados con alimento comercial seco o húmedo) es bastante similar que la que muestran gatos (o félidos) salvajes que consumen presa, incluyendo huesos26,27,28, con lo que no se puede confirmar un efecto protector de una alimentación cruda con huesos en la salud oral. La AAHA (American Animal Hospital Association), en sus recomendaciones para el cuidado dental de perros y gatos29, recomienda evitar el uso de huesos dada la falta de datos confirmando su eficacia sobre la placa, además del riesgo de rupturas dentales debido a su dureza.

Tampoco existen estudios que confirmen una mejor prevención de alergias alimentarias; este argumento se suele encontrar junto con la alegación de que los cereales son altamente alergénicos, aunque los estudios en medicina veterinaria confirman que los alérgenos más comúnmente reportados son de origen animal30,31.

Respecto a la alergia ambiental (dermatitis atópica), un estudio en base a encuesta a propietarios en Finlandia reportó un mayor porcentaje de dermatitis atópica en perros adultos cuyas madres fueron alimentadas con alimento crudo pre y post natalmente32. Este estudio tiene múltiples limitaciones que impiden una interpretación adecuada de estos resultados, quizás la limitación principal, aparte del sesgo inherente de encuestas diseminadas por internet, es que la información médica (es decir, el diagnóstico de dermatitis atópica) fue reportada por los propietarios de mascotas, y se desconoce si realmente los perros tenían esta enfermedad o no. Mas aun, ni las dietas comerciales cocinadas o crudas son grupos homogéneos. Se necesitan estudios prospectivos que ayuden a identificar la naturaleza de esta asociación.

En resumen, la mayoría de los beneficios propuestos sobre la alimentación cruda se basan en anécdotas y testimonios, y no en estudios científicos rigurosos. Las dietas en base a carne cruda pueden ser, en general, más digestibles que las dietas comerciales cocinadas, pero la significancia de este hecho es todavía desconocida. Se necesitan más estudios para poder evaluar los potenciales beneficios de este tipo de dietas.

Riesgos

Nutricional

Como se ha comentado anteriormente, las dietas crudas, igual que las cocinadas, pueden mostrar deficiencias nutricionales si no se formulan de forma adecuada. Este riesgo es más alto en dietas caseras, tanto crudas33,34 como cocinadas. Es importante elegir un fabricante con personal experto a la hora de elegir una dieta comercial de cualquier tipo35. Para dietas caseras, tanto crudas como cocinadas, se recomienda consultar con un especialista en nutrición (diplomado ACVN o ECVCN) ya que las recetas en libros e internet suelen presentar múltiples problemas36,37.

Huesos

El uso de huesos puede resultar en varios problemas, incluyendo rotura de dientes29, obstrucciones esofágicas o intestinales y estreñimiento. Se desconoce, además, la biodisponibilidad del calcio de los huesos, con lo que su uso como fuente de este nutriente es arriesgado.

Microbiológico

Múltiples estudios analizando dietas crudas han encontrado patógenos, incluyendo zoonóticos, en el alimento para mascotas1,38,39,40,41,42,43. La Food and Drug Administration (FDA) en Estados Unidos realizó un estudio39 donde se identificaron varias bacterias patógenas con mucha mayor frecuencia en alimento para mascotas crudo vs seco o enlatado.

Esta contaminación es un problema para las mascotas y también para los humanos. Se desconoce el riesgo relativo, pero hay estudios mostrando enfermedad en perros44,45 y gatos46,47 donde el patógeno en el alimento crudo es el causante del problema. Mas aun, se ha confirmado que perros alimentados con alimentos crudos con Salmonella pueden eliminarla por las heces48 y la alimentación cruda también se ha descrito como factor de riesgo para excretar bacterias con resistencias a antimicrobianos49.

Los humanos pueden enfermar mediante el manejo de la dieta cruda en si y, potencialmente, mediante el manejo de las heces de su perro o gato consumiendo estos alimentos. Se han descrito casos de enfermedad renal asociados a dietas crudas para perros contaminadas con E. Coli O157 productora de toxina Shiga50 y salmonelosis en humanos manipulando orejas de cerdo51. El riesgo es más alto en individuos inmunosuprimidos, de edad avanzada o muy jóvenes.

El riesgo de enfermedad en mascotas o humanos por el uso de estas dietas, por tanto, existe, aunque no se conoce cuan elevado es y es frecuente encontrar opiniones minimizándolo. Un estudio publicado basado en una encuesta por internet a propietarios alimentando carne cruda52 a sus mascotas encontró que un 0.2 % reportó una infección humana asociada a esta práctica, sin embargo, la percepción de los propietarios no es confirmación. Muchas infecciones no se diagnostican, además del sesgo “optimista” en este tipo de encuestas. Además 0.2 % no es tan bajo como parece, esto sería un número significativo de pacientes enfermos. Otros estudios confirman que los propietarios que alimentan comida cruda a sus mascotas no consideran que esto sea una actividad de riesgo24,48,53, lo que puede sugerir la necesidad de educar de manera amplia en temas de sanidad alimentaria.

Ni la congelación ni la liofilización son métodos eficaces para controlar los microorganismos del alimento, especialmente bacterias (la congelación es más eficaz contra parásitos). Algunas marcas de dietas comerciales aplican un procesado llamado “pasteurización en frío”, que consiste en aplicar altas presiones al alimento para reducir su carga microbiológica. No se tienen aun estudios rigurosos, pero parece que puede reducir, que no eliminar, la carga bacteriana.

Otros

Las dietas crudas, especialmente caseras o comerciales congeladas, pueden ser muy altas en grasa, ya que no aportan casi carbohidratos. Esto puede ser bien tolerado, pero en algunos perros susceptibles puede causar problemas. El NRC tiene un límite máximo de grasa de 33 % de materia seca en perros adultos13.

En resumen, los riesgos de la alimentación cruda, aunque no cuantificados, están bien descritos. En particular, el riesgo microbiológico y zoonótico es especialmente preocupante.

Consejos prácticos

Aunque se requieren más estudios prospectivos de calidad, la evidencia actual no apoya la superioridad de alimentar con alimentos en base a carne cruda a las mascotas en comparación con otras prácticas, y sus riesgos son serios y están bien descritos. Varias asociaciones veterinarias, incluyendo la WSAVA54, recomiendan no utilizar alimentación en base a carne cruda en perros y gatos. La decisión final, sin embargo, es de los propietarios; la función del equipo veterinario es dar una recomendación y proporcionar recursos a los clientes para que se informen en más detalle si es necesario. En todos los casos, tanto la recomendación como la decisión final se deben documentar en el historial.

Conversación con los propietarios

El equipo veterinario y los propietarios tienen un objetivo común: el bienestar del paciente. Es importante crear un clima de confianza para que se puedan tratar los temas de alimentación de forma clara y sin inducir sentimientos de culpabilidad, e identificar las motivaciones detrás de la decisión de alimentar con este tipo de alimentos. Si se conocen las preocupaciones específicas (por ejemplo, deseo de alimentar de forma más natural o sugestión por parte de amigos o familiares) se pueden identificar soluciones que sean menos arriesgadas.

Para esto es importante que el equipo veterinario tenga un enfoque unificado sobre esta práctica y pueda informar de forma eficiente de los potenciales beneficios y riesgos (incluyendo zoonosis) que supone alimentar con carne cruda o premios como orejas de cerdo, etc., que también son crudos. Los estudios publicados sugieren que muchos propietarios a lo mejor desconocen el riesgo microbiológico que dietas crudas puede suponer para ellos o su familia.

Evaluación nutricional

Los pacientes alimentados con dietas crudas deben recibir evaluaciones nutricionales55 avanzadas al menos dos veces al año, para identificar de forma temprana si la dieta está causando problemas, aunque estos muchas veces no sean fáciles de identificar (por ejemplo, animales adultos pueden tardar meses o años en mostrar signos de deficiencia si la dieta es desequilibrada). En casos que la dieta cruda sea casera, se debe recomendar consulta con un veterinario especialista en nutrición (diplomado ACVN o ECVCN56). Si la dieta es comercial, se recomienda contactar al fabricante35 para identificar las medidas que toman para asegurar que su producto es nutritivo y lo más seguro posible.

Manejo del alimento en casa

Se deben dar recursos a los propietarios que decidan usar alimentos en base a carne cruda para un correcto manejo en el hogar que minimice (aunque no elimine) el riesgo. Por ejemplo, se pueden moler los huesos para reducir el riesgo de fracturas dentales u obstrucción. La FDA tiene información en su web (en castellano57) sobre cómo manejar el alimento para mascotas, tanto crudo como cocinado.

Política hospitalaria

En clínicas donde haya hospitalización, hay que tener una política de manejo de enfermedades infecciosas, donde se establezca si se pueden usar alimentos en base a carne cruda para alimentar a pacientes o no, y que hacer con los pacientes alimentados en base carne cruda para minimizar el riesgo de enfermedad para otros pacientes y para el personal del equipo veterinario.

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