Cuidados básicos del potro neonato sano
Resumen breve
En este artículo se describirá brevemente como se desarrolla el parto y las primeras horas de vida del neonato, cuando no existen complicaciones, resaltando el papel fundamental del asistente técnico veterinario en cada una de las fases.Índice de contenidos
Resumen
La media gestacional de las yeguas suele ser de 320 a 360 días, aunque se han registrado casos de gestaciones llevadas a término y sin complicaciones en periodos de 305 a 365 días. En este artículo se hablará sobre las fases que se dan en un parto, y la importancia de los cuidados básicos que se deben ofrecer tanto a la madre como al potro neonato.
En ocasiones, yeguas en el último tercio de gestación se refieren a los hospitales equinos para realizar monitorizaciones del parto y de las primeras horas del potro recién nacido. Esto suele suceder cuando la madre ha presentado complicaciones en gestaciones anteriores o se ha diagnosticado alguna patología durante la gestación en curso.
Por todo ello, en este artículo se describirá brevemente como se desarrolla el parto y las primeras horas de vida del neonato, cuando no existen complicaciones, resaltando el papel fundamental del asistente técnico veterinario en cada una de las fases.
Introducción
La ciencia de la neonatología equina se ha visto sumergida en importantes avances en las últimas décadas. Siguiendo los pasos de medicina humana, las unidades de neonatos en los hospitales equinos han experimentado grandes avances y un aumento de la tecnificación en sus técnicas diagnósticas y tratamientos. Dentro de la actividad clínica, el trabajo con neonatos se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la clínica equina, con importantes demandas de personal, instalaciones y conocimientos. El papel del asistente técnico veterinario (ATV) es crucial en el cuidado de este tipo de pacientes, debido a la importante demanda de cuidados críticos y a la intensidad de estos. Pero para conocer los cuidados de potros enfermos o patológicos, es importante conocer aspectos básicos del desarrollo del équido durante sus primeras horas de vida, ya que nos permitirá reconocer cualquier alteración.
La media gestacional de las yeguas suele ser de 320 a 360 días, aunque se han registrado casos de gestaciones llevadas a término y sin complicaciones en periodos de 305 a 365 días. La estacionalidad, la raza o la edad de la yegua, y/o estado sanitario pueden hacer que estas fechas fluctúen. Por ello, garantizar el bienestar de la yegua mediante el control de la alimentación, el mantenimiento de los niveles inmunológicos y el seguimiento veterinario durante la gestación serán puntos claves para aumentar la probabilidad del nacimiento de un potro sano.
Es fundamental que la yegua reciba una alimentación y cuidados adecuados que garanticen el bienestar de la yegua y del futuro potro. La calidad del pienso, del forraje y la hidratación son elementos importantes a tener en cuenta.
Por otro lado, es muy importante llevar un control veterinario durante todo el proceso para garantizar que la gestación avanza adecuadamente. Tras el parto también es importante realizar un seguimiento tanto de la madre como del potro, para descartar posibles complicaciones.
En ocasiones yeguas en el último tercio de gestación se refieren a los hospitales para realizar monitorizaciones del parto y de las primeras horas del potro recién nacido. Esto suele suceder cuando la madre ha presentado complicaciones en gestaciones anteriores o se ha diagnosticado alguna patología durante la gestación en curso (Figura 1).
Figura 1. Yegua y potro. Interacción entre ambos que forma parte de su comportamiento natural.
El parto
El parto de una yegua sana es un momento crítico que se puede vivir en cualquier unidad de neonatología equina. A diferencia de los partos en la especie humana o en otros animales, el parto en équidos no tiene una larga duración y está científicamente bien reportado la duración media de cada una de sus fases.
- Fase 1: durante esta fase el potro se colocará en la posición adecuada para introducirse en el canal del parto. Esta fase no debe de tener una duración superior a las 4 horas. A nivel clínico, durante este periodo podemos observar a la madre con signos de incomodidad e inquietud, suelen tumbarse y levantarse de forma repetida. El ATV debe de ser capaz de percibir que la paciente ha empezado su fase de parto, manteniendo la calma y realizando un control y monitorización de la duración de la misma.
- Fase 2: se considera la fase de expulsión del potro. La duración de este periodo debe ser inferior a los 20 minutos. La madre, habitualmente, se tumbará en decúbito esternal o lateral y mostrará signos de contracciones. Cuando el potro aparece a través de la vagina, suele hacerlo con las extremidades anteriores en primer lugar y posteriormente aparecerá la cabeza. En este momento, se puede ofrecer una pequeña ayuda a la madre y al potro rompiendo la bolsa que lo rodea y permitiendo así que comience su respiración pulmonar. Cualquier signo diferente a lo reportado, debe de poner en alerta al equipo de trabajo siendo fundamental el papel del ATV en esos momentos, bien alertando de que algo no va según lo previsto y ofreciendo asistencia a madre y potro (Figura 2A-B).
Figura 2A-B. Fase 2 del parto, expulsión del potro.
- Fase 3: la última fase del parto se corresponde a la expulsión de la placenta. La duración debe de ser inferior a 3 horas. Durante este periodo se debe evitar tirar de la placenta o hacer una extracción no reglada de la misma debido a que las complicaciones intrauterinas que se pueden desarrollar podrían llegar a comprometer la vida de la madre. Al igual que en las fases anteriores, el papel del asistente veterinario en la monitorización y control de los tiempos es fundamental para garantizar un correcto desarrollo del parto (Figura 3).
Figura 3. Tabla resumen de las fases de un parto.
Regla del 3
Una vez finalizada la fase 2 del parto, si todo se ha desarrollado sin complicaciones, tendremos a un nuevo potro en nuestra unidad de neonatología. Al igual que durante el parto, las primeras horas de vida de un potro están científicamente muy estudiadas, permitiéndonos diferenciar de forma rápida lo que se considera fisiológico de lo patológico. Una de las claves que nos ayuda rápidamente a recordar cual sería la evolución fisiológica de un neonato es la conocida regla del 3:
- Primera hora: durante la primera hora de vida el potro debe de ser capaz de ponerse de pie. Esto le llevará varios intentos hasta que consiga mantenerse en la estación. Si el potro es incapaz de ponerse o mantenerse de pie, será uno de los primeros signos que nos puede indicar que el animal no se encuentra en correcto estado. A pesar de ello, en algunas ocasiones, los potros de mayor tamaño, peso o ligera debilidad requieren de una pequeña ayuda por parte del personal encargado del cuidado. Esta ayuda es recomendable ofrecerla a partir de la primera hora, manteniendo la calma y permitiéndole superar este tiempo y un número de intentos razonables (Figura 4).
Figura 4. Potro manteniéndose en pie a los pocos minutos de su nacimiento.
- Segunda hora: durante la segunda hora el potro debe de ser capaz de acercarse a la ubre y mamar. Esto es muy importante que se cumpla dado que el calostro, la primera leche de la yegua, le proporcionará los nutrientes y anticuerpos necesarios para que el potro se mantenga sano y sea inmunológicamente competente. Si un potro no toma de forma correcta el calostro será más propenso a contraer enfermedades. Sobre la importancia del calostro hablaremos un poco más adelante. Al igual que durante la primera hora, se puede ofrecer una pequeña ayuda al neonato para que consiga comenzar a mamar, siempre que se le haya permitido realizar los intentos necesarios.
- Tercera hora: durante la tercera hora el potro debe ser capaz de expulsar el meconio. Se denomina meconio a las primeras heces del potro que suelen ser de color marrón-negruzco y con una consistencia pegajosa. Es importante que el potro expulse el meconio, debido a que si esto no sucede se pueden producir obstrucciones intestinales que deriven en signos de dolor cólico. En ocasiones, cuando se observa un retraso en la expulsión del meconio, se puede ofrecer una pequeña ayuda realizando enemas de agua tibia y jabón neutro o vaselina. Además, es recomendable tras la administración del enema que el potro camine para favorecer la expulsión de la materia fecal. En los casos más graves, en los cuales el neonato no es capaz de expulsar el meconio y los enemas no ejercen su función, se deberá iniciar tratamiento médico intensivo y podría acabar desembocando en la necesidad de intervención quirúrgica.
Importancia del calostro
Los caballos, por el tipo de placenta que tienen, no son capaces de transmitir inmunoglobulinas de madre a potro durante el desarrollo embrionario. La forma que tienen de hacerlo es mediante la producción del calostro por parte de la madre y la ingestión de este por parte del potro. Si esto no sucede, tendremos un potro sin línea de defensas que se va a ver sometido a diversos riesgos microbiológicos. Por ello, es de vital importancia que el potro tome el calostro para adquirir los nutrientes y anticuerpos necesarios para mantenerse sano.
Las yeguas primíparas pueden parir con un mínimo desarrollo mamario y sin la presencia de calostro en la ubre.
Si el potro no sabe o no es capaz de mamar, debemos enseñarle y ayudarle para que se pueda alimentar. Esto se basa en sujetar al potro de tal manera que podamos mantenerlo de pie y guiarlo hacia la mama. Si esto no fuese posible, la siguiente opción sería ordeñar a la madre para intentar conseguir calostro, y ofrecérselo al potro enseñándole a tomar la leche de un cubo o mediante sondaje nasogástrico, nunca mediante biberón ya que podríamos causarle una neumonía por aspiración (Figura 5).
Figura 5. Potro mamando mientras su madre le estimula.
Cuidados básicos del potro neonato sano
Exploración física del neonato
Durante las primeras horas de vida del potro es muy importante realizar exploraciones físicas de control y recoger toda la información posible sobre el comportamiento del potro: lactancia, micción, heces, movimiento, actitud, etc. Es importante observar al potro y ver las interacciones con la madre y con el medio, ya que cambios bruscos de comportamiento pueden indicar posibles problemas.
Para realizar exploraciones físicas correctas debemos conocer y saber que los parámetros de referencia de neonatos sanos son diferentes a los considerados en caballos adultos, y que a su vez pueden diferir según las horas o días de vida del animal (Tabla 1).
Edad | Frecuencia cardíaca (latidos/minuto) | Frecuencia respitatoria (respiraciones/minuto) | Temperatura ºC |
---|---|---|---|
1 min | 60-80 | Gasping | 37-39 |
0-2 h | 120-150 | 40-60 | 37-39 |
12 h | 80-120 | 30-40 | 37-39 |
24 h | 80-100 | 30 | 37-39 |
Tabla 1. Constantes fisiológicas normales de un potro durante las primeras 24 h desde su nacimiento.
Cuidados del ombligo
El ombligo del neonato es una de las principales vías de entrada de agentes patógenos más importantes en équidos. Por ello, establecer unas correctas pautas de vigilancia y desinfección es de vital importancia.
Se ha estudiado el número de desinfecciones diarias recomendadas al igual que el empleo de diferentes agentes desinfectantes. Lo más común es la realización de 2-3 desinfecciones diarias durante las primeras 24-72 horas de vida del potro. A su vez, los agentes desinfectantes más utilizados son la clorhexidina al 2 % o la povidona iodada (Betadine®). El empleo de uno u otro agente o el número de veces que se desinfecte el ombligo depende en la mayoría de las ocasiones de la experiencia del clínico responsable. Sin embargo, el ATV tiene un papel fundamental en la realización del procedimiento, garantizando siempre la limpieza y el empleo de guantes.
Control de las articulaciones
Durante los exámenes físicos de los neonatos, no solo es importante la monitorización de las constantes vitales, es transcendental realizar un examen completo del animal. Uno de los puntos más importantes es el control de las articulaciones. Las articulaciones son zonas diana o clave para la aparición de signos clínicos de infección, principalmente en potros sépticos, aunque inicialmente no se observen otros hallazgos clínicos relevantes. Por ello, al realizar exploraciones físicas de estos pacientes, se deben palpar todas las articulaciones, destacando la importancia de las localizadas tanto en extremidades anteriores como posteriores. Al palparlas se debe evaluar si existe distensión o aumento de temperatura en alguna de ellas. Si se detecta alguna anormalidad, se debe notificar de forma inmediata, debido a que estos signos pueden indicar el inicio de cuadros clínicos de mayor importancia (Figura 6).
Figura 6. Potro sano jugando.
Control de los ojos
Los potros, al igual que otras especies, durante los primeros días de vida deben de desarrollar la conocida respuesta de amenaza a nivel ocular. El desarrollo de esta respuesta neurológica les permitirá automatizar el cierre de los ojos antes la posible agresión de un agente externo. Como bien su nombre indica es una respuesta, por lo que es un movimiento o acción aprendida. Por ello, es habitual ver que durante los primeros días de vida estos neonatos carecen de ella. Por este motivo, unido al tiempo que de forma habitual los recién nacidos pasan en decúbito lateral, es importante realizar valoraciones diarias del estado de los ojos, observando si aparecen signos de inflamación, blefaroespasmo o secreción, lo que nos podría indicar una dolencia o patología mayor.
Conclusiones
Como ya sabemos, el parto de una yegua es un momento crítico en el que se deben tener en cuenta todas las complicaciones que podrían llegar a ocurrir.
Para intentar evitar dichas complicaciones, debemos ser conocedores de las diferentes fases de un parto para saber en qué momento se encuentra la yegua y cuando será necesaria nuestra ayuda.
También es de vital importancia conocer los cuidados básicos que se le deben realizar a un neonato, aunque este sea un potro sano.
Aun teniendo una yegua con un parto sin complicaciones en el que madre y potro se encuentren en perfectas condiciones, es muy importante llamar al veterinario para que realice un chequeo a ambos en las primeras 24 h después del parto.
No se debe subestimar ninguna alteración física o comportamental del potro, ante cualquier duda siempre consultar a un profesional.
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