Triaje en urgencia de cólico equino
Resumen breve
En este artículo trataremos la urgencia en equinos con un síndrome abdominal agudo. El síndrome abdominal agudo es más conocido por la palabra cólico, y es una de las patologías más frecuentes que padece este animal.Índice de contenidos
Resumen
En este artículo trataremos la urgencia en equinos con un síndrome abdominal agudo.
El síndrome abdominal agudo es más conocido por la palabra cólico, y es una de las patologías más frecuentes que padece este animal.
¿Qué significa síndrome abdominal agudo? ¿cómo detectarlo?
Es un síndrome caracterizado por dolor abdominal agudo, que puede ser causado por diversas enfermedades gastrointestinales, ya que el síndrome se refiere a dolor abdominal.
El cólico es un proceso en la mayoría de los casos agudo, aunque en ocasiones lo pueden padecer de manera crónica y que puede comprometer la vida del animal.
“Cólico no es una enfermedad, pero sí un signo, y representa un desafío durante el diagnóstico diferencial”
En la exploración física del caballo con cólico se prestará atención, sobre todo, a tres síntomas: dolor, distensión abdominal y disminución en la motilidad intestinal.
- Dolor: se manifiesta con una gran variedad de signos que van desde que el caballo se mira los flancos, permanece algo intranquilo, se echa frecuentemente, escarba, se revuelve o, por ejemplo, cocea con gran violencia.
- Distensión abdominal: es un síntoma que aparece sobre todo en cólicos que afectan al intestino grueso y es importante valorarla, no solo porque proporciona información sobre el segmento intestinal afectado, sino porque, cuando es progresivo e incontrolable, se utiliza como criterio para optar por la trocarización del ciego o el tratamiento quirúrgico.
- Motilidad intestinal: la mayoría de los cólicos cursan con una disminución de motilidad que puede llegar a ser incluso completa; esa disminución de la motilidad tiene el término médico de íleo paralítico. La auscultación abdominal para valorar la presencia de íleo paralítico debe realizarse en los 4 cuadrantes abdominales.
Los caballos, en la naturaleza, son animales con un sistema digestivo diseñado para recibir ingesta con mucha fibra a lo largo del día. Estos ingieren pequeñas cantidades de forma constante durante todo el día. Con la domesticación y modificando sus hábitos naturales, se han convertido en posibles víctimas de cólicos. Otros factores como el estrés, la estabulación, el transporte o no realizar una correcta desparasitación de manera preventiva también favorece la aparición de cólicos.
En los hospitales de referencia la dinámica de trabajo consiste en una constante comunicación con el veterinario referente.
El cuidador del caballo llama a su veterinario al ver alguna anomalía, el veterinario referente acude a donde se encuentra el caballo para realizar una evaluación médica e intentar resolverlo. En muchas ocasiones el tratamiento es exitoso en el campo, pero otras veces hay que contactar con el hospital para remitirlo y poder realizar algunas pruebas que no se pueden realizar en el campo para alcanzar un diagnóstico más exacto, realizar un tratamiento médico más intensivo o incluso una cirugía, si fuese necesario.
Primera toma de contacto
El primer contacto que se tiene normalmente es vía telefónica con el veterinario referente que se encuentra en campo y requiere colaboración externa. Al no estar ante el paciente, puede ser difícil poder determinar la gravedad.
Para ello se realizan una serie de preguntas con el objetivo de determinar el nivel de urgencia y proporcionar la información debida previa al traslado al centro veterinario.
¿Cuánto lleva de dolor cólico?
¿Es macho o hembra? ¿edad? ¿raza?
¿Tiene dolor? ¿se encuentra de pie o intenta tirarse al suelo?
¿Tiene apetito?
¿Ha estercolado? ha orinado?
¿Qué frecuencia cardíaca y respiratoria?
¿Cómo están las mucosas?
¿Ha tenido fiebre?
¿Tiene motilidad?
¿Lo ha sondado? ¿qué cantidad le ha sacado?
¿Cómo está la palpación?
¿Ha podido realizar una ecografía?
¿Ha llevado algún tipo de sedación o antinflamatorio?
¿Está asegurado?
¿Qué distancia están del hospital?
Una vez realizadas las preguntas, se podrá tener una idea de cómo se encuentra el paciente y así obtener sugerencias de si se está frente a un procedimiento médico o quirúrgico para poder organizar al personal especializado.
Una vez obtenida la información, el auxiliar técnico veterinario (ATV) comenzará con los preparativos, documentación, sala de recepción, box, prequirófano, quirófano (en el caso de que fuera necesario).
Preparación de la urgencia
Documentación
Ante la llegada de nuestro paciente al hospital, se preparan:
- Identificación
- Hoja de consentimiento
- Hoja de admisión
- Hoja de facturación
- Lector de microchip
Identificación
Es conveniente tener en una carpeta o sobre donde se encontrará toda la información del paciente. En ella se asignará un número de identificación y los datos del caballo y propietario.
Estos datos son confidenciales e intransferibles.
Hoja de consentimiento
Los datos principales son los del propietario y el nombre del paciente y chip.
Esta hoja contiene información sobre todos los procedimientos a hacer con el paciente dentro del hospital, así como el presupuesto inicial. Por ello, antes de realizar ningún procedimiento, deben firmarla el propietario y veterinario encargado del caso, como acuerdo legal de lo que se va a realizar con el caballo durante la hospitalización.
Dicha hoja, una vez cumplimentada, se entregará al propietario una copia. Además, en el momento de una urgencia, aunque el centro se comunique verbalmente con el propietario, siendo una situación de urgencia y estrés no siempre la información queda clara, por lo que aportando todo por escrito facilita la transferencia de información en la admisión.
Hoja de admisión
Contiene datos como la hora y día de llegada del paciente, a qué servicio pertenece: medicina interna o cirugía, nombre, chip, sexo, edad, disciplina del paciente y veterinario referente, historia clínica del paciente y motivo de consulta.
Se registra la exploración física y las pruebas complementarias a realizar (como hematocrito y proteínas, lactato en sangre, ecografía, palpación, por ejemplo)
Dicha hoja será cumplimentada por el veterinario encargado del caso que realiza la admisión del caballo.
Hoja de facturación
Estarán reflejados todos los datos del propietario, nombre y apellido, DNI, dirección, teléfono, correo electrónico.
Dependiendo del tipo de paciente con el que trabajamos, los datos de facturación no son los mismos que los del propietario, por ejemplo, por pertenecer a yeguadas, ganaderías, etc.
Lector de microchip
Se identificará al paciente a la llegada del hospital, y se comprobará si su chip corresponde con el número de chip del pasaporte, para asegurar que es el mismo animal.
Toda esta documentación estará siempre preparada en la sala de exploración para recopilar los datos de paciente y propietario a su llegada.
Una vez obtenida toda la información de ambos irán introducidos en un programa de gestión veterinaria.
Debe quedar un registro tanto en papel como digitalizado para poder tener toda la información localizada, tanto de propietario como veterinario encargado del caso.
Sala de recepción
La preparación de la sala siempre se realiza de la misma manera independientemente de si se trata de un caballo que trataremos médica o quirúrgicamente.
La sala debe contener un potro de contención, un sistema metálico donde se puede inmovilizar al caballo y trabajar de forma segura, protegiendo al veterinario de posibles coces del caballo, sobre todo durante la palpación transrectal.
Material
- El material básico será un fonendo y un termómetro para una exploración física del paciente, antes de permitir el paso del caballo a la sala.
- En caso de encontrar una temperatura elevada o la sospecha de un paciente con una patología infecciosa, el resto de la evaluación se realizará en la sala común o en la sala de aislamiento.
- Se prepararán bateas con gasas con alcohol y en otra a parte gasas con clorhexidina jabonosa. Estas serán necesarias para realizar una preparación estéril en el cuerpo del caballo para procedimientos como la colocación de un catéter, la realización de una abdominocentesis, realización de bloqueos o trocarizaciones.
- El ecógrafo es uno de los aparatos que más ayuda durante la evaluación inicial.
Aunque con la ecografía solo permite apreciar un 40 - 60 % de lo que ocurre el abdomen, nos dará información sobre si existe intestino delgado distendido o inflamado, presencia de gas en el colon o un estómago excesivamente dilatado.
Una sonda nasogástrica es algo que jamás puede faltar en la evaluación inicial, ya que los caballos por naturaleza son incapaces de vomitar y el vaciado del estómago en muchas ocasiones podría salvar la vida del paciente. Para ello se preparará una sonda nasogástrica, dos cubos, uno de ellos con agua templada y el otro vacío para recoger el contenido del estómago.
Para aplicación de un catéter se necesitará una extensión de catéter, un catéter poliuretano, dos tapones, guantes y gasas estériles, lidocaína y sutura.
Material imprescindible son el glucómetro, medidor de lactato, peladora y suero heparino, varias jeringas y agujas para la extracción de sangre.
Guantes y gel de palpación transrectal junto un enema de lidocaína.
Mientras el paciente llega se deja 5 litros de fluido con un sistema de alto flujo para su llegada en el potro de contención.
Para la analítica, se preparará un tubo de heparina para bioquímica, un tubo de EDTA para hemograma y un tubo con citrato para factores de coagulación y fibrinógeno.
- El hemograma: estudio del nivel de hidratación del paciente junto a la evaluación de línea celular roja y blanca.
- La bioquímica: estudio de principales parámetros del sistema hepático, renal, músculo esquelético y cardiovascular.
- Factores de coagulación: son las proteínas en sangre, formada principalmente por el hígado, que son encargadas de formar coágulos en sangre y se activan cuando ocurre un sangrado o una herida traumática con el fin de detener el sangrado.
Dependiendo del caso podrá ser necesario realizar una abdominocentesis, que consiste en introducir una cánula en el abdomen para la obtención de líquido libre peritoneal.
Para este proceso se preparará una cánula de abdominocentesis, tubos colección de líquido de EDTA y de suero, guantes y gasas estériles, lidocaína, hoja de bisturís nº15, peladora.
Es muy importante tener a mano sedación ya que en ocasiones los pacientes pueden llegar al hospital con dolor incontrolable. La combinación detomidina - butorfanol son los fármacos más comunes que utilizaremos se utilizan si fuera necesario en algún momento controlar el dolor.
Llegada del paciente
Han de afrontarse estas urgencias de una manera rápida y precisa, en la que el ATV se encarga de recopilar todos los datos del paciente y propietario a su llegada, sacar sangre para la realización de analíticas, dar pases de limpieza para catéter y abdominocentesis, gestión económica y ayudar al veterinario a lo que vaya necesitando.
En este caso los veterinarios son los encargados de realizar ecografía, palpación rectal, sondaje nasogástrico y alcanzar un diagnóstico.
En la sistemática de diagnóstico del cólico, además de la anamnesis, que es fundamental, destacaremos tres apartados:
- Exploración física
- Pruebas complementarias básicas
- Pruebas complementarias especializadas
A la llegada del paciente, se realiza una evaluación previa, frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, temperatura, motilidad, mucosas y pulso digital, valoramos su estado, si está con dolor, apático o tiene distensión en el abdomen.
Se comprueban, mediante la lectura del chip, sus datos y su pasaporte.
Una vez realizada la evaluación previa, se pesará en la báscula y será introducido en la sala.
Es necesario pedir información sobre el paciente a su propietario para rellenar la documentación y pasaporte, y se guardará una copia.
Se realizarán una serie de preguntas rutinarias como el tipo de alimentación en casa, si está desparasitado y vacunado. Si en ocasiones el propietario o el transportista desconocen esa información habrá que conformarla en el pasaporte.
Una vez rellenada la documentación, se extraerá la muestra de sangre para la realización de la analítica, hemogramas + bioquímica, y se medirá el lactato y la glucosa.
En la Tabla 1 se incluyen los valores de referencia para poder estudiar la gravedad del proceso del paciente.
Estado normal | Estado moderado | Estado crítico | |
---|---|---|---|
Dolor | No tiene dolor | Dolor moderado | Dolor severo |
Frec. cardíaca | 28 – 40 lpm | 40 – 64 lpm | >64 lpm |
Frec. respiratoria | 12 – 20 resp/min | 20 – 30 resp/min | >30 resp/min |
Mucosa | Rosa pálido | Ligeramente congestiva (posible halo endotóxico) | Congestiva – cianótica |
Tiempo de relleno capilar | <2 s | 2 – 3 s | >3 s |
Motilidad | Motilidad en los cuatro cuadrantes abdominales | Reducida en los cuatro cuadrantes abdominales | Ausente en los cuatro cuadrantes abdominales |
Temperatura | 37.0 – 38.3 ºC | - | <36 ºC (estado de shock) >38.5 ºC |
Pulso digital | No tiene pulso | Posible pulso digital | Posible pulso digital |
Hematocrito - proteínas |
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Abdominocentesis |
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Lactato sanguíneo | <2 mmol/l | 2 - 5 mmol/l | >5 mmol/l |
Tabla 1. Escala de evaluación del estado del paciente en función de sus constantes vitales y otros parámetros.
En función del color de la mucosas se valora la gravedad del estado cardiovascular en el que puede encontrarse el paciente (Figuras 1 - 3).
Figura 1. Mucosas con lesiones hemorrágicas.
Figura 2. Mucosas rosadas normales.
Figura 3. Mucosas cianóticas.
Colocación del catéter
En ocasiones el paciente puede venir cateterizado por su veterinario de campo, y esa vía se podrá utilizar inicialmente para estabilizar el paciente, pero luego siempre se debe colocar otro de manera estéril y se retirará el primero para evitar tromboflebitis.
El catéter será nuestra la vía de entrada para ir administrando fluidos y anestésicos, y luego el resto de los fármacos intravenosos.
Se evalúa que yugular se encuentra en mejor estado para su colocación.
Preparación del campo
Se debe preparar el campo con mucho cuidado. Se rasura y se realiza una limpieza con la preparación estéril de clorhexidina y alcohol para desinfectar toda la superficie.
En ocasiones se pone lidocaína en el punto de entrada de catéter, en tejido subcutáneo ya que la analgesia local puede facilitar la introducción de catéteres de gran calibre.
Tras la colocación del catéter, se conecta a los fluidos (normalmente 5 litros de Ringer lactato) y se procede entre varias personas a lavar el estómago.
El lavado es un paso muy importante como se ha mencionado anteriormente. Si el estómago se encuentra muy distendido y lleno de contenido, el paciente puede estar en riesgo de rotura gástrica.
Durante este proceso se introduce agua con una bomba, siempre controlando la cantidad de fluido que entra y tras meter un máximo de 3 - 4 litros se retira el contenido.
Cuando el contenido muestra gran cantidad de material alimenticio, el estómago se debe lavar hasta que el líquido salga más claro y libre de contenido, indicando que el estómago está limpio y vacío.
EL ATV asistirá con la realización de la ecografía abdominal. Para que las ondas puedan ser transmitidas es necesario la aplicación de alcohol en la piel del caballo y obtener una imagen ecográfica. En la ecografía además se pueden localizar regiones de líquido libre para luego poder realizar la abdominocentesis de forma más segura.
Para este proceso se rasurará en la zona del abdomen donde se encuentra el líquido libre en la ecografía, realizando pases estériles al igual que en la colocación del catéter.
El veterinario introducirá la cánula desde el lado derecho del caballo y el ATV por el otro lado del paciente con los tubos de sin aditivos y con EDTA recogerá el líquido que se extraiga.
Es importante dejar caer las primeras gotas, ya que en ocasiones se encuentran contaminadas con sangre y los resultados no serán del todo precisos.
Con el líquido obtenido primero se observa su aspecto y a nivel de laboratorio se miden el lactato, proteínas totales y recuento celular de blancos.
Observamos en la imágenes los diferentes colores que nos podemos encontrar, donde la figura 4, el líquido abdominal es un color ambarino normal mientras que en la figura 5, el color del líquido abdominal es un aspecto hemorrágico (Figuras 4 - 5).
Figura 4. Líquido abdominal ambarino.
Figura 5. Líquido abdominal hemorrágico.
Una vez estabilizado, nos disponemos a introducir los datos del propietario y del paciente en el sistema de gestión veterinaria.
Evaluado el paciente, se puede dar un diagnóstico final, pero en ocasiones es un diagnóstico presuntivo.
Por lo general podemos responder ciertas preguntas como si se trata de un proceso de intestino delgado, colon mayor o colon menor, o padece un proceso isquémico, inflamatorio u obstructivo de manera que se decide actuar de la siguiente forma:
- Tras las pruebas obtenidas, si responde a la analgesia, no tiene signos de lesión estrangulantes y se encuentra estable metabólicamente, se hospitalizará en la zona de UCI (unidad de cuidados intensivos), para tratarlo de forma MÉDICA y seguir con una cercana monitorización en caso de que la clínica del paciente varíe y se puedan tomar otras alternativas de tratamiento.
- Tras las pruebas obtenidas, si el dolor no está controlado tras el tratamiento con fármacos, no responde a la analgesia, tiene distensión severa y signos de isquemia, la resolución debe ser quirúrgica y sin demora.
Cuando hay que recurrir a la cirugía para corregir el proceso que desencadena el cólico, la mejoría del pronóstico es directamente proporcional a la precocidad con la que se realiza la intervención quirúrgica.
Por ello, en algunas ocasiones, la decisión de actuar quirúrgicamente se toma antes de haber alcanzado un diagnóstico definitivo ante un caballo con dolor no controlado.
Hospitalización
Estabilizado el paciente, se dispone a situarse en el box para ver como pasas sus primeras horas hospitalizado.
La sonda nasogástrica se mantiene para ir revisando si se produce reflujo sus primeras horas.
Durante la hospitalización el caballo será tratado con fluidoterapia y tratamientos médicos, pero ¿en qué consiste todo ello?
- Fluidoterapia: como los caballos son animales de gran tamaño requieren un aporte hídrico importante y las bolsas de fluidos son de 5 litros. Algunos de los fluidos isotónicos más comunes usados son el Ringer lactato o solución salina que generalmente se suplementan con calcio y cloruro potásico. Estos serán colgados en el box y perfundidos al paciente mediante un sistema de infusión con forma de espiral que permita que el caballo se mueva libremente por la cuadra o incluso que se tumbe sin tropezar o romper la línea de fluidos. La velocidad elegida dependerá de la situación del paciente, de su estado de deshidratación que se evaluará con los valores de su hematocrito y proteínas. Se realizarán mediciones seriadas durante la hospitalización. Dependiendo de la evolución de la deshidratación se ajusta la velocidad de los fluidos. La duración del soporte de fluidos dependerá de la estabilidad del paciente a diario.
Otros factores sobre el manejo de estos pacientes son:
- Sondaje nasogástrico: se realizan cada dos horas comprobaciones en la sonda para ver si va tolerando la hidratación y para obtener un valor de la producción de reflujo. Se utilizan sales, vaselina, siempre ligado con agua según necesidad del paciente. Es conveniente mantener al paciente con bozal.
- Toma de agua: en este caso al encontrase el paciente sondado se debe cerrar su bebedero para estabilizarlo. Se le irá ofreciendo una vez retirada la sonda.
- Glucosa: la suplementación con glucosa se hará mediante una infusión preparada, y administrada a una velocidad que dependerá de los valores de triglicéridos y según el peso del paciente. Esta terapia no siempre es necesaria, pero para descartarlo se harán analíticas seriadas para el control de los niveles de glucosa en sangre e ir valorando la velocidad. Los valores de referencia son 120 - 160 mg/dl.
- Paseos: es importante realizar paseos para favorecer la movilidad y permitir la expulsión del contenido del sistema digestivo.
- Crioterapia: si mantiene pulso en sus extremidades o calor en los cascos, se colocarán bolsas con hielo en las extremidades para evitar laminitis, que es una enfermedad musculoesquelética característica de los caballos caracterizada por la inflamación en las laminillas, que llegan a separarse, pudiendo el hueso de la tercera falange rotarse y/o hundirse, e incluso penetrar a través de la suela del casco. Las causas pueden ser inflamación sistémica, colitis, enteritis, endotoxina, retención de placenta por problemas endocrinopático, alta ingestión de carbohidratos solubles, demasiado peso en alguna extremidad o compresión excesiva de suela debido a una lesión en la extremidad contralateral. Es una patología muy dolorosa.
Existen muchas terapias médicas que se pueden añadir, pero se realizará de una manera individualizada, es decir, no todos los cólicos se tratan de la misma manera. Por ejemplo, si el proceso es inflamatorio se añadirá al tratamiento DMSO (dimetil sulfóxido) o plasma si las proteínas plasmáticas y albúmina se encuentran por debajo de los niveles fisiológicos.
Lo ideal es disponer de una hoja de hospitalización donde registrar los exámenes físicos inicialmente cada dos horas, que consiste en frecuencia cardíaca y respiratoria, motilidad, temperatura, pulso digital, color de mucosa y relleno capilar, apetito, si ha estercolado y orina, si esta apático, estable, tiene incomodidad, etc.
Habrá tomas de muestra de sangre para hematocrito, proteína y glucosa al menos 2 - 4 veces al día durante las primeras horas de hospitalización.
Con todos estos datos se valorará la evolución del paciente.
En la hoja de hospitalización también se deberá reflejar la medicación predeterminada que se le irá incorporando según su dosis y tiempo, la comida, cantidad y tomas.
Cuando hablamos de cólico, a la hora de la reintroducción a la dieta, se debe comenzar con sopas de salvado en poca cantidad y pequeñas porciones de hierba fresca siempre que sea posible o en su defecto heno de buena calidad.
Dependiendo de su evaluación se va incrementado la cantidad de comida para conseguir alcanzar el total su dieta adecuada al peso y normalizar la situación.
Cuando todos los parámetros se vayan normalizando se irán retirando medicaciones y fluidos del paciente, hasta dar el alta hospitalaria.
En esta imagen observamos al paciente hospitalizado tras sufrir un síndrome abdominal agudo, días después de una intervención quirúrgica, que se le está introduciendo a la dieta (Figura 6).
Figura 6. Paciente hospitalizado.
Prequirófano
Ante un paciente con una patología isquémica, dolor incontrolable y algunas patologías obstructivas la resolución principalmente es quirúrgica.
Para ello se debe preparar el material y las salas necesarias.
El prequirófano se trata del área previa a la entrada a quirófano, donde se prepara para su intervención, ¿qué preparar?
- Trabones, se utilizan en la zona en el box de inducción para movilizar al caballo del suelo a la mesa con ayuda de la grúa, colgado de las patas y manos.
- Toalla, para la cabeza en anestesia y evitar que el ojo roce el suelo tras el derribo con la inducción anestésica.
- Polispasto o grúa, para movilizar al paciente
- Camilla
- Para el sondaje urinario, sonda urinaria, guantes estériles, gel lubricante, un cubo con jabón y cepillos de clorhexidina para limpiar la zona de sondaje.
- Peladora, para rasurar la zona abdominal.
- Para limpiar la zona de intervención un par de cubos de jabón con clorhexidina y agua, varios cepillos y una jarra de agua con clorhexidina, para aclarar.
Con todo ello preparado, el paciente entrará por la puerta hacia el box de inducción, donde será sedado y anestesiado para poder realizar la intervención. Una vez caído al suelo, se le pondrán los trabones en las cuatro extremidades y con la ayuda del polipasto será transportado a la camilla. El abdomen será pelado, limpiado y aclarado, y además se realizará un sondaje vesical para recoger la posible salida de orina y evitar la contaminación del abdomen. Ya listo se dirigirá al quirófano.Todo ello se debe realizar de forma precisa y rápida para el beneficio del paciente.
Quirófano
La decisión de la cirugía se basa en la información obtenida a través de la historia completa, examen clínico y evaluación de laboratorio de sangre y líquido abdominal (Figura 7).
Figura 7. Mesa de quirófano.
¿Qué se prepara?
- Cepillos con agente antiséptico para las manos, batas y guantes estériles; para los cirujanos que van a realizar la operación. Por norma general suelen realizarla dos personas ya que debido al tamaño de los órganos del caballo un equipo de dos facilita y acelera el procedimiento.
- Bateas con gasas con alcohol y gasas con clorhexidina jabonosa estériles, para la preparación del campo quirúrgico.
- Un paño de cólico.
- Un par de paños de 95 x 125.
- Kit de cirugía completa, kit de cangrejo, kit de sutura.
- Electrocauterio.
- Sistema de succión.
- Hoja de bisturí nº10 y 22.
- Bol pequeño.
- Agujas 16 y 18G.
- Jeringa 20 ml.
- Gasas y compresas grandes estériles.
- Suturas para cerrar, monocryl 2.0 y surgicyl 6.
- Sistema de infusión.
- Suero fisiológico 5 litros atemperado.
Todo se encuentra preparado para la intervención, el ATV asistirá la orden del cirujano en lo que vaya necesitando. Una vez terminada la cirugía, el ATV se encarga de recoger, limpiar y esterilizar todo el material utilizado para la próxima cirugía. Por ello es importante también saber reconocer el material quirúrgico a la ahora de empaquetar y preparar los kits. El paciente será pasado de nuevo al box de inducción para su recuperación tras la intervención, una vez se levante, se realizará un vendaje abdominal y se trasladará al box.
Conclusión
Cuando se trata una urgencia de estas características es vital que nuestro trabajo sea rápido, ordenado y sistemático, además de muy coordinado con los veterinarios. El trabajo del ATV anticipando el material necesario y asistiendo al paciente durante la admisión es de gran importancia para facilitar el proceso. El trabajo conjunto de los ATV y veterinarios es clave para que podamos ser eficientes diagnosticando y tratando patologías tan severas como los cólicos. Un buen trabajo conjunto puede ayudar a obtener el mejor pronóstico para el paciente.
Bibliografía
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