Fisiología del conejo común (oryctolagus cuniculus) y factores que pueden complicar la monitorización anestésica
Resumen breve
El auxiliar técnico de veterinaria (ATV) o auxiliar clínico de veterinaria (ACV), cada vez está más presente en todas las labores clínicas de un centro u hospital veterinario y su papel es fundamental para el correcto funcionamiento del mismo. Este artículo no solo va dirigido a todo aquel ATV especializado en animales exóticos, sino también a todo aquel interesado en seguir creciendo profesionalmente y quiera aprender sobre aspectos clínicos y biológicos de una especie cada vez más común…Índice de contenidos
Resumen
El auxiliar técnico de veterinaria (ATV) o auxiliar clínico de veterinaria (ACV), cada vez está más presente en todas las labores clínicas de un centro u hospital veterinario y su papel es fundamental para el correcto funcionamiento del mismo. Este artículo no solo va dirigido a todo aquel ATV especializado en animales exóticos, sino también a todo aquel interesado en seguir creciendo profesionalmente y quiera aprender sobre aspectos clínicos y biológicos de una especie cada vez más común en el trabajo de pequeños animales, como lo es el conejo.
En este artículo se hará un repaso de la anatomía y fisiología del conejo común o conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) para entender las características que los hacen tan especiales y las posibles complicaciones que pueden surgir durante una monitorización anestésica. Para ello, es importante que el ACV adquiera unas nociones básicas de anatomía, fisiología y fisiopatología que le permitan entender el porqué de ciertas alteraciones y, de ese modo, pueda actuar mano a mano con el veterinario de forma rápida y eficiente en casos de accidentes o emergencias.
El conejo común (Oryctolagus cuniculus)
El conejo común o conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) es una especie de mamífero placentario de la familia Leporidae, dentro del orden Lagomorpha, donde también se encuentra la liebre. Actualmente, este pequeño mamífero se ha convertido en el tercer animal de compañía más popular después del perro y el gato. De hecho, es muy común ver estos herbívoros en centros de pequeños animales y son el paciente mayoritario en los centros especializados en animales exóticos.
A diferencia de los perros, los conejos son respiradores nasales estrictos, por lo que cualquier daño en las narinas o los cornetes puede suponer un problema muy grave. Esta característica tiene importantes consecuencias anestésicas, puesto que la respiración oral es un signo clínico de mal pronóstico y la inflamación de las vías aéreas superiores aumenta el riesgo de mortalidad anestésica en animales no intubados.
Además, los conejos presentan muchas otras características fisiológicas distintas al perro, como características del sistema renal, sistema cardiovascular y del sistema respiratorio, las cuales se hablarán más adelante.
Estos pacientes son animales muy sensibles al estrés, por lo que, a la hora de realizar determinados procedimientos, como poner un catéter intravenoso, puede ser necesario recurrir al uso de sedantes y/o anestésicos para realizar un mejor manejo. Pero hay que tener en cuenta que los conejos son animales cuya anestesia supone, en muchas ocasiones, un reto al tener una caja torácica de reducido tamaño en comparación con el abdomen. Esto supone un mayor riesgo durante el procedimiento a diferencia de otras especies.
Fisiología del sistema renal en el conejo
El sistema renal está constituido por dos riñones (el derecho está localizado de forma craneal con respecto al izquierdo) y dos uréteres que salen de cada uno de los riñones hacia la vejiga. Ésta continúa con la uretra, cuya función es filtrar productos de desecho de la sangre y fabricar, almacenar y excretar la orina.
Además, se encargan de conservar el equilibrio hídrico y electrolítico, mantenimiento del equilibrio ácido-base, elaboración de renina para el control de la presión arterial (sistema renina-angiotensina-aldosterona – SRAA -) y de eritropoyetina para la producción de la serie roja de la sangre, así como producción de hormonas.
La función renal de eliminación de desechos y producción de orina ocurre en la nefrona, que es la unidad estructural y funcional del riñón, compuesta por el glomérulo, tubo contorneado proximal, asa de Henle, tubo contorneado distal y tubo colector.
En comparación con el resto de mamíferos, el riñón del conejo es relativamente simple. A diferencia de los perros, que tienen riñones multipapilados, los de los conejos son unipapilados, es decir, la papila y el cáliz confluyen en el uréter.
Además, no todos los glomérulos renales están activos al mismo tiempo. Un conejo bien hidratado puede activar el resto de ellos para incrementar la diuresis sin tener que aumentar el flujo plasmático renal ni la tasa de filtración glomerular. Por el contrario, conejos que viven en el desierto o muy deshidratados, presentan riñones de mayor tamaño con una gran capacidad de concentrar la orina (debido a que hay una mayor reabsorción de agua) y bajos niveles de aldosterona en sangre.
También hay que tener en cuenta que en los conejos, a diferencia de la mayoría de mamíferos, la principal vía de excreción del calcio es por la orina. Normalmente presentan altos niveles de calcio sérico, proporcional directo a los niveles de ingesta en la dieta.
Dada las funciones que desempeña el sistema renal, sobra destacar que cualquier afección del órgano conlleva serios cambios en el organismo, como alteraciones hematopoyéticas (anemias), variaciones en la presión arterial o desequilibrios hidro-electrolíticos que pueden ocasionar fallos en otros órganos, como el corazón (el aumento del potasio (K+) en sangre - hiperpotasemia o hiperkalemia - debido a un fallo en la excreción vía renal del mismo puede dar lugar a arritmias de evolución grave).
En la clínica veterinaria se observan numerosos casos de Encephalitozoonosis en conejos, enfermedad infecciosa, zoonótica, provocada por el parásito intracelular Encephalitozoon cuniculi. Este parásito microsporidio tiene especial predilección por el sistema nervioso central y el sistema renal, ocasionando serios daños en el riñón. Se trata de una de las causas más comunes de enfermedad renal en conejos (Figura 1).
Fisiología del sistema cardiovascular en el conejo
El sistema cardiovascular, en animales vertebrados, está constituido por el corazón, los vasos sanguíneos (venas, arterias y capilares) y la sangre que circular por ellos. Su función es la de bombear sangre desde el corazón a través de los vasos sanguíneos para el transporte de nutrientes, oxígeno, dióxido de carbono, hormonas y otras sustancias hacia todos los órganos y tejidos del cuerpo.
Aunque el sistema cardiovascular cumple la misma función, el corazón presenta diferencias según la clase animal; así, el corazón de los peces presenta dos cámaras (una aurícula y un ventrículo), en los anfibios y reptiles es tricameral (dos aurículas y un ventrículo) y en las aves y mamíferos, tetracameral (dos aurículas y dos ventrículos).
La sangre sin oxigenar, proveniente de la circulación sistémica o mayor (desde órganos y tejidos), entra en aurícula derecha desde la vena cava, pasa a ventrículo derecho y es bombeada hacia la circulación pulmonar o menor (hacia pulmones) a través de la arteria pulmonar (proceso conocido como perfusión). La sangre oxigenada, proveniente de la circulación pulmonar, entra en aurícula izquierda por las venas pulmonares, pasa a ventrículo izquierdo y es bombeada hacia la circulación sistémica (hacia todo el organismo) a través de la arteria aorta (Figura 2).
De esta forma, se producen dos movimientos: diástole (llenado del corazón) y sístole (vaciado del corazón). Este proceso de contracciones auriculares y ventriculares debe producirse en una secuencia específica y con un intervalo apropiado para que el bombeo del corazón sea lo más eficaz posible. Anomalías o alteraciones en la conducción eléctrica del corazón (mecanismo que controla dichos movimientos) darán lugar a arritmias.
Existen diversos tipos de arritmias que varían en gravedad y causas, las cuales pueden ser diversas: desde defectos congénitos, afección del tejido o enfermedad cardíaca hasta toxicidad por fármacos o desequilibrios ácido-base. Como resultado de las arritmias se observa un menor gasto cardíaco y una alteración de la perfusión de los órganos, dando lugar a disnea e hipotensión, entre otros síntomas/signos clínicos.
En los conejos, como en todos los mamíferos, el corazón está situado en el tórax, envuelto por el pericardio (capa más externa) y rodeado por los pulmones y sus pleuras. Se trata de un órgano muscular hueco formado por cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. El músculo que conforma el corazón es el miocardio y el músculo que lo tapiza (capa más interna), el endocardio.
A diferencia de otros animales, como el perro, los conejos tienen un sistema de conducción simple y el nódulo sinoatrial está formado por un pequeño grupo de células que generan impulsos. Además, presentan una arteria pulmonar más gruesa y muscular; la válvula tricúspide está compuesta de dos cúspides en lugar de tres; y el nervio aórtico no está asociado a quimiorreceptores, solo con barorreceptores (receptores de presión)
Fisiología del sistema respiratorio en el conejo
El sistema respiratorio está constituido por las vías aéreas superiores, que incluyen la cavidad oral, la cavidad nasal, la faringe y la laringe; y por las vías aéreas inferiores, que abarca la tráquea, los pulmones, los bronquios, bronquiolos y los alveolos. Su función es la de intercambio de gases (oxígeno y dióxido de carbono) entre la sangre y el aire inspirado, cuya finalidad es la de fijar la molécula de oxígeno (O2) a la circulación sanguínea y eliminar el dióxido de carbono (CO2) de la sangre mediante la respiración.
Este proceso de intercambio gaseoso (difusión) tiene lugar entre los alveolos y los capilares que se encuentran rodeando la pared de los mismos. La sangre pobre en oxígeno, proveniente de la arteria pulmonar, y cargada en dióxido de carbono cede las moléculas de CO2 para cargarse de oxígeno y volver al corazón a través de la vena pulmonar (Figura 3) (Tabla 1).
Debido a algunas características anatómicas, los conejos se ven obligados a respirar únicamente por la nariz: la epiglotis sella la faringe oral de las vías respiratorias inferiores al engancharse sobre el borde caudal del paladar blando, de forma que el aire pasa exclusivamente de la cavidad nasal a los pulmones, impidiendo la circulación desde la boca. Razón por la que las enfermedades respiratorias de las vías superiores son mucho más graves y estresantes en los conejos que en otras especies.
Tabla 1. Conceptos básicos sobre el intercambio gaseoso. |
Ventilación | Proceso donde el aire entra y sale de los pulmones (respiración). |
Difusión | Movimiento espontáneo de gases entre los alveolos y los capilares sanguíneos. |
Perfusión | Proceso por el cual el sistema cardiovascular bombea sangre hacia los pulmones. |
La tráquea está formada por anillos cartilaginosos incompletos en forma de C, unidos por tejido conectivo, que se bifurca en los dos bronquios principales (derecho e izquierdo). El pulmón derecho presenta cuatro lóbulos (craneal, caudal, medial y accesorio) y el izquierdo, dos; aunque este último presenta un volumen de flujo de aire mayor.
Los conejos tienen una pleura muy fina y, al contrario que otros mamíferos, no tienen septos que separen los lóbulos pulmonares. Por lo tanto, la neumonía en estos animales no es localizada, como ocurre en otras especies.
En reposo respiran principalmente por contracciones musculares del diafragma, sin usar los músculos intercostales, algo que debemos tener en cuenta a la hora de realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP).
Presentan una cavidad torácica relativamente pequeña en comparación con la cavidad abdominal; por ello, en animales con obesidad o con el abdomen distendido podemos observar compromiso respiratorio cuando se colocan en posición de decúbito dorsal.
Anestesia y monitorización
La anestesia es la disminución del nivel de la consciencia (depresión del sistema nervioso central) para lograr la pérdida de la sensibilidad y el dolor de forma reversible con la ayuda de fármacos intravenosos e inhalatorios, utilizados para procedimientos quirúrgicos de corta o larga duración.
La anestesia inhalatoria (AI) se administra y se elimina, en gran parte, por la vía pulmonar. A diferencia de los anestésicos inyectables, la AI permite revertir rápidamente los efectos de la anestesia, así como controlar mejor la profundidad de la misma y obliga a utilizar oxígeno durante el procedimiento.
Uno de los anestésico más utilizado en la clínica veterinaria es el Isoflurano (anestésico inhalatorio que se elimina de forma muy rápida a través de las vías respiratorias). Se trata de un anestésico con una baja solubilidad, por lo que presenta una velocidad de inducción y de recuperación muy rápida. Aunque no se conocen efectos tóxicos sobre hígado o riñón, puede ocasionar leve hipotensión, depresión del miocardio por disminución de la resistencia periférica y depresión respiratoria.
Otro de los anestésicos inhalatorios es el Sevofluorano. Es el agente de elección para inducir debido a su rapidez, lo que facilita las recuperaciones anestésicas. No irrita las vías aéreas y presenta un olor más suave, características que hacen que su inducción por mascarilla sea más fácil que con el Isoflurano. Ofrece rapidez en el control de la profundidad anestésica, una buena relajación muscular, deprime menos el sistema respiratorio que el Isoflurano y no sensibiliza al corazón a arritmias cardíacas por catecolaminas. Sin embargo, casi no se utiliza en la clínica veterinaria debido a su elevado coste económico.
Además, la anestesia afecta a la homeostasis del paciente de forma negativa, de manera que los mecanismos de compensación fisiológicos se ven alterados. Por ello, es precisa una monitorización continua que nos dé información sobre el estado del paciente, se pueda reconocer rápidamente cualquier tipo de accidente y considerar la gravedad del mismo, así como garantizar una adecuada profundidad de la anestesia. La monitorización, por tanto, consiste en la utilización de técnicas físicas o instrumentales que permitan vigilar, observar y verificar los signos vitales del animal.
La recomendación será realizar un análisis bioquímico y radiográfico previo a la cirugía o procedimiento anestésico, donde se podrá descartar cualquier afección o patología que pueda complicar la monitorización y el estado post-quirúrgico.
Es importante familiarizarse con los valores fisiológicos de referencia de las constantes vitales de cada especie (en este artículo se tratan los valores del conejo común) (Tabla 2), para poder realizar una monitorización adecuada durante todo el procedimiento quirúrgico, de tal forma que se pueda proporcionar una ventilación adecuada, mantener soporte circulatorio, preservar la función renal y controlar la normotermia. De esta forma, se podrá diferenciar cuándo se está ante una situación de alerta.
Tabla 2. Parámetros fisiológicos del conejo común o europeo. *bpm: latidos/respiraciones por minuto. |
Temperatura corporal (TºC) | 37.5 - 39.5 ºC |
Frecuencia cardíaca (FC) | 180 - 250 bpm* |
Frecuencia respiratoria (FR) | 30 - 60 bpm* |
Volumen sanguíneo (Vol) | 55 - 70 ml/kg |
Saturación parcial de Oxígeno (SpO2) | 95 - 100 % |
Presión arterial sistólica (PAS) | 90 - 130 mmHg |
Presión arterial diastólica (PAD) | 60 - 90 mmHg |
Presión arterial media (PAM) | 90 mmHg |
Concenración máxima de CO2 durante un ciclo respiratorio (EtCO2) | 35 - 45 mmHg |
Instrumentales anestésico para la monitorización (figura 4):
Pulsioxímetro: el pulsioxímetro mide el grado de proporción de hemoglobina saturada de oxígeno en la sangre arterial. Se trata de un método no invasivo que nos ofrece información tanto de la saturación de oxígeno en sangre (SpO2) como del pulso arterial.
Capnógrafo: el capnógrafo mide la presión parcial de CO2 (PpCO2) en el aire espirado del paciente y se representa como la concentración máxima de CO2 durante un ciclo respiratorio (EtCO2) en milímetros de mercurio (mmHg). Este EtCO2 debe estar entre 35 - 45 mmHg durante una respiración normal; valores por encima de los 45 mmHg representa hipoventilación e hipercapnia (↑CO2), y valores inferiores a 35 mmHg, hiperventilación e hipocapnia (↓CO2).
Pletismografía: la pletismografía es un método indirecto no invasivo para la medición de la presión arterial mediante el gasto cardíaco, tono vascular y resistencia vascular periférica.
Electrocardiógrafo: el electrocardiógrafo mide la actividad eléctrica del corazón a través de electrodos, realizando un registro continuo de estos impulsos eléctricos. Es el único método que se puede utilizar para establecer el diagnósticos de arritmias durante la cirugía y es muy importante tenerlo en cuenta en animales mayores o cardiópatas.
Termómetro: la medición de la temperatura durante la cirugía es un parámetro muy importante a tener en cuenta. Los conejos son muy sensibles a variaciones de temperatura y propensos a sufrir hipotermias, por lo que debemos controlar que la temperatura se mantiene estable en todo momento. Valores por debajo de los 37.5º C son indicativos de hipotermia y se deberá incrementar la temperatura para lograr una buena cirugía y recuperación.
Posibles complicaciones / alteraciones durante la monitorización
Debido a todas las particularidades anatómicas y fisiológicas mencionadas, los conejos son pacientes bastantes susceptibles de sufrir complicaciones anestésicas relacionadas con la temperatura (hipotermias), el sistema respiratorio (depresión respiratoria) y con el sistema cardiovascular (hipotensión y bradicardia) que, de existir una patología previa, se pueden ver agravadas.
A. Complicaciones renales
La insuficiencia renal o enfermedad renal (ER) puede ocasionar acumulación de líquido adicional en el espacio entre los pulmones y la cavidad torácica (derrame pleural, que también puede originarse a partir de una enfermedad cardíaca), dificultando, así, la respiración. Por ello, animales que padezcan esta enfermedad pueden tener, también, problemas respiratorios que se traduce en una menor saturación de oxígeno y alteración en la difusión y la perfusión.
Por otro lado, la hiper y la hipopotasemia (aumento o disminución del potasio en sangre por fallo en la excreción del potasio vía renal, entre otras causas), pueden ocasionar arritmias debido a la alteración en la conducción cardíaca. Por lo tanto, podremos observar alteraciones en el electrocardiograma, el pulso, la tensión y la pletismografía.
A su vez, la anestesia puede empeorar la situación renal del paciente debido a los efectos adversos de la misma, como la hipotensión, la hipotermia o la hipoxia. La hipoxia durante el procedimiento puede ocasionar daños graves en el animal o lesiones en órganos vitales, como cerebro, miocardio o riñón, donde puede agudizar la insuficiencia renal pre-existente.
B. Complicaciones respiratorias
Las enfermedades respiratorias o alteraciones del sistema respiratorio son todas aquellas que afectan de forma directa o indirecta a la ventilación, la difusión y la perfusión pulmonar.
La bronquitis, la neumonía y la bronconeumonía dan como resultado disnea, ruidos respiratorios y taquipnea, entre otros síntomas.
La hipoventilación (Figura 5-6) se produce por una disminución de la ventilación alveolar durante un proceso de bronconeumonía, por ejemplo. Como resultado, se obtendrán valores de EtCO2 por encima de los 45mmHg (hipercapnia).
La rinitis ocasiona congestión nasal, estornudos y secreción de mocos que, en conejos, puede tener un pronóstico reservado al comprometer la entrada de oxígeno a los pulmones.
Durante la cirugía, aunque el animal permanezca intubado asegurando, así, la correcta ventilación, se debe tener en cuenta la posibilidad del paso del moco a nasofaringe, lo que supondrá un riesgo alto a la hora de extubar al animal. En situaciones donde el procedimiento se haga sin intubar, se podría observar valores de SpO2 bajos e, incluso, color cianótico de las mucosas.
En el conejo es muy importante la posición corporal durante la cirugía, ya que en posición decúbito supino podemos observar disminución de la frecuencia respiratoria o dificultad para la ventilación. Deberemos colocar al paciente en una posición más lateral para favorecer la entrada de flujo de oxígeno a las vías respiratorias.
La intubación en esta especie es bastante difícil debido al pequeño tamaño de la glotis, a la lengua larga, la orofaringe estrecha y la presencia de laringoespasmos.
C. Complicaciones cardiovasculares
Los anestésicos inhalatorios producen depresión directa del miocardio (bradicardia) como efecto secundario. Esta bradicardia unida a una disminución del gasto cardíaco contribuyen a la aparición de hipotermia, lo que, a su vez, acentúa la bradicardia.
Durante la bradicardia, el corazón bombea menos veces por minuto llegando menos sangre a los órganos y tejidos, alterando, así, la oxigenación y la FC (disminución de ambas). En el electrocardiograma (ECG), se observará un aumento de intervalo entre cada ciclo cardíaco.
Se podría apreciar taquicardia por dolor, debido a que el paciente se encuentra con un plano superficial de anestesia, por aplicación de fármacos (ketamina, por ej.) o en estados de hipotensión, hipovolemia, hipoxia o hipertermia.
La finalidad del ECG para anestesia es la de poder detectar arritmias que pueden comprometer el gasto cardíaco. En conejos, debido a la rápida FC y al pequeño tamaño de los complejos auricular y ventricular, la interpretación del electrocardiograma se observa mejor a una velocidad de 50mm/seg y una amplitud de 2cm/mV. Además, se requiere de un monitor especial para animales de pequeño tamaño, ya que muchos de los que se utilizan en humanos pueden dar error por encima de los 250bpm.
D. Complicaciones de termorregulación
El control de la temperatura corporal durante un procedimiento quirúrgico es el factor más importante a tener en cuenta, sobre todo en animales de reducido tamaño. Las variaciones de la temperatura darán como resultado alteraciones en las demás constantes vitales.
La hipotermia puede aparecer como consecuencia de la disminución del metabolismo basal y de la pérdida de calor que supone la anestesia en sí. En este caso, observaríamos variaciones en:
- Frecuencia cardíaca: taquicardia con vasoconstricción periférica en hipotermias leves y bradicardia en hipotermias severas
- Frecuencia respiratoria: bradipnea que puede alcanzar apnea en hipotermias graves
- Tensión arterial: hipotensión.
Ciertas enfermedades, como el hipotiroidismo, la enfermedad renal o una hipoglucemia también dan lugar a la aparición de hipotermias.
Cuando la temperatura desciende de los 37.5º C en conejos, se deberá emplear soporte artificial al paciente con mantas eléctricas, guantes de calor o sacos térmicos controlando siempre no producir un efecto adverso.
Por el contrario, la hipertermia puede deberse a situaciones de mucho estrés, fiebre por infección o recalentamiento del animal.
Conclusiones
El conejo común es un animal cada vez más extendido en la clínica veterinaria y el tercer animal de compañía después del perro y el gato. A diferencia de estos últimos, el conejo presenta ciertas características anatómicas y fisiológicas que pueden complicar la anestesia.
Familiarizarse con los valores fisiológicos de referencia de las constantes vitales de cada especie permitirá realizar una monitorización adecuada durante todo el procedimiento quirúrgico y ayudará diferenciar cuándo se trata de una situación de emergencia.
El sistema renal, el sistema cardiovascular y el sistema respiratorio son tres pilares fundamentales en la homeostasis del organismo. Cualquier alteración en uno de ellos puede generar cambios importantes en el resto de sistemas, dando como resultado variaciones en la monitorización anestésica.
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