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Actualización sobre Helicobacter en gatos

Resumen breve

En este artículo se realiza una revisión acerca de la etiología, patogenia y diagnóstico de la infección causada por esta bacteria. Asimismo, se aborda el actual debate que existe entorno al tratamiento o no de dicha infección debido a su potencial patogenicidad y las posibles consecuencias clínicas de estos microorganismos. 

Resumen

Las bacterias pertenecientes al género Helicobacter spp. se caracterizan por colonizar la mucosa gástrica de diversos animales, entre ellos los gatos. Pueden producir signos clínicos inespecíficos como vómito, diarrea o pérdida de peso; los cuales son comunes a cualquier patología digestiva. Afectan a la capa mucosa del estómago, donde provocan desde inflamación leve hasta gastritis muy severas. En este artículo se realiza una revisión acerca de la etiología, patogenia y diagnóstico de la infección causada por esta bacteria. Asimismo, se aborda el actual debate que existe entorno al tratamiento o no de dicha infección debido a su potencial patogenicidad y las posibles consecuencias clínicas de estos microorganismos. Actualmente no existe un consenso sobre cómo actuar ante un resultado positivo para estas bacterias entéricas, ya que se pueden encontrar tanto en gatos clínicamente sanos como con signos atribuibles a la infección. Debido a ello, debemos evaluar cada caso en particular para valorar la necesidad de instaurar un tratamiento antibiótico con el objetivo de eliminar la bacteria.

Palabras clave: Helicobacter, gato, gastritis, patología digestiva.

Introducción

El género Helicobacter spp. se compone de bacterias de tipo Gram-negativo, las cuales son capaces de colonizar la mucosa gástrica tanto de humanos como de animales, entre los que destaca la especie felina1,2. La forma de transmisión no está del todo clara, pero se cree que se produce fecal-oral y oral-oral principalmente, a través de heces, vómito o saliva1,3,4. Estos microorganismos se caracterizan por presentar una elevada actividad de ureasa, lo que les permite desarrollarse en ambientes con un pH muy ácido, como el del estómago felino5.

Pertenecen a este género 46 especies y en la actualidad se siguen descubriendo nuevas subespecies-variantes6. En el gato, Helicobacter felis y H. heilmmanii son las especies que se han aislado de forma más frecuente7.

Morfológicamente, tienen una estructura curvada-espiral muy característica, por lo que la identificación histopatológica es muy sencilla. Su visualización directa mediante esta técnica es suficiente en muchas ocasiones, sin embargo, la PCR nos permite confirmar la infección de Helicobacter spp. e instaurar un tratamiento antibiótico8.

La fisiopatología de estas bacterias varía desde una inflamación gástrica leve a gastritis muy severas1,7,9,10. Los signos digestivos asociados más comúnmente a la presencia de Helicobacter spp. son: pérdida de peso, diarrea y vómito crónico11. Puesto que en humanos existe una asociación entre la infección con esta bacteria y el desarrollo de linfoma y adenocarcinoma gástrico, diversos estudios plantean que pueda existir dicha correlación también en gatos 5,12-15.

Etiología

Helicobacter spp. es un género constituidopor bacterias Gram-negativas, con una característica forma curvada y/o espiral, que colonizan la mucosa gástrica de numerosos animales, entre los que destaca el gato1,2.

Son más de 46 especies las que conforman este género de bacterias16, y actualmente se siguen descubriendo nuevas variantes 6. En el gato, se han aislado un total de 8 especies: Helicobacter pylori, H. felis, H. heilmannii, H. pametensis, H. baculiformis sp. nov., H. colefelis, H. bizzozeronii yH. salomonis 1,15-23; siendo las más frecuentes H. felis y H. heilmannii16,20. La mayor parte de especies de Helicobacter que se han hallado en la mucosa gástrica felina están adaptadas al hospedador de forma muy eficiente y selectiva, excepto H. pylori7. Las bacterias de este género, al compartir material genético, pueden detectarse con una PCR no específica de especie y, puesto que no se conoce actualmente con exactitud la patogénesis de cada una de ellas, no existen diferencias significativas respecto al tratamiento.

Epidemiología

La vía de transmisión no se conoce con exactitud, sin embargo, se considera que puede ser oral-oral y fecal-oral, puesto que se elimina a través de vómito, heces y saliva7.

La transmisión entre gatos no está del todo clara, sin embargo, en el caso de Helicobacter pylori se considera una zoonosis inversa, es decir, el humano se lo transmite al gato11.

Patogenia

Estas bacterias presentan un alto nivel de actividad de ureasa, es decir, son capaces de adaptarse a un ambiente con pH muy ácido, como es el del estómago del gato, a través de esta reacción catabólica de la urea que tiene como resultado amoniaco y ácido carbónico, lo que se traduce en una alcalinización del pH del medio. Aunque se encuentran mayoritariamente en el epitelio estomacal, algunos estudios han determinado la presencia de otras especies del género Helicobacter en otras zonas del tracto digestivo, como duodeno, colon, vesícula biliar, páncreas y cavidad oral7,24,25.

Los signos clínicos que produce son bastante inespecíficos, ya que pueden aparecer en cualquier tipo de enteropatía. Se trata, principalmente, de pérdida de peso, diarrea y vómito crónico; pudiendo ser este último de contenido digerido, sin digerir, tricobezoares, saliva o la propia bilis19. Su presencia puede producir gastritis hasta en un 89.2 % de los casos según algunos estudios24, pudiendo ser de tipo folicular. Esta se caracteriza por la presencia mayoritaria de linfocitos que se agrupan formando nódulos y folículos, lo cual indica que se puede tratar de un proceso crónico. La inflamación gástrica puede ser leve y asintomática o llegar incluso a producir gastritis muy severas7.

En humanos se ha demostrado una correlación entre el desarrollo de linfoma y adenocarcinoma gástrico y la aparición de esta bacteria14,15,26-29debido a queprovoca una mayor liberación de citocinas, inflamación, disminución de la apoptosis y un aumento de la proliferación mucosa20.

Sin embargo, la presencia de esta bacteria en la especie felina puede encontrarse en animales sin ningún signo clínico relacionado, por lo que no es fácil determinar una relación causa-efecto entre el desarrollo de enfermedad y la presencia de Helicobacter spp.1,8. Además, no existe una asociación directamente proporcional entre la densidad bacteriana localizada y el nivel de inflamación gástrica asociado31. Asimismo, cabe destacar que la presencia de patologías digestivas crónicas produce una alteración de la microbiota y de la propia estructura digestiva a causa de una disminución de la mucosidad en esta zona. Esto puede desembocar en un contacto directo entre las bacterias potencialmente patógenas que colonizan la superficie digestiva y el epitelio de la mucosa32.

En gatos es necesario realizar más investigación al respecto, pero se cree que puede haber una asociación similar entre la infección con bacterias asociadas a la mucosa como Helicobacter y el desarrollo de gastritis y linfoma alimentario5,13,33. Un estudio realizado con 50 gatos diagnosticados de linfoma de bajo grado (33 de células pequeñas y 17 de células grandes) y 38 gatos sanos de control demostró un mayor número de bacterias invasivas de la mucosa en gatos con linfoma intestinal de células grandes (82 %) que en gatos con linfoma de células pequeñas (18 %), con enteritis linfocítica-plasmocítica o con cambios histopatológicos mínimos o incluso normales13. Además, según otros estudios5,33, dada la asociación de la presencia de Helicobacter spp. con neoplasia concurrente en humanos y la resolución del linfoma gástrico en pacientes tratados de esta infección, se plantea la hipótesis de que algunos casos de linfoma gástrico felino podrían experimentar una regresión de la neoplasia de forma similar a los casos descritos en humanos.

Diagnóstico

Para llevar a cabo el diagnóstico de Helicobacter spp. es necesario la realización de ecografía y pruebas que permitan la determinación de la presencia de esta bacteria.

Las alteraciones ecográficas que pueden aparecer no permiten un diagnóstico definitivo, pero nos pueden hacer sospechar de la implicación de esta bacteria. La imagen ecográfica puede variar dependiendo de la cronicidad y el grado de afectación, pudiendo observarse desde leves engrosamientos de la pared gástrica con mantenimiento de las capas, hasta casos más severos en los que encontramos pérdida de estratificación de las capas e incluso áreas de engrosamiento focal, como sucede en determinadas neoplasias gástricas34,35(Figura 1).

Figura 1.   Imagenes ecográficas del estómago en las que se observa (A) un área focal de engrosamiento acompañado de una pérdida de estratificación de las capas (imagen cedida por el Servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Murcia),​​​​​​​ (B)  una banda hiperecogénica a nivel de la mucosa del estómago y una capa submucosa aumentada de grosor y ecogenicidad, y (C) leve engrosamiento del antro pilórico (imágenes cedidas por el Servicio de Diagnóstico por Imagen de JC1 Veterinarios).

Figura 1.   Imagenes ecográficas del estómago en las que se observa (A) un área focal de engrosamiento acompañado de una pérdida de estratificación de las capas (imagen cedida por el Servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Murcia),​​​​​​​ (B)  una banda hiperecogénica a nivel de la mucosa del estómago y una capa submucosa aumentada de grosor y ecogenicidad, y (C) leve engrosamiento del antro pilórico (imágenes cedidas por el Servicio de Diagnóstico por Imagen de JC1 Veterinarios).

B
C

El diagnóstico laboratorial de Helicobacter spp. puede llevarse a cabo mediante pruebas no invasivas, como serología y PCR de vómito; o invasivas como histopatología, PCR de esta, citología, cultivo bacteriano, detección por microscopio electrónico o test de ureasa. Sin embargo, las técnicas más utilizadas son la PCR o la observación directa de las bacterias en las muestras de histopatología27(Figuras 2 y 3).

Figura 2. Visualización directa de Helicobacter spp. en la superficie del epitelio de revestimiento luminal del estómago. Imagen cedida por Histolab.

Figura 2. Visualización directa de Helicobacter spp. en la superficie del epitelio de revestimiento luminal del estómago. Imagen cedida por Histolab.

Figura 3. Estudio histopatológico del estómago en el que se observa la lámina propia superficial la cual se observa (A) leve hipercelularidad con un infiltrado mayoritariamente linfoplasmocitario (*), así como leve fibroplasia (cabeza de flecha), y (B) algunos linfocitos maduros pequeños, células plasmáticas y, ocasionalmente, neutrófilos viables.A

Figura 3. Estudio histopatológico del estómago en el que se observa la lámina propia superficial la cual se observa (A) leve hipercelularidad con un infiltrado mayoritariamente linfoplasmocitario (*), así como leve fibroplasia (cabeza de flecha), y (B) algunos linfocitos maduros pequeños, células plasmáticas y, ocasionalmente, neutrófilos viables.

B

La PCR consiste en la extracción de ADN de Helicobacter spp, por lo que puede realizarse tanto con el jugo gástrico presente en el vómito como con las muestras de biopsia. Al pertenecer al mismo género, todas las especies de Helicobacter comparten material genético, por lo que la PCR que se realiza no es específica de especie, sino de Helicobacter spp27. Hoy en día se desconoce el potencial patógeno de cada una de las especies que afectan al gato, por lo que no existen diferencias significativas respecto al diagnóstico y su tratamiento.

Tratamiento

Con el objetivo de eliminar esta bacteria se debe instaurar un tratamiento doble o triple antibiótico. Este consiste en la administración de amoxicilina a dosis de 20 mg/kg/12 h durante 14 días y metronidazol a dosis de 10-15 mg/kg/12 h durante 14 días. Se puede añadir como tercer antibiótico claritromicina a dosis de 7.5-10 mg/kg/12 h durante 14 días.

Además, para reducir la secreción de ácido gástrico y las posibles lesiones gástricas se pueden emplear inhibidores de la bomba de protones como omeprazol1,5,37. Asimismo, podemos administrar maropitant a dosis de 1 mg/kg/24 h de forma preventiva para evitar la aparición de náuseas relacionadas con el tratamiento, o si aparecen estos síntomas.

Por otro lado, es importante implementar el uso de una terapia nutricional adecuada, como dieta gastrointestinal y probióticos que ayudan a facilitar la digestión y regenerar la microbiota intestinal.

Para facilitar la administración del tratamiento se pueden utilizar cápsulas de gelatina vacías para introducir en ellas las diferentes porciones de los comprimidos y aplicarlas al mismo tiempo. Para ello, podemos emplear un aplicador lanzapastillas que ayuda a que el gato trague rápidamente la medicación, reduciendo así el estrés que le supone este proceso (Figura 4).

Figura 4. Aplicador lanzapastillas y cápsulas de gelatina para la introducción de los diferentes comprimidos que forman parte del tratamiento de la infección de Helicobacter spp., facilitando así la ingestión de estos por parte del paciente.

Figura 4. Aplicador lanzapastillas y cápsulas de gelatina para la introducción de los diferentes comprimidos que forman parte del tratamiento de la infección de Helicobacter spp., facilitando así la ingestión de estos por parte del paciente.

Principio activo
 
DosisFrecuencia de administraciónDuración
Antibióticos
Claritromicina7.5-10 mg/kgCada 12 h14 días
Amoxicilina20 mg/kgCada 12 h14 días
Metronidazol10-15 mg/kgCada 12 h14 días
Antieméticos y gastroprotectores
Omeprazol1 mg/kgCada 12 h14 días
Maropitant1 mg/kgCada 24 h5 días (si aparición de náuseas)
 
Terapia nutricional
ProbióticoSegún ficha técnicaSegún ficha técnica14-30 días
Dieta gastrointestinalAd libitumAd libitum14-30 días

Tabla 1. Tratamiento oral de la infección por Helicobacter spp.

Pronóstico

Puesto que el diagnóstico se puede llevar a cabo generalmente mediante PCR o histopatología, la evolución dependerá del tipo de proceso. En aquellos casos en los que el diagnóstico se haga mediante PCR de vómito tras observar cambios ecográficos compatibles con infección de Helicobacter spp., el seguimiento del caso se hará mediante ecografía, valorando la evolución de estos hallazgos.

En aquellos casos en los que el diagnóstico se lleve a cabo mediante histopatología, el tratamiento dependerá de la severidad del proceso relacionado con Helicobacter. Dependiendo de esto se decidirá si tratar esta infección o no, pues normalmente, cuando se llega a realizar una biopsia digestiva, existe sospecha de otra patología concomitante, por lo que no siempre resulta imperativo el tratamiento de dicha infección. En ambos casos, el pronóstico suele ser bueno pues, aunque el propio tratamiento de esta infección puede producir síntomas como diarrea o vómitos, normalmente estos son temporales y se consigue erradicar esta bacteria. Tras el tratamiento, si se quiere confirmar la eliminación de la infección, se puede realizar una PCR para ver si esta resulta negativa (Figura 5).

Figura 5. Vómitos (A) de alimento digerido, (B) sin digerir en el que se encuentra, además, un tricobezoar, (C) transparente de saliva o agua junto con un tricobezoar y (D) de bilis.A

Figura 5. Vómitos (A) de alimento digerido, (B) sin digerir en el que se encuentra, además, un tricobezoar, (C) transparente de saliva o agua junto con un tricobezoar y (D) de bilis.

B
C
D

Prevención

Según algunos estudios, existe un potencial riesgo zoonótico de esta bacteria. Por un lado, se considera que la trasmisión de Helicobacter pylori se produce de humanos a animales21, asimismo, un estudio epidemiológico no demostró un aumento de riesgo de padecer infección de H. pyloridebido a la convivencia con gatos7,24, pero otro estudio sí evidenció que el hacinamiento y el contacto directo con otras personas supone el mayor factor de riesgo de infectarse con esta especie7,24. Sin embargo, se han reportado casos de infecciones humanas de H. heilmannii en niños que convivían con gatos y perros, en los que se encontró dicha bacteria en la mucosa gástrica7.

Para prevenir la infección con Helicobacter spp. simplemente se han de llevar a cabo medidas de higiene básicas, como lavarse bien las manos de forma asidua, ingerir alimentos preparados adecuadamente, y beber agua potabilizada. Asimismo, debemos poner especial cuidado a la hora de recoger un vómito o regurgitación de un animal infectado, recomendando así el uso de guantes desechables, y evitar el contacto directo con la mucosa oral.

Conclusiones

Ante la sospecha de un posible caso de Helicobacter spp. se deben realizar pruebas que nos permitan evaluar la presencia de dicha bacteria. Esta infección presenta un potencial riesgo zoonótico, así como un posible riesgo de desarrollo de una neoplasia en el paciente afectado, por lo que debemos darle importancia y evaluar el caso para decidir si es necesario instaurar un tratamiento.

A pesar de que esta bacteria puede encontrarse en pacientes sanos, diversos estudios correlacionan la aparición de gastritis y linfoma alimentario asociado a la infección con Helicobacter spp. en gatos. Debido a ello, no está claro si puede ser un factor coincidente, causal o exacerbante en el desarrollo de estas patologías, por lo que aún es necesario realizar más investigación al respecto que permita aclarar el papel que juega dicha bacteria en la salud del gato.

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