Sabemos cómo alimentamos a perros y gatos: reflexiones sobre las diferencias con la alimentación humana

¿Cómo comemos los humanos?

En la mayoría de las sociedades humanas, la alimentación que garantiza la ingestión de los nutrientes necesarios en las cantidades adecuadas para mantener la salud (evitando carencias y toxicidades), se basa en un conjunto de factores sociales, culturales, educacionales, etc.

Aunque se conoce el rango adecuado de la mayoría de los nutrientes para el ser humano, es raro que estos datos precisos sean conocidos por la población general. Las sociedades apuestan por tener una alimentación equilibrada a la disponibilidad de ciertos productos (que se producen localmente y disponibles en mercados y supermercados o que se pueden cultivar para propio consumo), incidencias culturales (consumir o no ciertos ingredientes en mayor o menor cantidad), además de las inevitables preferencias personales.

Aún así, organismos reguladores intervienen a nivel educacional para guiar este consumo de productos intuitivo hacia una dieta más equilibrada. Se especifican tipos de productos e ingredientes y proporciones de estos (de una forma gráfica y visual) para indicar de forma orientativa como cubrir estas necesidades nutricionales y evitar excesos, además de recomendaciones en el consumo de ciertos otros productos (por ejemplo, reducir el consumo de sal o favorecer el consumo de fruta y verdura). Por ejemplo, se han creado informaciones como la pirámide alimentaria, las 5 piezas de fruta y verdura diarias, etc. Estas recomendaciones no incluyen niveles concretos de nutrientes, por ejemplo, no recomiendan ingerir 600 IU de vitamina D diariamente, ya que se entiende que, en general, la gente no analiza su dieta a este nivel.

Una de las recomendaciones más extendidas es el consumo diario de varios grupos de alimentos: frutas, verduras y legumbres, lácteos, granos, y fuentes de proteína (carnes magras, proteína vegetal, pescado, huevos). Estos grupos pueden variar según regiones o pueden ser más o menos amplios, pero en general, las recomendaciones son coincidentes. Otro factor que se ha mostrado beneficioso para cubrir las necesidades nutritivas humanas, de forma intuitiva, es la variabilidad de productos dentro de cada grupo de alimentos (deben consumirse todos los grupos de alimentos todos los días y variar los productos que consumimos dentro de cada grupo). Esto permite que no se afiancen carencias o excesos de ciertos nutrientes al consumir siempre los mismos ingredientes con una composición nutritiva similar. Sin embargo, aún con estas guías, en determinadas poblaciones, edades, regiones, etc., estudios poblacionales pueden indicar limitaciones o carencias en la ingestión de ciertos nutrientes y los organismos oficiales intervienen para mejorar el estatus de ese nutriente en la población (por ejemplo, el enriquecimiento de lácteos con vitamina D, la adición de yodo a la sal, o la modificación de ciertos cereales para que contengan más microminerales, etc.).

¿Por qué los perros y gatos no comen como nosotros?

El primer punto clave que debemos considerar es que las necesidades nutricionales varían según la especie, así por ejemplo tanto el tipo como la cantidad necesaria de cierto nutrientes es diferente entre especies, por eso si nos alimentáramos todos igual, lo que para una especie sería una dieta equilibrada para otra sería carencial o tóxica y causaría problemas de salud.

En perros y gatos, la alimentación no es dejada al azar. Como se conocen muchas de sus necesidades nutritivas, los alimentos completos, sean comerciales o raciones caseras formuladas, deben contener todos los nutrientes esenciales diarios que el animal necesita en las cantidades adecuadas, de manera que, comiendo ese producto de forma exclusiva, en las cantidades recomendadas, no va a sufrir ninguna carencia o toxicidad.

Como todos los nutrientes están incluidos todos los días, la estrategia de los grupos de alimentos, la variabilidad dentro de ellos, o las recomendaciones de consumir más o menos de cierto ingrediente no ha lugar, como sí sucede en la alimentación humana. Un equivalente en nuestra especie sería el uso de raciones para misiones al espacio o en personal militar en zonas de guerra, donde el acceso a diferentes alimentos es extremadamente limitado.

Por otro lado, la apreciación organoléptica de productos variados es un rasgo cultural humano. En el caso de perros y gatos si el alimento del que disponen les gusta, la variación de sabores no se requiere, y de ser el caso, existen diferentes alimentos completos con diferentes ingredientes o sabores que se pueden alternar. Es importante notar que ciertos perros o gatos, debido a ciertas enfermedades, necesitan una dieta bastante homogénea y es importante comunicar a los cuidadores que esto no es un detrimento para su mascota.

La cantidad diaria

Se encuentran recomendaciones de establecer la cantidad que debe comer un perro o gato en base a un porcentaje de su propio peso, por ejemplo, un 2 - 3 %, sin embargo, esta recomendación no tiene en cuenta dos puntos clave que hacen que estas recomendaciones puedan ser completamente erróneas:

• Las necesidades en energía (y por consecuente en cantidad de alimento) de un animal no son proporcionales a su peso, si no exponenciales (ya que van ligadas a su superficie corporal), así por ejemplo animales pequeños requieren proporcionalmente de mayor energía que animales grandes.
• Todos los alimentos aportan diferente cantidad de energía. Por ejemplo, ¿una hamburguesa de 100 gramos aporta las mismas calorías que 100 gramos de ensalada o 100 gramos de pan?

Esto también se aplica a alimentos comerciales que a simple vista pueden resultar parecidos, como el alimento seco. Los alimentos secos para perros adultos, por ejemplo, pueden aportar de 300 hasta más de 400 kcal/100 g, esto es un rango amplísimo, y recomendaciones genéricas pueden resultar en variaciones indeseadas de peso y consumo de nutrientes inadecuado.

La cantidad diaria debe calcularse en función de las calorías que aporta el alimento que vayamos a administrar.

Así por ejemplo para un perro adulto de 10 kg con una actividad moderada estimamos que necesita unas 562 kcal/día, si come un alimento seco con un aporte energético de 375 kcal/100 gramos de alimento, el perro necesitará comer 150 gramos diarios de ese alimento. Pero si, por ejemplo, si el alimento que se quiere aportar 410 kcal/100 gramos, se necesitará comer 137 gramos/día.

Pero si se usan las indicaciones por porcentaje este perro comería (un 2 % de su peso) 200 gramos de alimento, sea cual sea este (y posiblemente engordará por aporte calórico excesivo).

También son diferentes la concentración en energía y nutrientes entre diferentes carnes, incluso entre diferentes cortes de un tipo de carne, diferentes cereales, diferentes frutas, etc., estas diferencias también se dan entre los ingredientes crudos o cocinados, véanse algunos ejemplos en la Tabla 1.

La ración casera en base a porcentajes o proporciones

Además de la cantidad, algunas recomendaciones pueden indicar raciones teóricamente completas en base a proporciones o porcentajes de grupos de alimentos, por ejemplo, según algunas recomendaciones que se han encontrado en internet: una dieta completa para perro adulto constaría de 55 – 60 % de carne o pescado, 10 – 15 % de cereales, 10 – 15 % de verdura, 5 % de hígado, 5 % de otras vísceras, el resto suplementos entre los cuales un 1 % de harina de hueso.

Tal y como se ha visto, el principal riesgo de este planteamiento es que no todas las carnes, pescados, cortes, vísceras, cereales, etc., contienen la misma concentración de energía, pero tampoco de nutrientes: proteína, minerales, ácidos grasos, y otros nutrientes esenciales, además de ser diferentes en humedad (Tabla 2).

Estos porcentajes también pueden ser malinterpretados: ¿se refieren al peso o al volumen?, ¿se aplican a alimentos pre o post cocinados?

Por ejemplo, si seadministran 100 gramos de solomillo de ternera cocida se estará aportando al animal 157 kcal, 28.4 gramos de proteína, 2.1 mg de Zinc y 0.15 mg de vitamina E, pero si se administran 100 gramos de bacalao al horno se estarán aportando menos calorías, proteína y zinc (100 kcal, 22.1 gramos de proteína, 0.4 mg de zinc), pero más vitamina E (0.6 mg ) por día.

Por eso basarse en porcentajes puede resultar en raciones a la práctica muy variables con el riesgo que sean deficientes o excesivas en nutrientes esenciales. Esto es especialmente preocupante en casos donde, por razones de salud, se quiere que ciertos nutrientes se aporten en cantidades controladas.

En la Tabla 3 se han presentado y desarrollado dos posibles raciones con las proporciones entre ingredientes arriba mencionadas y aportadas en un 3 % del peso del animal. Entonces, para el perro de 10 kg, su ración diaria es de 300 gramos: 165 gramos de carne o pescado, 45 gramos de cereal, 45 gramos de verduras, 15 gramos de hígado, 15 de víscera, 3 gramos de harina de hueso y el resto de suplementos.

Como se puede ver, cada ración, aun siguiendo las mismas proporciones, es completamente diferente en cuanto al aporte en energía y nutrientes (proteína y grasa como se ve), pero también en muchos otros micronutrientes. La idoneidad de la composición de una u otra ración va a depender de cada perro o gato.

Para asegurar que las raciones caseras sean completas, balanceadas y adecuadas a cada animal, estas deben especificar los ingredientes concretos, especificando el corte, el tipo de víscera y la especie, etc., la cantidad en gramos (especificando si el peso es antes o después de la cocción) de cada uno y la forma de cocción para que en la interpretación quepa la mínima variación que pueda causar excesos o deficiencias de nutrientes o variaciones en la composición (contenido en proteína, en grasa, en sodio, etc.), que pueden ser claves en el control de enfermedades. Los suplementos también deben especificarse en tipo, marca, etc. y cantidad diaria.

Este ejemplo, también demuestra que una ración variada no es necesariamente mejor nutricionalmente, ya que, aun usando diferentes ingredientes, muchas de las carencias nutricionales que presentan son comunes (vitamina E, Yodo, magnesio, omega 3, vitamina D). Estos nutrientes no van a cubrirse aun variando los productos.

En una receta casera completa es importante que se especifique el tipo y cantidad de suplemento/s vitamínico-mineral a incorporar, ya que la necesidad de suplementación depende de los ingredientes usados y las proporciones de macronutrientes que se persigan. Además, la disponibilidad de suplementos adecuados para completar una ración casera es limitada. Estos productos son diferentes (más concentrados y con composiciones diferentes) que suplementos nutricionales pensados para el refuerzo nutricional (en situaciones de inmunocompromiso, actividad, estrés, etc.), que están formulados para administrar en adición a una ración completa, es decir, asumiendo que las necesidades nutricionales básicas del animal están ya cubiertas y el suplemento va a aportar un ‘extra’ puntual de esos nutrientes. Por eso, dejar también a decisión del cuidador el suplemento a utilizar es problemático.