Las necesidades hídricas en perro y gato
Resumen breve
El agua es un nutriente esencial y se considera el nutriente más crítico para la supervivencia. Existen varios métodos para estimar las necesidades de agua de perros y gatos. En general, las mascotas sanas pueden autorregular su ingesta de agua para igualar las pérdidas y satisfacer sus necesidades. Sin embargo, no está claro si se trata de una "ingesta óptima de agua" o si estas mascotas están "óptimamente hidratadas".Índice de contenidos
El agua corporal
El agua es el nutriente más esencial. El agua es responsable de permitir gran número de funciones fisiológicas: es el medio solvente en el que tienen lugar muchas de las reacciones químicas del cuerpo, y constituye la parte líquida de la sangre, transportando nutrientes, incluido el oxígeno, y productos de desecho metabólicos. El agua ayuda a regular la temperatura corporal y favorece la digestión de los alimentos y la eliminación de desechos metabólicos a través de la orina y las heces.
Aunque se ha reportado un rango amplio de porcentaje de agua corporal según la edad, la raza, los métodos de medida utilizados o el nivel de grasa corporal, múltiples estudios en perros y gatos han reportado que la constante media de hidratación puede oscilar entre el 71.3 y el 75.9 % en perros y entre el 71.8 y el 75.7 % en gatos en condiciones fisiológicas.
En perros y gatos, como ocurre también en humanos, porcentajes más altos de grasa corporal se relacionan con contenidos menores de agua en el cuerpo.
Dos tercios del agua corporal se encuentra en el compartimento intracelular y un tercio en el extracelular (como el plasma sanguíneo o los jugos intestinales), sin embargo, los flujos de agua entre los compartimentos corporales son constantes.
Homeostasis hídrica
El agua corporal de un gato o perro está en constante flujo, los mecanismos de regulación del equilibrio hídrico de la ingesta de agua son necesarios para reponer las constantes pérdidas del cuerpo.
El agua se pierde del cuerpo a través de varias vías. La pérdida por orina es la pérdida cuantitativamente más importante de agua corporal, pero también hay una pérdida constante de agua mediante las heces, la saliva (acicalado) y las pérdidas por evaporación durante la respiración, el jadeo (mecanismo termorregulador) y en las superficies cutáneas.
Pérdidas de agua mayores pueden estar asociadas con patologías específicas: vómitos o diarrea, enfermedad renal crónica, diabetes, pérdida de sangre o plasma, y también en condiciones ambientales específicas como altas temperaturas por un aumento de las pérdidas respiratorias y jadeo o en situaciones de ejercicio intenso.
Por lo general, perros y gatos sanos autorregulan su ingesta de agua para igualar estas pérdidas. La ingesta de agua es el resultado de factores fisiológicos que regulan la sed, mecanismos mediante los cuales el cuerpo mantiene la homeostasis celular y la reserva de agua corporal estable durante las diferentes situaciones en las que el cuerpo se expone (manteniendo estados de hipohidratación leve e hiperhidratación leve). Estos mecanismos homeostáticos dependen de varias hormonas que responden a los cambios en el volumen sanguíneo o la osmolalidad.
El aumento de la osmolalidad plasmática estimula la sed, lo que aumenta la ingesta de agua, y también desencadena la liberación de arginina vasopresina (AVP, o también hormona antidiurética) de la glándula pituitaria. La AVP mejora la reabsorción de agua por parte de los túbulos colectores renales, lo que ayuda a normalizar la osmolalidad plasmática al tiempo que disminuye la producción de orina y produce una orina más concentrada (Figura 1).
Figura 1. Sistemas de homeostasis hídrica corporal.
La disminución del volumen sanguíneo también provoca la liberación de AVP, que causa vasoconstricción arterial, elevando la presión. Sin embargo, la respuesta primaria a los cambios en el volumen sanguíneo está mediada por otro sistema de homeostasis: el sistema renina-angiotensina-aldosterona (ver Figura 1). Una caída en el volumen o la presión sanguínea disminuye la perfusión renal, lo que es detectado por las células yuxtaglomerulares provocando la excreción de la enzima renina. La renina convierte el angiotensinógeno en angiotensina I. La enzima convertidora de angiotensina convierte la angiotensina I en angiotensina II. La angiotensina II estimula la corteza suprarrenal para que libere aldosterona, lo que hace que los túbulos renales distales retengan sodio y consecuentemente retengan agua causando una disminución del volumen de orina. La angiotensina II también tiene efectos directos sobre los túbulos renales proximales, aumentando la reabsorción de sodio y, por lo tanto, de agua y aumentando la presión arterial al contraer las arteriolas.
El organismo obtiene el agua que necesita de tres orígenes (Figura 2):
- El agua de bebida.
- El agua contenida en los alimentos (diferentes formatos de alimento contienen diferentes niveles de humedad, se remite al lector a otro artículo de esta publicación).
- El agua de origen metabólico (el agua producida como consecuencia de las reacciones de oxidación de los nutrientes energéticos y que es de aproximadamente 10-16 ml/100 kcal energía metabolizable (EM) ingerida.
Figura 2. Fuentes de agua en el perro y el gato.
Necesidades hídricas
Hay diferentes formas de expresar las necesidades hídricas según diferentes recomendaciones, todas ellas son estimaciones medias que hay que valorar dentro del contexto de cada paciente.
Las necesidades pueden expresarse en ml por kg peso, en ml por kg de materia seca ingerida o en ml por kcal de EM (o ratio agua:EM ingerida). No hay un consenso en un método de preferencia, sin embargo, el método de expresión en base energética permite ajustar la ingesta hídrica a la composición del alimento ingerido y a los niveles energéticos requeridos por cada animal.
Una indicación orientativa puede ser necesidades de ingestión hídrica (vehiculada por bebida, alimento, ver Figura 2) de (según el National Reasearch Council, 2006):
- 50-60 ml/kg/día o
- 2-3 ml/gramo de materia seca de alimento ingerido o
- 1 ml de agua por kcal ingerida
Las necesidades hídricas van a variar con la edad, el nivel de ejercicio, patologías, etc.
Existen herramientas online que ofrecen la posibilidad de cálculo de las necesidades hídricas sugeridas en perro y gato.
Evaluación del nivel de hidratación
La hidratación se refiere a la cantidad de agua en el cuerpo, y mantener una hidratación normal es esencial para una variedad de funciones corporales vitales, incluida la regulación de la temperatura, el mantenimiento de concentraciones normales de electrolitos, la digestión, la lubricación de las articulaciones y el suministro de oxígeno y otros nutrientes a los órganos del cuerpo.
La hidratación es un proceso dinámico besado en una regulación constante entre la ingesta y la pérdida de agua para mantener estable la reserva total de agua corporal. Muchos factores influyen en la pérdida diaria de agua y, por lo tanto, en la hidratación, el ambiente (temperatura, humedad, etc.), la disponibilidad de agua y la actividad física juegan un papel importante en cambios rápidos del estado de hidratación y factores como la edad, el estado de salud y la dieta pueden tener una influencia a largo plazo.
Hay consenso en que un estado de hidratación saludable u óptimo es importante para las mascotas y las personas y que la deshidratación puede causar problemas de salud como la disminución de la circulación que conduce a una disfunción multiorgánica, la incapacidad de controlar la temperatura corporal, arritmias cardíacas o la disfunción neurológica, por nombrar algunos. Sin embargo, los parámetros fisiológicos y el requerimiento diario de agua para lograr este nivel deseado no están definidos ni en medicina veterinaria ni humana. Las principales dificultades que encuentran los estudios es la dinámica rápida de parámetros de medida como la osmolaridad de suero y orina, la densidad o el volumen urinario en perro y gato y la falta de rangos específicos de normalidad en medicina veterinaria.
Existen algunos métodos para evaluar la hidratación en investigación como resonancia magnética cuantitativa, marcadores como el óxido de deuterio y el DEXA, sin embargo, no son herramientas clínicas prácticas y disponibles.
A nivel práctico, no hay una sola evaluación que mida de forma precisa y sencilla la hidratación del paciente. Se requiere una evaluación individualizada y multimedida que generalmente incluye la historia clínica del paciente, el examen físico y pruebas analíticas:
- Historia clínica: incluye cambios que el cuidador pueda haber percibido sobre los hábitos recientes de bebida, apetito, micción o peso corporal.
- Examen físico:
- turgencia de la piel o recuperación del pliegue cutáneo. Un retorno lento, o una disminución de la turgencia de la piel, indica una pérdida de hidratación. Por el contrario, el aumento de la turgencia de la piel puede ser un indicador de sobrehidratación. Es un método subjetivo con lo que puede ser útil realizarlo en 2 o 3 localizaciones para una mejor aproximación. Aun así, estudios en perros identifican la recuperación del pliegue cervical como un método sensible (detectando hasta un 1 % de variación en perros sanos después de ejercitarse) y repetible. El sobrepeso y la caquexia/sarcopenia puede falsear el resultado aumentando y disminuyendo respectivamente el tiempo de recuperación.
- La humedad de las membranas mucosas. Las mucosas pueden notarse al tacto húmedas, pegajosas o secas. La cavidad oral, específicamente las encías, es el sitio más común para la evaluación. Las membranas mucosas normales deben estar húmedas al tacto y tener un aspecto brillante. Las membranas mucosas pegajosas pueden indicar una deshidratación leve y las membranas mucosas secas, y muchas veces con apariencia opaca, indican un nivel más significativo de deshidratación. El jadeo puede secar las mucosas aun en animales bien hidratados, al contrario que sucede en pacientes con ptialismo o náuseas, en cuyo caso se recomienda evaluar otras mucosas del cuerpo (conjuntiva ocular, genitales).
- Los ojos deben evaluarse visualmente, puede determinarse el grado de enoftalmos y la humedad de la córnea.
- Variaciones rápidas en el peso corporal. Una pérdida aguda de peso corporal a menudo se puede atribuir a la pérdida de agua corporal.
- Parámetros analíticos:
- Volumen del concentrado celular (PCV): la deshidratación a menudo causa un aumento relativo de PCV, aunque puede verse afectado por otros factores (hemoconcentración, contracción esplénica).
- La densidad urinaria (USG). Un aumento de la USG es compatible con la deshidratación en pacientes con una función renal normal. Hay que considerar que es altamente variable entre individuos.
Las causas más comunes de deshidratación son las enfermedades que provocan gran pérdida de agua. La enfermedad renal crónica, la diabetes, los vómitos, la diarrea y el hipertiroidismo, por ejemplo. El aumento de la pérdida de agua también puede ser causado por algunos fármacos como los diuréticos. Una disminución de la ingesta de agua también se da debido a la debilidad/letargo, disminución del apetito, vacilación para beber como resultado de problemas dentales y falta de acceso a agua de bebida.
Lecturas recomendadas
- https://www.vetcenter.purina.es/calculadora-hidratacion
- Carlson, G. P., & Bruss, M. (2008). Fluid, Electrolyte, and Acid-Base Balance. In Clinical Biochemistry of Domestic Animals, Sixth Edition.
- National Research Council (U.S.). Ad Hoc Committee on Dog and Cat Nutrition. (2006). Nutrient Requirements of Dogs and Cats. National Academies Press.
- Silverstein, D. C., & Hopper, K. (2022). Small Animal Critical Care Medicine. In Small Animal Critical Care Medicine.
- Zanghi, B. M., Cupp, C. J., Pan, Y., Tissot-Favre, D. G., Milgram, N. W., Nagy, T. R., & Dobson, H. (2013a). Noninvasive measurements of body composition and body water via quantitative magnetic resonance, deuterium water, and dual-energy x-ray absorptiometry in awake and sedated dogs. American Journal of Veterinary Research, 74(5).
- Zanghi, B. M., Cupp, C. J., Pan, Y., Tissot-Favre, D. G., Milgram, N. W., Nagy, T. R., & Dobson, H. (2013b). Noninvasive measurements of body composition and body water via quantitative magnetic resonance, deuterium water, and dual-energy x-ray absorptiometry in cats. American Journal of Veterinary Research, 74(5).