¿Están mis pacientes consumiendo un alimento completo que cubra todas sus necesidades nutritivas?

Para responder esta pregunta necesitamos entender algunos conceptos básicos en la alimentación de perros y gatos. Una de las cuestiones más importantes sobre la calidad y la idoneidad de un alimento para un paciente es si éste cubre todas las necesidades nutritivas requeridas de una forma segura y eficaz, sin embargo, no siempre nos aseguramos de que esto es así. Para poder realizar prescripciones adecuadas a nuestros pacientes es básico conocer qué parámetros buscar en la información aportada por un alimento y qué seguridad nutritiva implican. Conceptos como la esencialidad de los nutrientes, la adecuación de un alimento, la definición de alimento completo o complementario o los requerimientos nutritivos de la especie y la fase fisiológica van a ayudarnos a entender la importancia de estos términos y ser capaces de explicar de una forma clara y con criterio nuestras recomendaciones al propietario preocupado. Hoy en día, los propietarios y cuidadores que buscan de forma proactiva la mejor opción para la alimentación de su animal pueden estar confusos sobre qué parámetros evaluar en un alimento, debido a la gran cantidad de información y desinformación que puede encontrarse online.

A lo largo de este artículo vamos a definir conceptos que nos permitan de una forma práctica en la clínica diaria poder evaluar sí nuestro paciente está consumiendo un alimento que cubre todas sus necesidades de una forma segura y eficaz y explicarlo de forma sencilla al propietario o cuidador que busca información sobre cuál puede ser la mejor opción para su animal.

Los animales comemos para obtener del alimento nutrientes y energía que nos permitan mantener nuestras funciones vitales, estructurales y bienestar de una forma óptima. Con este objetivo en mente debemos diferenciar un nutriente, que son aquellos componentes químicos que el cuerpo utiliza para su buen funcionamiento y que están contenidos en los ingredientes que componente un alimento, de un ingrediente, que es aquella materia prima de diferentes orígenes que contiene uno o, en general, múltiples nutrientes.

Los nutrientes a su vez pueden diferenciarse entre aquellos que son esenciales y aquellos no esenciales.

Hay productos y nutrientes necesarios para el funcionamiento del organismo que éste puede sintetizar a partir de otras moléculas precursoras en la cantidad que necesita, sin embargo, hay otros productos que no es capaz de sintetizar y necesita obtenerlos directamente en la forma en la que van a ser utilizados.

Un nutriente esencial es aquel que el organismo no puede sintetizar y consecuentemente el animal debe obtenerlo a partir del alimento, es decir, de ingredientes que lo contengan.

La esencialidad de un nutriente depende de la especie e incluso de la fase fisiológica o situaciones metabólicas específicas.

Así, por ejemplo, en los humanos la vitamina C (ácido ascórbico) es un nutriente esencial, si no lo consumimos en las cantidades requeridas sufrimos alteraciones patológicas conocidas como escorbuto. Sin embargo, en perro y gatos la vitamina C no es un nutriente esencial, y sino la ingieren no muestran alteraciones patológicas, ya que la que su organismo necesita la sintetiza a partir de las moléculas de glucosa (Figura 1).

Otro ejemplo de esta especificidad de la esencialidad nutritiva la encontramos en el gato, que carece de vías de síntesis de algunos nutrientes como forma de adaptación a una dieta rica en tejidos animales en los que se encuentran estos nutrientes de forma abundante como el ácido araquidónico o la taurina.

Los perros y gatos requieren obtener del alimento para no sufrir carencias de más de 40 nutrientes esenciales en unas cantidades adecuadas (Tabla 1).

Los niveles de nutrientes requeridos se basan en el conocimiento científico recopilado, una de las publicaciones de referencia en ese sentido son las guías del National Research Council de 2006, que otros organismos como la AAFCO en USA o FEDIAF en Europa toman como punto de partida para emitir sus propias cantidades nutricionales recomendadas a incluir en los alimentos para perros y gatos, además cada productor según su propia experiencia aplicará estas recomendaciones con los márgenes que considera apropiados (Tabla 2).

Los niveles adecuados de cada nutriente se establecen entre los niveles mínimos por debajo de los cuales el animal muestra signos de deficiencia y los niveles máximos a partir de los cuales en algunos nutrientes se observan signos de toxicidad (Figura 2).

Un alimento completo es aquel que contiene en las cantidades adecuadas todos los nutrientes esenciales en las cantidades adecuadas para el animal al que va destinado. Con un alimento completo podemos alimentar a un perro o gato de forma exclusiva (sin necesidad de otros productos) y aportar todos los nutrientes esenciales y la energía necesarios para garantizar que no hay carencias nutricionales.

Un alimento completo lo es para una especie y fase fisiológica en concreto, ya que las necesidades nutritivas son diferentes entre un perro o un gato o entre un animal adulto y uno en crecimiento, tanto en los nutrientes esenciales como en las cantidades requeridas de estos. Así un alimento completo para un perro adulto no lo es para un cachorro en crecimiento, por ejemplo.

La denominación y definición de los alimentos completos está definida por leyes europeas y recopiladas por FEDIAF en sus recomendaciones, es una de las informaciones obligatorias más importantes del producto ya que nos da una idea específica de su objetivo nutricional (Figura 3).

Un alimento no completo es un alimento o producto complementario. Un producto complementario es aquel que no aporta todos los nutrientes esenciales requeridos, puede aportar solo algunos, y si se administra de forma exclusiva el animal va a sufrir carencias nutricionales. Esta denominación también está especificada por la ley europea y debe constar en la etiqueta de los alimentos (Tabla 3).

Los alimentos complementarios comerciales suelen ser suplementos, snacks, premios, chucherías, masticables, galletas, etc. Los productos de consumo humano que damos a nuestros perros y gatos como recompensas (jamón, queso, pan, carnes, etc.) también son productos complementarios en la alimentación del perro y gato, ya que no aportan todos los nutrientes esenciales o en las cantidades adecuadas por sí solos.

Algunos productos complementarios, sin embargo, pueden llevar a confusión al propietario, ya que tienen aspecto muy parecido a otros productos del mismo tipo, en su mayoría latitas para gatos, completas y que pueden administrarse de forma segura exclusivamente. En muchos casos para poder diferenciar si el producto es completo o complementario debe recurrirse a la etiqueta (Figura 3). En estos casos es importante orientar al propietario y asegurarnos de que está administrando un alimento completo y adecuado, así como enseñarle cómo y dónde encontrar esta información y lo que significa. La FEDIAF, en su código de buenas prácticas de etiquetado ofrece una explicación de los términos completo y complementario dirigido al consumidor (Tabla 4).

Los productos complementarios tienen un objetivo de administración esporádica en unas cantidades pequeñas. La administración de alimentos complementarios en exceso conlleva dos riesgos nutricionales importantes:

• Desequilibrio de los nutrientes aportados por el alimento completo pudiendo causar deficiencias en nutrientes esenciales y, según el producto, toxicidades. En la Tabla 5 se muestra un ejemplo de lo que puede suceder si se excede la cantidad diaria recomendada de alimento complementario.
• Exceso de aporte energético que lleve al paciente al sobrepeso y obesidad.

Para evitar estos riesgos debemos proceder según:

• Incorporar el aporte calórico de los alimentos complementarios en el aporte total diario, así se limita el riesgo de sobrepeso por exceso de ingesta.
• Limitar el porcentaje de energía diaria administrado como alimento complementario. Los alimentos completos de calidad tienen un margen de aporte de cada uno de los nutrientes esenciales que permite reducir la ración recomendada. Este porcentaje no debe nunca superar el 10 % (Figura 4 y 5).

En el etiquetado del alimento consta una guía de alimentación, es decir unas cantidades diarias recomendadas según el peso del animal a alimentar. Estas recomendaciones se basan en las necesidades energéticas diarias estimadas para cubrir las necesidades del animal y se encuentran tanto en alimentos completos como complementarios. Sin embargo, no en todos los productos complementarios se tienen en cuenta las proporciones máximas seguras (10 % de la energía diaria) y las recomendaciones pueden ser excesivas.

Esto se observa incluso en alimentos complementarios destinados a animales en crecimiento en los que las deficiencias nutricionales se acusan más rápido y de manera más severa (Tabla 6).

Algunos productores tienen en cuenta el riesgo de desequilibrios nutricionales y recomiendan cantidades limitadas de producto complementario.

Para establecer el aporte calórico de un producto complementario (kcal/g) y poder calcular la cantidad máxima diaria segura a administrar podemos recurrir a:

• Alimentos comerciales para perros y gatos:
  • Información del valor energético en la web o información comercial del producto. En algunos productos en los que se hacen alegaciones a su aporte calórico o algunos productos veterinarios este dato puede constar en la etiqueta.
  • Contactando al productor y demandando la información.
  • Calculándolo a partir de fórmulas según la composición analítica declarada en la etiqueta. En la web de www.expertpetnutrition.com (herramientas para la clínica) se encuentra un calculador del aporte energético introduciendo la composición analítica de la etiqueta.
• Alimentos de consumo humano:
  
  • Muchos productos envasados hacen constar su contenido en energía en la etiqueta (jamón, queso, pan, dulces, etc.).
  • Consultando bases de datos de composición de alimentos nacionales, como en España las tablas BEDCA (www.bedca.net). La Tabla 7 resume el contenido calórico de algunos productos administrados como extras complementarios en gatos y perros.
    
    

Hill, R. C.; Choate, C. J.; Scott, K. C.; Molenberghs, G., 2009: Comparison of the guaranteed analysis with the measured nutrient composition of commercial pet foods. Journal of the American Veterinary Medical Association., 234.

Hornung, T. C.; Biesalski, H. K., 2019: Glut-1 explains the evolutionary advantage of the loss of endogenous vitamin C-synthesis. Evolution, Medicine, and Public Health., 2019.

FEDIAF - The European Pet Food Industry Federation, 2020: Nutritional Guidelines for Complete and Complementary Pet Food for Cats and Dogs.

FEDIAF - The European Pet Food Industry Federation, 2018: Código de buenas prácticas de etiquetado para alimentos de perros y gatos.

National Research Council (U.S.). Ad Hoc Committee on Dog and Cat Nutrition., 2006: Nutrient Requirements of Dogs and Cats. National Academies Press, Washington, D.C.

Villaverde, C; Hervera, M., 2021: Manual Práctico de Nutrición Clínica en el Perro y el Gato. 2a ed. Multimédica ediciones veterinarias, Sant Cugat del Vallés (Barcelona).